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Tercer Congreso virtual de Ciencias Morfológicas.
Tercera Jornada Científica de la Cátedra Santiago Ramón y Cajal.
Título: Patología tiroidea difusa en ancianos autopsiados en el
Hospital Provincial Dr. Gustavo Aldereguía Lima Cienfuegos.
2012-2014.
Autores:
Dra. Ileana de los Milagros Núñez Paredes1.
Dra. Caridad Socorro Castro2.
Dra. Katia Rodríguez Palacios3.
Dr. Javier Martínez Navarro4.
Especialista de Primer Grado en Anatomía Patológica.
Departamento de Anatomía Patológica del Hospital General
Universitario ¨Dr. Gustavo Aldereguía Lima¨ Cienfuegos. Cuba
1-
Especialista de Segundo Grado en Anatomía Patológica.
Departamento de Anatomía Patológica del Hospital General
Universitario ¨Dr. Gustavo Aldereguía Lima¨ Cienfuegos. Cuba
2-
Especialista de Primer Grado en Anatomía Patológica.
Departamento de Morfofisiología de la Universidad de las Ciencias
Médicas ¨Raúl Dorticós Torrado¨Cienfuegos. Cuba.
3-
Especialista de Primer Grado en Anatomía Patológica.
Departamento de Anatomía Patológica del Hospital General
Universitario ¨Dr. Gustavo Aldereguía Lima¨ Cienfuegos. Cuba
4-
1
RESUMEN
Introducción: En la población geriátrica los diferentes padecimientos
tienen la característica de presentarse en forma atípica y de
confundirse con otras patologías e incluso con los cambios propios de
la edad. La patología tiroidea es un ejemplo de ello.
Objetivos: Identificar la frecuencia de la patología tiroidea difusa en
ancianos a través de estudios post-morten en el departamento de
Anatomía Patológica del Hospital General “Gustavo Aldereguia Lima”
en los años 2012-2013.
Método: Se realizó un estudio observacional, descriptivo de corte
transversal y correlacional sobre una serie de casos, durante el
periodo referido. Universo: totalidad de fallecidos mayores de 60
años con integridad de la glándula tiroides obtenida a través de la
autopsia. Variables: sexo, variedad histológica, presencia de síntomas
clínicos sugestivos de disfunción tiroidea y diagnóstico clínico de la
misma previa al fallecimiento.
Resultados fundamentales: 227 fallecidos con patología tiroidea
difusa y predominio del sexo femenino, correspondiendo a la atrofia
tiroidea y el bocio multinodular las variables histológicas más
frecuentes. La sintomatología sugestiva de disfunción tiroidea se
presentó en el 57.2% de los casos, en contraste con un 5.7% de
diagnóstico clínico previo al fallecimiento.
2
INTRODUCCION
La patología tiroidea es común en los adultos mayores y cursa,
además, muchas veces desapercibida. 1.2 La incidencia de
enfermedades de la glándula tiroides, como por citar algunos
ejemplos: el hipotiroidismo, el bocio multinodular y los nódulos
tiroideos solitarios, aumenta gradualmente con la edad.3.4
Aunque las enfermedades tiroideas no son infrecuentes en los
ancianos no siempre son diagnosticadas. Es común que el
hipertiroidismo y el hipotiroidismo tengan manifestaciones subclínicas
que pueden ser malinterpretadas y atribuidas al envejecimiento
normal, sobre todo si hay morbilidades y efectos de medicamentos.
