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HISPANIA JUDAICA BULLETIN
Articles, Reviews, Bibliography and Manuscripts on Sefarad
Editors: Yom Tov Assis and Raquel Ibáñez-Sperber
No 9 5773/2013
Hispania Judaica
The Mandel Institute of Jewish Studies
The Hebrew University of Jerusalem
Contents
Editorial
1
English and Spanish Section
Articles
SIMCHA EMANUEL, The Struggle for Provençal Halakhic Independence in the
Thirteenth Century
DAVID M. BUNIS, The Whole Hebrew Reading Tradition of Ottoman
Judezmo Speakers. The Medieval Iberian Roots
JOSÉ HINOJOSA MONTALVO, Indumentaria y signos de identidad entre los
judíos valencianos
RICARDO MUÑOZ SOLLA, Padrones y antroponimia judía del Condado de
Treviño en el siglo 15
ERIC LAWEE, Aharon Aboulrabi: Maverick Exegete from Aragonese Sicily
YOM TOV ASSIS, From Netilat Yadayim (Washing of the Hands) to the
Baptismal Font: A Hebrew Inscription from a Sefardi Synagogue to
the Church in Siculana, Sicily
SUSANA BASTOS MATEUS & JAMES W. NELSON NOVOA, A Sixteenth Century
Voyage of Legitimacy: The Paths of Jácome and António da Fonseca
from Lamego to Rome and Beyond
JUAN IGNACIO PULIDO SERRANO, Pedro de Baeça, un empresario de origen
judío: La administración de las aduanas españolas hacia 1600
LUIS GÓMEZ CANSECO, Lope hebraizante: La Jerusalén bíblica en la
Jerusalén conquistada
JOSÉ ALBERTO RODRIGUES DA SILVA TAVIM, “A Lover³s Discourse: Fragments”.
The Peninsula, Portugal and its Empire in the Iberian Jews³ Discourse:
$)HZ([DPSOHVZLWK6RPH5HÀHFWLRQV
KENNETH BROWN, From Sepharad to Ashkenaz, from a Picaro to a Schlemiel:
The Distinctiveness of 17th and 18th Century Sephardic Creative
/LWHUDWXUHLQ+DPEXUJDQG(QYLURQV
5
15
69
97
131
163
169
193
233
Bibliography and Manuscripts
BIBLIOGRAPHY
NITAI SHINAN, Spanish Manuscripts of Works by Fifteenth Century Spanish
Authors
$XWKRU¶࣠V*XLGHOLQHVDQG7UDQVOLWHUDWLRQ
Contributors
333
359
365
367
Hebrew Section
LIUBOV CHERNIN, 6RFLDO&RQÀLFWLQWKH/LWHUDWXUHRI0LUDFOHV(SLVWOHRI
Severus, Bishop of Menorca
SHALOM SADIK, The Structure of the Soul and Freedom of Choice in the
Thought of Rabbi Yehudah Halevi
HANNAH DAVIDSON, :RPHQDQG*DPEOHUVLQ6SDLQLQWKHth Century
YOCHEVED BEERI, Portuguese Judaizers³ Prayers in 17th Century Spain:
Continuity or Creativity?
Č
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Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
/DDGPLQLVWUDFLyQGHODVDGXDQDVHVSDxRODVKDFLD1
Juan Ignacio Pulido Serrano
7KHSUHVHQWSDSHUDGGUHVVHVWKH¿JXUHRI3HGURGH%DHoD
D 3RUWXJXHVH HQWUHSUHQHXU ZKR H[SDQGHG KLV HFRQRPLF
activities during the reign of Felipe II (1556-1598) and Felipe III
(1598-1621). His Jewish ancestry and condition as a New Christian
did not prevent him from developing a long and successful career
LQWKHEXVLQHVVZRUOGZKLFKEHJDQZLWKWKHH[SHULHQFHKHJDLQHG
in the business world as a merchant in the Far East and completed
with contracts made with the king to administer some of the royal
incomes. During the last twenty years of his life, Pedro de Baeça
WUDQVIRUPHGLQWRDNH\¿JXUHLQWKHDGPLQLVWUDWLRQRIWKHFXVWRPVRI
the Spanish monarchy.
7KLV SDSHU DQDO\]HV KLV DGPLQLVWUDWLRQ RI WKH H[LVWLQJ FXVWRP
FRQQHFWLRQ EHWZHHQ &DVWLOOH DQG 3RUWXJDO LQ WKH ODWH VL[WHHQWK
FHQWXU\LQRUGHUWRVKRZWKHFRPSOH[LW\RIWKHEXVLQHVVDQG3HGUR
de Baeça’s entrepreneurial capacity to undertake its management
effectively. In addition, his business activities were accompanied by
a family strategy that allowed him to achieve, alongside his business
success, a remarkable social promotion in the king’s court.
