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Historia-Bloque 1 (Primera Parte)
1-INTRODUCCIÓN
La importancia de estudiar la guerra fría radica en que de ella deriva la situación
mundial actual, y es por ello vital que comprendamos como desarrollaron los hechos a
partir de la 2GM, y la distintas teorías sobre como se podrían haber desarrollado. Así,
debemos preguntarnos s era realmente inevitable le Guerra Fría y sí los acontecimientos
se podía haber desencadenado de forma diferente.
2-DEBATE SOBRE LA GUERRA FRÍA
El acuñamiento del término en 1946 es, a su vez, otro motivo de estudio de cuál sería el
futuro de las relaciones internacionales. La reunión de la Comisión de Energía Atómica
de la ONU se reunió para acordar unas medidas y normas internacionales para la no
proliferación del arma atómica. El proyecto norteamericano consistía en crear un
organismo internacional que se ocupara de controlar todos los medios de producción e
investigación nuclear y, sólo una vez asegurada su paralización, EEUU se desharía de
sus propias armas nucleares. Este plan sería la confirmación de la aplastante ventaja de
los EEUU sobre la URSS en materia nuclear. Por eso los soviéticos tenían otra
propuesta, la pura y simple destrucción de todas las armas nucleares existentes, ya que
no estaban dispuestos a aceptar la consolidación americana en este terreno. Fue en el
contexto de estas negociaciones que el periodista americano H.B.Swope acuñó el
término guerra fría para caracterizar lo que intuía iba a ser un periodo de enfrentamiento
no bélico con la URSS.
Lo que hay que preguntarse es por que en tan poco tiempo, los dos grandes aliados de la
2GM iban a verse enfrentados por la supremacía mundial.
-Interpretaciones americanas sobre esta cuestión
La primera, la americana se considera como ortodoxa o tradicional, y surge del llamado
telegrama largo de George Kenan de 1946 en el que se describía un discurso electoral
de Stallin de forma que se analizaba completamente la política interior y exterior
soviética. Para Kennan, la URSS no tenía otra ambición que “comunistizar” el mundo,
pero no debían ser sobreestimados ya que se encontraban en desventaja y no era
previsible un intento de agresión. Kennan proponía pasar de la colaboración propuesta
por Roosevelt a una política de equilibrio y contención de los avances soviéticos,
política que conduciría al resquebrajamiento de la estructura ideológica del comunismo,
el debilitamiento de la unidad interna de la UTRSS y la reducción de su expansión
exterior. Resultado de la opinión de Kennan es la primera formulación de lo que iba a
constituir la política exterior norteamericana y el núcleo de la interpretación tradicional
de la guerra fría.
Después está la teoría revisionista, que cuestiona radicalmente un enfoque tan
fuertemente ideológico en el marco de la corriente historiográfica conocida como la
Nueva izquierda. El núcleo de esta postura está en que, difícilmente de puede hacer
responsable la URSS de la guerra fría, ya que se encontraba en condiciones de
inferioridad económica y militar, más bien hay que responsabilizar a EEUU por utilizar
su fuerza para imponer a los soviéticos un nuevo orden plenamente de acuerdo con sus
sistema mediante medidas como la Doctrina Truman y el Plan Marshal.
El planteamiento revisionista invierte radicalmente las premisas y los planteamientos de
la escuela tradicional, aunque es, al igual que esta, demasiado cerrada y tiende a la
simplificación. Así, las interpretaciones post-revisionistas intentan romper con la
dicotomía manquea de la responsabilidad absoluta de una u otra potencia, disintiendo de
la tesis tradicional por la ignorancia de ésta de las legítimas necesidades de seguridad de
los soviéticos; y de la revisionista por la escasa atención que presta a las
responsabilidades de la conducta soviética en el endurecimiento de las posiciones
americanas. Así los post-revisionstas niegan el carácter inevitable de la guerra fría y
culpan a los problemas derivados de las percepciones erróneas de ambas partes. En esta
línea de pensamiento destaca W.Loth que, como otros autores, considera que la causa de
la guerra fría fue el no reconocimiento americano de la zona de seguridad soviética que,
en un principio, podría haber seguido coexistiendo sin chocar necesariamente.
La guerra fría aparece así como el resultado de una compleja problemática en la que los
europeos desempeñan el papel esencial y en la que está profundamente imbricados los
problemas de la política exterior y las relaciones internacionales.
-Interpretación soviética y marxista
Las lineas de la interpretación soviética se remontan a las concepciones propias del
marxismo a cerca del capitalismo y el imperialismo. Aquí hay que destacar que la
retórica marxista se utilizó más como legitimadora que como inspiradora, como bien
prueva el ya mencionado discurso de Stallin que dio pie a la exteriorización del
anticomunismo. Así, de la mano del ideólogo oficial del Kremlin Jdanov, se planteó la
teoría de los dos mundos según la cual la victoria en la 2GM había fortalecido la causa
del socialismo y debilitado el capitalismo, existiendo dos campos, el imperialista
belicista y reaccionario, y el anti-imperialista y democrático; siendo el enfrentamiento
inevitable por que tal sería la voluntad del campo imperialista.
En resumen, en la medida que rechacemos una interpretación apriorística y aceptemos
al menos como hipótesis el principio de la profecía, no es posible estudiar los orígenes y
desarrollo de la guerra fría prescindiendo de una atenta y cuidada atención a la
cronología.
3-DOS DÉCADAS DE TENSIONES Y DESENCUENTROS: 1917-1940
Des de el principio los líderes soviéticos tuvieron el convencimiento de que los países
capitalistas estaban en contra de la revolución comunistas, de hecho, en EEUU estaba
muy arraigada la creencia de que la URSS era un estado repugnante política e
ideológicamente y además una amenaza a la paz internacional.
La consolidación del sistema soviético y el posterior ascenso de Hitler en los años 20,
modificaron las relaciones entre la URSS y las potencias occidentales, pero sin llegar a
ser un giro copernicano. Además las purgas Stallinistas afectaron mucho a la relaciones
contribuyendo a minusvalorizar a la URSS como aliada por parte de occidente.
Tras el fracaso de la conferencia de Munich en 1938, se llegó al pacto germanosoviético en 1939, que sería el prólogo de la 2GM. La agresión alemana a la URSS en
junio de 1941, hizo que los británicos buscaran la alianza y que en EEUU se empezara a
ver a los soviéticos con una perspectiva más favorable. En este punto se observan
algunas de las líneas fundamentales y contradictorias de la política exterior americana,
la aproximación británico-americana culminada con la Carta Atlántica (Churichill y
Roosevelt 1941) y, por otra parte, las relaciones con los soviéticos que se basaban en la
apreciación rooseveltiana de que Stallin se movía en última instancia por razones de
seguridad estratégica y que, algunas reivindicaciones territoriales y de seguridad
soviéticas podían ser aceptadas por Occidente.
4-BASES Y CONTRADICCIONES DE LA GRAN ALIANZA (1941-1945)
El desastre de Pearl Harvour precipitó la entrada en guerra de los EEUU y la
formalización de la Gran Alianza con la que EEUU, Gran Bretaña y la URSS se
comprometían a llevar a cabo la guerra contra Hitler y sus aliados. La base más sólida
de la Alianza consistía en la necesidad común de derrotar a Alemania, pero había otros
cuatro factores que cimentaban aquella alianza:
1) El económico de la URSS en la ayuda económica americana.
2) EEUU y la URSS eran potencias anticolonialistas.
3) Roosevelt estaba dispuesto a aceptar algunas de las reivindicaciones respecto
a la zona de seguridad.
4) Ninguna de las dos grandes potencias deseaba una nueva guerra.
Aún así, fueron más poderos la desconfianza y los recelos, y cuatro factores
desencadenaron la separación:
1) El problema de la apertura del segundo frente en Europa Occidental. Era
fundamental para los soviéticos, pero el hecho de que Roosevelt tardara dos
años en llevarlo a cabo (lo prometió en 1942 y lo cumplió en 1944) fue
interpretado por Stallin como un intento de agotamiento soviético.
2) El problema de Europa Occidental. La contradicción entre la política de libre
determinación de los pueblos proclamada por EEUU, y su intención de
respetar la zona de seguridad soviética condujeron al reparto de las zonas de
influencia entre Churchill y Stallin en 1944 que se hizo oficial en la
conferencia de Yalta de 1945.
3) La ayuda económica americana a la URSS. El empeño del Congreso en
condicionar políticamente la concesión de créditos hacia pensar a Stallin que
los americanos no tenían pensado consolidar la ayuda.
4) El problema alemán, que no se resolvió hasta Yalta (1945) cuando las
relaciones sovietico-occidentales habían dejado atrás su mejor momento.
5-DOS AÑOS CRUCIALES (1945-1946)
Los problemas más importantes para la colaboración soviético-occidental se perfilaban
claramente a finales de 1944, pero esto no excluía la política de colaboración. Prueba de
ello fue la conferencia de Yalta de principios de 1945 en la que se consiguieron
importantes acuerdos como la delimitación de fronteras y la reorganización del gobierno
por-soviético pero de bases democráticas y elecciones libres en Polonia; la declaración
de la Europa liberada que establecía la creación e Europa de gobiernos democráticos; y
el tratamiento, por primera vez, de la cuestión de Alemania, que se dividió en tres zonas
de influencia (EEUU, Gran Bretaña y la URSS) y luego en cuatro al unirse Francia
quedando Berlín en territorio de la URSS pero dividida también entre las cuatro grandes
potencias.
Esta conferencia satisfizo a todos, ya que EEUU no dio a los soviéticos nada que no
tuvieran ya y éstos vieron reconocida su zona de influencia.
Pero en este preciso momento se produjo un cambio súbito en la actitud americana. El
cambio presidencial de Roosevelt por Truman, mucho más inexperto en políticas de
conciliación, llevó a una política de mayor firmeza que estaba destinada a forzar a los
soviéticos a mayores concesiones. En principio no se pretendía acabar con la política
colaboracionista, pero se obtuvo lo contrario, a mayor dureza los soviéticos
respondieron igual.
El endurecimiento americano pasó por poner de manifiesto su superioridad económica y
nuclear, aunque la colaboracón seguía existiendo, por eso se explica que se llegara a la
cumbre de Postdam (mediados de 1945) de la que todos salieron relativamente
contentos.
El problema es que cualquier tipo de avance conciliador tendía a ser considerado
insuficiente por quienes, en EEUU, apostaban por una política de abierta dureza contra
la URSS. Así, la política de Roosevelt fue enterrada a finales de 1945, y a lo largo de
1946 la política americana se fue endureciendo hasta llegar al cuestionamiento abierto
de la preeminencia soviética en Europa oriental. El telegrama de Kennan había sentado
las bases de lo que sería la política de contención y el famoso discurso de Churchill
marcó la pauta de lo que iba a ser el tono legitimador de la guerra fría.
Como para los soviéticos el elemento esencial de sus relaciones con EEUU esra el
económico, la valoración no podía ser más negativa. A través de la presión la
intimidación y la violencia, los comunistas y sus aliados desplazaron el poder en
Hungría, Polonia, Rumanía y Bulgaria. El telón de acero empezaba a ser una realidad en
1946.
Visto esto, podemos señalar una serie de factores que resultarían decisivos a la hora de
explicar los orígenes de la guerra fría:
1) El cambio de política por parte de los EEUU el no reconocer la zona de
seguridad que previamente había aceptado.
2) La conducta soviética en relación a Europa Oriental fortaleció las corrientes
realistas y anti-comunistas, en el seno de la administración y diplomacia
americanas.
3) La insistencia norteamericana en la política de puerta abierta tenía sus
razones económicas ya que la apertura de todos los mercados a los productos
americanos parecía una condición imprescindible para asegurar el
crecimiento económico.
4) La supremacía militar y nuclear americana actuó en sentido contrario a la
distensión.
6-LA “PRIMERA GUERRA FRÍA” (1947-1062)
El empeoramiento de la situación no conducía directamente a la guerra entendida como
una política de confrontación. A principios de 1947 se mantenía la posibilidad de llegar
a un acuerdo pero, en cierto modo, lo que vino a provocar la evolución de los
acontecimientos fue la catastrófica situación económica en que se hallaba Europa, a la
que EEUU no tardarían en oponer soluciones radicales
Doctrina Truman: Constituyó la repuesta política a uno de los obstáculos potenciales
de la nueva política exterior americana. En lo fundamental planteaba la necesidad de
socorrer a los pueblos libres, sus instituciones y su integridad territorial, frente a un
poder agresivo que no podía ser sino el soviético, los EEUU debían correr al socorro de
dichos pueblos con ayudas económicas y asistencia militar. Un problema de sucesión
mperial se había convertido súbitamente en un conflicto profundamente ideologeizado,
la política de contención se había popularizado al precio de convertirse en una cruzada
nacional.
Plan Marshall: Era otra gran iniciativa decisiva de mano del secretario de Estado
Marshall. Se trataba de un Programa de Recuperación Europea que pretendía uan
respuesta articulada a los graves problemas económicos y políticos por los que
atravesaba Europa planteando un programa multinacional que ayudaba a vencer las
resistencias francesas al tratamiento de Alemania como una unidad económica, al
favorecer la recuperación económica se minaban las bases del avance comunista. A
pesar de sus claros objetivos anti-comunistas, se ofreció a todos los países europeos, la
URSS incluida, así los ponían ante una situación extremadamente delicada. La respuesta
soviética fue negativa.
Así, la doctrina Truman y el plan Marshall señalan indefectiblemente el inicio de una
guerra fría traducida ya en abierta confrontación ideológica y económica. Una
confrontación que no tardará en materializarse en una rígida división política y, pronto,
militar de Europa.
Respuestas soviéticas y división de Alemania: Las iniciativas americanas situaban a la
URSS a la defensiva; y la respuesta soviética (ciega y brutal) iba a despejar las dudas
que sectores de la sociedad occidental mantenían todavía acerca de la actitud americana.
Entonces se elaboró la doctrina Jdanov que aceleró el proceso de comunistización, el
proceso que condujo a la constitución del bloque oriental con todas sus secuelas de
unificación forzada de partidos, persecución a los líderes de la oposición, purgas y
absoluto dominio soviético. Como respuesta específica al Plan Marshall se crearía en
enero de 1949 el COMECON (comité de asistencia y cooperación económica entre los
países del bloque soviético). La creación de la Cominform suponía también el cierre de
filas de todos los partidos comunistas, incluidos los de Europa occidental, en torno al de
la Unión Soviética. Se les criticó por una supuesta colaboración con el capitalismo que
les había sido previamente impuesto por Moscú. Pero el mayor desastre lo iba a
cosechar la URSS en Alemania al apostar Occidente decididamente por la incorporación
de este país al plan Marshall, al menos de las zonas de ocupación occidental. Así, a
finales de 1947 la posibilidad del mantenimiento Alemania unida permanecía abierta,
pero en diciembre fracasó la última CMRE, a partir de aquí británicos y americanos
decidieron que había llegado el momento de tomar las medidas adecuadas para asegurar
la estabilización de la Bizonia con el acuerdo ya de Francia se decidió la unificación de
las tres zonas occidentales, la creación de un Consejo económico alemán con funciones
de Parlamento, de un órgano ejecutivo y de una especie de Cámara Alta integrada por
representantes de los Landers, es decir, hacia la constitución de un Estado alemán
occidental. Pera los soviéticos estos avances eran inaceptables. En Junio de 1948 se
extendió la reforma monetaria a Berlín Occidental, y la repuesta soviética fue el bloqueo
de Berlín durante el que sólo se pudo abastecer mediante el puente aéreo con EEUU.
Bloque que fue entendido como un intento expansionista por amplios sectores de
pensamiento occidental, además de fomentar la impopularidad soviética entre los
alemanes y que EEUU supo utilizar para imponer su alternativa: la constitución de un
Estado alemán separado.
Por imposición americana, un Consejo Parlamentario elaboró un texto constitucional
que se aprobaría a mediado s de 1949 bajo el nombre de Le Fundamental. Más tarde se
elegía el primer parlamento federal y el primer gobierno de la República Federal
Alemana. Inmediatamente después, se constituyó la RDA. La división de Alemania se
había consumado.
La OTAN y el Pacto de Varsovia
La última consecuencia del bloqueo fue el surgimiento de la OTAN por iniciativa
británica y en clara clave anti-soviética a partir del Tratado de Bruselas que algunos
países habían firmado en 1948. el llamado Pacto Atlántico o Tratado del Atlántico
Norte, con el que se creaba la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
fue firmado en Washington el 4 de Abril de 1949.
El proceso de confirmación de la división europea y la configuración de los bloques
recibió el impulso definitiva con la guerra de Corea. A cerca de este asunto se discute
sobre el papel de la URSS en la autorización de la invasión por las fuerzas norcoreanas
de Corea del Sur, pero lo que está claro es que Stallin se vio sorprendido con la
evolución de los acontecimientos; no estaba informado de los planes de la ofensiva
norcoreana y menos esperaba que Truman ordenara la intervención de las tropas
americanas en nombre de las Naciones Unidas.
Las consecuencias de esta guerra, volvieron a ser nefastas para la URSS, ya que seguía
al triunfo de Mao en China y la primera explosión nuclear soviética (Chernobil), con
esto Truman consiguió gran receptividad en el sentido de que el comunismo había
pasado del uso de la subversión para la conquista de naciones independientes al de la
invasión armada y la guerra. La cosa fue muy lejos en el plano de política interna norte
americana y el clima de histeria favoreció el maccarthysmo y un ulterior giro a la
derecha de la política interior americana.
Las consecuencias más importantes en el plano de la política exterior fueron la
transformación de la OTAN en una alianza militar integrada, el impulso del rearme de
los aliados europeos de los EEUU y el proceso de acercamiento americanos con sus exenemigos; así se iban a desarrollar los procesos que determinarían la definitiva
configuración de los bloques militares.
La presión estadounidense de que Alemania participara en el esfuerzo militar occidental
despertaba reticencias sobre todo en Francia, así, se creó en 1954 la Unión Europea
Occidental (UEO) como ampliación del tratado de Bruselas a la que se incorporaron
Italia y Alemania, como el medio de que la REA pudiera ingresar en la OTAN. Como
respuesta soviética, un año más tarde se creaba el Pacto de Varsovia y en 1956 se
incorporaba a él a RDA. La división de Europa en dos bloques antagónicos se había
consumado.
Así a mediados de los cincuenta, se había cumplido las expectativas de división del
mundo en dos bloques y, aunque las iniciativas vinieron siempre des de el lado
occidental, hay que decir que Stallin jugó a favor de sus enemigos para conseguirlo.
Entre el enfrentamiento y la distensión
Los últimos pasos que condujeron a la división europea iban acompañados de
elementos que apuntaban a la distensión. Las iniciativas de Eisenhower de acentuar los
tonos de la guerra fría no triunfaron en occidente, pues se temía una guerra nuclear en
territorio europeo; además la recuperación económica de Europa fomentó las
expectativas de dejar de depender de los americanos; y en la URSS la muerte de Stallin
dio un impulso hacia la distensión, aunque condujera a la renuncia de la reunificación
de Alemania.
A partir de 1955 se pudo pensar que la guerra fría iba a terminar definitivamente pues
los acontecimientos de Hungría en 1956 dejaban claro que EEUU no iba a arriesgar la
paz por liberar a los pueblos de Europa Occidental, y los soviéticos parecían contentarse
con el reconocimiento de la RDA
Berlín
Las tentativas de Kruschov de buscar la distensión iban des de demostraciones de buena
voluntan hasta amenazas, y así en 1961 amenazó con cerrar los acesos a Berlín. La
respuesta de Kennedy de defender los derechos de los ciudadanos de Berlín demostró
que la preocupación máxima occidental era mantener el stau quo. Así, Kruschov decidió
edifcar el famoso muro de Berlín para detener la marcha de alemanes hacia la zona
occidental. Esto, tuvo ciertos efectos positivos como la confirmación de que también los
soviéticos apostaban por el statu quo y la aceptación, por parte de los dirigentes de la
REA de que la distensón habría que pasar por la línea del reconocimiento.
Cuba
En lo relativo a la desnuclearización de europa central, las cosas no marchaban tan bien
para los soviéticos, y por eso decidieron instalar rampas lanza misiles en Cuba como
forma de presión para que los EEUU negociaran la desnuclearización. Pero esta la
respuesta americana de imponer un bloqueo a la isla, casi lleva al mundo al borde del
desastre. Finalmente Kruschov se retiró c cambio de la promesa estadounidense de no
invadir Cuba.
7-LA DISTENSIÓN (1963-1979)
en 1963 se inicia una nueva fase de relaciones internacionales marcada por el deseo
mutuo de mantener el statu quo como base para lograr posteriores avances; y por la
apertura de cauces de negociación múltiples como la instalación del teléfono rojo o la
celebración de numerosas reuniones. En ningún aspecto los logros fueron completos,
pero en todos se avanzó mucho.
En el terreno del armamento, los primeros acuerdos no excluían el crecimiento de la
calidad y la cantidad de los arsenales, pero prepararon el camino para acuerdos más
importantes. Se alcanzó la idea de la paridad estratégica, según la cual la potencia
nuclear de EEUU era mayor, pero la URSS le podía alcanzar en cualquier momento.
Así, en 1972 se firmaron las SALT (Strategic Arms Limitation Talks) que consistían la
autolimitación del desarrollo de los sistemas de misiles antimisiles y misiles
intercontinentales.
En Europa se avanzó mucho en el terreno de la distensión entre los dos bloques, aunque
también había tensión interna en cada uno de ellos. Así, los EEUU intentaron frenar las
tendencias autonomistas forjando un amplio marco de cooperación económica y
político-militar con Europa, pero esta propuesta fue frustrada por Francia. Aún así,
como el autonomismo francés tenía bases más nacionalistas, no pudo ofrecer ninguna
alternativa y, además, contra la política francesa surgieron corrientes en Alemana cada
vez más a favor del Atlantismo y la distensión con el Este. Ejemplo de esto es la firma
por la REA del Tratado de No Proliferación Nuclear y el reconocimiento de hecho de la
República Democrática alemana y sus fronteras orientales.
Como ya hemos dicho, la distensión entre bloques favorecía las tensiones internas y
cuando se avanzó a este respecto tales problemas se acrecentaron. Un ejemplo son las
crisis de Berlín (1953), Hungría (1956), Rumania o Checoslovaquia. En esta última, la
actuación soviética durante la primavera de Praga fue un producto de las distensión y
una demostración de sus límites, al mismo tiempo que se encargó de subrayar la
incapacidad del bloque soviético para asumir un proceso de democratización desde y
con el socialismo.