Asimismo, ambas disfunciones pueden presentarse con los mismos
síntomas como: debilidad, confusión, depresión, caídas, trastornos en
la marcha, incontinencia por inmovilidad, insuficiencia cardiaca y
modificaciones del ritmo intestinal, lo que dificulta el diagnóstico.5.6
Durante el envejecimiento se producen pequeños cambios en la
fisiología tiroidea que pueden considerarse «normales para la edad»
En las personas mayores sin patología tiroidea los niveles basales de
TSH y T4 libre son normales; mientras que los niveles de T3 libre,
suelen ser normales o hallarse en el límite bajo de la normalidad,
excepto si estas personas padecen alguna enfermedad crónica
debilitante o son de edad muy avanzada, en cuyo caso pueden haber
disminuido ligeramente, sin que ello implique la presencia de
hipotiroidismo. 5.6
Este descenso en la secreción de hormonas tiroideas que aparece
con la edad se compensa, muchas veces, con una disminución en su
utilización al reducirse la masa corporal, de manera que se mantienen
sus concentraciones en niveles semejantes a las del adulto joven,
aunque estas variaciones fisiológicas no sehan demostrado. 7.8
Estudios muestran que en la histología de la glándula ocurre una
reducción en el tamaño de los folículos, fibrosis interfolicular, varios
grados de infiltración linfocitaria y aumento del número de células
parafoliculares. 5.6
Autores platean que la aparición de autoanticuerpos séricos tiroideos
puede estar relacionada con estas alteraciones, aunque su significado
clínico no se conoce, existen teorías que lo relacionan con el
hipotiroidismo subclínico de tipo autoinmune y con otras alteraciones
no tiroideas como la aterosclerosis.9
En otro sentido, algunos estudios plantean que enfermedades
sistémicas no tiroideas y el uso de ciertos medicamentos, como la
fenitoína producen cambios en la función tiroidea. 9.10
3
La prevalencia de patologías tiroideas no se conoce con exactitud,
dado el subdiagnóstico prevalente en la práctica cotidiana. Un estudio
revisado para la realización de esta investigación mostró la alta
incidencia de trastornos tiroideos que no son diagnosticados al
estudiarse la función tiroidea en una población de ancianos de
manera rutinaria ,en consecuencia, se incrementa el número de casos
con hipotiroidismo e hipertiroidismo subclínico.
Existe discrepancia en el manejo que se les debe dar a estos
pacientes. Constan estudios en los que no se encuentra relación entre
estas patologías y pérdida de la funcionalidad, (síntomas depresivos y
función cognitiva) algunos proponen que esta disfunción tiroidea
tengan relación con otro tipo de patología extra tiroidea.11.12
Existen evidencias de que el hipotiroidismo subclínico se relaciona con
anormalidades
en
el
perfil
lipídico,
disfunción
endotelial,
aterosclerosis e infarto agudo de miocardio, proponiendo que el
tratamiento tiroideo podría influir en la evolución de estas patologías.
13.14
El hipotiroidismo y la depresión son dos entidades que se acompañan
con frecuencia en el adulto mayor, sin definirse bien su relación de
causalidad ya que el hipotiroidismo se describe como una causa
reversible de depresión pero también se describen niveles mayores
de TSH en los pacientes deprimidos, por lo que en ocasiones el
traslape de los síntomas depresivos y la disfunción tiroidea, crea
confusión en la claridad de la relación entre las dos patologías.15
El coma mixedematoso es un hipotiroidismo grave, raro en la
población general pero común en pacientes mayores de 75 años, este
cursa con desorientación, deterioro mental, confusión y hasta psicosis
o letargia, síntomas que pueden atribuirse a otros trastornos
neurológicos frecuentes a estas edades.10Por otra parte, esta
emergencia puede ser desencadenada por un estrés mayor como:
sepsis, intoxicaciones, medicamentos o temperaturas extremas que
pueden ser
Controladas bajo tratamiento pero que si no se trata el problema de
base la evolución puede ser fatal.10
En otro sentido, existen estudios que relacionan el hipertiroidismo
subclínico con alteraciones en la contractilidad cardiaca, arritmias,
especialmente fibrilación auricular y disminución en la densidad
mineral ósea. Las recomendaciones en este aspecto incluyen: la
evaluación periódica de la función tiroidea y de las manifestaciones
clínicas en el paciente.16
4
A pesar, de que se conoce de manera empírica que todas estas
alteraciones estructurales y funcionales de la glándula tiroides
aumenta con la edad y que sus manifestaciones clínicas en el anciano
resultan atípicas enmascarando el cuadro y dificultando su
diagnóstico y de que muchos trastornos extratiroideos, frecuentes en
el adulto mayor, pueden ser ocasionados por un mal funcionamiento
de la glándula, no existen muchos estudios anátomo-patológicos que
aborden la frecuencia de esta patología en estas edades.