Orígenes de los Baeça
Sobre Pedro de Baeça, hombre de negocios a quien dedicamos el presente estudio,
podemos encontrar abundantes datos en el Dicionário Histórico dos Sefarditas
Portugueses (Mercadores e gente do trato), obra publicada por el profesor
António Marques de Almeida en el año de 2009 como resultado de un largo trabajo
colectivo realizado por un equipo de investigadores portugueses. La obra es una
herramienta fundamental para saber quién es quién en el mundo de los negocios
ibéricos entre los siglos 15 y 18.2 Como en tantos otros casos referidos a hombres
1
2
7UDEDMR UHDOL]DGR GHQWUR GHO SUR\HFWR GH LQYHVWLJDFLyQ ¿QDQFLDGR SRU HO 0LQLVWHULR
de Ciencia e Innovación español titulado ‘Integración de territorios para un desafío
JOREDO)ODQGHV3RUWXJDO\VXVpOLWHVSROtWLFR¿QDQFLHUDV¶+$5&
António A. Marques de Almeida, Diccionario histórico dos sefarditas portugueses.
Vol I: Mercadores e gente de trato, Lisboa 2009, pp. 79-81.
[Hispania Judaica௑@
Juan Ignacio Pulido Serrano
de ascendencia judía, los orígenes de Pedro de Baeça son inciertos, aunque según
los autores de la citada obra es probable que nuestro hombre esté vinculado a Pêro
Francisco de Baeça, natural del reino de Granada, quien acabó sus días en Portugal
y a quien se conocía en Oporto como uno de los “confesos antiguos” de la ciudad.3
De ser así, estaríamos ante un ejemplo más de aquellos judeoconversos castellanos
TXHPDUFKDURQD3RUWXJDOHQWUH¿QDOHVGHOVLJOR\SULQFLSLRVGHOVLJORSDUD
emprender allí una nueva vida. Paradójicamente, muchos de los descendientes de
estas gentes volverían a Castilla tiempo después, completando así un círculo que
expresa las estrechas vinculaciones que existieron entre Castilla y Portugal.
El árbol genealógico de Pedro de Baeça (1550 aprox.-1612) está bien poblado
de hombres de cierto relieve social y económico: hay grandes mercaderes,
SRGHURVRV¿QDQFLHURVDVHQWLVWDVGHOUH\FDEDOOHURVHLQFOXVRDOJ~QQREOH(QWUH
HOORV VREUHVDOH VX VREULQR -RUJH GH 3D] 6LOYHLUD FpOHEUH KRPEUH
de negocios y asentista de Felipe IV que alcanzó la nobleza por sus servicios
al rey. Otro de sus sobrinos fue su homónimo Pedro de Baeça Silveira (1591FDEDOOHURGHOD2UGHQGH&ULVWR\SRGHURVRKRPEUHGHQHJRFLRVOLVERHWD
TXHDFDEyVXYLGDHQHOFDGDOVRDFXVDGRGH¿QDQFLDUHOLQWHQWRGHDVHVLQDWRGH
-RmR,9GH%UDJDQ]DUH\GH3RUWXJDOWUDVODUHEHOLyQGH(Q\DKDEtD
sido procesado por el delito de herejía judaica, saliendo en el auto de fe celebrado
en Lisboa en 1633.5
Mejor suerte tuvo su tío Pedro de Baeça, cuya vida describe el recorrido
de tantos otros hombres de negocios de origen judío de aquellos tiempos,
consiguiendo alcanzar la deseada integración social, una completa asimilación
cultural y religiosa, además de un asombroso éxito económico en las empresas
que emprendió, lo que le permitió una notable promoción para él y los suyos. Este
último aspecto, sus actividades económicas, será lo que nos ocupe en las páginas
que siguen.
¿Quién fue y qué fue el hombre de negocios y empresario Pedro de Baeça?
Con esta doble pregunta centramos el problema que vamos a abordar. Nos interesa
la biografía de Pedro de Baeça, sobre la que existe abundante documentación
repartida por los archivos y bibliotecas de España y Portugal, ya que con ella
SRGUHPRVH[SOLFDUORTXHIXHHVWHLQGLYLGXRXQPHUFDGHU\¿QDQFLHURTXHDOFDQ]D
3
5
Ibid., p. 81.
