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2 al 8 de febrero de 2015
8
FOTOS: FERNANDO MORENO
DESAYUNOS ECONÓMICOS DE EL NUEVO LUNES
De izda. a dcha. y de arriba a abajo: J. L. Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi en España; Juan Pedro Marín Arrese, analista económico y profesor
del IEB; Nicolás López, director de Análisis de MG Valores; Manuel Tortajada, redactor de EL NUEVO LUNES; José García Abad, editor de EL NUEVO LUNES, y
Paula Papp, socia de Analistas Financieros Internacionales.
Las elecciones celebradas en Grecia el pasado domingo, 25 de enero, dieron la victoria, tal y como se esperaba, a Syriza, en un giro radical para el país y con la
amenaza de un posible contagio en los países periféricos del sur de Europa. Tan sólo cuatro días antes, el BCE
anunciaba una decisión histórica: inyectar al mercado
60.000 millones de euros cada mes hasta junio de 2016,
como mínimo. En el trasfondo de ambas cuestiones, la
crisis económica y las soluciones de austeridad que se
han implementado. Los expertos reunidos en los Desayunos de EL NUEVO LUNES han analizado las repercusiones de ambos acontecimientos. Coinciden en valorar de
forma positiva la intervención del BCE con la compra
masiva de bonos soberanos, aunque advierten de la necesidad de poner en marcha otras medidas reformistas.
En Grecia, la negociación se impone entre los expertos.
La liquidez masiva de Draghi impulsará el crédito pero son imprescindibles más
reformas estructurales
La intervención del BCE alimenta
la recuperación europea frente
al temor heleno
■ M.Tortajada
A Nicolás Lopez, director de
Análisis de MG Valores, no le
han sorprendido los resultados
de las últimas elecciones en Grecia puesto que “es un país que
necesita un cambio de relato. Se
encuentra sumido en una fuerte
recesión y sus ciudadanos, cansados de la situación, han visto
en Alexis Tsipras una salida”.
Respecto a las políticas que
pueda poner en marcha o su
capacidad de negociación Nicolás López considera que “ Syriza es un partido que ya lleva
mucho tiempo en la política griega y que ha ido modificando su
mensaje, pasando de posiciones muy radicales a situarse
como un partido más de izquierdas”, por lo que no teme grandes traumas. A su juicio, lo que
ha sucedido en estas pasadas
elecciones “ es que el PASOC
ha desaparecido y Syriza ha
ocupado su espacio. A partir de
esa situación, todo lo que van a
intentar hacer a partir de estos
momentos será dentro de los
límites que se imponen desde la
UE”. No en vano, López considera a Tsipras “ un político
mucho más pragmático que lo
que tenemos en España con
Iglesias y Monedero. Da la sensación de que es un político
capaz de llevar una acción de
gobierno responsable sin llevar
a Grecia al precipicio. No veo,
por tanto, un cambio traumático ni un contagio en España u
otros países europeos”.
Para Juan Pedro Marín Arrese, analista económico y profesor del IEB, UCM, como siempre que hay unas elecciones,
“hay que dar un voto de confianza al nuevo gobierno heleno. De
momento, la formación de
gobierno con el partido escindido de la derecha ya muestra una
gran inteligencia a la hora de
plantear los temas”.
En cualquier caso, para entender lo que pasa en Grecia es
imprescindible conocer como es
el país Y, en este sentido, Marín
Arrese advierte que “el principal
problema que tiene Grecia es
doméstico”. Y lo justifica de la
siguente manera: “primero porque
Syriza no es un partido homogéneo sino una coalición de partidos, batante más radicales que el
propio primer ministro Alexis Tsipras y, segundo, porque muchas
de las promesas que ha efectuado en campaña son muy difíciles
de poner en práctica. Sobre todo
porque dependen de otros.”
En un análisis más profundo de
la situación de la economía de
Grecia, Marín Arrese, destaca la
necesidad de “acabar con las
enormes ineficiencias que arrastra el país. Ineficiencias flagrantes como que nadie paga
impuestos, y no porque lo oculten al fisco, sino porque la propia administración lo permite”.