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
Dada la forma de presentación subclínica de la patología tiroidea en el
anciano y por ende, su subdiagnóstico, se desconoce la frecuencia de
presentación de las diferentes variedades histológicas de patologías
difusas de la glándula tiroides en los pacientes geriátricos.
5
OBJETIVOS
Objetivo General
Determinar la frecuencia de la patología tiroidea difusa en ancianos
diagnosticados por estudios post-mortem en el departamento de
anatomía patológica en el periodo 2012-2014 en el Hospital General
“Dr. Gustavo Aldereguía Lima” de la Provincia de Cienfuegos.
Objetivos Específicos
1.- Precisar la frecuencia de patología tiroidea difusa en los cadáveres
de ancianos autopsiados según sexo en el periodo 2012-2014 en el
Hospital General “Dr. Gustavo Aldereguía Lima” de la Provincia de
Cienfuegos
2.-Identificar la variedad histológica de las patologías tiroidea difusas
en los cadáveres de ancianos autopsiados en este período.
3 Explorar la presencia de manifestaciones clínicas que se asocien a
la hiperfunción o hipofunción de la glándula tiroidea.
4-Comprobar la presencia de
tiroidea.
diagnóstico clínico de enfermedad
6
DISEÑO METODOLÓGICO
Diseño de estudio
Se realizó un estudio observacional, descriptivo de corte transversal y
correlacionar en la provincia de Cienfuegos.
Escenario: Departamento de Anatomía Patológica del Hospital
General Universitario Dr.“Gustavo Aldereguía Lima” de la provincia de
Cienfuegos
Periodo: Enero del 2012 a Enero del 2014
Universo: Estuvo conformado por los 299 fallecidos mayores de 60
años autopsiados durante el período de estudio.
Muestra: Los 227 fallecidos portadores de Patologías
Tiroideas
Difusas. La muestra representa el 75,9% del universo definido.
Muestra tomada a conveniencia.
Se excluyeron pacientes con patología tiroidea nodular o con pérdida
de su integridad estructural luego del proceso de extracción.
La disección, selección de fragmentos fijación y procesamiento
técnico se realizó como está establecido internacionalmente el
manejo de estos especímenes para inclusión en parafina y coloración
con hematoxilina y eosina.17
Se consideró como patología tiroidea difusa aquellas que se
presentan como un aumento difuso de la glándula simétrico o no,
incluyéndose
las siguientes patologías: tiroiditis aguda, tiroiditis
crónica en sus diferentes variedades,
atrofia tiroidea y bocio
multinodular.
Para dar cumplimiento al objetivo número uno, se determinó la
frecuencia absoluta y relativa según sexo de las patologías tiroideas
difusas diagnosticadas.
Para cumplimentar el objetivo número dos, se halló la frecuencia
absoluta y relativa de las diferentes variedades histológicas de las
patologías tiroideas difusas diagnosticadas.
Se consideraron como manifestaciones clínicas de hipotiroidismo a la
combinación de tres o más síntomas tales como: fatiga, debilidad,
depresión, deterioro mental, constipación, voz gangosa, intolerancia
al frio e hiperlipidemia y de Hipertiroidismo, a la combinación en
igual número, de: delirio, taquicardia, hipertensión, diarrea,
arritmias, insuficiencia cardiaca congestiva, angina de pecho y
fracturas patológicas, para lo cual se revisó la historia clínica del
7
fallecido. Para dar cumplimiento al objetivo número 3, se precisó la
frecuencia absoluta y relativa para ambos estados de función tiroidea.
Para dar salida al objetivo número 4 se revisaron las historias
clínicas de los fallecidos incluidos en el estudio
en busca del
diagnóstico de hipertiroidismo e hipotiroidismo y se determinó su
frecuencia de presentación.