James C. Boyajian, Portuguese Bankers at the Court of Spain (1626-1650), New Jersey
1983. Ver el árbol genealógico que el autor presenta en el apéndice A-7. António A.
0DUTXHVGH$OPHLGD,ELGSS
António A. Marques de Almeida, Ibid., pp. 661-663.
[@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
HOSHU¿OGHXQYHUGDGHURHPSUHVDULR$SDUHFHDVtFRPREXHQHMHPSORGHORTXHIXH
HVWHJUXSRVRFLDODOTXHSHUWHQHFLy±ORVOODPDGRVhombres de negocios±VLWXDGR
a la vanguardia de la sociedad hispana y europea en la modernidad.
Pedro de Baeça fue un portugués dedicado a diversos negocios en el extenso
HVSDFLRTXHFXEUtDODPRQDUTXtDKLVSDQDD¿QDOHVGHOVLJOR\SULQFLSLRVGHOVLJOR
17. Le encontramos en la China, en Japón, en Java y en otras islas de Indonesia, en
la Molucas, en la India, en Portugal y en Castilla; en ciudades del Lejano Oriente
como Cantón, Macao o Malaca, en los centros neurálgicos de la monarquía española
dentro de la Península Ibérica como Lisboa o Madrid, o en pequeñas localidades
toledanas como la villa agrícola de Sonseca. Seguir sus pasos a lo largo de su vida,
entre su nacimiento, probablemente en Lisboa poco después de 1550 y su muerte
en Madrid en1612, nos permite entrar de su mano en el ámbito pluricontinental
que abarcó la monarquía, en sus escenarios principales y en el problema de cómo
se integraban estos espacios económicos y políticos en un proyecto común. Una
vez recorrido el curso de su vida y pensándola en su totalidad, se nos plantea una
SULPHUDSUHJXQWD¢FXiOIXHHOVLJQL¿FDGRGHHVWDVJHQWHVGHGLFDGDVDOQHJRFLRVX
sentido histórico dentro de ese tiempo que llamamos modernidad?
En aquellos años, a estos individuos se les denominaba hombres de negocios,
dándole a este término un sentido principalmente descriptivo. Fue en el siglo 18
cuando Cantillon, el teórico francés de la economía, introdujo la voz “empresario”
(entrepeneur TXH SRVWHULRUPHQWH IXH GH¿QLGD SRU 6FKXPSHWHU HQ VX REUD The
Theory of Economic Development HQ XQRV WpUPLQRV TXH VH DMXVWDQ ELHQ
a lo que en verdad fue Pedro de Baeça, ejemplo de algunos otros hombres de su
JHQHUDFLyQGHSHU¿OPX\SDUHFLGR6 Tanto Pedro de Baeça como los miembros del
grupo familiar al que perteneció, los que formaban la Casa Baeça, reúnen esas
FDUDFWHUtVWLFDVTXH6FKXPSHWHUVHxDOySDUDGH¿QLUHOFRQFHSWRGHHPSUHVDULRTXH
sigue vigente para los teóricos contemporáneos de la economía.
6HJ~QHVWDGH¿QLFLyQHOHPSUHVDULRHVDTXHOTXHLQWURGXFHinnovaciones en el
sistema productivo, entendidas éstas como nuevas formas de combinar los factores
productivos. Dichas innovaciones pueden ser de cinco clases: 1. la introducción
de nuevos bienes para el consumo; 2. la introducción de nuevos métodos de
producción o comercialización de bienes; 3. la apertura, penetración o creación
GHQXHYRVPHUFDGRVODLQWURGXFFLyQGHQXHYDVRIHUWDVGHPDWHULDVSULPDVR
SURGXFWRV VHPLHODERUDGRV \ ¿QDOPHQWH OD JHQHUDFLyQ GH QXHYDV IRUPDV GH
organizar la producción (y comercialización) de bienes y servicios. Como vemos,
6
Cantillon, R., Essai sur la nature du commerce en général (1755); Schumpeter, J.A.,
The Theory of Economic Development'HODREUDGH6FKXPSHWHUKD\WUDGXFFLyQ
al español: Joseph A. Schumpeter, Teoría del desenvolvimiento económico: una
investigación sobre ganancias, capital, crédito, interés y ciclo económico, México%XHQRV$LUHV
[195@
Juan Ignacio Pulido Serrano
Schumpeter puso especial énfasis en la idea de innovación, elemento clave en la
fase de gestación y desarrollo del capitalismo en Occidente, fenómeno ocurrido
en los siglos de la Edad Moderna. De acuerdo a esta idea, cualquier individuo
TXH DSOLFDUD XQR GH HVWRV FLQFR WLSRV GH LQQRYDFLyQ GHEHUtD VHU GH¿QLGR FRPR
un empresario. Pues bien, como se comprueba al examinar la biografía de Pedro
de Baeça, él cumplió no sólo una de las cinco formas de innovar descritas por
6FKXPSHWHUVLQRWRGDVHOODV3RUHVWDUD]yQFUHRMXVWL¿FDGRGHFLUTXHHVWHKRPEUH
fue un empresario.