Sin afrontar estas cuestiones es
muy difícil que Grecia afronte el
futuro con garantías. Y advierte:
“mejorar estas cuestiones va a
ser más difícil para un gobierno
como el que preside Tsipras.
puesto que si para los anteriores
era complicado para éste más
aún si tenemos en cuenta que se
trata de una coalición donde hay
gente muy poco realista”.
En realidad, a estas alturas
muy pocos se atreven a aventurar que va a suceder con Grecia
y Europa. Mucho menos si tenemos en cuenta las últimas declaraciones efectuadas por el ministro griego de economía, Yanis
Varoufakis, quien advertía que
Grecia no tiene intención de
pedir una prórroga del rescate y
que no reconoce a la troika (FMI,
BCE y UE) como interlocutor en
las negociaciones. Además,
recordaba que el programa electoral de Syriza “no admite que
la deuda pueda ser pagada”.
Pero para el profesor y analista económico “sería una catástrofe que Europa tuviera una
nueva crisis, por pequeño que
sea el peso de la economía griega, Europa no puede permitirse
sufrir de nuevo otra crisis importante ya que plantearía otra vez
dudas de la supervivencia del
euro y de la eurozona. Por lo tanto, hay que hacer un esfuerzo
colectivo para encontrar una
solución”.
En este sentido, para Marín
Arrese, uno de los grandes pro-
blemas que se le plantean ahora a Europa “es si premia la rebelión de Grecia, con todo lo que
eso conlleva, o si logra mantener una cierta prudencia porque
el resto de los países, incluida
España, podrían sentirse muy
maltratados”.
Por su parte, Paula Papp,
socia de Afi, cree “que se va a
llegar a un acuerdo en términos
de la negociación de la deuda por
dos condicionantes fundamentales que tienen. Uno, que entre
el 75-80% de los griegos no quieren abandonar el euro y otro porque tienen un vencimiento hasta
marzo de 4.000 millones que
vamos a ver como lo refinancian”.
En este escenario no van a tener
otra posibilidad que “acercar
posiciones con la Troika y suavizar su discurso. Además, tienen
poco margen de maniobra puesto que el peso del pago de intereses en el PIB está en torno al
3% y el superávir primario de la
economía helena es del 1,5%.
Por tanto, tendrán que ver como
se incrementa para poder ir reduciendo la deuda”.
Para José Luis Martínez
Campuzano, estratega jefe de
Citi en España, estamos ante
“el mayor reto político al que se
enfrenta Europa, incluso antes
de la crisis, puesto que detrás
de todo esto lo que hay es el tipo
de unión monetaria que queremos. Y cuando la unión política
y fiscal no está acordada y está
muy lejos, cualquier movimiento político tiene que estar muy
medido. No solo por Syriza, que
ha vendido un programa que
ahora tiene que negociar con los
socios europeos, sino por estos
últimos que se enfrentan en 2016
a un año electoral tremendo para
Europa. Y los euroescépticos y
extremistas están esperando
cualquier fallo para ganar votos”.
J.L. Martínez Campuzano
abunda en el argumento expuesto por Marín Arrese respecto a la
situación de la economía de Grecia. Y advierte que “Grecia es un
país que no solo tiene un problema de deuda, sino que tiene problemas fiscales, de competitividad, de modelo...etc. Por tanto,
cualquier decisión que se tome
con Grecia que cuestione la
Unión Monetaria sería fatal para
el resto de Estados miembros”.
Marín Arrese cree, por otra
parte, que en el país heleno “
se va a producir una gran
decepción en el pueblo puesto
que las expectativas que se han
creado son francamente exageradas”. Y recuerda que “la misma medida de crear 300.000
puestos de trabajo en el sector
público, por ejemplo, no es la
mejor carta de presentación
para un país cuyo gran problema, más allá de la deuda, es su
gran falta de competitividad. Un
país que ha vivido por encima
de sus posibilidades más, incluso, que el resto y que no ha
sabido armar una administración mínimamente eficiente. Y
en esto han fracasado todos los
gobiernos”.