Pero este tipo de problemas no serían ningún obstáculo para la distensión, ya que
Occidente seguía pensando que, en la medida que no se contestase el statu quo, podrían
alcanzarse a medio plazo avances en la democratización en la Europa Oriental.
Guerra de Vietnam
Este conflicto que se resolvió como una derrota político militar estadounidense sin
precedentes se mostraría cargado de consecuencias para el futuro ya que, en un
principio, la involucración americana en la contienda se apoyaba mucho más en el
factor nacionalista que en el socialista. Pero el error fue de Jonson, por convertir lo que
no era más que una moderada intervención en un elemento central de la política exterior
para salvar la credibilidad americana en el Mundo, por que confiaba en que rindiera
valiosos frutos y por que esperaba que de algún modo la URSS ayudaría a los EEUU a
encontrar una salida en Vietnam.
Los límites de la distensión
Las principales razones por las que la URSS no estaba interesada en que se rompieran
las políticas de colaboración eran la ruptura con china que derivaba en una
aproximación Chino-Americana peligrosa des de 1971 y, sobre todo, la necesidad de la
ayuda económica americana.
Pero en todas las líneas de acuerdo existían elementos de confrontación articulados de
tal modo que igual que los avances traían más avances, la amenaza de regresión se
dibujaba claramente en el horizonte. Tres elementos fundamentales que apuntan a la
confrontación:
1) Para la URSS la coexistencia pacífica no excluía la renuncia a conducirse en
política desde posiciones de fuerza, y el trabajo conjunto a favor de la paz no
excluía la retórica a cerca de la continuación de la lucha de clases entre
capitalismo y socialismo. Así, se alineó con los pases del Tercer Mundo que
habían experimentado revoluciones comunistas o pro-socialistas, que dejaban
una seria de victorias revolucionarias que tienden a debilitar la hegemonía
americana. Sin embargo, aunque pareciera que la USS tenía más penetración
en el Tercer Mundo, EEUU seguía gozando del equilibrio estratégico
favorable.
2) Los EEU tampoco renunciaban a su propia visión de lo que debería ser el
orden internacional y los principios ordenadores de la sociedad: el principio
de libre circulación del mercado seguía siendo un eje básico de la política
exterior que utilizaba como arma política en las relaciones bilaterales.
3) Las negociaciones sobre el rearme se veía condicionadas por los progresos
tecnológicos, que podía modificar sensiblemente los equilibrios alcanzados.
Pero estos factores no eran lo suficientemente fuertes como para evitar los dos últimos
logros importantes:
La conferencia de Helsinki
En la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE) de Helsinki, los
soviéticos se comprometieron a avanzar en el terreno del respeto a los derechos
humanos mientras que los EEUU y los miembros de la OTAN reconocieron la
inviolabilidad de las fronteras europeas. El compromiso soviético fue un impulso para la
liberación de los países de su órbita.
La firma de las SALT II
De su complejo proceso se deduce que en EEUU cada vez eran más las fuerzas que
apostaban por el fin de la distensión, sólo la decidida voluntad de los países europeos y
el pragmatismo de algunos sectores de la Administración americana, se pudo llegar a la
firma del acuerdo. Este, volvía a conceder a la URSS mayor tasa de crecimiento de las
armas estratégicas, aunque la superioridad seguía siendo estadounidense.
De forma aislada, ninguno de estos procesos era lo suficientemente radical como para
significar una ruptura en la colaboración: los soviéticos había experimentado grandes
avances en el Tercer mundo, pero seguían lejos de alcanzar la capacidad imperial
americana, y lo mismo con respecto al armamento. Pero estos cambios fueron
percibidos por los sectores más radicales de la sociedad americana como inaceptables
que habían de recibir un impulso decisivo de dos acontecimientos que habrán de
revelarse como fundamentales a pesar de que en lo que se refiere a las relaciones
soviético-americanas no suponía ningún cambio especial: Afganistán y la crisis de los
rehenes de Irán a finales de 1979. Esto desencadenó la súbita adopción de una batería de
medidas antisoviéticas que implicaban el reconocimiento de un fracaso por parte de ka
Administración Carter, y un último esfuerzo por ganar la mano a los sectores más duros
que en las elecciones de 1980 le derrotarían con la victoria de Reagan. El fracaso de esta
Administración, encuentra su paralelo en la actitud soviética, una dirección
esclerotizada y senil incapaz de favorecer una evolución política interior o de tolerar las
de sus aliados, y enfrentada a una larvada crisis económica, se embarcó en una absurda
fuga adelante, en una política imperial y de armamento, de funestos resultados.
8-LA “SEGUNDA” GUERRA FRÍA (1979-1985)
Los acontecimientos finales de 1979 marcaron un giro importante en la dinámica entre
el Este y el Oeste, pero en los años sucesivos iban a adquirir tonos más amenazadores,
ya que Reagan supuso una línea de firmeza y hostilidad con respecto a la URSS y
constituyó una nueva ideologización de las relaciones internacionales. Esto recordaba al
clima de la “primera” guerra fría, pero con la diferencia de que ya no se identificaba
Comunismo=URSS, si no que se demonizaba a los soviéticos pero se habría
colaboración con países como China aunque también eran comunistas.
Las primeras iniciativas de Reagan alarmaron a los soviéticos y a sus propios aliados,
pues el formidable incremento de gastos militares y sus reticencias a las negociaciones
de desarme parecía diseñados para provocar el rechazo soviético.
En Europa se acrecentó el nuevo clima de guerra fría con la subida al poder del gral.
Iaruzelski del estado de sitio en Polonia en 1981. Pero los aliados europeos de EEUU
vieron esto como un “asunto interno” y decidió no arriesgar los avances en la
colaboración entre Europa Occidental y Oriental.
En el Tercer Mundo los EEUU pasaron a la ofensiva desarrollando una política de
hostigamiento a los países que habían desafiado el poderío americano o se habían
aproximado a la Unión Soviética.
Y los peores momento se vivieron entre 1083 y 1984 con el despliegue de los Cruise y
Persing II, que provocó el abandono por los soviéticos de las conversaciones para la
reducción de misiles intermedios y de las START; y al año siguiente se producía un
boicot de la URSS y sus aliados a los juegos de Los Ángeles y un brusco enfriamiento
de las relaciones interalemanas. Pero esto último subrayaba las diferencias entre la
“primera” y la “segunda” guerra fría, en la que se mantuvieron abiertas la práctica
totalidad de las vías de comunicación y negociación.
El cambio fundamental que señalaba el principio de la Guerra Fría se produjo en 1985
en la URSS con el acceso al poder de Mijail Gorvachov, hecho especialmente relevante
por que señaló el fin del proceso de degeneración en la dirección soviética que se inicia
en los últimos tiempos de Breznev y continúa con Andropov y Chernenko; y por que
estaba dispuesto a llevar a cabo una política de reforma interior y de búsqueda de la
distensión en el exterior como su decisión de superar los obstáculos que bloqueaban las
negociaciones sobre armamento.
En noviembre de 1985 la primera cumbre Reagan-Gorvachov no se materializó en
acuerdos concreto, pero el clima era mucho más amistoso y permitió un acuerdo de
notificación de maniobras militares entre los dos bloques; la segunda cumbre
(Reykiavik) ofrece escasos resultados, pero la tercera, Washington 1987, concluye con
el tratado sobre el NIF (retirada de los misiles Cruise y SS-20), el mayor logro en 40
años en reducción de armamento nuclear, pero estos acuerdos iban más lejos en la
sistematización de muchos de los contenciosos del Tercer Mundo (Afganistán y
Nicaragua).
La nueva política soviética precipitó la democratización de los pueblos de la Europa
Oriental, la desaparición del bloque soviético y la reunificación de Alemania. De las
razones que impulsaron a Gorvachov, la más importante fue la percepción de la
paralización de la economía soviética y la involución de su vida política. Planteó
alternativas como la liberación del peso de los compromisos en el Tercer Mundo y del
derivado de la propia carrera armamentística. En el terreno político se aspiraba a una
reforma que concluyese con el fortalecimiento de la ursa y el socialismo y no con el
desmoronamiento de ambos, puesto que supo apreciar que la liberación de los pueblos
de Europa Central no podía frenarse.
Pero los EEUU también tuvieron su papel en el triunfo de la distensión a causa,
fundamentalmente, de las crecientes dificultades económicas internas, muy
amenazadoras para el liderazgo americano.
Hay un debate sobre si la causa de la victoria Occidental en la guerra fría fue la política
de Reagan para situar a la URSS en una posición que la obligó a colaborar, o si fueron
los sólidos y perdurables efectos de la distensión y de fomento en las relaciones entre
los dos bloques. La respuesta más plausible es una combinación de ambas, pero es
posible que sin la guerra fría el camino se hubiese andado antes y con consecuencias
menos traumáticas para la post-guerra.
9-ALGUNOS PROBLEMAS: CONCEPTUALIZACIÓN Y PERIODIZACIÓN:
Tanto los límites cronológicos de la guerra fría como sus orígenes han sido ampliamente
debatidos, ya que ambas cosas están profundamente interrelacionadas con el problema
de la caracterización de la guerra fría
Algunos autores fijan el inicio en 1917 cuando surgen dos potencias emergentes con
sistemas socio-políticos y bases ideológicas antagónicas; otros los situaron en 1943,
cuando EEUU y la URSS se perfilan como grandes superpotencias y afloran las
primeras desavenencias. Pero la fecha que se baraja con más frecuencia es la de 1947, el
año del paso de la colaboración a una confrontación que asume unos perfiles
nítidamente ideológicos (como la doctrina Truman y la teoría de Jdanov) y en la que la
división alemana y europea en dos bloques recibe un gran impulso que más tarde será
irreversible.
Más complejo es el problema del límite final. En los 60-70 se solía situar el fin de la
guerra fría en 1963 (después de la crisis de los misiles en Cuba y con la nueva línea
política de Kennedy y Kruschev), pero no todos los estudiosos aceptaban esta fecha y
hubo quien situó el final en la conferencia de Helsinki o no la daban por terminada. A
finales de los 70 principios de los 80, se iba a introducir un nuevo interrogante: ¿se
podía hablar de una “nueva” o “segunda” guerra fría o era la misma que no había
terminado?
El último y más decisivo acontecimiento que condujo a que se fije en 1989 el fin de la
guerra fría fue la desaparición del bloque Orienta representada por la caída del Muro de
Berlín. Esta delimitación puede ser asumida, pero es necesario un esfuerzo de
conceptualización y clasificación de lo que entendemos por guerra fría.
Así, podemos definir la guerra fría como un enfrentamiento directo, pero no bélico entre
do superpotencias y sus respectivos bloques a nivel mundial (lo que incluye los
supuestos de bipolarización y globalización) que encarnan dos sistemas socioeconómicos e ideológicos antagónicos; que se desarrolla a través de rivalidades geoestratégicas, revoluciones en el Tercer Mundo, aspiraciones democráticas en la Europa
Oriental; y en el que juega un papel fundamental al carrera de armamentos y el hecho de
que tales armamentos tengan la capacidad de destruir el mundo tal y como lo
conocemos (cosa absolutamente nueva en la historia).
Esta definición permite señalar los elemento diferenciales que no se habían planteado
anteriormente y que, posiblemente, no se volverán a plantear es los mismos términos en
la historia de la humanidad. En cuanto a su periodización interna, hay que tomar nota
tanto de sus elementos generales como de de los más específicos que pueden
condicionar la dinámica general del proceso.
En este sentido hay que recalcar que la guerra fría se caracteriza en un extremo por el
gran número de tensiones, conflictos y guerras localizadas, instrumentalizadas por
ambos bloques para reforzar la propia posición y debilitar la del adversario. Estos
conflictos tienen, generalmente, orígenes y causas propias, y podía producir
modificaciones de los equilibrios alcanzados y condicionar respuestas por parte de una u
otra de las superpotencias. El otro extremo de la guerra fría venía condicionado por el
no enfrentamiento bélico directo, así que loas momentos de máxima tensión iban
seguidos de la restauración de nuevos equilibrios que abría períodos de distensión. Así
pues, la dinámica confrontación-distensión-nueva confrontación ha permitido el
establecimiento de tres fases a lo largo del período de la guerra fría con sus respectivas
subfases que responderían en lo fundamental a la misma dinámica que las fases
generales.
Historia Bloque 1-Segunda Parte
Estalinismo, capitalismo del bienestar y guerra fría
1945-1956
A pesar de las tensiones que enfrentaban a Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS no
hubo ningún conflicto hasta que, en septiembre de 1945, Gran Bretaña restauró el
colonialismo francés en Indochina a pesar de la declaración de independencia hecha por
Ho Chi Minh, el líder comunista de la resistencia antijaponesa.
A principios de 1946 la atmósfera de colaboración se estaba evaporando (Churchill
denunció el poderío soviético) y en 1947 después de que Gran Bretaña dejara de
financiar los gobiernos anticomunistas de Turquía y Grecia, el presidente Truman pidió
fondos al congreso para tal propósito. A la doctrina de Truman se sumó el Plan
Marshall → plan de ayuda económica a Europa que evitó también la radicalización
izquierdista.
La polarización de Europa fue acelerada, en 1949 la división de Alemania en Oriental y
Occidental ya era fija, simbolizando la división de Europa y del mundo.
En la Alemania Occidental después de que el antifascismo facilitara la aceptación de la
izquierda la guerra fría volvió a eliminarla, Su política exterior:
 Creó una atmósfera de represión conformista
 Demonizó el comunismo como instrumento político de la URSS
 Identificó al radicalismo como el enemigo interior
En la Alemania Oriental las democracias populares cayeron en un temor paranoico a
las conspiraciones y en brutales patologías de control y terror.
Pero en ambas partes la guerra fría se convirtió en un sistema de poder disciplinario que
limitaba lo que se podía decir y pensar.
Asegurando la democracia para el capitalismo
Entre 1943 y 1947 el ímpetu de la guerra antifascista favoreció mucho a la izquierda y
la promesa de democracia impulsada por el socialismo. Después de 1947, la guerra fría
actuó contra los programas democráticos de las coaliciones de la resistencia, eliminando
posibilidades y atenuando el deseo de cambio en vez de intensificarlo.
Ante la rapidez con que se movía la apertura de la Europa Occidental la política
norteamericana puso freno a la reforma en vez de conducirla. Se usó el Plan Marshall
para crear una nueva pauta en la posguerra, uniéndose con el anticomunismo para dar
comienzo a la guerra fría e invalidando con ello su propio deseo reformista.
El anticomunismo redujo el espacio para los experimentos reformistas hasta que
prácticamente desapareció. Usando la ayuda económica para bloquear las opciones
radicales, los encargados de formular la política norteamericana se aseguraron de que
los reformistas no comunistas no pudieran elegir.
Transformando la coyuntura económica europea se anuló la coyuntura política que daba
respetabilidad a los comunistas. Ya que el objetivo político del Plan Marshall era aislar
a la Unión Soviética a los partidos comunistas europeos.
Perspectivas de democracia en Europa del Este
Las limitaciones internacionales para la izquierda fueron especialmente claras en
Europa del Este. La ferocidad destructiva del nazismo y la movilidad de poblaciones en
masa por Europa fueron cruciales para la circunstancias de la posguerra.
Las economías estaban subdesarrolladas, la guerra había causado daños terribles en la
infraestructura, Stalin sumió a la región en la dependencia y la experiencia política
reciente era sin excepción de dictadura.
Las posibilidades de introducir la democracia en Europa del Este fueron frágiles y
breves. Incluso teniendo en cuenta las desventajas que representaban el atraso, las ruinas
del fascismo y las repercusiones de la guerra fría, el estalinismo resultó insuperable.
El endurecimiento de las conformidades privó a las democracias populares de su apoyo
popular y el control centralizado acabó con todo el potencial para una cultura política
democrática de masas y liquidó los propios partidos comunistas como órganos
creativos. Las atroces purgas de 1948-1952 diezmaron los partidos comunistas de la
región justo cuando salían del aislamiento de la resistencia.
Estalinizando las democracias populares
La guerra fría malogró las iniciativas democráticas. Después del fracaso de la estrategia
de los caminos nacionales en Occidente Stalin dio prioridad a la conformidad comunista
para el Este donde la creación de la Cominform → su propósito era la lealtad a la
política exterior soviética; fue el golpe de gracia.
El mundo volvió a dividirse en dos bandos. Las democracias populares se convirtieron
en regímenes comunistas y los partidos comunistas no gobernantes encabezaron la
resistencia a la americanización en Occidente.
El efecto inmediato fue el enfrentamiento con los no comunistas y el comienzo de una
segunda fase del poder soviético → la estanilización, donde la sociedad fue atacada, los
partidos se deshacían y los socialdemócratas eran obligados a fusionarse con los
partidos comunistas.
La escisión de Tito (Partido Yugoslavo) dio comienzo a la fase final de la estanilización
(1948- 1953, muerte de Stalin). Hubo un gran derramamiento de sangre, los comunistas
volvieron el terror del Estado contra sí mismos. Las mejores virtudes comunistas se
redefinieron como traición.
El desprecio de la legalidad, de la democracia, de la ética política y de las mejores
tradiciones del socialismo ridiculizó las pretensiones de progresismo del comunismo.
El proceso de estanilización acabó con el acto de Slanski. El poder se hallaba ahora
centralizado en los líderes internos del partido y del Estado, sin frenos constitucionales
ni oposición legal y con una esfera pública dirigida. Como víctimas del estalinismo
quedaron también los propios partidos comunistas, de los cuales fueron expulsados una
cuarta parte de los afiliados entre 1948 y 1952.
La estanilización descendió sobre Europa del Este como una contrarrevolución política.
Si el Plan Marshall aseguró la democracia para el capitalismo entonces la política
soviética aseguró el socialismo para Stalin.
Pautas de reforma europea occidental
En el este y oeste, la guerra fría cerró las brechas radicales de 1945, los avances
democráticos fueron duraderos (nuevas constituciones, sufragio a la mujer, propiedad
pública...).
La ciudadanía social fue un avance decisivo, vieron que para que el pueblo ejerciera su
democracia eficazmente, se necesitaban unos niveles de vida mínimos.
Las reformas fueron polivalentes:
Los Estados del bienestar de la posguerra llevaban aparejadas:
 Una política demográfica y la modernización industrial
 La competitividad internacional y la eficacia nacional
 La mejora social y el progreso democrático
 Medidas tecnocráticas de recuperación económica
 Medidas sociales para:
 Reforzar la familia y asegurar la reproducción social
 Fomentar nuevos modelos de consumo masivo
 Las reformas educativas satisficieron las necesidades de mano de obra de una
economía cambiante.
La socialdemocracia de la posguerra
Después de 1945 existía una socialdemocracia que iba despojándose de forma creciente
de la tradición marxista, temerosa de la lucha de clases y escéptica ante la
transformación del capitalismo mediante la revolución, cuyo tres pilares fueron el
keynesianismo, el corporativismo y el estado del bienestar.
Las socialdemocracias más fuertes eran vehículos generales del progresismo, pero en
gran parte de la Europa Occidental las condiciones lo impidieron:
 Por el comunismo en Italia, Francia, Finlandia e Islandia
 Por las divisiones religiosas y etnolingüísticas en Alemania Occidental, Países
Bajos y Suiza
Pero allí donde no existían estos factores los partidos socialistas se convirtieron en la
voz principal de 1945 → Gran Bretaña, Escandinavia y Austria.
Por otro lado los socialistas estuvieron en la clandestinidad en España, Portugal y
Grecia hasta el fin de las respectivas dictaduras.
El keynesianismo, base del programa socialdemócrata, aceptaba la permanencia del
capitalismo pero juzgaba necesaria la intervención del Estado para corregir las
disfunciones del mercado. De esta forma el pueblo obtendría el pleno empleo, una
subida de ingresos y el compromiso del gobierno con la igualdad social. La fórmula
keynesiana desradicalizó la imaginación socialdemócrata.
Corporativismo
Las cadenas de producción se extendieron, con los automóviles como modelo industrial
clásico. Este régimen nuevo en las fábricas (salarios elevados y alta productividad)
alimentaría un nuevo auge orientado al consumidor.
Todo ello presuponía un futuro de crecimiento económico. Los nuevos estrategas
cambiaron sus prioridades, dejaron el medio principal de las clases obreras por lentas
mejoras de la estructura de clases y optaron totalmente por las elecciones. Así, los
partidos socialistas se conviertieron en “partidos populares” con apoyo variado.
Dejó de hablarse de poner fin al capitalismo, solo quedó el deseo de gobernar después
de las elecciones. Sin embargo, aunque los socialistas habían dado forma al
ordenamiento de la posguerra, fueron los conservadores quienes cosecharon los
beneficios.
En 1960, los socialistas habían abandonado en su mayor parte las ideas de abolir el
capitalismo, pasaron a tener fe en el crecimiento económico, la prosperidad industrial y
el aumento de nivel de vida.
Las mujeres en su lugar
La guerra causó grandes trastornos a la vida familiar, confundió los límites entre lo
público y lo privado e introdujo a las mujeres en cometidos que normalmente
correspondían a los hombres. Pero después de 1945 la maternidad y la vida cotidiana
volvieron de nuevo, hubo diferencias entre el este y el oeste que revelaron ciertas pautas
de cambio a largo plazo.
Durante la guerra la movilización de las mujeres creó expectativas de igualdad, se
crearon organizaciones como la Agrupación de Mujeres Antifascistas (1933) o Mujeres
Libres.
En España el Frente Popular mejoró la situación jurídica de las mujeres pero tras la
victoria de los nacionales en la guerra civil se volvió a implantar la subordinación de las
mujeres. Lo mismo ocurrió en Francia e Italia. (En 1945 solo Portugal, España, Grecia y
Suiza seguían con sistemas de gobierno exclusivamente masculinos).
La incapacidad de la izquierda para escapar del marco maternalista señaló los límites
del antifascismo. El socialismo siempre prometió una liberación de gran alcance para
las mujeres, sin embargo la misoginia, la separación de esferas y la indiferencia de los
movimientos con predominio masculino siguieron siendo la norma.
Los años 50 fue una época intermedia para las mujeres, suspendidas entre la novedad de
la ciudadanía jurídica y la normalización de la vida doméstica. En este sentido, el
armazón maternalista del Estado del Bienestar era clave (hasta las progresistas hacían
distinción entre las madres amas de casa, las de verdad, y las que trabajaban y privaban
a sus hijos de los cuidados maternos).