Formación en las Indias Orientales (décadas de 1560 y 1570)
(Q ORV DxRV ¿QDOHV GH VX YLGD DVHQWDGR HQ OD &RUWH GH )HOLSH ,,, 3HGUR GH
Baeça escribió y envió al rey media docena de memoriales de espíritu arbistrista
en los que aconsejaba la introducción de diversas innovaciones en el comercio
internacional para la mejora de su funcionamiento y de sus rendimientos. Avalaba
sus propuestas con su larga y profunda experiencia en el comercio ultramarino.
(QHVWRVWH[WRV3HGURGH%DHoDQRVGDDOJXQRVGDWRVDXWRELRJUi¿FRVUHODWLYRVDO
tiempo de su formación como hombre de negocios. Durante más de doce años,
nos dice, había vivido en la India Oriental. Pasó seis años en la China, dedicado
al comercio en Cantón y en la localidad portuguesa de Macao, donde estaba
por 1578, comerciando con las Filipinas, el Japón y las islas al sur del mar de
la China meridional. Había navegado por todas aquellas aguas y sabía bien de
VXV GL¿FXOWDGHV &RQRFtD HVSHFLDOPHQWH OD UXWD TXH XQtD OD ,QGLD FRQ OD &KLQD
aquella que atravesaba el estrecho de Malaca. En 1579 naufragó con el barco en
el que trasportaba clavo procedente de las islas Molucas: salvó la vida y anduvo
errante durante días cerca de la isla de Sumatra hasta que fue encontrado por
musulmanes que allí habitaban, quienes le tuvieron cautivo durante año y medio.
Viajó con frecuencia a Ternate, Tidore y Camboina, el corazón de las islas de la
especias, para realizar tratos comerciales. Durante seis años vivió en el reino de
Sunda, en la Isla de Java, que fue ocupada tiempo después por los holandeses. El
conocimiento que tenía Pedro de Baeça de esta parte del mundo era profundo.
Hablaba las lenguas de estas gentes. También la lengua malaya, “como la mía
SDWHUQD±HVFULELy±SRUVHUODTXHVHKDEOD\VHXVDHQWRGDVDTXHOODVLVODVSRU
andar en todas ellas más de doce años, los mejores de mi edad”.7
Aquella temprana y larga etapa formativa en las actividades comerciales del
Lejano Oriente, le otorgó a Pedro de Baeça un profundo conocimiento y una
rica experiencia en el mundo del comercio a pequeña y gran escala. Aunque la
7
Pedro de Baeza, ‘Memorial y discurso de las Indias Orientales y de las Islas del maluco
\GHPiVSDUWHVGHO0DUGHO6XUǦ%1(5IROU
[196@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
Corona de Portugal tenía la titularidad del monopolio sobre el comercio oceánico,
en aquellos lugares tan lejanos las actividades mercantiles sólo fueron posibles
gracias al concurso de estos hombres de negocios. Por sus manos pasó la mayor
SDUWHGHOFRPHUFLR\VXVLQLFLDWLYDVSULYDGDVUHVROYLHURQFRQDVRPEURVDH¿FDFLDODV
complejas circunstancias de un mundo lleno de riquezas pero a la vez muy extraño
a ojos de los europeos. La penetración de los portugueses en el interior de estos
nuevos espacios y mercados fue acompañada de la introducción de importantes
LQQRYDFLRQHVHQODSUiFWLFDFRPHUFLDO\¿QDQFLHUDORTXHH[SOLFDVXUiSLGRp[LWR
y su protagonismo no solo como intermediarios en las relaciones entre Europa
y Oriente a través de la ruta del Cabo de Buena Esperanza, sino también en el
comercio interior de los territorios orientales.8
Todo ello explica que durante los primeros años del siglo 17 Pedro de Baeça
se convirtiera en consejero del rey y de sus ministros en los asuntos relativos a
Oriente. Era un momento de extrema gravedad a causa de la penetración holandesa
en estos espacios vitales del imperio hispano-portugués. Fue escuchado por el rey
en audiencias personales y también por sus principales ministros: su valido el
Duque de Lerma, el Conde de Lemos o los ministros del Consejo de Portugal. El
virrey de la India, Arias de Saldaña, trató de convencerle para que fuera con él