Una vez recogida toda la información para el estudio se confeccionó
una base de datos empleando el software estadístico SPSS ver. 12.0,
que además nos permitió aplicar los procedimientos de la Estadística
Descriptiva que nos posibilitó la descripción de las variables y la
relación entre algunas de ellas, así como mostrar los resultados en
tablas de frecuencia absoluta y relativa.
8
DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
Del total de 299 fallecidos autopsiados mayores de 60 años, 227;
presentaron patología tiroidea difusa para un 76% (227 de 299),
siendo el sexo femenino el más afectado con un 58.2% (Tabla 1).
Dada la mayor frecuencia del sexo femenino en el estudio se calculó
la proporción de patología difusa por sexo. Correspondiendo el
mayor porciento de patología difusa (83.01%) (132 de 159) en
mujeres en relación al 67.8% (95 de 140) encontrados en hombre.
(Tabla 1)
Es conocido que la patología endocrina, en general, y la tiroidea; en
particular es más frecuente en el sexo femenino. Los hallazgos de
este estudio se corresponden con la bibliografía consultada.
Según los diferentes estudios realizados, la prevalencia conocida de la
enfermedad tiroidea varía dependiendo de muchos factores, uno de
los cuales es la edad de los pacientes, para la que se ha descrito una
prevalencia superior al 15% en la población de edad avanzada. 18.19
En el presente estudio, la frecuencia de aparición de la patología
tiroidea, difusa o no, fue del 81.9%, cifra muy superior a la registrada
en otras investigaciones lo cual se justifica por tratarse, éste, de un
estudio anátomo-patológico y no clínico como esos casos.
Aunque la patología nodular no fue objetivo de esta investigación,
resulta importante destacar que el 6% de los fallecidos estudiados
presentaron lesiones de este tipo. Solo el 18% no presentó cambios
al estudiar la glándula desde el punto de vista histológico.
La presencia de enfermedad nodular de la glándula tiroidea aumenta
con la edad, tanto en los nódulos solitarios como en los múltiples.
Algunos estudios muestran que el 90% de las mujeres mayores de 60
años y el 60% de los varones mayores de 80 años tienen tiroides
nodular. Los nódulos incidentales en personas asintomáticas se han
identificado con mucha mayor frecuencia en ultrasonidos, donde la
prevalencia alcanza el 67% versus 21% sólo por palpación.20 En
estudios hechos en autopsias, el 50% de las poblaciones estudiadas
sin historia de enfermedad tiroidea tenían nódulos discretos, mientras
que en el 35% los nódulos eran mayores a 2 cm de diámetro.21
Entre las variantes histológicas de patología tiroidea difusa más
frecuentes encontradas figura la atrofia tiroidea como cambio que
acompaña al proceso de envejecimiento con un 44.9%, siendo más
frecuente en mujeres y mostrando diferencias significativas entre
ambos sexos. Le siguió en orden de frecuencia el Bocio multinodular
con un 44.1%. (Tabla 2)
9
En la literatura revisada con motivo de esta investigación se refieren
cifras de presentación del Hiper o Hipotiroidismo, sin precisarse el
diagnóstico histológico de las lesiones que lo causan, pues como se
comentó con anterioridad no se estudia, de manera general, desde el
punto de vista histológico, el tiroides en personas ancianas.
En el presente estudio el 57.2% (37,8+19,4), de los fallecidos
presentaron una combinación de tres o más síntomas y signos que se
pudieran asociar a la presencia de hiper o hipotiroidismo, siendo las
manifestaciones de hipotiroidismo las más frecuentes. Debe
recordarse que fue precisamente la atrofia tiroidea, la alteración
histológica más común en este estudio. (Tabla 3)
De los 227 fallecidos en los que se encontró algún tipo de patología
tiroidea difusa solo el 2.2% presentó diagnóstico clínico de
hipotiroidismo y un 3.5%; de hipertiroidismo (Tabla 4), a pesar de
que como se comentó con anterioridad, más de la mitad de los casos
estudiados presentaron manifestaciones que pudieran atribuirse a
una hiper o hipofunción de la glándula.