La creciente participación de las mujeres en la economía, la educación superior y el
consumo privado quedó oculta por el triunfo del ideal del ama de casa-madre con
dedicación plena.
Este silenciamiento del radicalismo, en medio de planteamientos pro-familia fue
también un efecto de la guerra fría.
Por otro lado, la homosexualidad fue señalada como peligro para la seguridad de la
comunidad. A pesar de algunos enclaves de tolerancia intelectual, la izquierda no era
menos categórica respecto a desaprobaciones, incomprensión y hostilidad declarada.
Capítulo 21-Primera Parte
1968. Se mueve, después de todo.
El radicalismo europeo era totalmente internacionalista y para este cambio la televisión
fue un elemento clave.
La revolución corría a cargo primeramente de los estudiantes, estaban en marcha.
Los movimientos del 22 de Marzo se caracterizan por: Sin líderes oficiales, sin
posiciones teóricas comunes...divididos por sus creencias políticas diferentes pero
unidos por la voluntad común de actuar y un pacto en el sentido que todas las decisiones
las tomarían asambleas generales.
Los movimientos estudiantiles rechazaban la política convencional por la acción directa
y las calles. Se vive una radicalización de los negros ( a partir de 1967), Panteras
Negras, el nacionalismo negro y la conversión del movimiento pro derechos civiles en
la Campaña de los Pobres.
París, Francia: Los Hechos de Mayo
La revolución estudiantil estalló en París el 3 de mayo de 1968.
Todo empieza un viernes en la Soborna (universidad parisiense), la policia desaloja la
universidad de los estudiantes por la fuerza y estos responden con grandes
movilizaciones.
"Soltad a los estudiantes, retirad la policía, reabrid Soborna"
Las cuatro quintas partes de los parisienses estaban a favor de los estudiantes, el pueblo
contra el gobierno y la policía.
La misoginia y la xenofobia se desatan. Cohn-Bendit convocó por radio una huelga
general.
El 13 de mayo 800.000 obreros protagonizaron una marcha para expresar su apoyo a los
estudiantes. El ímpetu pasó de los estudiantes a los obreros. El 18 de mayo, los
huelguistas ya eran dos millones y se habían ocupado 120 fábricas.
Dos movimientos se estaban juntando: Los estudiantes y los obreros.
Los obreros querían cambios que representaran calidad de vida. La distancia entre el
movimiento y los líderes nacionales de la izquierda importaba ahora de verdad.
El intento por parte del movimiento obrero de formar gobierno fue interrumpido
bruscamente por De Gaulle. El 30 de mayo el general se dirigió por radio a la nación, el
gobierno y la sociedad respetable habían vuelto a recuperar el valor.
Volviendo a la normalidad
Los obreros se encontraban divididos, la desmoralización de la izquierda no podía
competir con la retórica anticomunista del orden. Los jóvenes menores de 21 años, los
portadores activos de los hechos de mayo, fueron excluidos de las últimas elecciones,
dándole el triunfo al gobierno conservador y militar de De Gaulle.
Política en un tiempo de Deseo
Dos izquierdas se encontraban cara a cara desde ambos lados de la frontera de la
alocución de De Gaulle el 30 de mayo.
El PCF protegía sus costumbres arraigadas frente a los nuevos movimientos.
El antiautoritarismo de los militares fue la fuerza principal que estalló y se coló por las
grietas cada vez mayores de la cultura política gaullista.
Vuelven las huelgas y los movimientos de Mayo, en Junio había ya 450 comités de
acción en París.
Los estudiantes volvían a la carga, querían saber: ¿por qué estamos aprendiendo esto?
¿Para hacer que? ¿Para desempeñar qué función en la sociedad?
El Movimiento 22 de Marzo fue uno de los precursores de esta crítica, con su ausencia
de burocracia, la idealización de la autonomía local y la democracia permanente del
mitin general.
La política estaba bajando a la tierra. Era momento de conectar la vida política con la
cotidiana y de esta forma librarse de los políticos.
Estas nuevas políticas desde los puntos de partida de la vida cotidiana complicaron los
conceptos de la izquierda.
Capítulo 21-Segunda Parte
CAPITALISMO DE CONSUMO, GENERACIONES Y LA POLÍTICA DE LA
CULTURA
La revuelta de los estudiantes franceses estuvo vinculada a una crisis del Estado francés,
cuyo sistema democrático se contaba entre los menos funcionales de Occidente. La
elevación de los niveles de vida incluyó no solo la vivienda, la nutrición y la seguridad
omnipresente del pleno empleo y el Estado de bienestar, sino también mayores ingresos
disponibles debido al aumento de los salarios reales. Este cambio se produjo de repente
y estuvo concentrado en los primeros años de los sesenta.
La opinión pública vinculó este nuevo consumismo al individualismo adquisitivo y a la
privatización de la forma de vida.
El desprecio y la identificación relacionados con los modestos placeres de la economía
de consumo se manifestaron siguiendo líneas generacionales. La juventud radical se
enfrentaba a una política dominante (en la derecha y en la izquierda) atrincherada en
torno a esta clase de experiencias de la guerra y la posguerra. Su rebeldía tenía un tono
antipatriarcal: contra el poder del padre en las familias pero también contra la arraigada
autoridad política. Las generaciones antifascistas (que habían experimentado la segunda
guerra mundial como adultos y ahora dirigían los partidos comunista y socialdemócrata)
respondían despreciando a la izquierda estudiantil.
El número de estudiantes creció en la década de 1960. El boom de la natalidad
contribuyó a ello. La escolarización obligatoria también se prolongó, y la juventud se
encontró con un pie en la dependencia infantil y el otro en la responsabilidad adulta, lo
cual creó una categoría nueva de jóvenes con tiempo, conocimientos, dinero y una
creciente conciencia de sí mismo que constituían un mercado y se concentraban en
instituciones distintivas, pero se veían excluidos jurídicamente de la ciudadanía.
El radicalismo estudiantil transcendió la universidad y alcanzó una rebeldía más amplia
entre la juventud.
Esta Nueva Izquierda criticaba el consumismo y la socialdemocracia, proyectaba un
internacionalismo que iba más allá de los bandos de la guerra fría y analizaba los
cambios en el capitalismo contemporáneo. Propugnaba la democracia participativa
dentro de una ética de compromisos.
En 1958-1962, este movimiento embrionario empezó a cuajar. Debía mucho a un
comunismo disidente anterior, con su antiimperialismo, sus redes internacionales y su
inconformismo ético. Pero debía más a los cambios sociales y culturales de la
posguerra.
En julio de 1967, el Congreso de la Dialéctica de Liberación agudizó este radicalismo
cultural y le dio un tono político.
LA PRIMAVERA DE PRAGA: “SOCIALISMO CON ROSTRO HUMANO”
En la Europa del Este también se estaba formando una nueva izquierda en
Checoslovaquia, donde el comunismo era una paradoja. El KSC, que había sido el
mayor partido comunista de Europa en el periodo de entreguerras y el más fuerte de la
Europa del Este después de 1945, gozó de auténtica popularidad en 1945-1948. A pesar
de ello, creó el estalinismo más repugnante de la región y aplazó la desestalinizacion
hasta 1962-1963. Para entonces la crisis en Checoslovaquia era grave.
La Primavera de Praga comenzó con el Comité Central entre octubre de 1967 y enero de
1968 y, culminó con la sustitución del primer secretario del partido.
Las bases del partido se movilizaron rápidamente durante enero-abril, con la liberación
de la prensa e intensos debates internos en el partido. El Programa de Acción del 10 de
abril reavivó el partido, y la convocatoria del XIV Congreso para septiembre centró un
proceso de radicalización. Esto ocurrió a lo largo de miles de mítines públicos,
concentraciones de masas y nuevas asociaciones como las organizaciones de víctimas
del estalinismo y el Club de Comprometidos Sin Partido. Volvieron a fundarse partidos
no comunistas. El acontecimiento fundamental fue el “Manifiesto de las 2.000
palabras”: el documento centraba la identificación popular con la reforma, hecho que
radicalizó los ánimos del público, polarizó a los conservadores y a los reformistas y
llevó las cosas más allá del control del presidente del KSC.
La Primavera de Praga había renovado la vitalidad reprimida de la tradición comunista
de Checoslovaquia, activando diversas esperanzas y reacciones. Mientras los
reformistas y los conservadores trataban de estabilizar la legitimidad del partido, la
esfera pública resultaba cada vez más difícil de controlar, a medida que las asambleas
de estudiantes, los mítines públicos y la prensa institucionalizaban un fermento de
opinión libre de censura.
La Primavera de Praga, al igual que el comunismo reformista húngaro de 1956, creó
problemas al monopolio político del Partido Comunista y alcanzó el borde de los
sistemas estalinistas instaurados en 1947-1949. Los soviéticos consideraban que las
bases de dichos sistemas (gobierno de partido único, justicia administrativa, censura,
ortodoxia marxista-leninista y autonomía de los servicios de seguridad) no eran
negociables. Las libertades de expresión, asociación y reunión, la abolición de la
censura y la liberación de la prensa, etc. chocaban con las reglas soviéticas.
Era el marco de diferencias irreconciliables entre el KSC y los soviéticos. El principio
del pluralismo definió el Programa de Acción desde el comienzo. Decía que el Partido
Comunista tenía que ganarse su liderazgo con obras. Tenía que actuar por medio de la
persuasión, basándose en la democracia.
No había ninguna diferencia entre los reformistas del KSC y el país en agosto de 1968.
La hostilidad soviética llevó a la opinión pública a respaldar en masa al gobierno.
El conservadurismo implacable de la URSS puso fin a la Primavera de Praga. Los
ejércitos del Pacto de Varsovia llegaron a Praga el 20 de agosto para restaurar el
gobierno normal. Sin embargo, la conspiración tramada con los conservadores del
Presidente del KSC salió mal. El Comité de la Ciudad de Praga convocó el XIV
Congreso del KSC donde los delegados se unieron en secreto contra la invasión. Al
cabo de traumáticas negociaciones, se acordó un protocolo. Habían logrado rechazar a
los conservadores, renunciando sólo a algunos radicales y resistiéndose a repudiar la
reforma en general. Pero al firmar el protocolo, renunciaron al Programa de Acción. Los
reformistas no tardaron en verse atrapados en una retirada degradante e irreversible. El
Congreso de KSC fue anulado. Se reintrodujo la censura. La esfera pública fue cerrada.
El presidente del Partido Comunista eslovaco, se hizo cargo del gobierno. La
continuación de las protestas contra la invasión entre octubre de 1968 y marzo de 1969
sólo sirvió para endurecer la línea normalizadora.
EL COMUNISMO Y LA IZQUIERDA
La invasión soviética de Checoslovaquia puso fin a las perspectivas del socialismo en la
Europa del Este. Había tres puntos fijos en el sistema soviético que impedían cualquier
izquierda auténtica en los partidos comunistas de la Europa del Este después de 1968.
El primero era el puño de hierro del dominio militar soviético, que se basaba en la
división geopolítica de Europa en 1945-1949, consolidada por la OTAN y el Pacto de
Varsovia. La economía socialista (propiedad colectiva, gestión burocrática y
planificación central) era el segundo punto fijo del sistema soviético. El tercer punto fijo
era el monopolio político comunista y el gobierno de partido único. Cuando la reforma
se salía de estos preceptos, se alcanzaban los límites de lo posible.
Los caminos nacionales, la ampliación del mercado y la reforma política iban en contra
del sistema soviético.
Las acciones soviéticas fueron condenadas casi universalmente. El desprecio soviético
por el movimiento mundial era escandaloso y la unanimidad del comunismo mundial se
había disuelto.
Has 1956 una persona podía apoyar a la URSS o a su propio partido comunista, incluso
a pesar de los crímenes de Stalin. La resistencia al fascismo y al nuevo orden nazi
habían sido razones convincentes para ello, como lo fueron también las líneas de
combate de la guerra fría.
Después de 1956, el conflicto chino-soviético dividió aún más el movimiento mundial,
con nuevos grupos maoístas dentro de las izquierdas nacionales. En 1960, las ortodoxias
del comunismo ya presentaban grietas amenazadoras. La agitación que provocó 1956
empujó a algunos partidos a realinearse. Otros llevaron a cabo un replanteamiento
gradual.
Durante la década de 1960 también se produjeron notables reactivaciones del marxismo
que rompieron el molde ideológico estalinista y liberaron las ideas marxistas del
aislamiento de la guerra fría. En los países donde no había un partido comunista grande,
el marxismo se difundió entre las universidades. En Francia e Italia, el papel del
comunismo en la resistencia y la cultura organizada de la izquierda convirtieron al
marxismo en una parte aceptada de la vida intelectual. En Gran Bretaña, el marxismo
encontró espacio entre el CPGB y las instituciones culturales del movimiento obrero,
ensanchándose en el decenio de 1960 con la expansión de las universidades y la
apertura de las artes y la televisión.
En 1968, las líneas entre estos marxismos diversos y los partidos comunistas que se
estaban desovietizando poco a poco ya eran borrosas. O bien los partidos comunistas se
separaban del estalinismo condenando la invasión o se condenarían a sí mismos a la
insignificancia política.
¿PUERTA AL FUTURO?
Los movimientos 1968 fracasaron en todas partes.
Los nuevos radicalismos tenían tanto los síntomas desordenados como los movimientos
dirigidos de forma consciente. La combatividad raras veces adquirió una cohesión que
no fuera temporal o local. Definieron espacios nuevos donde se necesitaban nuevas
ideas y prácticas. Los movimientos de 1968 proporcionaron visiones fugaces de de un
futuro que todavía se estaba configurando: estructuras de clase que se recomponían,
movimientos obreros que perdían su cultura distintiva y su terreno en la comunidad,
industrias de servicios que dominaban el mercado de trabajo, nuevas tecnologías y
procesos laborales vinculados a nuevos discursos de autogestión y alienación.
Los dos legados más importantes para el futuro de la izquierda fueron: el renacer de la
política extraparlamentaria y el feminismo y el auge de nuevos movimientos de mujeres
que durante el decenio de 1970 fueron también el ejemplo más creativo de oposición
extraparlamentaria.
Por supuesto, detrás de toda la agitación de 1968 perduraba el socialismo parlamentario.
Capítulo 22-Feminismo
Dossier 3
Feminismo.
Regenerizando
la
izquierda
En 1968, la mujer continuaba en un lugar pasivo respecto a la toma de decisiones,
contrastando con las numerosas protestas que comenzaban a darse. Diversos choques en
público como el sucedido en el Congreso del SDS acompañaron a los movimientos de
liberación de la mujer, que comenzaron a extenderse por todo el mundo. En ese
momento comenzaron eregirse importanes figuras como Rosalind Delmar o Aileen
Christianson, que llegaban al movimiento feminista a través del movimiento estudiantil
como era habitual. Los movimientos de liberación de la mujer estaba vinculados de
forma absoluta a los hechos de 1968 y pronto los distintos movimientos empezaron a
converger: el movimiento alemán occidental cristalizaba en el SDS, los movimientos de
París convergían en el Mouvement de Libération des Femmes durante 1967-1970…
La primera Conferencia Nacional del Movimiento de Liberación de la Mujer tuvo lugar
en el Ruskin College de Oxford el 27 de Febrero de 1970, dando lugar al Comité
Coordinador Nacional de la Mujer y las Cuatro Exigencias del Movimiento de
Liberación de la Mujer: igualdad salarial, igualdad de educación y oportunidades,
guarderías abiertas 24 horas al día, y anticoncepción y abortos libres y gratuitos. Pese a
esto la presencia real del movimiento estaba en los grupos y campañas locales.
Alrededor de la Conferencia de Ruskin se sucedieron otros acontecimientos que fueron
impulsados por el movimiento como la huelga en petición de la igualdad salarial en la
fábrica Ford de Dagenham, entre el 5 y el 28 de Junio de 1968, la circulación del
panfleto de Anne Koedt “The Myth of the Vaginal Orgasm” (1969) a un nivel masivo,
introduciendo la sexualidad femenina en la política, la repartición de folletos en la
exposición de Ideal Home criticando el consumismo o la especialmente notable
interrupción del espectáculo de Miss Mundo en noviembre de 1970. Todo esto acabó
desembocando
en
la
manifestación
nacional
de
marzo
de
1971.
Para el feminismo británico, la defensa de la Ley del Aborto de 1967 fue la campaña
nacional más destacada. Junto a esto, el verdadero centro de gravedad del movimiento
de liberación de la mujer era grupo de Concienciación, la forma democrática primitiva
que se convertiría en la quintaesencia del movimiento, alrededor del cual se
estructuraron la mayor parte de las actividades, desde mítines públicos hasta asistencia a
las
mujeres
maltratadas.
Un gran número de actos de transgresión pública como la colocación de una corona a
“la esposa desconocida del soldado desconocido” en la Tumba del Soldado
Desconocido en París en 1970. Se serializó el boletín informativo “The Clit Statment”
que era una polémica extrema contra las mujeres heterosexuales escrita por lesbianas
radicales de Nueva York en 1974. Esto se unió al carácter separatista del movimiento,
que excluía a los hombres por completo y llegaba a casos como la institución de la
norma de lesbianismo político por parte de las Feministas Revolucionarias de Leeds en
1979 haciendo que la imagen radical del movimiento aumentara.
Las Cuatro Exigencias eran además reformadas para que se incluyeran la independencia
económica y jurídica y para que se “pusiera fin a la discriminación contra las lesbianas
y el derecho de la mujer para definir su propia sexualidad”
Así, con la radicalización del separatismo en lesbianismo político vino el énfasis de la
violencia contra las mujeres, creándose los primeros refugios para mujeres maltratadas y
movimientos de protesta con el lema de “Recuperad la noche” que darían lugar a
diversos
episodios
de
violencia.
Mientras, el movimiento se seguía centrando en la búsqueda de la igualdad empresarial
y el reconocimiento de las labores domésticas y, poco a poco, se creaba una nueva
esfera pública feminista, dónde destacaría la creación del Servicio Nacional de
Información en Leeds y de los numerosos centros para mujeres (WIRES) y puntos de
encuentro.
Los movimientos de liberación de la mujer adquirieron cohesión a nivel nacional
mediante las campañas relacionadas con el aborto y la importancia del movimiento a
nivel internacional aumentó, aunque falta de solidez y coherencia. Pese a esto el
feminismo de la Segunda Ola no logró institucionalizarse nacionalmente y ante la falta
de estructura las feministas decidieron hacerse un hueco en la corriente principal de la
izquierda. Los partidos de izquierda se ocuparon de los nuevos feminismos de forma
muy desigual y poco a poco el feminismo pasó a ser considerado poco más que una
distracción burguesa y la tarea de transformar los partidos de la izquierda fue un
completo
fracaso.
Pese a la derrota en el aspecto político, el Movimiento de Liberación de la Mujer había
conseguido hacerse visible en la esfera pública, perfilándose así varias pautas continuas
de feminismo que recayeron sobre todo en la sociedad civil y que continuarían
evolucionando durante los años hacia un futuro aún no definido.
Si bien el mejor momento del Movimiento de Liberación de la mujer había pasado, las
feministas encontraron formas de cooperar tanto conjuntamente como en la tarea de
abarcar los marcos de la izquierda. El desarrollo de la nueva guerra fría, la amenaza de
destrucción nuclear y la creciente conciencia de la catástrofe medioambiental del mundo
dieron ímpetu a las convergencias feministas dentro de la izquierda. El movimiento
pacifista transnacional y la ascensión de la política de los Verdes proporcionaron el
terreno práctico en el que podrían formarse nuevas alianzas.
LA DESCOLONIZACIÓN (Parte 1)
El imperialismo tendía a convertirse en colonialismo en las áreas donde la
organización política nativa no podía ejercer su autoridad con eficacia. Claro que
muchas veces eran los europeos, japoneses o norteamericanos los que por su propia
voluntad ocupaban estas tierras, pero lo que solía ocurrir era que, cuando el gobierno
nativo no sabía manejar sus cuestiones populares (y por lo tanto no podían ofrecer
grandes ventajas a las potencias extranjeras), éstas intervenían.
Si aceptamos esta premisa, podremos ver la descolonización no simplemente
como un acto de retirada europea, sino también como una nueva forma de afirmación
política en África, Asia y América Latina.
1) El imperialismo antes y durante la Primera Guerra Mundial
Las primeras reacciones al imperialismo europeo llegaron antes del estallido de la I GM
de los dos grandes estados tradicionales que Europa se había esforzado tanto por
humillar: Turquía y China. Una proposición británica para que se concediera la
autonomía a Macedonia impulsó a la acción estas fuerzas.
La Primera Guerra Mundial impartió un estímulo adicional al activismo político en el
Sur y logró liberalizar en general los regímenes. He aquí algunos casos:
-Francia ofreció diversas reformas esperadas por largo tiempo a los
argelinos musulmanes.
-Gran Bretaña se sintió obligada a declarar que la meta final de la India
era el gobierno propio, y en Egipto inició negociaciones con los líderes
políticos locales.
-En América Latina el efecto general de esta nueva situación fue el
surgimiento de gobiernos populistas dirigidos contra la élite
terrateniente. Esto, sumado a la reorganización económica de gran
parte del continente constituía una especie de “descolonización”
-Este movimiento impulsó también la Revolución rusa de 1917. Lenin no
solo formuló un ataque teórico contra el colonialismo, sino que además
renunció de inmediato a los designios zaristas sobre Constantinopla,
Persia y Manchuria.
2) Los nacionalismos tras la Primera Guerra Mundial
A) Nacionalismo dentro del orden colonial: se aceleraron tras la I GM. Las causas
fueron la lenta difusión de la educación occidental, el creciente desarrollo
económico de algunas áreas y la acumulación de conocimientos adquiridos a
través de estos procesos. Se estaban creando las bases necesarias para fuertes
movimientos nacionalistas después de 1945. comenzaron a formarse los
primeros partidos políticos en muchas de estas áreas.
B) Nacionalismo fuera del orden colonial: en estos años se escucharían otros
desafíos fuera del imperialismo europeo.
Nacionalismo turco: con Mustafá Kemal, fue el reto más notable.
Nacionalismo chino: en 1921 nacía el Partido Comunista Chino, y el éxito de
este suceso contra los dictadores militares provocó la guerra civil entre
nacionalistas y comunistas. Esta lucha estimuló las ambiciones
japonesas, y la invasión japonesa de Manchuria y China cambió el curso de la
guerra civil hasta la victoria comunista.
Nacionalismo en Asia y Medio Oriente: tampoco estos nacionalismos pasaron
inadvertidos para las capitales europeas involucradas (París y Londres). No dejó
de reconocerse la gravedad del costo terrible de la guerra, aunque también se
habían producido grandes ganancias.