A J.L. Martínez Campuzano le
llama la atención, al igual que a
Paula Papp, la paradoja que se
produce en Grecia entre que haya
en torno a un 70-80% de griegos
que no quieran abandonar el euro
y, sin embargo, se haya votado a
un partido que está en contra de
cumplir con las obligaciones que
ello conlleva.
A su juicio, esto se produce
porque “en Europa no se está
resolviendo el problema de fondo. El BCE está actuando como
tiene que hacerlo en política
monetaria pero la unión fiscal y
política está en el aire”.
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2 al 8 de febrero de 2015
DESAYUNOS ECONÓMICOS DE EL NUEVO LUNES
mento principal que es el de la
confianza. Porque si de algo
tiene que servir esto es para
incrementar la confianza”.
Mutualización de la deuda
Nicolás López:
“Todo lo que van a
intentar hacer a partir de
estos momentos en
Grecia será dentro de los
límites que se imponen
desde la UE. No veo
cambios traumáticos”
Viene de página 8
Respecto a la decisión del presidente del Banco Central Europeo, Mario Drghi, de poner en
marcha, a partir del próximo mes
de marzo, la compra de bonos
soberanos por importe de
60.000 millones de euros mensuales hasta junio de 2016,
como mínimo, los expertos son
unánimes a la hora de valorar
positivamente la acción del banco central europeo, aunque
genera determinadas dudas la
mutualización del mismo.
Nicolás López lo ve positivo
“puesto que va a tener una
repercusión positiva en la economía a través de la depreciación
del euro, que sigue produciéndose con intensidad mediante la
caída de las rentabilidades y de
las primas de riesgo, lo que debería generar subidas en los precios de los activos, de los inmuebles en particular”.
“Es verdad -dice- que pueden
J.L.Martínez Campuzano:
“Estamos ante el mayor
reto político al que se
enfrenta Europa, incluso
antes de la crisis. Lo que
se decide ahora es el tipo
de unión monetaria que
queremos en Europa”
considerarse como efectos cíclicos y que Europa tiene otros
problemas más estructurales
que no sabemos como se van a
resolver. Es decir, la situación de
la economía europea no es la
misma que la de Estados Unidos. Esta última está crerciendo
mucho, en parte, por el efecto
del QE (Quantitative Easing) pero
su economía, sin duda, estaba
en disposición de crecimiento
por sí misma. En Europa veremos dentro de dos o tres años
en qué situación estamos”.
Para Juan Pedro Marín
Arrese el resultado es doblemente bueno. “En primer lugar,
por la cuantía que ha sobrepasado con creces las expectativas del mercado. Y en segundo lugar porque se deja abierta la puerta a continuar si fuera necesario. Y esto es importante porque si Alemania hubiera impuesto una determinada
cantidad se hubiese generado
una percepción peor en un ele-
En este sentido, recuerda que
“ya se ha visto en el QE aplicado hasta la fecha que la demanda de liquidez, por parte de los
bancos, era bastante baja, con
pocas ganas entre la banca de
cargarse de pasivos y activos
ociosos. Y el problema fundamental que lleva arrastrando la
economía europea es la falta de
confianza, la falta de inversión,
la falta de demanda de crédito,
el proceso de desapalancamiento que todavía continúa. El QE
actual es un impulso y esperemos que se traslade tarde o temprano a lograr mayor confianza”.
A J.L. Martínez Campuzano
le sorprenden “la contundencia,
la cantidad de detalles ofrecidos
y los argumentos. El hecho de
que no hubiera unanimidad
muestra las diferencias en torno
a la mutualización de la deuda.
No pasa nada porque al final da
igual quien compre, pero sí es
verdad que si hay un problema
en el futuro habrá bancos que
veremos cómo lo hacen. Por que
si los bancos nacionales se integran en el Banco Central Europeo cómo es posible que los
bancos nacionales asuman parte del riesgo que no asume el
BCE?.. Es una cosa extraña.