La incidencia del hipotiroidismo se calcula entre 0.9 y 5.9% de la
población adulta mayor en diferentes estudios, alcanzando hasta un
10% en el sexo femenino3.La etiología del hipotiroidismo incluye la
cirugía,
radiación,
enfermedades
infiltrativas,
autoinmunes,
infecciosas, inducidas por fármacos, congénitas (genéticas o
adquiridas), y por deficiencia del eje hipotálamo-hipofisiario3. La
causa más común de hipotiroidismo en el adulto mayor es la tiroiditis
autoinmune que cursa finalmente con atrofia tiroidea, pero causas
secundarias como cirugía o ablación tiroidea previa se presentan con
mucha frecuencia también3. En el paciente mayor de 65 años, se
debe de acentuar el diagnóstico diferencial de todas estas
posibilidades debido a la multiplicidad de patología asociada, la
polifarmacia y el incremento de etiologías que son menos frecuentes
en edades tempranas. El envejecimiento, como se explicó
anteriormente, se asocia con la aparición de auto-anticuerpos séricos
tiroideos. El significado clínico de este fenómeno es desconocido por
la falta de manifestaciones clínicas de la patología tiroidea en esta
edad.
Aunque el hipertiroidismo es una enfermedad de poblaciones jóvenes, se
calcula que el 2% de los adultos mayores la padecen, por otro lado el 10-15%
de los pacientes hipertiroideos son mayores de 60 años 3. La enfermedad de
Graves y el bocio multinodular tóxico son las entidades más frecuentes en el
adulto mayor que producen hipertiroidismo, otras patologías a considerar son el
hipertiroidismo inducido por yodo al utilizar agentes mucolíticos o medios
decontraste yodados3. Igual que en el hipotiroidismo, el hipertiroidismo en el
adulto mayor cursa con manifestaciones clínicas muy atípicas que se pueden
confundir con otras patologías. De especial consideración son las
10
manifestaciones cardiacas como las arritmias, la insuficiencia cardiaca
congestiva y la angina de pecho. Los síntomas son tan bien enmascarados que
incluso una tirotoxicosis puede pasar desapercibida por el personal médico. Se
ha propuesto que en el adulto mayor existe un hipertiroidismo “apático” que se
relaciona con la ausencia de síntomas y signos relacionados con el exceso
adrenérgico. 3 El hacer tamizajes de función tiroidea en esta población de
forma rutinaria se ha propuesto dado la alta incidencia de trastornos que no son
diagnosticados.1-.3pues el conocer sobre los cambios en el paciente mayor a
nivel tiroideo y en la presentación clínica de los padecimientos es la base para
la adecuación del tratamiento en beneficio del paciente, sin olvidar la necesidad
del empleo adecuado del método clínico. Aunque los resultados de las
pruebas de función tiroidea son con frecuencia anormales, su
trascendencia clínica y necesidad de tratamiento son muy variables.
Las personas de edad avanzada muestran menos signos y síntomas
en la presentación de la patología tiroidea, en particular del
hipertiroidismo, por lo que es importante tener presente la diferente
aparición de la sintomatología en el anciano para evitar un retardo en
el diagnóstico, particularmente en presencia de alguna enfermedad
cardiovascular. 22.23
La forma subclínica de presentación en estas edades provoca que
estos pacientes no se estudien desde el punto de vista histológico,
por lo que su diagnóstico requiere de un alto grado de sospecha
clínica. El médico de atención primaria juega un papel importante en
dicho diagnóstico, pues la edad media de solicitud de las pruebas
tiroideas es de 44 años, según algunos estudios, mientras que en
personas de mayor edad se realiza poco dicha exploración. 24-27
El hipotiroidismo subclínico es un hallazgo bioquímico caracterizado
por una elevación aislada de la tirotropina (TSH) en suero (> 5 mU/l),
con niveles normales de tiroxina, y por tanto, en teoría ausencia de
síntomas. Sin embargo, aunque la mayoría de enfermos con
hipotiroidismo subclínico están asintomáticos, algunos individuos
presentan bocio, síntomas inespecíficos como astenia, discretas
elevaciones de colesterol total y colesterol ligado a lipoproteínas de
baja densidad y disminución de la contractilidad miocárdica. Por ello,
probablemente el término "hipotiroidismo latente o leve" sea más
apropiado que el de "hipotiroidismo subclínico", ya que, por lo común,
el paciente tiene síntomas aunque sean leves e inespecíficos.28
El hipotiroidismo subclínico puede ser un signo de insuficiencia
tiroidea precoz y justifica una estrecha vigilancia de la progresión a
hipotiroidismo manifiesto o la instauración precoz de tratamiento,
dependiendo de los datos analíticos y de las circunstancias clínicas.