Los críticos de izquierdas ya no dirigían sus ataques contra el colonialismo, sino que
pedían remedios contra abusos específicos. Y es que justo en el momento en que ciertas
fuerzas empezaban a terminar con la dominación europea en el extranjero, muchos
europeos llegaban a la conclusión de que su supervivencia nacional podría depender de
la conservación del imperio.
Ante el poderío creciente de los EEUU, URSS y Japón, parecía absurda la idea de que
los nacionalismos locales serían la oleada del futuro, pero el fortalecimiento de estos en
la mayoría de las áreas dominadas por europeos proseguía sin descanso, y la Segunda
Guerra Mundial proyectó el impulso decisivo.
3) Los nacionalismos tras la Segunda Guerra Mundial
La movilización de las fuerzas nacionalistas era tan fuerte que parecía muy improbable
el restablecimiento de los antiguos regímenes coloniales sin una fuerte resistencia. La II
GM también agudizó las tensiones en la más importante de las posesiones imperiales, la
India, lo que fortaleció las demandas de independencia al mismo tiempo que colocaba a
los británicos en una posición muy desfavorable. En África la influencia de la guerra fue
menos directa, pero también tensó las relaciones coloniales.
De todas formas, los europeos estaban convencidos de que el nuevo orden internacional
que surgiría tras la guerra estaría caracterizado por la interdependencia de las naciones
(es decir, de ellos y sus antiguas colonias), pero esto no fue así. Si bien es cierto que se
creó un nuevo orden internacional, fue la coordinación entre los estados del Norte y NO
la conexión con el Sur lo que establecería las relaciones internacionales después de
1945. Tras la guerra, los occidentales creían que el principal problema provendría de la
URSS, pero la realidad fue que lo encontraron en el Sur.
Pronto comenzó la violencia, el mismo día en que París celebraba la derrota alemana.
Los disturbios musulmanes en Argelia oriental destruyeron más de cien vidas europeas,
y la reacción fue inmediata y cruenta. Al año siguiente estalló la guerra en Indochina
(con más de 100000 franceses muertos) y un levantamiento en Madagascar que provocó
la represión francesa.
El Imperio británico tampoco se libró de la violencia colonial: los griegos contra los
turcos en Chipre, los judíos contra los árabes en Palestina, los hindúes contra los
musulmanes en la India, los conflictos en Irlanda del Norte… son algunas de las
consecuencias indirectas del proceso de descolonización. Con el inicio de la
independencia de Argel terminó la fase crítica de descolonización europea.
4) Comparaciones entre la experiencia británica y francesa en cuanto a
descolonización.
A pesar de la importancia histórica de la descolonización europea después de la II GM,
no ha habido un debate general sobre el carácter de la descolonización como
movimiento histórico. Sin embargo, si que ha surgido una especie de opinión que
atribuye las diferencias entre las experiencias británica y francesa a una combinación de
sus respectivas tradiciones imperiales y de su capacidad para gobernar.
Después de 1945, las opciones políticas de Gran Bretaña y Francia se vieron
condicionadas por el ascenso claro de las dos potencias “antiimperialistas” (EEUU,
URSS) y con la madurez de las élites nacionalistas de todas partes de África y Asia para
imponer una retirada de Europa en el extranjero. Así pues, las decisiones políticas que
verdaderamente importaban para París y Londres no se referían a la posibilidad de que
se liberaran las colonias, sino al territorio que se permitiría gobernar a estas élites
políticas nuevas. ¿Qué territorios se federarían y cuáles se fragmentarían? ¿Quién
debería gobernar y de acuerdo con qué procedimientos? Estas eran algunas de las
cuestiones decisivas para estos dos países, y es que lo que estaba claro era que, en el
momento en que no se respetaran los límites históricamente impuestos a su poder, su
política estaría condenada al fracaso. Por ejemplo, en Francia las guerras interminables
de Indochina y Argelia no solo costaron las vidas de miles de asiáticos y africanos, sino
que finalmente provocaron el derrumbo de la IV República.
El análisis comparativo de la capacidad de los británicos y los franceses para abandonar
sus imperios tras 1945 sugiere cuatro aspectos en que los británicos se veían
favorecidos:
-Los precedentes de la Segunda Guerra Mundial que sirvieron para
orientar a los líderes europeos y organizar sus respuestas ante las
presiones a favor de la descolonización. En este punto, los británicos se
mostraron más aptos que los franceses.
-Las diferentes relaciones mantenidas por los dos países con EEUU (los
británicos tenían una ventaja demoledora)
-La cuestión de las instituciones políticas internas de Francia y Gran
Bretaña, con sus capacidades muy desiguales para afrontar un problema
de la magnitud de las descolonización.
-El carácter de las élites nacionales que debían afrontar los europeos.
5) LA DESCOLONIZACIÓN EN PARÍS Y LONDRES
Gran Bretaña
La experiencia británica preparó a Londres extraordinariamente bien para la liquidación
del imperio después de 1945.
Durante el periodo de entreguerras, se puso en claro que jamás se haría realidad el sueño
de la “federación imperial” (es decir, que Londres controlase íntegramente la política de
los diversos pueblos anglosajones). Por este motivo el gobierno representativo que no se
podría conseguir fue transformándose en gobierno responsable con una mancomunidad
en el que los estados serían plenamente soberanos. Por lo tanto, la Declaración Balfour
(1926) solo enunció lo que ya se había decidido: la soberanía de los dominios en todos
los sentidos.
La cuestión india.
La Ley de Gobierno de la India se considera como el primer gran paso del proceso de
descolonización británica. Aunque esta ley distaba mucho de conceder la independencia
a la India, en Londres resultaba bastante concluyente en muchos sentidos, ya que en
gran medida conciliaba la opinión popular con la independencia final de la “joya de la
corona”, considerada junto con las propias Islas Británicas como uno de los “pilares
gemelos” de Gran Bretaña.
Los británicos crearon la tradición de afrontar el descontento colonial mediante
reformas que asociaban a los pueblos subyugados más estrechamente a su propio
gobierno. Y la decisión final de conceder la independencia a la India y de permitir su
retiro de la mancomunidad si lo deseaba constituye un precedente monumental para la
política británica hacia el resto de las colonias.
Francia
En 1944 se reunió un grupo de funcionarios civiles coloniales en la capital del Congo
francés, a fin de elaborar propuestas para la reorganización imperial tras la guerra, pero
las numerosas propuestas útiles que formularon (la derogación del trabajo forzado, la
creación de asambleas territoriales y la representación de pueblos coloniales) no se
ocuparon del problema verdaderamente fundamental: la posibilidad de una evolución
colonial hacia la independencia.
En la conferencia se afirmó que no existiría ninguna idea de autonomía, ni ninguna
posibilidad de evolución fuera del bloque francés del imperio. Con el tiempo, las cosas
no mejoraron, ya que a pesar de la rápida promulgación de reformas, no se pensó en
conceder a los nacionalistas coloniales ningún tipo de ventaja política para su
independencia. Así, la IV República creó la UNIÓN FRANCESA (unión del sistema
colonial francés). Esta “federación” dependía única y exclusivamente de la autoridad de
Francia. En los asuntos legislativos, la unión quedaba totalmente subordinada a la
Asamblea Nacional. Estos pueblos seguirían sin ser libres.
Lo que París parecía decidido a lograr era un equivalente de la Federación Imperial que
los británicos ya habían rechazado (a cambio de la mancomunidad). Entonces…¿cómo
entender esta institución tan históricamente anticuada? He aquí una lista en la que queda
patente el adelanto y madurez de Gran Bretaña frente a Francia:
-Mientras que los franceses se empeñaban en convertir a sus súbditos
coloniales en conciudadanos (“La Francia de 100 millones de
franceses”), los británicos habían apostado por un autogobierno.
-Históricamente hablando, el “antiimperialismo” británico del siglo XIX
llegó a basarse en el supuesto de que el libre comercio podría armonizar
los intereses entre las naciones, librando al mundo de la guerra mediante
una interdependencia económica creciente y provechosa. Por ilusorias
que fueran estas ideas, parecían funcionar bien sobre todo en América
Latina, cuya estabilidad dependía en alto grado de sus conexiones
financieras con Gran Bretaña. Para los británicos era mucho más sensato
trabajar con tales élites nacionales de importadores y exportadores que
tratar de ejercer un control político directo sobre pueblos de diferentes etnias.
Francia era mucho más débil internacionalmente hablando, por ello no podía
mantener la clase de control informar disfrutado por los británicos, así que a
fin de ser imperialistas, los franceses debían ser proteccionistas.
-Las relaciones entre Washington, Londres y París también fueron decisivas en
esta balanza. Así como los lazos que unían a Roosevelt y a Churchill eran muy
estrechos, Roosevelt no le tenía ningún tipo de estima a De Gaulle. A pesar de
la capacidad demostrada por este último, los norteamericanos se oponían a su
liderazgo, incluso en el momento de la liberación de Francia (Roosevelt se negó
a reconocer la autoridad del general) Fue hasta fines de 1944 cuando los EEUU
reconocieron finalmente al Gobierno provisional de De Gaulle.
Los aspectos de la personalidad de De Gaulle que resultaban tan antipáticos
para los norteamericanos, y a veces para los británicos, se relacionaban con su
determinación de no permitir que Francia fuese absorbida por ellos durante la
guerra, convirtiéndose así en algo secundario y privado de toda iniciativa. Y es
que todas las corrientes de la opinión política francesa sospechaban de las
maniobras norteamericanas en el norte de África, y se creía que Washington
quería expulsar a los franceses para ocupar su lugar. Cabe añadir, que estas
sospechas no eran, ni por asomo, descabelladas, ya que no había duda acerca
de la agresiva intención norteamericana de que terminara el imperio extranjero
europeo después de la II GM. Washington había buscado la destrucción de las
esferas de influencia de sus rivales (Gran Bretaña incluida) en el Sur, apoyando
los movimientos nacionalistas en estas regiones.
Una minoría en anglosajones sostenía que la función de los actos de Washington era
simplemente desplazar a Gran Bretaña, sin embargo muchos británicos esperaban que les
uniera a América una simpatía natural y confiaban en que su poderío llenara el hueco que dejó
le desintegración de sus esferas formales e informales de control por todo el mundo. La forma
de actuar de Washington dejaba en manifiesto que eso no era así y sus claras intenciones de
destruir las esferas de influencia de sus rivales desde fines del siglo XIX.
Otra de las grandes diferencias entre Gran Bretaña y Francia en su capacidad de llevar
la descolonización está fijada en la política interna de cada país. Mientras que Gran
Bretaña tenía una política estable, con dos partidos leales y un ejecutivo fuerte, Francia
era todo lo contrario, era un sistema con muchos partidos y con una oposición desleal
tanto por la derecha como por la izquierda, no eran tan capaces como los británicos de
llevar la situación de la descolonización. No es que en Gran Bretaña los partidos no
tuvieran sus disputas como en cualquier otro momento, es que se daba una solidaridad
partidista debido a la política coherente y consistente que se llevaba a cavo. Uno de los
ejemplos de la solidez de las instituciones británicas se da en la invasión de la Zona del
Canal de Suez que despertó verdadera preocupación tanto al público británico como a
sus líderes, el sistema demostró poder desempeñarse notablemente bien.
El punto más delicado de esta política británica era el gran esfuerzo de los
conservadores para evitar divisiones, ya que eran el partido del Imperio por excelencia
y se sentían ligados emocionalmente con el llamado orgullo imperial. Aun así el único
error grave de los conservadores durante su liderazgo fue el de Suez a pesar del retorno
de Churchill. El éxito de dicho liderazgo se debió en gran medida a que los laboristas
habían mostrado el camino concediendo la independencia a los territorios del sur de
Asia y preparando el terreno para la futura independencia de Costa de Oro, además de
algo de suerte ya que Churchill dejó el poder antes de realizar ciertas políticas
equivocadas y le sucedieron lideres más realistas como Macmillan y MacLeod. La
política llevada acabó fue apoyada por la lógica del sistema británico, los reaccionaros
se esforzaron para conseguir concesiones pero aun así permanecieron aislados e
impotentes.
En lo única cosa en la que están de acuerdo todos los participantes en el sistema político
francés es en que las numerosas deficiencias estructurales del sistema de gobierno de la
Cuarta Republica es el causante de las pruebas de la descolonización de Francia.
La gran debilidad que sufría tanto la Tercera Republica como la Cuarta era una gran
división política que impedía dar con una unidad necesaria para que el gobierno fuera
eficaz. Esa división se debía a conflictos históricos que afectaban a la sociedad
francesa, a la lucha del gobierno contra la oposición que negaba el sistema total y las
actitudes francesas hacia el poder que impedían que se dieran relaciones fuertes de
autoridad, esto sumado a los numerosos partidos y a un ejecutivo débil hizo que llegara
tal nivel de incapacidad que el régimen se derrumbó ante la primera amenaza grave de
insubordinación militar.
Este análisis de la decadente política francesa olvida fueron la unidad, la resolución y
la acción las que características destacadas del liderazgo nacional socialista en estos
momentos críticos. Tendemos a utilizar como chivo expiatorio el sistema, cuando en
realidad no fue tanto el culpable por sus deficiencias políticas como por las propias
posiciones socialistas poco realistas sobre los asuntos coloniales. No se debe olvidar
por tanto la dedicación de la Cuarta Republica para dar una imagen de Francia con la
política colonial de De Gaulle basada en la idea de que a partir de la grandeza
internacional y apoyándose en su imperio podrían alcanzar una política interna estable.
Se percibe una angustia compartida con la decadencia de la grandeza nacional, un
sentimiento de humillación, tanto los socialistas como sus compatriotas no
experimentan una pérdida de Indochina, o un fracaso de la política colonial si no el
fracaso de un régimen, de un pueblo.
Podríamos decir que no solo las diferencias entre las instituciones políticas de Francia y
Gran Bretaña son importantes, sino también las psicologías nacionales de las elites
políticas de estos dos países. Mientras que la política británica apoyaba la retirada de la
India, los franceses apoyaban la acción militar en Indochina, aunque los líderes
políticos compartían afiliación partidista destacaba su nacionalidad en sus decisiones.
El hecho de que los laboristas se encontraran en el poder inmediatamente después de la
guerra ayudó a que Gran Bretaña tuviera un modelo de cómo afrontar la situación. En
Francia si que hubo un grupo que se podría equiparar con los laboristas, el Partido
Comunista Francés defendía una política colonial sensata. Aunque tendía a desalentar
los movimientos independentistas decidió no reprimirlos, pensaba que si la separación
se iba a dar de todas formas lo mejor era que fuera bajo la protección de un gobierno
capaz de representar los intereses de la población local y de proteger el área libre de las
invasiones de otras potencias extranjeras.
Los intereses económicos son también otro rasgo, quizás no decisivo, pero si a tener en
cuenta cuando hacemos la comparativa entre Gran Bretaña y Francia. Los intereses
franceses estaban más preocupados que los británicos, estos últimos pudieron adaptar
sus intereses económicos mejor a la transferencia de poder. Los empresarios británicos
habían estado antes expuestos a las tensiones de libre comercio, y las empresas y
bancos internacionales europeos eran en su mayoría británicos comprendieron que
tenían la posibilidad de cooperar con los nacionalistas moderados mejor que otros. Por
otra parte algunos miembros de la comunidad económica veían bien la separación ya
que se presentaban algunas industrias nacionales como rivales importantes, aunque se
condenan los intereses económicos si hay federación o descentralización mientras no
fuesen una amenaza tanto un país como otro podía esperar que la presión del desarrollo
económico actuara.
En conclusión tenemos que tanto en tradiciones y practicas imperiales, el rago y las
ambiciones internacionales, la estructura política y la piscología nacionales los
británicos superan a los franceses, pero este análisis no basta para entender las grandes
diferencias que existen entre las experiencias de los dos países por ello analizamos y
comparamos las diversas situaciones coloniales.
Un estudio comparativo del nacionalismo colonial.
Después de centrarnos en comentar las políticas de París y Londres, también debemos
tener claro la importancia del papel desempeñado por los pueblos de Asia y África en
su propia liberación. Existen numerosos acontecimientos que pueden hacer ver la
historia desde un punto de vista completamente distinto, y centrarnos solo en las
capitales podría obstruir nuestra visión de los procesos determinantes de la historia que
ocurrían en el terreno colonial de forma silenciosa. Desviamos nuestra atención hacia
Hanoi, y Delhi, El Cairo y Argel, Accra y Abidján.
En muchos estudios comparativos del nacionalismo tienden a presentar primero las
tipologías del liderazgo nacionalista y a compararlas con los oponentes locales para
luego analizar su contenido, pero la diversidad de la experiencia histórica en el tema
nos muestra la incapacidad de dicho proceso de comparación para los fines que
buscamos. Por ello pasamos a hacer un análisis de la estructura y no de los valores, lo
importante en el análisis comparativo del nacionalismo colonial se relaciona con el
carácter de la alianza rural-urbana. Tanto Gandhi como Ho Chi Minh, entre otros,
tienen en común un liderazgo en el momento de la independencia nacional sobre
agrupaciones tradicionales y modernas en sus valores y estructura. Aunque dichas
alianzas nacionalistas variaban dependiendo de los intereses representados, de la solidez
del aparato partidista que reunía las fuerzas anticoloniales, del poder relativo de los
grupos locales fuera de la cubierta nacionalista y de los peligros internacionales, es
mediante un análisis de estas fuerzas como podemos elaborar una buena tipología del
nacionalismo colonial y entender la participación de Asia y África en la
descolonización.
Un buen ejemplo de la importancia de los movimientos locales es la comparativa entre
las reacciones nacionalistas de Argelia e Indochina ante las reacciones del África negra
y Madagascar en una política francesa esencialmente igual en todo el imperio. Da
Gaulle fue el arquitecto de dicha política que se basaba en conceder solo las reformas
que beneficiaban la conservación del dominio francés. Aunque la política fue la misma,
los resultados fueron muy diferentes, mientras en 1954 estaba finalmente una
revolución en Argelia, la política triunfaba en el África negra. Este éxito esta
justificado por las variables antes nombradas, un partido nacionalista capaz de
fortalecer las alianzas, la resistencia relativa de la oposición y la necesidad del partido
del auxilio del sistema internacional para conservar su predominio local. Para
comprender pues el proceso de descolonización europea debemos imponer un orden a
la gran diversidad de casos que encontramos.
Tras la segunda Guerra Mundial Costa de Marfil se convertirá en el territorio decisivo
para la política francesa al Sur del Sahara. Houphouet ayudo a derogar las odiadas
regulaciones del trabajo forza existente en el África francesa en la Tercera República y
apoyo completamente a la gran masa de habitantes del territorio que se encontraba
sometida a las terribles regulaciones de mano de obra forzada y barata, fue asi como se
convirtió en “un héroe y libertador”. La posguerra llevo escaseces e inflación en exceso
a Costa de Marfil por la declinación de los precios en el mercado internacional del café
y el cacao, el país se agitaba cada vez más contra la administración francesa.
En la Primera Asamblea Constituyente se prometia a los africanos que las reformas
liberales en el gobierno colonial llevadas a cabo no serían modificadas, pero eso no se
cumplió. Tras los cambios considerables, claramente con términos menos liberales, que
se dieron en la Segunda Asamble Constituyente con respecto a la Primera el Parti
Democratique du Côte d’Ivoire (PDCI) surgió como líder con Houphouet a la cabeza
del África Occidental Francesa y del África Ecuatorial formando un nuevo partido, el
RDA.
Se afiliaron con los comunistas en la primera legislatura, por ello y por las huelgas
ferroviarias que estallaron en 1947 París empezó a ver la necesidad de intervenir.
Primero se utilizó una política conciliatoria para que se alejaran de los comunistas pero
al ver que no funcionaba presionaron para sacar del territorio al RDA en las elecciones
de la segunda legislatura.
La represión cayó sobre Costa de Marfil, se encarceló en masa a los funcionarios del
PDCI, se subieron los impuestos a los simpatizantes de dicho partido, se manipularon
las elecciones y falsearon los resultados a favor de los candidatos ya seleccionados. De
todos modos la represión no quedó sin respuesta, huelgas, manifestaciones masivas,
desobediencia y lucha que les costó la vida a algunos africanos. Al final la política
funcionó y Houphouet-Boigny decidió romper con los comunistas, aquí está el gran
éxito de la descolonización francesa.
El problema que tuvo que afrontar fue la mala organización de su partido, aunque
parecía ser un partido fuerte no pudo tolerar las presiones ejercidas en su contra por la
administración francesa, ante la presión el partido se desmembró. No fue este el único
motivo por el que Houphouet afrontó de esa forma la presión francesa, podría haber
apelado al pueblo por encima de los líderes de su partido, huido e organizado guerrillas,
pero no escogió este curso de acción.
DESCOLONIZACIÓN- Parte 2
El factor más importante que determina la actitud del poder local (de la elite
nacionalista más importante) ante el ex-país conquistador (la política metropolitana) es
su posición de poder local. Cuánto influye y si tiene competidores locales fuertes. El
ejemplo claro fue Costa de Marfil. Toda guerra de liberación lleva un conflicto civil, y
si el partido del poder no es fuerte deberá luchar contra los colonizadores y contra los
otros grupos nacionalistas a la vez. Las elites dominantes deberán evitar el conflicto
armado con las potencias imperiales. También hay que tener en cuenta que dada la
diferencia de poder un conflicto armado resultaría en muchas víctimas del bando local.
Un conflicto armado también separaría a los pueblos locales, que normalmente ya de
por si no estaban unidos. Por último hay que tener en cuenta que lo que nosotros vemos
como grupos locales nacionalistas solían estar muy distanciados unos de otros, y no
luchaban como una fuerza conjunta.
Entonces la guerra civil está presente en todos los movimientos de liberación nacional:
 Guerra Civil de dos años, y muchos más de consecuencias en Irlanda tras el Tratado
Anglo-irlandés en 1921
 En medio de la lucha contra el esfuerzo de los holandeses de recuperar las Indias
Orientales Holandesas los comunistas hicieron un golpe de estado contra el gobierno
de Hatta-Sukarno que nunca olvidó el Ejército Indonesio.
 En Túnez Bourguiba tuvo problemas para sellar su acuerdo de “autonomía interna”
por presiones dentro del país
 Sólo porque su liderazgo en el movimiento nacionalista estaba fuera de duda pudo
Kwame Nkrumah aceptar la Constitución de 1950 para Costa de Oro. Si los británicos
hubieran apoyado a movimiento separatista de Ashanti y los territorios del norte no
hubiera podido hacerles frente.