Ahora hace falta que la Fed no
diga que hay demasiada expansión monetaria mundial”.
Respecto a la mutualización,
Marín Arrese dice que “es cierto que el BCE ha dado una imagen relativamente negativa sobre
la voluntad conjunta de la zona
euro de afrontar los problemas.
No cabe pensar que surja una
catástrofe y si surge y afecta a
un país grande es evidente que
el problema es para todos. Desde mi punto de vista, la mutualización es una cesión que se
hace a Alemania para venta
interna”.
Por otra parte, Marín Arrese
advierte de que “si todo quedara en un incremento del precio
de los activos financieros sería
algo pero muy poco respecto al
Juan Pedro Marín Arrese:
“La medida es positiva
por diferentes motivos
pero también es cierto
que el BCE ha quemado
ya sus cartuchos. Es
difícil pensar qué más
puede hacer si esta
operación falla”
Paula Papp:
“Grecia tiene poco
margen de maniobra
puesto que el peso del
pago de intereses en el
PIB está en torno al 3% y
el superávit primario de
la economía helena es
del 1,5% ”
objetivo último que cabe esperar”. En la comparativa con el QE
de la Fed, Arrese recuerda que
“cuando se plantea el QE, como
había confianza en el éxito de la
propia operación, lejos de incrementarse los activos financieros
lo que subió fueron los tipos de
interés. En Europa, si la actuación del BCE tiene éxito, debería incrementarse las expectativas de crecimiento de inflación
y por lo tanto la subida de los
tipos de interés. Dudo mucho
que eso suceda. Cierto es que
los tipos de interés subirán, pero
lo harán cuando reaccione Estados Unidos y, como siempre, nos
traslade un incremento de tipos
a medio y largo plazo. Pero ya
no será generado por factores
nuestros de confianza sino
importados desde fuera”.
Paula Papp, de Afi, considera
también que la actuación del BCE
“es un punto positivo. Se trata de
hacer con la política monetaria
todo lo que se pueda hacer y que
tiene dos objetivos: uno, mejorar
las expectativas de inflación, cosa
que ya, con el solo anuncio, se
ha logrado, y segundo, reducir la
fragmentación bancaria que permita reducir las diferencias de
tipos a los que se financian las
empresas en unos u otros países
europeos”.
Papp advierte, en cualquier
caso, que “no hay que olvidar que
estamos en una Europa con un
crecimiento anémico y unas
expectativas de inflación muy
bajas y que faltan reformas
estructurales y fiscales que
fomenten la inversión. De lo contrario, podría convertirse en una
burbuja que no tiene un cimiento
real de crecimiento y los bancos
van a seguir sin dar crédito porque no hay proyectos viables”.
Marín Arrese expone que hay
otro elemento a tener en cuenta y es que “el BCE ha quemado ya sus cartuchos. Es difícil
pensar qué más puede hacer si
esta operación falla”.
Habrá quita encubierta de la deuda griega
■ Tras la victoria electoral
de Syriza, Atenas y
Bruselas –incluida Berlín–
están condenadas a
entenderse. Esa es la
visión que tienen los
expertos reunidos en los
Desayunos de EL NUEVO
LUNES. Antes de las
elecciones se hizo evidente
el grave problema de la
sostenibilidad de la deuda
griega, equivalente a más
del 170% del PIB, y de la
incapacidad del país de
financiarse en el mercado
en solitario. Las
negociaciones para la
reestructuración de la
deuda griega serán por
tanto el escenario
inevitable con el que
impedir una suspensión de
pagos que el nuevo
Gobierno griego no desea
y sus acreedores tampoco.
Un total de 217.400
millones de euros de deuda
soberana griega, el 69%,
está en manos del FMI -y
de los países de la zona
euro, ya sea por los
préstamos bilaterales que
cada uno concedió a
Grecia en el primer rescate
o a través del riesgo
asumido dentro del
Mecanismo Europeo de
Estabilidad Financiera, el
vehículo con el que se
articuló el segundo
rescate.