11
En general, la prevalencia de hipotiroidismo subclínico oscila del 1%
al 10% de la población según las fuentes, la edad y el nivel de corte
de TSH.
La prevalencia es mayor en mujeres mayores de 60 años, si bien a
partir de los 75 años tiende a igualarse en ambos sexos.29.30
En España hay varios estudios de prevalencia: el primero, realizado
en Barcelona, el que se refiere a la prevalencia de enfermedad
tiroidea en ancianos demandantes de asistencia sanitaria. En él se
encontró un 4% de hipotiroidismo subclínico, considerándose no
justificado el cribado sistemático31.32En el segundo, en Gran Canaria,
se estudió a ancianos en el momento de ingreso en una residencia,
encontrando casi un 8% de hipotiroidismo (clínico 2% y subclínico
5,9%).31.32En un tercer estudio realizado en residencias de Andalucía
en ancianos institucionalizados sin enfermedad aguda, discapacidad,
enfermedades crónicas graves ni enfermedad tiroidea conocida, se
encuentra una prevalencia de disfunción tiroidea del 6,1%
(hipotiroidismo subclínico 3,71%; hipotiroidismo clínico 1,65%;
hipertiroidismo subclínico 0,82%), siendo las alteraciones más
frecuentes en mujeres. También fue mayor la prevalencia de
hipotiroidismo subclínico en mayores de 80 años (5,22% frente a
1,1%). 31.32. Por su parte, el hipertiroidismo subclínico se caracteriza
por niveles bajos de TSH (TSH < 0,1 mU/l) con concentraciones
normales de T4 libre y T3 libre y la ausencia de disfunción
hipotálamo-hipofisaria o de enfermedad no tiroidea. Antes la
definición incluía la ausencia de síntomas, pero en la actualidad se
admite que puede haber signos o síntomas sutiles de
hipertiroidismo.31.32La prevalencia de hipertiroidismo subclínico es
alta, oscilando entre el 1% y el 6% 32. En un trabajo realizado en el
Reino Unido en mayores de 60 años que no estaban recibiendo
tratamiento con tiroxina, Parle et al. muestran que la concentración
baja de TSH es frecuente en ancianos. Ellos encuentran que 1,7%
tenían TSH inferior a 0,1 mU/l y 4,3% tenían concentraciones de TSH
entre 0,1 y 0,5 mU/l 51. En España, en un estudio realizado en
residencias de ancianos, se obtiene una prevalencia de
hipertiroidismo subclínico de 0,82%. 33
Se estima que la incidencia de aparición de hipertiroidismo subclínico
en los pacientes con bocio multinodular es de hasta el 5% al año, y
puede ser superior si se ha administrado suplemento de yodo a
pacientes que viven en zonas en las que el bocio es endémico o han
sido tratados con amiodarona. 31
El hipertiroidismo subclínico puede ser transitorio o estable la mayor
parte del tiempo. No obstante, se debe considerar el tratamiento
siempre que existan condiciones como fibrilación auricular,
enfermedad cardiovascular, osteoporosis y bocio multinodular34; si
12
bien es necesario llevar a cabo más estudios longitudinales sobre la
historia natural de este trastorno y los efectos del tratamiento antes
de establecer recomendaciones terapéuticas generales y definitivas.34
Las características clínicas en un paciente con bocio multinodular
dependen del aumento del tamaño de la tiroides y la presencia de
tirotoxicosis en el caso de bocio multinodular tóxico. La evaluación
clínica del tamaño, morfología y función de la glándula tiroides tiene
baja sensibilidad, por lo que esto debe ser complementado con los
parámetros de laboratorio como perfil tiroideo, estudio ecográfico que
aporta información sobre tamaño, número de nódulos, características
ecográficas de los mismos, así como, la posibilidad de realizar
punción aspiración de los nódulos tiroideos sospechosos de
malignidad.