 “No tenemos programa sino independencia” declaró el partido marroquí Istiqlal a
principio de los 50. Representaba los intereses de los terratenientes donde el 60% de
la población rural no era terrateniente.
 El mismo lema usó el partido Wafd egipcio en 1951 por su abrogación unilateral del
tratado Anglo-Egipcio de 1936. Pero se le escapó el poder de las manos y en 1952
sufrieron un golpe de estado.
Por muy reacias que fueran a luchar contra la autoridad imperial tales confrontaciones
ocurrían. Hay distintas categorías de poderes locales que desafían a grandes potencias:
Los grupos dominantes que menos probabilidades tienen de enfrentarse a las fuerzas
colonialistas son los que no tienen su posición local segura y pueden beneficiarse de
Europa. Costa de Marfil es un caso claro de esto. El factor local, que la AOF quisiera
incorporarse al territorio y los temas económicos eran razones por las que no enfadarse
con París.
No siempre una economía saneada ayudaba a la economía europea. Por ejemplo en el
caso de Qadaffi que tenía petróleo, y a este no le importaban los conflictos armados.
La corte de Camboya también es otro ejemplo de colaboración de elite con los
europeos. Los franceses destruirían las fuerzas antimonárquicas presentes en el país.
Los intereses europeos están eficazmente representados por una elite de importadores e
exportadores, cuya capacidad para desarrollarse económicamente le permite cooperar de
manera útil con el sistema internacional, al mismo tiempo que asegura la estabilidad
interna.
Por supuesto, han habido excepciones:
 algunas elites no se dan cuenta de donde están sus intereses:
 El zar cometió un gran error al enredarse con Japón en 1904 y por ayudar a los serbios
en 1914
 el partido Wafd se suicidó en 1951 cuando abrogó el tratado Anglo-Egipcio en 1951
para intentar recuperar Sudán y el Canal de Suez. Al intentar luchar contra presas
grandes se los comieron los otros partidos nacionalistas.
También las fuerzas imperiales cometieron errores como por ejemplo: UK amenazó a la
monarquía jordana al invitarles al Pacto de Bagdad en 1955.
UK destruyó el régimen del sistema iraquí afín a UK de Nuri Pasha as Said como precio
por invadir el Canal de Suez.
A veces triunfan grupos que no se esperaba que triunfasen. Por ejemplo el rey de
Marruecos que se sirvió en las rivalidades de los demás partidos para que no le
molestasen a él.
Los gobernantes basan su poder en la legitimidad tradicional o en los ingresos de las
importaciones y exportaciones que se inclinen menos a movilizar a sus pueblos en
guerras de liberación nacional.
Esto nos lleva a que el análisis de Elliot Berg sobre los límites económicos de la
elección política en el África Occidental Francesa después de 1945 que no distingue
entre variables políticas y sociales de la pobreza. Si la necesidad económica fuera tan
grande en el terreno político Argelia no hubiera tenido su liberación.
¿Qué clases nacionalistas podrían entrar en conflicto violento con un régimen imperial?
En el caso de Argelia, que nunca se sintieron unidos a Francia. Los colonos usurparon el
papel de la elite local. No surgió ninguna clase importante afrancesada y crecía la
posibilidad de que el campesinado se expresara contra los franceses directamente, y no a
la burguesía nativa.
Pero esos movimientos no crearon lazos con las masas. Son muy visibles pero
insignificantes frente a los esfuerzos de Messali Hadj y del Ulama Musulmán
Reformista que dotó de una base popular a la oposición en contra de los franceses.
En 1954 los franceses no encontraron a ningún aliado sino solo al Frente de Liberación
Nacional.
En Indochina la elite que hubiera podido ayudar a los franceses fue destruida por la
ocupación japonesa. En el resto de países los japoneses colaboraban con las eficientes
fuerzas locales, en el caso de Indochina la administración quería ayudar a los franceses
y la población nacionalista fue clandestina, y se unió en los comienzos del partido
comunista allí. Francia había eliminado al resto de la no tan importante oposición y el
PCI se iba volviendo cada vez más fuerte. La represión de los franceses de los años
treinta y la ocupación de principios de los cuarenta beneficiaban a los comunistas.
El factor decisivo fue la ocupación japonesa. En el resto de la zona, los japoneses
trabajaban con las elites nativas, que eran instrumentos de administración más eficientes
que los funcionarios públicos occidentales. En indochina la administración amiga de los
franceses quería entenderse con los japoneses. El canal para los vietnamitas que
deseaban liberar su país era un movimiento clandestino, en el que los comunistas
vietnamitas tenían un papel fuerte y protegido.
En lo económico la presencia francesa de los años 20 había descansado en inversiones
de grandes empresas como Michelin, en las actividades de la clase comerciante china y
la influencia de los terratenientes ricos. Los franceses habían liquidado la oposición, por
lo que los comunistas vietnamitas se volvieron muy fuerte, al no tener oposición. La
base sobre la que actuara la elite económica era muy estrecha y la represión de los
franceses sufrida anteriormente beneficiaba políticamente a los comunistas. La
presencia francesa en el sudeste asiático debería haber cambiado mucho después de
1945. Los agrupamientos de fuerzas políticas en Vietnam, no controlados por el
comunismo, podrían haberse unidos, y contar con el apoyo francés como se barajó,
aceptando la independencia de Vietnam a cambio de seguir beneficiandose
económicamente.
En Malaya, donde los comunistas se encontraban en una situación más difícil, una parte
decisiva de la victoria inglesa fue su respeto a la base del poder independiente de
Tengku Abdul Rahman, jefe del Partido de la Alianza que asociaba a los malayos con
los chinos, para poder aplastar a los insurgentes.
Comparando Indochina con Indonesia, vemos que las diferencias entre ambas áreas
fueron más políticas, que económicas y sociales, si queremos evaluar las posibilidades
de una revolución comunista. En los años treinta, Indonesia tenía un porcentaje de
campesinos sin tierras mayor que Indochina, y las plantaciones holandesas y la clase
comerciante china impedían el surgimiento de una clase media indígena. El comunismo
había llegado a Indonesia antes que a cualquier otro país de África o Asia. Los
obstáculos del éxito comunista en Indonesia son políticos. Primero, el partido comunista
escogió muy mal el momento de los levantamientos que impulsó. Mientras que en
Indochina fueron especialmente los nacionalistas no comunistas quienes se destruyeron
a si mismos, la revuelta del PCI en 1926 -1927 hizo que el partido retrocediera, mientras
otros partidos se fortalecían. El golpe de estado contra el gobierno de Hatta en otoño de
1948 mientras una gran fuerza holandesa estaba preparándose para atacar a los
nacionalistas, dio mucha desconfianza hacia ellos, incluso de los que hasta entonces
fueron sus aliados.
La tolerancia de Tokio hacia los nacionalistas dejaba a los comunistas muy débiles.
Tras la derrota de Japón los nacionalistas indonesios no comunistas disfrutaron de una
autonomía nunca antes vista para ellos. Por último, los holandeses le concedieron
independencia al área, pero si hubieran tenido que luchar muy probablemente hubiera
resurgido el PCI.
El comunismo fue derrotado en Indonesia por una serie de eventos fortuitos. Si los
franceses hubieran hecho lo mismo (que era posible) Cochinchina y Camboya hubieran
sido independientes, sin pasar por el comunismo.
Hay un tercer tipo de situación posible: Que una elite nacionalista se oponga al orden
colonial sobre la base de su posición de poder local. Una burguesía manufacturera que
desplace a la elite en nombre de los aranceles protectores de su industria incipiente y en
aras de una producción agrícola más racional, para alimentar al proletariado urbano e
incrementar la demanda rural de bienes manufacturados. La India es el ejemplo. La
alianza del campesinado y la nueva burguesía urbana lograda por Gandhi creó el poder
que obligaría a los ingleses a marcharse. El movimiento Swadeshi, involucró un boicot
a los productos británicos que benefició a la industria local. El período de mayor
expansión fue después de la Primera Guerra Mundial, cuando los británicos permitieron
los primeros aranceles protectores a la India.
Mientras se fortalecía la burguesía Gandhi extendía su credo. Su mayor éxito inicial fue
el “programa para la ausencia total de cooperación” con la Constitución de 1919, y
obtuvo aún más éxito con las campañas de desobediencia civil. El respeto por el
derecho de la propiedad y su insistencia en la no violencia hacían que los industriales
hindúes no se alarmaran. Pero si los británicos no hubiesen concedido la independencia
tras la segunda Guerra Mundial, habría habido una revolución.
No está claro que la organización de intereses que llevó a la India a la independencia
hubiese mantenido su poder si una revolución intensa y prolongada hubiera surgido. En
India habían muchos problemas de pobreza y sociales.
La india ha estado gobernada desde la independencia por una coalición integrada por el
establecimiento burocrático-militar que aplica la política, los grandes grupos
empresariales que financian el congreso, los políticos del montón que representan a los
pequeños propietarios rurales y a los campesinos más ricos y los intelectuales que
articulan la política.
En el caso de India vemos una elite nacionalista que seguramente habría vacilado
mucho antes de lanzarse a una revolución, pero que tenía todas las posibilidades de
hacerlo si los británicos no se hubieran ido.
Todos estos estudios son ejemplos de las respuestas coloniales ante la conservación de
la dominación europea después de 1945.
El factor más importante es el lugar de la elite predominante respecto al doble desafío
que afronta: del sistema internacional y los rivales locales:
 Las elites de importadores-exportadores y los gobernantes tradicionales deberán
moderar sus demandas nacionales para poder seguir contando con apoyo extranjero.
 La elite manufacturera nacional aliada a las fuerzas rurales, representativa de algo
más que un puñado de grandes terratenientes, es claramente más capaz de presionar
sus demandas autónomas. Pero deberá evitar una sugerencia radical de presionar por
una guerra de liberación porque los radicales podrían querer cambiar todo el país y
ellos dejarían de estar en una situación de poder.
 La elite más poderosa es la que no tiene rivales nacionales, porque no tiene nada que
temer, y podrá ver al extranjero como el enemigo.
En este sentido Argelia e Indochina eran muy diferentes por lo que representaban para
Francia. No se parecían en nada con la experiencia británica, ya que Argelia era el hogar
del 2% de la población nacional, tenía recursos petrolíferos, y era estratégicamente
importante para Francia, ya que su capital Argel, estaba a 800 kilómetros de Marsella.
En Kenia, al no ser importante para los británicos, vendieron las tierras para crear una
elite exportadora en la que pudieran basar sus relaciones después de la independencia.
En Argelia la presencia era mucho más poderosa, y los colonos frustraban cualquier
intento de creación de una burguesía musulmana poderosa.
Tampoco podían copiar el ejemplo de Sudáfrica y aislarse, ya que eran más pobres, y la
pequeña minoría importante no hubiera podido mantener el poder sin ayuda de los
franceses. Por eso resultaba muy difícil la retirada.
La comparación entre Indochina y Malaya es más ambigua. Pero la fuerza mayor de los
grupos no comunistas en Malaya, se combinó con la disposición de los británicos para
trabajar con ellos, y batir a los insurgentes, los británicos empezaron con mayores
ventajas que los franceses, y se supieron manejar mejor.
Nasser es el fracaso de la política británica. Londres se enfrentó contra este líder
colonial, con quien no podía llegar a ningún acuerdo. El fracaso más importante de los
británicos fue con respecto a Medio Oriente, Mossadegh nacionalizó las empresas
petroleras británicas que operaban en Irán. Al final Gran Bretaña se salió con la suya,
pero porque pidió la ayuda de Estados Unidos. La toma del Canal de Suez en 1956 por
Nasser fue muy amenazadora, según Eden (primer ministro): “ Algunos afirman que
Nasser no es Hitler ni Mussolini. Aparte de la diferencia de escala, no estoy muy
seguro. Ha seguido el patrón de Hitler, hasta en los campos de concentración y la
propagación de Mein Kampf entre sus oficiales. Ha entendido y utilizado el patrón de
propaganda de Goebbels en toda su crudeza. La posición estratégica de Egipto
intensifica la amenaza de cualquier dictadura que allí se establezca.”
La mayor amenaza representada por Nasser era la erosión de las débiles elites árabes del
Medio Oriente amigas de Occidente (Libia, Arabia Saudí, Irak, Jordania, Líbano y los
emiratos del Golfo Pérsico) que podían monopolizar las reservas petroleras de la región.
Suez era la más nociva de las retiradas británicas.
Conclusión
En este capítulo vemos los factores que llevaron a la liquidación de los imperios
europeos de ultramar después de 1945. En la gran mayoria de los casos la influencia
europea fue decisiva en el resultado final.
Los británicos fueron mucho más efectivos, y tuvieron pocas pérdidas, ya que a pesar de
perder el poder, pusieron clases gobernantes que fueran afines ellos, conservando sus
principales intereses.
Los británicos tenían cuatro ventajas:
1- Sus tradiciones imperiales hacían que prefirieran el imperio informal, y tenían un
procedimiento establecido para la devolución de poder.
2- Sus lazos con Estados Unidos hacían que no temieran por los cambios del mundo.
3- Sus instituciones políticas internas manejaban problemas de esta magnitud con
facilidad.
4- Con la excepción de Suez, su uso de la fuerza se limitó a casos donde era factible
conseguir sus metas, que no eran descabelladas.
Por último Londres no vio los desafios como un peligro para su seguridad nacional.
Para Paris en cambio la rebelión en Argelia e Indonesia, si que lo vio así.
En resumen, los malos resultados de Paris se debieron a que no supieron manejar las
situaciones de forma que se beneficiaran ellos mismos, a la vez que cedían los
gobiernos a los nacionalistas. El resultado para ellos hubiera sido muy diferente de
haber contado con las mismas condiciones que los británicos.
DESCOLONIZACIÓN-Tercera Parte
INTRODUCCIÓN
Guerra de Vietnam (1964-73) debe integrarse en el avance del comunismo y la
conversión del continente asiático, desde 1945, en el principal escenario “caliente” de la
GF en el que se imbrican las rivalidades Este-Oeste con el enfrentamiento entre los dos
grandes países comunistas, la URSS y China.
LA COLONIA FRANCESA DE INDOCHINA. SIGLOS XVIII-XIX
Tras el británico, el francés fue el segundo gran imperio colonial europeo moderno. Un
imperio centrado en África. El llamado “segundo imperio francés” comenzó a formarse
a partir de la conquista de Argelia que se inició en las postrimerías de la Restauración en
1830 y continuado por los gobiernos liberales, por la Francia bonapartista y, a partir de
1871, estimulado por el ejemplo británico y por la derrota en la guerra franco-prusiana
que desempeña un papel similar al 98 español. El imperio francés se centró en África:
Argelia y Túnez, Chad, Gabón… más Madagascar. La colonia más próspera fue la de
Indochina; la cual incluía los tres estados de Vietnam, Laos y Kampuchea o Camboya.
EVOLUCIÓN DE LA PENETRACIÓN FRANCESA
Antes de la llegada de los franceses, la zona estaba sujeta a la autoridad del emperador
chino. Sin embargo, las potencias europeas se repartían las posesiones de la decadente
dinastía manchú. La peculiaridad de la presencia francesa en esa zona fue construyendo
su imperio a partir de enclaves anteriores, los franceses no tenían más que cinco bases
comerciales fortificadas en la India y su tráfico comercial era muy limitado. La
hegemonía británica en la India, hizo derivar los esfuerzos hacia la “apertura” de China
y hacia el asentamiento en Indochina. De las bases comerciales y de las misiones
católicas fue desde donde surgió el imperio colonial francés en Indochina. Fueron
consolidando su presencia por una política de apoyo y alianzas con dirigentes locales
enfrentados entre sí y, acciones militares producto de diversas “crisis de colaboración”:
1. Tratado de Tourane en 1787 por el que los franceses apoyan al rey de Anman
frente a los gobernadores de Tonking y Cochinchina.
2. Acciones militares entre 1820-1847 con la “excusa” de garantizar la seguridad
de las misiones católicas y dentro de la política global de lograr la apertura de
todo el área al comercio europeo.
3. Momento de inflexión importante al hilo de la política imperialista y de prestigio
del régimen de Napoleón III. Entre 1862-1868 el tratado de tolerancia religiosa
que incluye, la concesión a Francia de las tres provincias orientales de
Cochinchina. A partir de ese núcleo, e interviniendo en las pugnas internas, los
franceses consiguen consolidar Camboya como un protectorado francés en 1863.
4. La política bonapartista es continuada por la III República que, entre 1873 y
1887, y aprovechando una serie de “crisis periféricas” establece su dominio
creando Union Indochina (1887). El Tratado de Bankog (1893) fue una especie
de reparto de zona de influencias entre Inglaterra y Francia que pactan la
neutralidad de Siam y la fijación de una frontera estable entre este reino (1907) y
la Unión Indochina.
ADMINISTRACIÓN E IMPERIALISMO FRANCÉS
Francia estuvo dividida entre:
1. Las fuerzas políticas que creían que su destino se encontraba en Europa y norte
de África.
2. Aquellas que impulsaron la política asiática e imperialista en general.
Puede decirse que la derecha francesa fue imperialista mientras los socialistas y
radicales tendieron a ser críticos respecto al imperialismo.
Las bases más solidas del imperialismo francés se encontraban en el ejército y las
grandes finanzas.
El modelo imperial estuvo asentado en una burocracia imperial, muy centralizada y
jerarquizada que siguió el modelo administrativo francés metropolitano. Su política
cultural consistió en un intento de asimilación de los llamados “franceses de color” a
través del ejército y de la escuela. Importancia de una burguesía autóctona, comercial y
colaboracionista.
Esta situación divide claramente a la sociedad Indochina y radicaliza el anticolonialismo
popular. En 1929 se funda el Partido Comunista Indochino y se adhiere el Komintern.
El sistema que se establece (con la excepción de Camboya) fue el de la administración
indirecta a través de gobiernos “títere” bajo gobernadores franceses cuyas prerrogativas
se ejercían en materia de relaciones comerciales y política exterior en general.
MONOGRAFICO INDOCHINA
INDOCHINA DURANTE LA IIGM
Los japoneses ocuparon toda Indochina. Sin embargo, y hasta Marzo de 1956, los
japoneses mantuvieron a sus “aliados (los representantes franceses del gobierno de
¿Vichy?) en sus puestos. En marzo de 1945 los japoneses encarcelaron a todos los
representantes y habitantes franceses y proclamaron el estado autónomo de Vietnam en
un intento de atraerse a la población a su causa frente a los aliados
anglonorteamericanos. Ese primer régimen colapsó, tras lo que dio paso a un intento
francés de reinstalarse en la zona a través de una nueva Unión Francesa con ciertos
cambios y concesiones a la población, con el apoyo de sectores importantes de la
burguesía comercial autóctona. Sin embargo, los movimientos nacionales eran ya muy
fuertes. El partido nacionalista de Ho-Chi-Min trató de hacerse con el poder
proclamando la República Democrática de Vietnam de la cual se desgajaron Laos y
Camboya, ocupadas por los franceses. Camboya se independizó por su cuenta y lo
mismo con Laos.
En 1946, Gran Bretaña entregó la administración de Vietnam del Sur a las tropas
coloniales francesas a cambio de que éstas reconociesen la independencia del régimen
de Vietnam del Norte dentro de la órbita de la Unión Francesa. Presiones de los sectores
más duros de la administración, el ejército y los intereses coloniales para que Francia
resolviese militarmente el problema de Vietnam
LA PRIMERA GUERRA DE INDOCHINA (1946-1954)
Tropas francesas ocupan el Delta del Río Rojo (norte del Vietnam) como castigo por la
irradiación nacionalista desde allí hacia el sur. Fueron derrotadas por las tropas
nacionalistas del norte apoyadas por China. Es la firma del armisticio en Corea, y el
intento de lograr un cierto grado de reparto (distensión en la zona) el que acaba por
partir en dos a Indochina. La administración Eisenhower decide no intervenir con tropas
en Vietnam del Norte y la capitulación de las tropas francesas en la zona se sanciona a
través del Tratado de Ginebra (1954) que reconoce la división de Indochina en tres
estados independientes. Laos, Camboya y Vietnam. Este último dividido a su vez en dos
(Norte y Sur) hasta la celebración de elecciones libres. Por lo que respecta al área del
sur, se encargarían las tropas de Estados Unidos en sustitución de las tropas coloniales
francesas que se retiran.
LA SEGUNDA GUERRA DE INDOCHINA Y LA GUERRA DE VIETNAM
(1957-1975)
En 1956, el gobierno “títere” de Ngô Dinh Diem, apoyado por los americanos se negó a
convocar elecciones tal y como había sido acordado en Ginebra, con la convicción de
que las ganarían los comunistas y partidarios de la unificación del pañis bajo la égida
del Norte que había iniciado un importante desarrollo industrial y armamentístico.
El derrocamiento de la monarquía de Bao Dai (representante era Diem) desembocó en
un gobierno dictatorial que comenzó a ser combatido por los comunistas del interior con
la ayuda del régimen del Norte: esa guerrilla (“Vietcong”) fue la que inició el proceso
de liberación del país frente a la mayor presencia de tropas norteamericanas.
Inicialmente, los americanos decidieron aplicar en el sur de Vietnam una política de
ayudadas económicas de intención similar a la aplicada en Japón y Corea del Sur: evitar
que el empobrecimiento de la población más el prestigio del comunismo volcase a la
población hacia la órbita soviética y/o china. Las enormes ayudas económicas
americanas, especialmente en la reforma agraria, fueron dilapidadas y esta última
paralizada. La corrupción e ineficacia (familia Diem) con un gobierno y unas fuerzas
armadas crónicamente venales, la ayuda americana acabó en manos de una estrecha
élite que padecía enfrentamientos entre católicos y budistas. En 1963, un golpe de
estado militar acabó con la dictadura de Diem si sucediéndose una serie de gobiernos
débiles incapaces que favorecieron la cada vez mayor intervención militar
estadounidense. Esos primeros años sesenta de enfrentamientos internos, avance del
comunismo… es cuando USA se implica completamente en la guerra de Vietnam.
Responsabilidad que hay que atribuir al nuevo presidente demócrata: John F. Kennedy
quien ganó las elecciones de 1960 siendo investido en 1961.