Para Nicolás López,
“Grecia ha hecho un
esfuerzo de ajuste
tremendo y necesita, y se
merece, un cierto
empujón. No creo que se
vaya a perdonar la deuda
pero hay otras formas de
ayudar , como por
ejemplo, suavizar la salida
del rescate y de mejorar
las condiciones de pago
de su deuda dentro de la
ortodoxia que domina la
Unión Europea”.
Entiende que “entramos
en un momento de
negociación con la Troika,
que ya había comenzado
con el anterior ejecutivo,
para la salida del rescate
que se llevará a cabo sin
traumas y sin una salida
del euro”.
Juan Pedro Marín
Arrese recuerda que
“contrariamente a lo que
se piensa, es cierto que el
peso de la deuda es
enorme, pero el coste de
la misma en términos de
carga de intereses no es
tan elevado, es menor
que la de España.
Teniendo en cuenta que la
mayoría de la deuda es
con el fondo europeo y
que las condiciones
últimas son francamente
beneficiosas, ya las
querríamos para nosotros
u otros países como
Portugal e Irlanda”.
El problema de la deuda
griega en estos
momentos es que hay
que buscar una solución
para todos y no
solamente para Grecia,
coinciden.
En este sentido, el primer
ministro de Portugal, el
centrista Pedro Passos
Coelho, ya se ha
mostrado
contundentemente en
contra de una cumbre
europea para tratar la
deuda griega y,
concretamente, su
renegociación o parcial
condonación. “No es una
perspectiva
entusiasmante para los
países que consiguieron
resolver sus problemas”,
dice.
Por su parte, el ministro
alemán de Finanzas,
Wolfgang Schäuble, ya ha
advertido a Grecia de que
los compromisos han de
mantenerse -sobre todo
si se quiere seguir
recibiendo las ayudas del
rescate- y que Berlín es
"difícil de chantajear".
Además le ha recordado a
Grecia que le queda muy
poco tiempo para decidir
sobre el rescate.
Déficit de
competitividad
Lo que sí se va a pedir, en
opinión de Marín Arrese,
“es que se coloque a
Grecia en el camino del
control del déficit, de la
competitividad para que
su economía despeque.
De lo contrario será el
enfermo permanente del
sur de Europa”.
Hay que recordar que la
deuda soberana griega ya
sufrió una fuerte quita
para los bonos en manos
de inversores privados
como parte de la
negociación del segundo
rescate del país.
Asumieron una pérdida
del 53% que permitió
rebajar el montante de la
deuda pública en 100.000
millones de euros, en una
negociación tras la que
los estados de la zona
euro, el FMI y el BCE
quedaron como los
grandes acreedores del
país
Para Paula Papp,
analista de Afi, “teniendo
en cuenta que la mayor
parte de su deuda está
en manos de
instituciones públicas
como el FMI, la Comisión
Europea y el Banco
Central Europeo, el
problema del efecto
contagio es menos
preocupante que si
estuviera en manos de
deudores privados que
puedan terminar
repercutiendo otra vez en
la economía en general”.
José Luis Martínez
Campuzano, estratega
jefe de Citi en España,
también se inclina por la
posibilidad de un
“acuerdo entre Grecia y la
Troika”. A su juicio, “es
evidente que todo el
mundo va a querer llegar
a algún tipo de acuerdo”.
Pero también tiene claro “
que dificilmente se va a
producir una quita.
Sobretodo porque
supondría un precedente.
Nos queda por delante un
proceso duro y largo de
negociación en el que
veremos qué están
dispuestos a ceder tanto
los griegos como el resto
de Estados de la Unión
Monetaria”.
En medio del análisis de
los expertos, el nuevo
ministro de finanzas
heleno, Yanis Varoufakis,
advierte ya que Grecia no
tiene intención de pedir
una prórroga del rescate y
que no reconoce a la
Troika (FMI, BCE y UE)
como interlocutor en las
negociaciones. Además,
recuerda que el programa
electoral de Syriza “no
admite que la deuda
pueda ser pagada”.