13
RESULTADOS FUNDAMENTALES
 Se presentó patología tiroidea difusa en más de las dos terceras
partes de la muestra estudiada, cifra muy superior a la
reportada en otras investigaciones, con un predominio del sexo
femenino.
 Las patologías tiroideas difusas más frecuentes fueron la atrofia
y el bocio multinodular.
 La presencia de sintomatología sugestiva de disfunción tiroidea
en los casos estudiados fue elevada, siendo superior los
síntomas atribuibles a hipofunción de la glándula tiroidea.
 Muy pocos fallecidos presentaron diagnóstico de disfunción
tiroidea previo al fallecimiento.
14
CONCLUSIONES:
La patología tiroidea difusa está presente en el anciano con mayor
frecuencia que lo que se diagnostica. La forma de presentación
atípica de estos trastornos en el adulto mayor provoca un
subdiagnóstico, tanto del hipertiroidismo como del hipotiroidismo.
El escaso diagnóstico clínico de patología tiroidea previo al
fallecimiento en los casos estudiados, en contraste con la elevada
presentación de manifestaciones clínicas sugestivas de disfunción
tiroidea y el elevado número de alteraciones estructurales de la
glándula, evidenció la poca sospecha clínica por parte de los médicos
que asistieron a los casos incluidos en el estudio.
Los resultados de la presente investigación son un llamado de
atención a los médicos de atención primaria y secundaria al uso
adecuado del método clínico en aras de un diagnóstico integral del
enfermo geriátrico.
15
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19
ANEXOS
TABLA #1 Distribución de la patología tiroidea difusa según sexo.
SEXO
Difusa
%
TIPO DE PATOLOGÍA
Nodular
% Normal
%
Total
%
Masculino 95
41.8 8
44.4 37
68.5 140
46.8
Femenino 132
58.2 10
55.6 17
31.5 159
53.2
TOTAL
100
100
100
100
227
18
54
299
Fuente: Historia Clínica
TABLA # 2.Distribución de las diferentes variantes histológicas de la
patología tiroidea difusa según sexo.
VARIEDAD HISTOLOGICA
SEXO
Masculino
Femenino
Total
N0
%
N0
%
Atrofia Tiroidea
45
19.8
57
25.1 102 44.9
Bocio Multinodular
39
17.2
61
26.9 100 44.1
Tiroiditis Hashimoto
10
4.4
14
6.2
24
10.6
Grave Basedow
1
0.4
0
0
1
0.4
TOTAL
95
41.8
132 58.2 227 100
N0
%
Fuent
e:
Histor
ia
Clínic
a
20
TABLA #3 Asociación de la patología tiroidea difusa con síntomas
clínicos sugestivos de hipertiroidismo o hipotiroidismo.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Con manifestaciones clínicas
sugestivas de
hipotiroidismo
Con manifestaciones clínicas sugestivas de
hipertiroidismo
Sin manifestaciones clínicas sugestiva de patología
tiroidea
TOTAL
Fuente: Historia Clínica
Total
113
%
37.8
58
19.4
128
42.8
299
100
TABLA # 4: Distribución del diagnóstico clínico de disfunción tiroidea
previo al fallecimiento.
DIAGNOSTICO CLINICO
N0
%
Hipotiroidismo
5
2.2
Hipertiroidismo
8
3.5
Sin diagnóstico
214 94.3
TOTAL
227 100
Fuente: Historia Clínica
21