Kennedy, al legar a la presidencia se encontró con el problema vietnamita y con el
avance del comunismo. Fue la administración Kennedy la que desencadenó la escalada
de envíos de tropas y material bélico. Una política continuada y drásticamente acelerada
por Lyndon Johnson, tras el asesinato de Kennedy en 1963. Se creyó poder controlar a
través del envío de tropas escogidas, asesores militares, material de guerra…Johnson
ganó las elecciones con un programa que preveía la pronta retirada americana de
Vietnam, tras haber pacificado la zona. Sin embargo, Vietnam atrapó hasta unos límites
imprevistos: si en 1963 ya habían 30.000 soldados americanos en Vietnam, en 1967
habían casi 400.000 hombres. Para entonces, la población del Sur era tan acosada, como
sospechosa de apoyar a la guerrilla, como el ejército del Norte.
Los tres primeros años de guerra abierta parecieron asegurar una lenta pero segura
victoria americana. Era así en el terreno militar estricto, pero no en el ámbito civil y
político a la propia población vietnamita sujeta a la doble arbitrariedad de sus gobiernos
y de las tropas americanas que ordenaban operaciones de resituación de
poblaciones,etc…
En USA, la guerra de Vietnam fue convirtiéndose en cada vez más impopular con los
llamamientos afilas que afectaron sobre todo a la clase obrera y media baja, a la
población de color especialmente. Fueron alcanzando a la clase media. Fue la primera
guerra televisada con un impacto psicosocial muy alto. Son los años de apertura política
tras la era del maccarthismo, del pacifismo…los momentos más duros de la guerra
coinciden por la crisis financiera en USA que quebraron el sueño americano de
bienestar y hegemonía mundial. De esta forma, la guerra de Vietnam comenzó a
perderse en el terreno militar, político y dentro de los propios USA.
En 1968 ocurrió la ofensiva de los comunistas que significó el hundimiento moral de la
opinión pública norteamericana. La victoria de los comunistas aún tardaría, pero fue
entonces cuando el periodista televisivo Walter Cronkite abogó por la negociación casi
al tiempo que llegaban a las pantallas americanas y a todos los periódicos del mundo
aquellas imágenes terribles de ejecuciones sumarias de Saigón. Creciente
desmoralización y desorganización de las tropas estadounidenses, drogas, deserciones,
clima de Apocalypsis Now…
La consigna de “Yankees Go Home” comenzó a ser coreada en toda Europa y en los
propios movimientos radicales, hippies, etc, de EEUU. Creciente aislamiento
internacional de USA al respecto…
En 1968, Nixon llegó a la Casa Blanca con un programa de salida honrosa de Vietnam,
el problema era cómo.
La salida americana de Vietnam fue el producto de esa situación de coexistencia
pacífica, en el marco del enfrentamiento chino-soviético que los americanos
alimentaron a través de la estrategia internacional desarrollada por Henry Kisinger. Ese
enfrentamiento, y la clara división del movimiento comunista internacional favoreció
una salida negociada con el Vietcong. En 1973 retirada norteamericana de su
acercamiento a China y en el contexto de la distensión respecto a la URSS. En 1975 se
proclamó la República Socialista de Vietnam. El trauma de Vietnam perdió su
hegemonía y se enfrentó a una crisis hasta los noventa pasando por la “era Reagan” y la
segunda GF…
La situación en el resto de Indochina. La conferencia de Ginebra independencia a Laos
y Camboya. En Laos se mantuvo la monarquía bajo el imperio francés como una
monarquía constitucional, y en 1962 entraron a formar parte del gobierno los
comunistas. El control de estos creciendo hasta 1975 que la victoria comunista y la
unificación del país favoreció la toma definitiva del poder por el partido comunista de
Laos instaurándose la República popular de Laos. Lo mismo en Camboya. Tailandia se
independizó tras la derrota japonesa bajo la égida de USA e inició una nueva fase de
monarquía más o menos dictatorial y un desarrollo económico acelerado hasta
convertirse en uno de esos países de capitalismo salvaje.
EL DENOMINADO
“TERCER MUNDO”
Alfred Sauvy en 1952 utilizó por primera vez el término “Tercer Mundo” refiriéndose,
en plena guerra fría, a los países subdesarrollados. El radicalismo reivindicativo fue
puesto por el mismo Sauvy: “este tercer mundo ignorado, explotado, quiere también ser
algo”. Esos países eran: Asia, África y América Latina, es decir, las tres cuartas partes
de la humanidad. El principal problema del Tercer Mundo a mediados de los cincuenta
era el crecimiento económico y el de poder reducir distancias respecto a los países
desarrollados. De ahí que, enseguida, conceptos como los de desarrollo, dependencia,
sistema mundial, etc, se vieran asociados al del Tercer Mundo.
El proceso de descolonización que sigue a la SGM se inscribe en el contexto de GF que
caracteriza al sistema bipolar surgido durante la contienda. Los países que acceden a la
independencia a partir de 1945 s ven forzados a elegir entre dos modelos de desarrollo
igualmente imperfectos:
 CAPITALISMO: tiende a perpetuar los bajos niveles de desarrollo y a
consolidar las relaciones de dependencia con la antigua metrópoli y con EEUU.
A cambio, la adscripción al bloque occidental, parece garantizar el
mantenimiento de libertades democráticas que, sin embargo, puede desaparecer
a poco que se cuestione el status quo vigente.
 “SOCIALISMO REAL”: pareció garantizar el desarrollo inicial, pero al precio
de tener que aceptar una férrea disciplina ideológica (régimen de partido único)
y de la desestructuración cultural e ideológica de la sociedad tradicional y de los
valores propios. El derrumbamiento del comunismo en la URSS y en la Europa
del Este, y el descubrimiento de la dramática realidad de países como Cuba
llevan a cuestionar actualmente este crecimiento inicial o a situar el
estancamiento y las dificultades del crecimiento mucho antes.
Se puede afirmar que ninguna de las dos ha garantizado el crecimiento económico, ni la
reducción de distancias son el Primer Mundo, ni la instauración de sistemas
democráticos respetuosos de los derechos humanos.
Por el contrario, a mediados de los 90, en estos países el fuerte crecimiento demográfico
y el lento crecimiento, cuando no la reducción de los niveles de renta hace que la
situación sea hoy peor. De ahí que la recuperación de una identidad cultural, sacrificada
por la modernidad, se ha convertido en la clave de las reivindicaciones de los
movimientos opositores más radicales.
En el terreno de la teoría y las ideologías, cada una de las escuelas estaba convencida de
que el paradigma ofrecía una explicación de los problemas del Tercer Mundo y estaba
en condiciones de enunciar la estrategia para resolverlos. Esta situación ha cambiado y
está demandando una revisión radical, sobre todo con el final del “Segundo Mundo” el
concepto “Tercer Mundo” se ha visto privado también de su sentido originario. Las dos
grandes corrientes que se han visto rechazadas como grandes teorías globales.
 INTERPRETACIÓN “NEOCLÁSICA”
- Primaban los aspectos internos para explicar el escaso desarrollo de la mayor
parte de los países del Tercer Mundo y el alto desarrollo del Primer Mundo.
-
Se suponía que el cambio económico y tecnológico llevaría consigo el
cambio político y social: el desarrollo mediante incrementos en la
productividad del trabajo que producían el crecimiento económico asociado
a la industrialización que comportaba la urbanización, alfabetización y el
desarrollo político y social, en forma de consolidación de sistemas de
participación democrática.
- Se admitía la aplicación de políticas keynesianas (Estado de Bienestar) para
estimular el crecimiento o se identificaba totalmente modernización
económica con modernización política.
 Sin embargo, la evolución de las últimas décadas:
- No ha habido un cambio político, económico y social que haya conducido a
los países del Tercer Mundo a niveles de desarrollo similares a los de los
países industriales.
- El crecimiento económico, allí donde se ha dado, ha adquirido un carácter
fragmentario y sólo ha beneficiado a una minoría de la población. Lo mismo
del cambio social.
- En cuanto al cambio político, no hay una correlación clara entre crecimiento
económico e implantación de sistemas democráticos. Puede afirmarse todo
lo contrario: países que han tenido un gran crecimiento económico (Asia
oriental y suroriental) hasta el extremo que hoy resulta difícil incluirlos en el
Tercer Mundo, se caracterizan por sistemas autoritarios y represión; por el
contrario, países comprometidos en una profunda democratización (Chile,
Argentina, Filipinas, Turquía) no parecen haber experimentado avances en la
industrialización.
 SEGUNDA INTERPRETACIÓN
- La mayor parte de las veces, la descolonización había sido incompleta o
formal ya que los nuevos países mantenían relaciones de dependencia
política, económica, cultural y militar con las antiguas o nuevas metrópolis.
- Esta dependencia, derivada de la división internacional del trabajo y del
mercado mundial surgido durante la colonización. Su mantenimiento tras la
descolonización condicionaba la evolución de estos países. La dependencia
sería la responsable del subdesarrollo puesto que el desarrollo de los países
industrializados es el fruto de la explotación y del subdesarrollo del Tercer
Mundo.
- Para explicar la ausencia del desarrollo se acudía a factores externos, y entre
estos primaba la articulación de estos países a un sistema mundial capitalista
que generaba mayor dependencia y perpetuaba el desarrollo. Esta
articulación producía un intercambio desigual de los países menos
desarrollados.
Estas obras referían lo esencial de la teoría de la dependencia, del sistema mundial
capitalista y de la divisón entre formaciones centrales (países desarrollados) y
formaciones periféricas (países subdesarrollados).
En la versión más radical de esta teoría, se argumentaba la imposibilidad de
“desengancharse” del sistema mundial capitalista, y por lo tanto del subdesarrollo. La
superación sólo por una “transformación total” que sería impulsada por una
“revolución” iniciada en la periferia. Las obras despertaron un gran interés, pero la
evolución de los países subdesarrollados ha tendido a quitarles razón por el proceso de
diferenciación dentro del Tercer Mundo y la aparición de un “Cuarto Mundo”, ponían
de relieve la importancia de los factores internos. Simultáneamente, en el mundo árabemusulmán y en otros lugares, la adscripción a movimientos confesionales radicales de
gran parte de los antiguos militantes izquierdistas vació de “carácter revolucionario al
proletariado de la periferia”.
Del conflicto entre las dos grandes teorías, se desprendieron elementos de análisis que
todavía pueden resultarnos útiles a condición de no caer en el maniqueísmo de
planteamientos que pretenden contener toda la verdad de una realidad muy compleja.
La creciente inadecuación de las antiguas teorías a una realidad cada vez más compleja,
la desaparición de la confrontación Este-Oeste y la toma de conciencia de la difícil
realidad social, económica y política de más de las tres cuartas partes de la humanidad
han dado lugar a la generalización de una nueva denominación que, tiene la ventaja de
no estar apenas contaminada por los grandes debates teórico-conceptuales de los
sesenta-setenta y de ser eminentemente gráfica: la expresión Norte-Sur para diferenciar
los países desarrollados de los no. La diferencia se sitúa en la renta per cápita. Norte
países con una renta elevada de América del Norte y de Europa, además de Japón, y el
Sur agrupa a la mayor parte del resto.
La desaparición de la rivalidad Este-Oeste no ha supuesto el “fin de la historia”. Los
conflictos persisten y tienen mucho que ver con las relaciones de dependencia,
explotación, rivalidad, etc. De ahí que la concreción del Nuevo Orden Internacional
pase por una reformulación de estas relaciones.
Características del subdesarrollo según Yves Lacoste en Geografía del subdesarrollo
(1965), son:
1. Insuficiencia alimentaria.
2. Grave deficiencia de las poblaciones, alto porcentaje de analfabetos,
enfermedades de las masas, alta mortalidad infantil.
3. Recursos desaprovechados o despilfarrados.
4. Alto porcentaje de agriculturas de baja productividad.
5. Pequeño porcentaje de población urbana, debilidad de las “clases medias”.
6. Industrialización restringida e incompleta.
7. Hipertrofia del sector terciario.
8. Debilidad de la renta nacional por habitante.
9. Abundancia del paro laboral y del subempleo, empleo de niños para trabajar.
10. Situación de subordinación económica.
11. Desigualdades sociales muy marcadas.
12. Dislocación de las estructuras económicas y sociales.
13. Amplitud del crecimiento demográfico.
De la comparación de los países en desarrollo y de los países industrializados se
desprende la siguiente profundización de las diferencias:
1. Altas tasas de natalidad que contratan con la de los países desarrollados. La
búsqueda de oportunidades ha llevado al fenómeno de las megaciudades del sur
caracterizadas por:
a. Extrema miseria, infraviviendas, falta de servicios, drogas y marginación,
mafias organizadas, delincuencia. La recesión de los ochenta y las políticas
2.
3.
4.
5.
6.
de ajuste por el FMI y el Banco Mundial comportaron una caída de las
inversiones urbanas que contribuyó a degradar más las condiciones de vida
en las megaciudades. Su volumen las hace inmanejables y su gobierno se
convierte en un problema de orden público.
b. Profunda división económica y social del espacio metropolitano. Las clases
dominantes y los sectores privilegiados viven en áreas residenciales
acotadas, protegidas policial y militarmente en condiciones aceptables y con
acceso a servicios. El resto, la gran mayoría, en barrios de infravivienda, sin
urbanización y sin servicios.
El Sur se caracteriza por una menor esperanza de vida, mayor mortalidad
infantil, elevada tasa de fecundidad…son variables que inciden negativamente
en la “calidad de vida” y que condiciona las posibilidades de desarrollo. Este
comportamiento responde a condicionantes históricos (destacar el colonialismo
y la dependencia), culturales ya la manera en que asignan los recursos
disponibles. Por ejemplo, los conflictos regionales y el mundo bipolar
implicaron una gasto militar desproporcionado en estos países.
Condicionan el desarrollo la escasa incorporación de la mujer en el trabajo (en
países del Sur la mujer también lleva el peso de la economía doméstica y se
ocupa de la agricultura y la ganadería), elevado analfabetismo y las grandes
bolsas de pobreza.
Distribución de la fuerza de trabajo. Excesivo peso del sector primario y la
relativa hipertrofia del sector terciario.
Hiperespecialización en determinados productos, lo que se refleja en su
comercio exterior. Más de dos tercios de las exportaciones de los países en vías
de desarrollo:
a. Son productos primarios, en cambio las exportaciones de los países
desarrollados están compuestas en sus tres cuartas partes por productos
manufacturados.
b. La especialización del Norte, de los países industrializados es difusa porque
cada uno exporta e importa u gran número de productos diferentes. Por el
contrario, la especialización de los países del Sur es concentrada, no exporta
más que un reducido número de productos.
Antes de la desaparición del bloque del Este, el Norte exportaba sus producto
hacia otros países del Norte (las tres cuartas partes), hacia los del Este y apenas
hacia el Sur. En cambio, casi las dos terceras partes de las exportaciones del Sur
hacia los países del Norte y el 29% hacia los del Este y sólo un 8% hacia el
mismo Sur. Los del Este hacia el Sur más de la mitad, hacia el Norte la cuarta
parte y, en menor medida, hacia otros países del Este. La desaparición del
bloque del Este empeora el desequilibrio de los intercambios dada la fuerte
reducción de la presencia de productos del Este en el comercio internacional y lo
reducido de las exportaciones del Norte hacia el Sur. Destacar que el Sur ha
incrementado su participación en el comercio mundial por las exportaciones de
hidrocarburos y de los productos de los newly industrializing countries asiáticos.
7. Añadir una deuda que supera el total del PNB y un servicio de la deuda que
absorbe una parte importante de los beneficios de las exportaciones de bienes y
servicios. Este problema es uno de los más conflictivos en las relaciones NorteSur que nació debido a:
 Intentos de industrialización acelerados a finales de los 60 y principios de los 70
y de las dos crisis petroleras que provocaron un fuerte desequilibrio en el
sistema monetario y financiero mundial.
 Los conflictos bilaterales, las diferencias ideológicas, las rivalidades por las
hegemonías regionales, etc., alimentan la carrera de armamentos en el Sur, que
genera enormes beneficios al Norte.
La deuda ha generado una nueva relación de dependencia Norte-Sur. El subdesarrollo
origina una insuficiencia de recursos y estructuras socio-económicas desequilibradas; la
falta de recursos y de estructuras socio-económicas adecuadas impiden el desarrollo de
las mayoría de los países del Sur.
Según los datos de finales de los 90 cobre el Producto Nacional Bruto, el 78% de la
humanidad sólo aportan al 18% del total mundial. Las tasas de crecimiento anual del
tercer mundo en el Producto Nacional Bruto per capita son muy inferiores a las de los
países desarrollados.
Los últimos decenios, el PIB se ha multiplicado por siete y el PIB per capita se ha
triplicado. La distribución no ha sido homogénea y la desigualdad va en aumento.
El análisis diacrónico de estas características evidencia que nos encontramos muy lejos
de una situación estática.
Convergencias con los países desarrollados:
1. Reducción de diferencias en las respectivas esperanzas de vida.
2. En la oferta calórica diaria.
3. En las tasas de analfabetismo.
4. Disponibilidad de agua potable.
Divergencias:
1. En el consumo de energía per capita
2. Índice de escolarización que incluso retrocede en el promedio de años de
escolarización.
3. En la que se reduce lentitud con que se reduce la mortalidad de los niños.
4. En el mantenimiento de una fecundidad.
Parece todavía operativa la distinción entre un Norte con: 80% de la producción
mundial, 70% de la energía, 75% de los minerales, 85% recursos forestales, 60% de los
alimentos y tres cuartas partes de los automóviles. En el Sur de debe sobrevivir con
mucho menos.
Ahora bien, en la actualidad el Sur parece haber estallado, y haber dado lugar a la
aparición de las sociedades reales con su propia historia, cultura e identidad. Sólo el
estudio de estas sociedades nos permitirá ver la distancia que separa a los dragones
asiáticos de los países menos desarrollados que tienen muy pocos productos que ofrecer
al mercado, que parecen haber sido excluidos de la economía mundial. Es el caso de la
mayoría de los países del sur del Sahara.
El movimiento de Países No-Alineados (MPNA) nace de la voluntad de tres líderes
políticos que lucharon por la independencia de sus países por desterrar la injerencia y el
dominio extranjero en el Tercer Mundo. Como precedentes: la acción de Nehru, Nasser
y Sukarno a los que se une Tito.
-
Antecedente: las reuniones que mantuvieron durante la guerra de Corea
algunos países asiáticos que no veían la intervención extranjera en el
continente. De ahí surgió en 1950 el Grupo Afro-Asiático que se define por
la anti-polarización entre el Este y el Oeste y que será la plataforma de
Nehru.
- Sukarno, de indonesia había liderado el largo proceso de independencia de
Holanda.
- Nasser se encontraba dolido por la actitud británica, y de Occidente en el
tema de la nacionalización del Canal de Suez.
- Tito había roto con Stalin en 1948 pero dispuesto a abrazar el modelo
capitalista. Estaba aislado en un mundo bipolar. Su concepción del
comunismo le cerraba las puertas del Este.
La Conferencia de Bandung (Indonesia, 1955) fue el primer paso de la No Alineación.
Esta insistió en:
 El derecho de todos los pueblos a disponer de ellos mismos.
 Igualdad y soberanía de todas las naciones.
 Rechazo de la injerencia política y cualquier tipo de presión por las grandes
potencias.
 Aceptaba el derecho de cualquier país a defenderse, sólo o en coalición, de las
agresiones exteriores.
 Solucionar las diferencias por la vía pacífica, desarme y prohibición de las armas
nucleares.
Distintas reuniones que fueron perfilando los objetivos del Movimiento de No
Alineación. Pero sería en la Conferencia de Belgrado de 1961 donde nacería MPNA
(Movimientos de Países No Alineados). Distintas reuniones periódicas
que
desarrollaron los objetivos y dotando a la MPNA de un programa de acción que tendía
hacia la modificación de las relaciones económicas internacionales. Se reivindica una
independencia, un nuevo orden mundial.
Por ejemplo, la III Conferencia celebrada en Lusaka (Zambia) en 1970 supone el inicio
de la institucionalización del movimiento en la escena internacional y el retorno de los
temas que relacionan no alineación y problemas de desarrollo. La Conferencia pública
una “Declaración sobre la no-alineación y las cuestiones económicas” y condenan al
colonialismo y el apartheid en Sudáfrica. En 1973, la Conferencia celebrada en Argel
sería el clímax del Movimiento de Países No-Alineados.
Dos problemas fundamentales surgen:
 La multiplicación de los conflictos en el interior del Tercer Mundo y los signos
de inestabilidad (Angola, Sahara, Chad, Camboya-Vietnam…) tienden a
radicalizar las posturas y a romper la solidaridad interna del movimiento.
 El carácter formal que revestía la no-alineación para muchos países que se
alineaban claramente con uno de los bloques (caso de la Cuba de Fidel Castro)
- Fidel Castro defendía la “alianza natural” entre los PNA y los países
socialistas; Houari Boumedian creía que la principal división del mundo era
entre ricos y pobres y no entre socialismo e imperialismo.
-
La inclusión de nuevos países tendía a dar un protagonismo a los países
“socialistas” y a reproducir en el seno del movimiento el enfrentamiento
entre los bloques.
En la Conferencia de La Habana (¡979), Castro priorizó el anti-imperialismo y la
“alianza natural” entre los PNA y los países socialistas. La segunda postura que insistía
en la independencia de los PNA respecto a los dos bloques fue defendida por Tito,
dirigente yugoslavo. Triunfaron los principios de no-alineación preconizados por el
dirigente yugoslavo, pero el movimiento se resintió y adoptó un discurso antiimperialista en el que la referencia siempre era EEUU, sin embargo, la invasión de
Afganistán y l aguerra irano-iraquí introdujeron un matiza de equilibrio y de reflexión
sobre el anti-imperialismo de la URSS y la no-alineación de algunos países miembros
del movimiento.
La MPNA entró definitivamente en crisis tras la caída del muro de Berlín y la
desaparición del mundo bipolar que le dio su sentido.
Capítulo XI-La Revolución Cultural
La mejor forma de acercarnos a la revolución cultural es a través de la familia y el
hogar, de la estructura de las relaciones entre ambos sexos y entre las distintas
generaciones, que en la mayoría de sociedades se resistían a cambios bruscos.
Las estructuras eran de ámbito mundial, con semejanzas básicas en amplias zonas, aun
que por razones socioeconómicas y tecnológicas, había una notable diferencia entre
Eurasia y el resto de África. Por ejemplo, en la poligamia. Estaba prácticamente ausente
en Eurasia, en cambio, floreció en África.
La inmensa mayoría de la humanidad compartía una serie de características:
- Matrimonio formal con relaciones sexuales privilegiadas para los cónyuges.
- Superioridad del marido sobre la mujer.
- Superioridad de los padres sobre los hijos, y de las generaciones más ancianas
sobre los más jóvenes.
- Unidades familiares formadas por varios miembros.
El núcleo fundamental (la pareja con hijos) estaba presente en todas partes. La idea de
que la familia es el núcleo, se basa en un malentendido histórico, sobre todo del carácter
de la cooperación social y su razón de ser en las sociedades preindustriales.
En la segunda mitad del siglo XX, esta distribución básica y duradera empezó a cambiar
en los países occidentales “desarrollados”, de forma desigual en cada región. El cambio
espectacular se ve más claro en países de moral estricta y con una fuerte carga
tradicional, como los católicos.
Algo insólito le estaba ocurriendo al matrimonio en Occidente. La cantidad de gente que
vivía sola también empezó a dispararse. La pareja casada con hijos estaba en retirada.
En determinados casos dejó de ser incluso típica.
 La crisis de la familia estaba vinculada a importantes cambios en las actitudes públicas a
cerca de la conducta sexual, la pareja y la procreación, tanto oficiales como
extraoficiales, los más importantes de los cuales pueden datarse en los años 60 y 70,
época de liberalización extraordinaria tanto para los heterosexuales como para los
homosexuales.
Se instauró un nuevo clima de relajación sexual reconocido por la ley:
-
Legalización del divorcio (1970).
Legalización de la venta de anticonceptivos y la información sobre los métodos de
control de la natalidad.
Nuevo código de derecho familiar (1975).
Legalización del aborto (1978).
Pasaron a estar permitidas cosas que hasta entonces habían estado prohibidas, no sólo
por la ley o la religión, sino también por la moral, las convenciones y el qué dirán.
Estas tendencias no afectan por igual a todas las partes del mundo:


El divorcio fue en aumento en todos los países donde era permitido.
El matrimonio se convirtió en algo mucho menos estable en algunos países, siguió
siendo mucho más permanente en los países católicos.
Grandes o pequeñas, las mismas transformaciones pueden detectarse por todo el mundo
en “vías de modernización”. Algo que resulta evidente, sobre todo en el campo de la
cultura popular o, más concretamente, de la cultura juvenil.
II
El divorcio, los hijos ilegítimos y el auge de las familias mono parentales indicaban la
crisis
de
la
relación
entre
los
sexos.
El auge de una cultura específicamente juvenil muy potente indicaba un profundo
cambio
en
la
relación
existente
entre
las
distintas
generaciones.
Los jóvenes se convirtieron en un grupo social independiente. Los acontecimientos más
espectaculares en los años 60 y 70 fueron las movilizaciones de sectores generacionales
que, en países menos politizados, enriquecían a la industria discográfica.
La radicalización política de los años 60 perteneció a los jóvenes, que rechazaron la
condición de niños o adolescentes, al tiempo que negaban el carácter plenamente
humano
de
toda
generación
que
tuviese
más
de
treinta
años.
Con excepción de China, a los jóvenes radicales los dirigían miembros de su mismo
grupo. Como por ejemplo el caso de los movimientos estudiantiles en Francia y en Italia
1968-1969.
La nueva “autonomía” de la juventud como estrato social independiente quedó
simbolizada por un fenómeno que no tenía seguramente parangón desde la época del
romanticismo: el héroe cuya vida y juventud acaban al mismo tiempo. Esta figura era el
ideal típico de lo que se convirtió en la manifestación cultural característica de la
juventud:
la
música
rock.
Era un estilo de vida ideado para morir pronto. Lo que convertía esas muertes en
simbólicas.
El surgimiento del adolescente como agente social consciente recibió un reconocimiento
cada vez más amplio, entusiasta por parte de los fabricantes de bienes de consumo.
Los grupos de edad no son nada nuevo en la sociedad, e incluso en la civilización
burguesa se reconocía la existencia de un sector de quienes habían alcanzado la
madurez sexual, pero todavía se encontraban en pleno crecimiento físico e intelectual.
Esto creaba tensiones entre los jóvenes y sus padres y profesores.
La novedad de la nueva cultura juvenil tenía una triple vertiente:
- En primer lugar, la “juventud” pasó a verse como la fase culminante del pleno
desarrollo humano. La actividad humana en la que la juventud lo es todo y la
vida iba claramente cuesta abajo a partir de los treinta años. El que esto no se
correspondiese con una realidad social era una prueba más del modo
insatisfactorio en que estaba organizado el mundo. Esto valía tanto para el
mundo capitalista como para el comunista, además de para los grandes estados
poscoloniales.
No obstante, se hicieron algunas concesiones tácitas y acaso no siempre
conscientes a los sectores juveniles de la sociedad.
A partir de finales de los años sesenta hubo una tendencia a rebajar la edad de
voto a los 18 años y también se dio algún signo de disminución de la edad de
consentimiento
para
las
reacciones
sexuales.
A medida que se iba prolongando la esperanza de vida, el porcentaje de ancianos
aumentaba y la decadencia senil se retrasaba. En tiempos difíciles, la “jubilación
anticipada” se convirtió en uno de los métodos predilectos para recortar costos
laborales.
-
-
En segundo lugar, la novedad de la cultura juvenil deriva de la primera: era o se
convirtió en dominante en las “economías desarrolladas de mercado”, en parte
porque ahora representaba una masa concentrada de poder adquisitivo, y en
parte porque cada nueva generación de adultos se había socializado formando
parte de una cultura juvenil con conciencia propia y estaba marcada por esta
experiencia, y también porque la prodigiosa velocidad del cambio tecnológico
daba a la juventud una ventaja tangible sobre edades más conservadoras o por lo
menos no tan adaptables.
Lo que los hijos podían aprender de sus padres resultaba menos evidente que lo
que los padres no sabían y los hijos sí. El papel de las generaciones se invirtió.
En tercer lugar, fue la asombrosa internacionalización en las sociedades urbanas.
Los tejanos y el rock se convirtieron en las marcas de la juventud “moderna”.
La hegemonía cultural no era una novedad, pero su modus operandi había cambiado. En
el período de entreguerras, su vector principal había sido la industria cinematográfica
norteamericana. Con el auge de la televisión y con el fin del sistema de estudios de
Hollywood, la industria norteamericana perdió parte de su preponderancia y una parte
aún
mayor
de
su
público.
La moda juvenil norteamericana se difundió directamente o gracias a una especia de
osmosis informal, a través de discos y luego cintas, cuyo principal medio de difusión,
ayer igual que hoy y que mañana, era la anticuada radio. También se difundió gracias a
la fuerza de la moda en la sociedad de consumo que ahora alcanzaba a las masas. Había
nacido
una
cultura
juvenil
global.
¿Habría podido surgir en cualquier otra época? Casi seguro que no.
Fue el descubrimiento de este mercado juvenil a mediados de los años 50 lo que
revolucionó el negocio de la música pop y, en Europa, el sector de la industria de la
moda dedicado al consumo de masas. El “boom británico de los adolescentes”, que
comenzó por aquel entonces, se basaba en las concentraciones urbanas de muchachas
relativamente bien pagadas en las cada vez más numerosas tiendas y oficinas, que a
menudo tenían más dinero para gastos que los chicos, y dedicaban entonces cantidades
menores a gastos tradicionalmente masculinos como la cerveza y el tabaco.
Cuanto más rico el país, mayor era el negocio discográfico. Su poder adquisitivo facilitó
a los jóvenes el descubrimiento de señas materiales o culturales de identidad. Sin
embargo, lo que definió los contornos de esa identidad fue el enorme abismo histórico
que separaba a las generaciones nacidas antes de 1925 y las nacidas después de 1950.
La edad de oro ensanchó este abismo hasta los años setenta.
Esta versión del abismo generacional no se circunscribía a los países industrializados,
pues el drástico declive del campesinado produjo brechas similares entre las
generaciones rurales y ex rurales, manuales y mecanizadas. Afectó incluso a aquellos
que habían quedado al margen de los grandes acontecimientos políticos del siglo, o que
no se habían formado una opinión a cerca de ellos, salvo en la medida en que afectasen
a
su
vida
privada.
La mayoría de la población mundial era más joven que nunca. En muchos aspectos, el
abismo generacional era mayor en países del 3r mundo que en Occidente, donde la
existencia de instituciones permanentes y de continuidad política unía a jóvenes y
mayores.
III
La cultura juvenil se convirtió en la matriz de la revolución cultural en el sentido más
amplio de una revolución en el comportamiento y las costumbres, en el modo de
disponer del ocio y en las artes comerciales, que pasaron a configurar cada vez más el
ambiente que respiraban los hombres y mujeres urbanos. Dos de sus características
importantes son: Era populista e iconoclasta, sobre todo en el terreno del
comportamiento individual. Que los niveles sociales más altos se inspirasen en lo que
veían en “el pueblo” no era una novedad en sí mismo.
En la era del imperialismo las influencias culturales empezaron a actuar
sistemáticamente de abajo arriba gracias al impacto de las nuevas artes plebeyas y del
cine,
el
entretenimiento
de
masas
por
excelencia.
Los mayores triunfos de Hollywood se basaban en novelas concebidas para un público
de cultura y clase medias. Sólo el género anárquico y populista de la comedia
cinematográfica
se
resistió
un
tiempo
a
ser
ennoblecido.
El triunfante “musical” de Broadway del período de entreguerras, y los números
bailables y canciones que contenía, eran géneros burgueses, aunque inconcebibles sin la
influencia del jazz. Se escribían para la clase media de Nueva York.
La edad de oro de Broadway al igual que la de Hollywood se basaba en la simbiosis de
lo
plebeyo
y
lo
respetable,
pero
no
de
lo
populista.
La novedad de los años 50 fue que los jóvenes de clase media y alta empezaron a acepar
como modelos la música, la ropa e incluso el lenguaje de la clase baja urbana, o lo que
creía que era. La música rock fue el caso más sorprendente. Fue una inversión de los
papeles: el mercado de la moda joven plebeya se independizó, y empezó a marcar la
pauta del mercado patricio.
El giro populista de los gustos de la juventud de clase media y alta en Occidente puede
tener algo que ver con el fervor revolucionario que en política e ideología mostraron los
estudiantes de clase media unos años más tarde. Ese estilo se vio probablemente
reforzado entre los jóvenes de sexo masculino por la aparición de una subcultura
homosexual de singular importancia a la hora de marcar las pautas de la moda y el arte.
El estilo populista era una forma de rechazar los valores de la generación de los padres
o, un lenguaje con el que los jóvenes tanteaban nuevas formas de relacionarse con un
mundo para el que las normas y los valores de sus mayores parecía que ya no eran
válidos.
El carácter iconoclasta de la nueva cultura juvenil afloró con la máxima claridad en los
momentos en que se le dio plasmación intelectual. Su objetivo eran anuncios públicos
de sentimientos y deseos privados. El subjetivismo era su esencia. Significaba algo más
que la afirmación de que el compromiso político obedecía a motivos y a satisfacciones
personales, y que el criterio del éxito político era cómo afectaba a la gente.
La liberación personal y la liberación social iban de la mano, y las formas más evidentes
de romper las ataduras del poder, las leyes y las normas del estado, de los padres y de
los
vecinos
eran
el
sexo
y
las
drogas.
Comprometerse en público con lo que hasta entonces estaba prohibido o no era
convencional se convirtió en algo importante. Las drogas habían permanecido
confinadas en reducidas subculturas de la alta sociedad, la baja y los marginados, y no
se beneficiaron de mayor permisividad legal. Se difundieron no sólo como gesto de
rebeldía. El consumo de drogas era una actividad ilegal, y el mismo hecho de que la
droga más popular entre los jóvenes occidentales, la marihuana, fuese posiblemente
menos dañina que el alcohol y el tabaco, hacía del fumarla un acto de superioridad sobre
quienes la habían prohibido.
La nueva ampliación de los límites del comportamiento públicamente aceptable,
incluida su vertiente sexual, amentó la experimentación y la frecuencia de conductas
hasta entonces consideradas inaceptables o pervertidas, y las hizo más visibles.
La importancia principal de estos cambios estriba en que, implícita o explícitamente,
rechazaban la vieja ordenación histórica de las relaciones humanas dentro de la
sociedad, expresadas, sancionadas y simbolizadas por las convenciones y prohibiciones
sociales.
Lo que resulta aún más significativo es que este rechazo no se hiciera en nombre de
otras pautas de ordenación social. Paradójicamente, quienes se rebelaban contra las
convenciones y las restricciones partían de la misma premisa en que se basaba la
sociedad de consumo, o por lo menos de las mismas motivaciones psicológicas que
quienes vendían productos de consumo y servicios habían descubierto que eran más
eficaces
para
la
venta.
Así, hasta los años noventa, la liberalización se quedó en el límite de la legalización de
las drogas, que continuaron estando prohibidas con más o menos severidad, y con un
alto grado de eficacia.
IV
La revolución cultural de fines del siglo XX debe entenderse como el triunfo del
individuo sobre la sociedad, o mejor, como la ruptura de los hilos que hasta entonces
habían imbricado a los individuos en el tejido social. Este tejido estaba compuesto por:
- Las relaciones reales entre los seres humanos y sus formas de organización.
-
Los modelos generales de esas relaciones.
-
Las pautas de conducta que era de prever que siguiesen con su trato mutuo los
individuos.
De ahí la inseguridad traumática que se producía en cuanto las antiguas normas de
conducta se abolían o perdían su razón de ser.
En la mayor parte del mundo, los antiguos tejidos y convenciones sociales estaban en
situación delicada, pero aún no en plena desintegración, lo cual era una suerte para la
mayor parte de la humanidad, sobre todo para los pobres, ya que las redes de
parentesco, comunidad y vecindad eran básicas para la supervivencia económica y sobre
todo para tener éxito en un mundo cambiante. En gran parte del tercer mundo, estas
redes funcionaban como una combinación de servicios informativos, intercambios de
trabajo, fondos de mano de obra y de capital, mecanismos de ahorro y sistemas de
seguridad
social.
Sin la cohesión familiar resulta difícil explicar el éxito económico de algunas partes del
mundo,
como
Extremo
Oriente.
En las sociedades más tradicionales, las tensiones afloraron en la medida en que el
triunfo de la economía de empresa minó la legitimidad del orden social aceptado hasta
entonces, basado en la desigualdad, tanto porque las aspiraciones de la gente pasaron a
ser más igualitarias, como porque las justificaciones funcionales de la desigualdad se
vieron erosionadas.
La revolución social era un caos tanto en Oriente como en Occidente. Fueran los que
fuesen los excesos de la teoría, la práctica era muchas veces igualmente extrema.
Las instituciones a las que más afectó el nuevo individualismo moral fueron la familia
tradicional y las iglesias tradicionales de Occidente, que sufrieron un colapso en el
tercio final de siglo. Consecuencias de este individualismo social a finales del siglo
XX:
- El cemento que había mantenido unida a la comunidad católica se desintegró.
-
Las vocaciones sacerdotales y las demás formas de vida religiosa cayeron en
picado.
-
La autoridad material y moral de la Iglesia sobre los fieles desapareció en el
agujero negro que se habría entre sus normas de vida y moral y la realidad del
comportamiento humano.
Las consecuencias morales de la relajación de los lazos tradicionales de familia fueron
más graves, ya que la familia no era sólo un mecanismo de auto perpetuación, sino
también un mecanismo de cooperación social. Debido a la involucración de la familia
en las grandes empresas capitalistas, la concentración del capital y la aparición de las
grandes empresas empezó a generar la organización empresarial moderna.
Un motivo aún más poderoso era que el mercado no proporciona por sí sólo un
elemento esencial en cualquier sistema basado en la obtención de beneficio privado: la
confianza, el cumplimiento de los contratos. Para eso se necesitaba el poder del estado o
los lazos familiares o comunitarios.
Así surgió también el negocio del crimen, bajo los valores de los lazos familiares. Estos
vínculos eran indispensables para que este negocio cumpliera su cometido. Por ejemplo
las mafias, compuestas por nutridos grupos de hermanos.
Pero justo eran estos vínculos y esta solidaridad de grupos no económicos lo que estaba
siendo erosionado, al igual que los sistemas morales que los sustentaban.
Al principio las ventajas de una liberalización social generalizada habían parecido
enormes a todo el mundo menos a los reaccionarios empedernidos, y su coste, mínimo;
además, no parecía que conllevase también una liberalización económica. La gran
oleada de prosperidad que se extendía por las poblaciones de las zonas más favorecidas
del mundo, parecía haber eliminado los escombros de la desintegración social. Ser
progenitor único todavía era la mejor garantía para una vida de pobreza, pero en los
modernos estados del bienestar, también garantizaba un mínimo de ingresos y un techo.
En el aspecto material, lo que los organismos públicos podían proporcionar era muy
superior a lo que la mayoría de las familias podía dar de sí, bien por ser pobres, bien por
otras
causas.
Las ventajas materiales de vivir en un mundo donde la comunidad y la familia estaban
en decadencia eran, y siguen siendo, innegables. De lo que pocos se dieron cuenta fue
que la moderna sociedad industrial había dependido hasta mediados del siglo XX de la
simbiosis entre los viejos valores comunitarios y familiares y la nueva sociedad, y de lo
duras que iban a ser las consecuencias de su rápida desintegración. Eso resultó evidente
en la era de la ideología neoliberal, en la que la expresión “los subclase” se introdujo en
el vocabulario sociopolítico.
Los subclase subsistían gracias a la vivienda pública y a los programas de bienestar
social, aunque de vez en cuando complementasen sus ingresos con escapadas a la
economía sumergida o al mundo del “crimen”, es decir, a las áreas de la economía
donde no llegaban los sistemas fiscales del gobierno. Pero dado que este era el nivel
social en donde la cohesión familiar se había desintegrado, sus incursiones en la
economía informal era muy inestable.
La mayoría de los negros norteamericanos se convirtieron en el paradigma de los
“subclase”: un colectivo de ciudadanos prácticamente excluido de la sociedad oficial,
sin formar parte de la misma o del mercado laboral.
Sólo en las zonas del mundo que todavía no habían entrado en el universo en que los
seres humanos vivían unos junto a otros pero no como seres sociales, sobrevivían en
cierta medida las comunidades, y con ellas el orden social, aunque un orden, para la
mayoría, de una pobreza desoladora. Una existencia de desigualdad tanto social como
económica.
El drama del hundimiento de tradiciones y valores radicaba en la desintegración tanto
del antiguo código de valores como de las costumbres y usos que regían el
comportamiento humano, una pérdida sensible, reflejada en el auge de “políticas de
identidad”, de tipo étnico/nacional o religioso, y de movimientos nostálgicos
extremistas que desean recuperar un pasado hipotético sin problemas de orden ni de
seguridad. Llamamientos en pro de una “comunidad” a la que pertenecer en un mundo
anómico; de una familia a la que pertenecer en un mundo de aislamiento social; de un
refugio en la selva.
Estos eran los riesgos políticos del desgarramiento y la ruptura de los antiguos sistemas
de valores y de los tejidos sociales. A medida que fueron avanzando los años ochenta,
se hizo cada vez más patente que también esta ruptura ponía en peligro la triunfante
economía capitalista.
La familia se convirtió en parte integrante del capitalismo primitivo porque le
proporcionaba algunas de estas motivaciones, al igual que “el hábito del trabajo”, los
hábitos de obediencia y lealtad, incluyendo la lealtad de los ejecutivos a la propia
empresa, y otras formas de comportamiento que no encajaban fácilmente en una teoría
racional de la elección basada en la optimización. El capitalismo podía funcionar en su
ausencia, incluso para los propios hombres de negocios. Esto ocurrió durante las “opas”
piráticas
para
adueñarse
de
sociedades
anónimas.
Los países capitalistas que no habían olvidado que el crecimiento no alcanza sólo con la
maximización de beneficios procuraron dificultar o impedir estos actos de piratería.
El capitalismo había triunfado porque no era sólo capitalista. La maximización y
acumulación de beneficios eran condiciones necesarias para el éxito, pero no
suficientes. Fue la revolución cultural del último tercio del siglo lo que comenzó a
erosionar el patrimonio histórico del capitalismo y a demostrar las dificultades de operar
sin ese patrimonio. La ironía histórica del neoliberalismo que se puso de moda en los
años setenta y ochenta, y que contempló con desprecio las ruinas de los régimenes
comunistas, es que triunfó en el momento mismo en que dejó de ser tan plausible como
había parecido antes. El mercado proclamó su victoria cuando ya no podía ocultar su
desnudez y su insuficiencia.
La revolución cultural se hizo sentir con especial fuerza en las “economías de mercado
industrializadas” y urbanas de los antiguos centros del capitalismo. Las extraordinarias
fuerzas económicas y sociales que se han desencadenado a finales del siglo XX también
han transformado el “tercer mundo”.
Gorvachov-Pimera Parte
El fin del Comunismo y las
Revoluciones de 1989
El estalinismo fue un desastre total para la izquierda, perjudicó enormemente su
credibilidad. Fue necesaria una lucha larga y difícil para que los comunistas
occidentales pudieran salir de esta negra noche de la guerra fría y recuperar legados
democráticos de mediados de la década de 1940 y después.
En 1943-1947, los partidos comunistas de la región (Europa del Este) eran muy
independientes. Pero con la guerra fría, Moscú reafirmó su control, acabó con los
caminos nacionales al socialismo e impuso una represión brutal. Tal y como
confirmaron las crisis de 1956 y 1968, los intereses de la seguridad soviética se habían
endurecido hasta convertirse en un poder absoluto.
El comunismo soviéticos era un programa de industrialización forzosa basado en la
propiedad estatal y el plan administrado centralmente. Era una campaña acelerada desde
arriba que se desencadenó sobre una sociedad encerrada en el atraso. Entrañaba una
enorme ineficacia y empeoró las penalidades humanas resultantes de transformaciones
sociales tan vastas. Pero como tosco esfuerzo en pos del desarrollo, su éxito fue
asombroso y entre el decenio de 1930 y el de 1950 despertó gran admiración general.
Permitió a la URSS no sólo sobrevivir al ataque nazi, sino también a ganar la guerra. La
industrialización soviética pasó a ser un modelo natural para el Este.
Pero el sistema soviético entró en la posguerra con notorios defectos estructurales
que con el paso de los años empeoraron. En lo tocante a las necesidades básicas, el
sistema funcionó razonablemente bien, pero sufrió un fracaso tremendo en la tarea de
organizar los servicios, de tal modo que incluso los éxitos relativos resultaron
perjudicados.
Pero el estalinismo no era sólo un “programa para transformar economías atrasadas
en economías avanzadas”. Era también un sistema de gobierno. Era la lucha faccional
bolchevique después de Lenin que concentró el poder alrededor de Stalin, silenció a sus
oponentes y puso fin a la democracia. Esto representó una ruptura profunda con los
socialismos de antes de 1914, que al menos eran democráticos.
El sistema político del estalinismo presuponía el poder exclusivo del Partido
Comunista y abarcaba una economía dirigida, el monopolio de la vida pública y el
control de la cultura. El partido y el Estado se hallaban plenamente integrados.
Solidarnosc: democracia e insurgencia obrera en Polonia
A pesar de la enorme crisis de1986, los regímenes neoestalinistas de la Europa del
Este parecían seguros. La legitimidad internacional estaba asegurada. Los acuerdos de
Helsinki de la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa, firmados por
Estados Unidos, la URSS, 30 países europeos y Canadá en 1975, reconocieron la
soberanía, la no injerencia y el carácter inviolable de las fronteras, al tiempo que
prometían la cooperación entre el este y el oeste.
Las apariencias eran engañosas. La estabilidad socialista se agrietó de forma
dramática a causa de Polonia. Huelgas masivas fueron la respuesta a los aumentos de
precio de los alimentos, que se anunciaron sin previo aviso, primero en 1976, en medio
de la crisis económica, por el de Edvard Gierek. En ambas ocasiones, el Estado se echó
atrás.
La oposición polaca se distinguía por ser obrera. A pesar de la extrema combatividad
de los obreros, Gierek se abstuvo de desencadenar la represión general, optó por la
conciliación y sostuvo trece “consultas” con mítines de masas en los astilleros y diez en
Lodz durante 1971-1975. Gierek puso en marcha la modernización industrial con
créditos occidentales.
Gierek ganó tiempo apaciguando las protestas. La dominación comunista se apoyaba
en su contrato social del mínimo social y el Estado de bienestar, vinculado a salarios
altos, alimentos baratos y reconocimiento social. Gierek también recurrió a la represión
selectiva. En 1976 se formó el Comité para la Defensa de los Obreros (KOR), que se
afirmó en una Carta de Derechos de los Trabajadores.
Una tercera insurgencia en 1980 (pero esta vez no violenta) provocó que los obreros
hicieran un inventario de reivindicaciones políticas en el que la creación de sindicatos
independientes ocupaba el primer lugar. El gobierno se mostró de acuerdo con la carta
al tiempo que añadía sus propios principios: propiedad colectiva, supremacía del partido
y alianza internacional. Gierek fue sustituido por Stanislaw. El Sindicato Autónomo
Independiente, o Solidaridad, se inscribió oficialmente el 10 de noviembre.
El enfrentamiento entre el Partido y Solidaridad era constante. El nombramiento del
general Jaruzelski para el cargo de jefe de gobierno en febrero de 1981 indujo a pensar
que los soviéticos veían con creciente preocupación la debilidad del centro político del
partido. Y en Moscú, el 4 de marzo, los líderes soviéticos y polacos acordaron “dar
marcha atrás a los acontecimientos” y “eliminar el peligro que se cierne sobre los logros
socialistas de la nación polaca”.
Solidaridad se debatía entre coexistir bajo el comunismo, lo cual requería renunciar a
las ambiciones políticas, y el dinamismo de su propio crecimiento, en el que
constantemente entraba la política. Walesa (a cargo de Solidaridad) y sus consejeros
católicos pensaron en la posibilidad de pasar por encima del Partido mediante una
división corporativista del trabajo o un pacto social con un gobierno comunista
reformado. Jeruzelski en 1981 ofreció un pacto corporativista como alternativa a la ley
marcial, pero se había llegado a un punto que impedía la conciliación.
Cuando Solidaridad declaró que “la vida pública en Polonia requiere reformas
profundas y exhaustivas que introduzcan de manera permanente los principios de
autonomía, democracia y pluralismo”, lo que hizo fue entrar en el terreno de la
Primavera de Praga y dejar atrás el país del “socialismo que existe en realidad”. El
resultado era inevitable, Jeruzelski proclamó la ley marcial, detuvo a los líderes de
Solidaridad y formó un Consejo Militar de Salvación Nacional.
Desde la perspectiva del futuro, la historia de Solidaridad tuvo una trascendencia
cuádruple: provocó la desaparición definitiva del Partido Comunista, deslegitimó
fatalmente el lenguaje del socialismo, presentó la ascensión de una democracia obrera
singularmente poderosa y organizada nacionalmente, y dio cuerpo a la utopía de una
“sociedad civil” organizada de forma independiente que de un modo u otro pudiera
librarse de ser contaminada por el Estado. Solidaridad era un movimiento obrero
clásico, abarcaba toda la complejidad de la clase obrera y movilizaba a trabajadores de
todas las industrias, regiones, generaciones, géneros y categorías asalariados. Durante
sus dieciocho meses, Solidaridad estuvo cerca de organizar la sociedad polaca en un
potencial contrahégemonico. Fue sin duda la insurgencia obrera más impresionante de
Europa desde 1917-1923.
Había aquí espacio para la Primavera de Praga de Polonia, una oportunidad para unir
las energías de Solidaridad con los reformadores del partido. Pero la democratización
estaba prohibida por los soviéticos.
La Ley Marcial, proclamada el 21 de diciembre de 1981, representó un
desplazamiento total del partido, pues destruyó no sólo la perspectiva de una transición
pacífica a la democracia, sino también la energía del Partido Comunista polaco. La
represión llegó a través del ejército y las fuerzas de seguridad en lugar de un partido
purgado y reestalinizado.
Gorbachov
Una vez hubo empezado la guerra fría, la URSS afectó a la izquierda de la Europa
occidental una serie de trastornos: con una política profundamente reñida con el
socialismo parlamentario, como escenario de dictadura y gobierno policíaco y como
origen de una crisis desastrosa de la credibilidad moral del socialismo. Con la invasión
de Hungría y Checoslovaquia, el bochorno se convirtió en ira. Pisoteó la democracia y
destruyó los tres movimientos reformistas más fuertes de los países socialistas: la
Revolución húngara (56), la Primavera de Praga (68) y Solidaridad (80-81).
Todo esto cambió en 1985-1986. Después de dieciocho años de conservadurismo
paralizante, Breznev murió en noviembre de 1982. Le sustituyó Andropov, que empezó
a reemplazar la ridícula gerontocracia que a la sazón gobernaba la URSS. Tras la
inesperada muerte de Andropov en el 84, le sustituyó Chernenko, el cual murió dos
años después. El miembro más joven, Gorbachov, fue nombrado su sucesor.
Gorbachov puso en marcha un programa destinado a llevar al comunismo soviético a
un futuro modernizado y que, en realidad, provocó su implosión. Recuperó tradiciones
no estalinistas de reforma. A medida que iba cobrando forma, el programa recordaba a
la Primavera de Praga.
La prioridad más importante de Gorbachov era la sangre nueva (ya que la mayoría de
los cargos del partido estaban asignados a miembros muy mayores). En el XXVII
Congreso en el 86, lanzó sus consignas definidoras : perestroika (reestructuración o
reforma radical) y glasnost (apertura).
El problema principal era político: atravesar la acumulación de capas de letargo y
corrupción en que se encontraba enterrada la burocracia económica. Para que la reforma
económica diera buenos resultados, había que liberalizar la esfera pública. Se
nombraron directores liberales para las publicaciones, se desmanteló la censura, se
liberaron las artes, se reexcavó la historia. Gorbachov tomó medidas audaces para poner
fin a la guerra fría, que se había vuelto a intensificar. Propuso un sistema exhaustivo de
seguridad internacional. No se comprometió con ningún movimiento de liberación
nacional y decretó que ya ayuda al exterior consistiese en asistencia social en lugar de
armas. Las tropas soviéticas abandonaron Afganistán en 1989. Lo más notable de todo
fue que Gorbachov se retiró de la Europa del Este. En el 87 los europeos occidentales
estaban convencidos de que el compromiso de Gorbachov con la paz y la democracia
era sincero y en 1990, recibió el Premio Nobel de la Paz.
En 1988-1989, la reconfiguración de política europea ya había empezado, con
Hungría y Polonia a la cabeza. Y una vez mencionada la democracia para la Europa del
Este, se propuso también para las repúblicas soviéticas. Una tercera lógica de la
estrategia internacional de Gorbachov fue el desmembramiento de la URSS.
En el 87, el aniversario del Pacto Nazi-Soviético de 1939, que llevó a la ocupación
de Lituania, Letonia y Estonia por los soviéticos en agosto de 1940, fue recibido con
protestas, y en el otoño de 1988 varios “frentes populares” exigían la independencia
nacional en los tres estados. Los tres Soviets Supremos declararon su soberanía, los
frentes populares se declararon partidarios de la secesión, y en el verano de 1989, los
partidos comunistas bálticos se separaron de PCUS. En Bielorrusia, Moldavia y Ucrania
surgieron movimientos parecidos que en el Cáucaso se volvieron violentos.
Los cambios de esta magnitud en la periferia requerían decisiones en el centro, pero
las intenciones de Gorbachov se cumplieron de manera irregular. Albergaba la
esperanza de que reclutando líderes nuevos, liberando el movimiento de ideas y
despojándose de la mentalidad de sitio de la guerra fría empujaría al PCUS hacia una
versión soviética de la Primavera de Praga al tiempo que inspiraba confianza en el
pueblo. Pero. Después de años de componendas y disimulo, era difícil persuadir al
Partido-Estado para que actuara.
La elección del Congreso que tuvo lugar en marzo de 1989 y se convirtió en el eje
del período de Gorbachov. Fue un momento de democracia popular auténtica. Empezó
la formación de partidos, unió los “movimientos informales”, cristalizó durante el
periodo 1986-1987 y proporcionó el ímpetu en 1990-1991 para la hora de la verdad.
El Congreso llevó aparejados un proceso electoral libre y debates sin restricciones. El
efecto fundamental fue el proceso mismo de discrepancia pública. En 1989, el ímpetu
favorable al cambio quedó fuera de su alcance.
El ideal de reforma controlada que propugnaba Gorbachov se desvaneció en una
nueva polarización. La Unión se estaba desintegrando. Lituania, Estonia y Letonia se
declararon independientes. Mientras las periferias se sumían en la crisis, el centro no
resistió.
El Partido Comunista tenía que hacer frente a una oposición cada vez más amplia
que abarcaba repúblicas nacionales a los reformadores radicales. El 15 de marzo de
1990, el Congreso de Diputados del Pueblo eligió a Gorbachov para la recién creada
presidencia. A instancias de Gorbachov, el Comité había renunciado al artículo 6 de la
Constitución Soviética, que garantizaba la supremacía del Partido Comunista.
Gorbachov dejó escapar dos grandes oportunidades. Una fue el largo intervalo entre
el anuncio de la Conferencia del partido en enero de 1987 y su celebración en junio de
1988. Su discurso reveló el problema. Su “mezcla de críticas y alabanzas”. Tratar de
mediar entre los conservadores del partido antiguo y los reformistas nuevos fue un
obstáculo para tener una visión estratégica. La segunda oportunidad se presentó en el
verano de 1990, en el momento culminante de la reforma económica. Contra la
propuesta principal del gobierno de una transición de cinco años a un mercado regulado
de “500 días” basada en una privatización radical por medio de la venta de activos a los
ciudadanos. Gorbachov pisó el freno y adoptó una reforma muy modificada
(preocupado por el desempleo y otras dificultades), mientras que en septiembre de 1990
Eltsin introdujo el plan de 500 días en Rusia. Los costes políticos fueron inmensos.
Gorbachov parecía estar apaciguando a sus conservadores otra vez; Eltsin parecía tener
el grial de la reforma.
Los demócratas se habían vuelto anticomunistas. En las elecciones soviéticas locales
y republicanas de 1990, el PCUS perdió una y otra vez. Eltsin era el hombre que
prometía. En unas triunfales elecciones presidenciales en junio de 1991, recibió el 57%
de los votos. Mientras Eltsin hacía del Estado en el medio de la democratización,
Gorbachov se veía atrapado en el papel de policía federal.
En 1991, Gorbachov perseguía un objetivo doble. Renegoció el federalismo de la
Constitución en torno a las repúblicas, con la Unión como ejecutivo reducido. En
segundo lugar, se acercó a la ruptura con la tradición comunista. En junio del 91 el
Comité Central aceptó un programa socialdemócrata en líneas generales, y Gorbachov
confirmó la economía mixta y el socialismo de mercado, con la socialdemocracia
escandinava como modelo implícito.
Pero tanto Eltsin como Leonid Kravchuk, jefe del Parlamento ucraniano, ya estaban
abandonando el tratado. Entonces, un Comité del Estado para la Emergencia, detuvo a
Gorbachov en Crimea, y trató de hacerse con el poder. El golpe duró tres días. Sus
líderes eran burócratas de alto rango del PCUS que ocupaban puestos clave en el
Estado. Suspendieron todas las libertades, declararon una emergencia económica que
debía resolverse por medio de medidas tomadas desde el centro y que consistían en la
reducción de precios, la subida de salarios, y la distribución equitativa de alimentos.
Gorbachov se negó a aprobarlo. Eltsin se subió a un tanque en las inmediaciones del
Parlamento ruso, denunció el golpe e hizo un llamamiento a defender la democracia.
Las masas respondieron. Gorbachov regresó de Crimea y, al llegar, condenó el golpe y
aplaudió la resistencia de Eltsin. Dimitió como secretario general del PCUS e instó al
Comité a disolverse. El PCUS fue suspendido y se confiscaron sus activos.
Los vencedoras no fueron Gorbachov ni su proyecto de Perestroika, sino Eltsin y la
República Rusa. Moscú tenía ahora dos ejecutivos rivales: Gorbachov y Eltsin. Eltsin se
unió a Ucrania y Bielorrusia para formar una Comunidad de Estados Independientes.
Gorbachov renunció a la presidencia de la URSS, que había dejado de existir.
Postcomunismo: las revoluciones de 1989
Los acontecimientos del otoño de 1989 fueron extraordinarios. Crearon soberanías
nacionales a partir de un sistema imperial en descomposición. Mostraron una pauta
común: sustitución de los gobiernos comunistas de partido único y las economías
dirigidas por democracias de múltiples partidos y capitalismos de mercado basados en
la propiedad privada y el imperio de la ley. Las transiciones revolucionarias, a través de
las cuales los comunistas renunciaron a su monopolio, fueron genéricas. Quedaron
vinculadas a una sola cadena.
Se celebraron mesas redondas con las oposiciones polaca y húngara porque los
comunistas deseaban preservar un papel esencial en las ordenaciones pluralistas
putativas. Los acontecimientos superaron este objetivo. Polonia rechazó una coalición
de unidad nacional u formó su propio gobierno. Así terminó la dominación comunista
en Polonia. Sucedió cuando el Congreso de Diputados del Pueblo abría el proceso
político en la URSS, el nuevo Presidente norteamericano, George Bush, declaraba que
la Guerra Fría había terminado y las tropas soviéticas ya habían empezado a salir de
Hungría.
En octubre de 1989, la Europa del Este se encontraba al borde de la revolución. Los
acontecimientos fueron revolucionarios: las propuestas populares se intensificaron hasta
convertirse en un desafío al gobierno; el aparato represivo del Estado se desmoronó; el
régimen y sus partidarios estaban paralizados; un nuevo gobierno se comprometió con
la celebración de elecciones libres y con una transición a la democracia. Un proceso de
reestructuración de la URSS, orientado a una “democratización” no especificada, había
ensanchado el espacio para las transiciones negociadas en Polonia y Hungría. La
Perestroika soviética había provocado movilizaciones populares en el Báltico y en el
Cáucaso, mientras una sociedad civil organizada estaba apareciendo en Hungría,
proceso que ya había avanzado bajo Solidaridad en Polonia. Pero la RDA fue el primer
país socialista cuyo gobierno fue derribado directamente por un levantamiento de las
masas. Noviembre de 1989 sacó el proceso político de las salas de reuniones de los
comités a las calles. En noviembre-diciembre de 1989, una reacción revolucionaria en
cadena introdujo la democracia en la Europa del Este.
Gorvachov-Segunda Parte
Lo que quedó
Las revoluciones de 1989 fueron revoluciones democráticas en sentido riguroso.
El partido y el Estado se separarían, al igual que el Estado y la sociedad civil. También
se separarían el Estado y la economía; el programa futuro más importante era la
mercadización. Hubo una transformación estructural, se crearon nuevas constituciones y
esferas públicas. En la Europa del Este era ahora posible hablar, escribir, actuar y pensar
de forma diferente. Se celebraron elecciones libres.
Si una dimensión de 1989 fue el cambio en la cumbre, la otra fue un cambio
desde abajo. El pluralismo presuponía la auto-organización de la “sociedad” en
contraposición al Partido-Estado. Las derrotas violentas y la cruda normalización de
1968-1973 en Polonia, Yugoslavia y Hungría, en medida no menor que en
Checoslovaquia, agotaron el crédito del comunismo.
El espacio organizativo común a las revoluciones (excepto en Rumania) fue el
“foro”, integrado por intelectuales. Eran mesas redondas muy ambiguas, y no había
posibilidad de encontrar soluciones intermedias. Muchos querían que la oposición no se
convirtiera en partidos. Lo importante era hablar de manera franca y ética en nombre de
la sociedad civil pidiendo cuentas a los gobernantes en lo tocante a la moral. El carácter
general del “movimiento” de la oposición parecía su mejor baza y ésta se perdería si se
convertían en partidos interesados.
El ideal cívico de una RDA reformada que forjase su propio futuro sufrió una
derrota aplastante. La infraestructura política se había disuelto por completo y los
políticos occidentales irrumpieron en el vacío. La emigración en masa de jóvenes y
personas con talento a Occidente continuó. Los foros se fracturaron y se convirtieron en
partidos.
Las primeras elecciones después del comunismo fueron referéndums
apasionantes sobre la democracia y rompieron claramente con el pasado. El foro
albergaba la esperanza de derrotar las mentiras del totalitarismo con la verdad de la
sociedad civil. Los foros también recordaban la tensión del “partido” y el movimiento
social se hizo cada vez más importante en la izquierda europea de 1970. Las
revoluciones de 1989 afectaron de forma profunda el futuro de los valores
democráticos. Los sistemas de gobierno posteriores al comunismo se funda en valerosos
actos de movimiento colectivo
HACIENDO EL MERCADO
Los gobiernos postcomunistas compartían una creencia neoliberal en la
mercadización. La economía política era el punto de partida del pensamiento socialista.
Pero ir más lejos y considerar las desigualdades económicas como útiles para la
democracia siempre se consideró inaceptable. La unificación de Alemania desmanteló
por completo la antigua economía administrada por el Estado. El Estado del bienestar de
la antigua RDA fue desmantelado, con resultados desastrosos para las mujeres y el
desempleo (en 1998, 1,2 millones de parados). El ministro de Hacienda polaco, Leszak
Barcelowicz impuso el mercado y liberó los precios para fomentar la privatización
inmediata. Esta medida sirvió para obtener créditos de Occidente, pero el resultado fue
un desastre para el empleo y los niveles de vida. En 1993, bajo un nuevo gobierno de
izquierdas, empezaron a reducir la velocidad de la transición.
En Checoslovaquia, el ministro de Hacienda, Václav Klaus, reestructuró
brutalmente la economía. Se adoptó un plan de cupones que daba a los ciudadanos
valores de cartera y expresaba la unión ideológica del capitalismo y la democracia.
Supuso un auge económico, pero los resultados sociales fueron funestos. En medio de la
euforia de haberse liberado del estalinismo, este triunfalismo neoliberal arrolló los
ideales de la democracia. Fue un proyecto masivo de ingeniería social que sustituyó
“regímenes de fuerte protección económica y social” por regímenes expuestos a la
economía superior de Occidente, con una forma de puertas abiertas al capital. El FMI y
la UE dictaron la forma de transición: desmantelar el Estado de bienestar, liquidar el
sector público y desregular la economía.
La transición alcanzó su más completa dimensión en la ex RDA. Había
alternativas a la mercadización radical que recordaban los modelos de economía mixta
ya explorados por Gorbachov y algunos reformistas comunistas. Se anunciaron en el
programa de octubre de 1981 de Solidaridad. Los reformistas comunistas en Hungría y
Polonia aspiraban a convertirse en la izquierda en los nacientes sistemas de gobierno
capitalistas de la región. Una octava parte de la población búlgara que había sido
comunista sufrió a causa de la mercadización. Los buenos resultados electorales que las
izquierdas excomunistas obtuvieron poco después de 1989 significaron la recuperación
de los niveles de apoyo prerrevolucionarios. Sin embargo, las credenciales de los
nuevos partidos eran ambiguas, bajo sospecha de tener estructuras estalinistas. Pero
todos los antiguos partidos comunistas siguieron las normas de la democracia,
rebautizándose como socialdemócratas. Volvieron al poder en Polonia (1993), Hungría
(1994) para sumarse a Bulgaria y Rumania. En Alemania, el PSD (con base en el Este)
era un híbrido que esperaba actuar como puente entre la era comunista y un naciente
progresismo en Occidente.
El clima posterior a 1989 era notoriamente inhóspito para el feminismo. En
1990, muchos ciudadanos de las nuevas democracias ya expresaban un mayor
escepticismo sobre los beneficios de la mercadización. Si el “socialismo real” estableció
algo perdurable en las culturas políticas de Europa del Este, fue un complejo de
poderosas expectativas populares sobre las responsabilidades del Estado para con la
sociedad.
FINALES Y PRINCIPIOS
En 1968, los partidarios de Breznev denunciaban toda apertura a la democracia
tachándola de contrarrevolución. La experiencia de Gorbachov en 1985-1991, la suerte
que corrieron los reformadores comunistas polacos y húngaros y la marginalización de
la oposición cívica en la RDA, demostró que tal vez tuvieran razón. La era de la
revolución bolchevique resultó ser un periodo finito, pero el “socialismo real” se apuntó
logros reales en su haber. Después del estalinismo propiamente dicho, Europa del Este
tuvo periodos de estabilidad y mejora, pero con la era de Breznev se destruyeron las
opciones. En 1985, el clima era muy malo para una “tercera vía”. Gorbachov intentó
convertir la economía soviética en modelo mixto y el PCUS en socialdemócrata, pero la
economía neoliberal proporcionó una nueva hegemonía, no había espacio para una
economía fuerte en el sector público. En la década de los 80, Gorbachov no logró apoyo
suficiente del PCUS, y EEUU presentó el neoliberalismo como la contraopción.