a la India como su consejero. Le pidieron una y otra vez que pusiera por escrito
sus ideas para estudiarlas, lo que nos ha permitido conocer estas cuestiones. Sus
descripciones minuciosas de las gentes de aquellos países del extremo Oriente,
del complejo y cambiante orden político que allí existía, de los productos con
los que se comerciaba, sus calidades, precios y demanda, de las rutas por las que
se conducían, todo ello demuestra el profundo conocimiento que tenía de aquel
mundo, tan extraño como valioso para Occidente. La labor de asesoramiento de
Pedro de Baeça antecede a la del portugués Duarte Gomes Solís (1561-1630), el
célebre consejero del Conde Duque de Olivares en estas cuestiones mercantiles,
más conocido por los historiadores actuales. Resulta llamativo comprobar cómo
las vidas de ambos describen derroteros muy parecidos.9
A Pedro de Baeça le interesaba sobre todo la manera de mejorar los
rendimientos del comercio ultramarino, para lo que propuso la introducción de
ciertas innovaciones en la organización y conexión de los mercados europeos,
americanos y orientales. Proponía, entre otras cosas, llevar el azogue que se
producía en China, más barato y de mayor calidad, a Nueva España y al Perú a
8
9
Boyajian, James, Portuguese Trade in Asia under the Habsburgs, 1580-1640,
Baltimore, Maryland 1993.
Antonio Borges Coelho, O mercantilista Duarte Gomes Solís (1561/2–c.1630). Tesis
para complementar las pruebas de doctoramiento en Historia Moderna. Lisboa 1986.
Texto policopiado. A. Borges Coelho, Duarte Gomes Solís: Portugal e o Imperio,
Lisboa 1996.
[197@
Juan Ignacio Pulido Serrano
WUDYpV GHO 3DFt¿FR SDUD HPSOHDUOR DOOt HQ ODV PLQDV GH SODWD DPHULFDQDV GRQGH
era imprescindible. Proponía también mejorar la comercialización del clavo que
se recogía en la isla de Ternate, principal centro productor del mundo, y traerlo
a España por vía de las Filipinas. Además, aconsejaba cómo organizar mejor
la presencia española en las islas de los mares del sur y asegurar su defensa
militar frente a los holandeses. Con ello se obtendría el control absoluto sobre
la distribución de aquellas especias de alto valor en los mercados orientales y
europeos como eran la masa, la nuez o el sándalo. Aconsejaba que se llevase
directamente a China la tan ansiada plata de América, utilizando para ello el puerto
GH$FDSXOFRDFDPELRGHHVWDSODWDDPHULFDQDWUDtGDSRUHO3DFt¿FRVHSRGUtDOOHYDU
el oro chino a la India, de más quilates y de menor precio, como él mismo había
KHFKRWDQWDVYHFHVFRQHQRUPHVEHQH¿FLRVWDPELpQVHSRGUtDOOHYDUD)LOLSLQDVHO
cobre que se recogía en abundancia en el interior de China, de mejor calidad que
el que se traía de Alemania y que se utilizaba para la construcción de armamento.
Los ingresos en la hacienda del rey aumentarían mucho si se colocaran nuevas
DGXDQDVHQ)LOLSLQDV\VLDGHPiVVHPRGL¿FDUDQODVWDVDVDGXDQHUDVSDUDFRQWURODU
PHMRUHOWUi¿FRFRPHUFLDOHQWUHHO3DFt¿FRHOËQGLFR\ORVPDUHVGH&KLQD(VWDED
FRQYHQFLGR GH TXH HVWDV UHIRUPDV UHSRUWDUtDQ JUDQGHV EHQH¿FLRV D OD KDFLHQGD
regia como al comercio en general, y para ponerlas en marcha pidió al rey que le
enviara a Filipinas como ministro suyo.
Sin duda, el extremo Oriente había sido la escuela empresarial de Pedro de
%DHoD$OOtDSUHQGLyHOR¿FLR\FRQIRUPyVXHVStULWX7DPELpQKL]RIRUWXQDHQ
EHQH¿FLR GH VX FDVD IDPLOLDU \ HQ HO VX\R SURSLR 8QD YH] IRUPDGR \ WRGDYtD
joven, Pedro de Baeça iniciaba su regreso a Europa, a su ciudad de Lisboa, para
emprender otras actividades en el mundo de los negocios que eran bien distintas
a las que había realizado hasta entonces y que le pondrían en contacto con
diferentes mercados, personas y problemas. Pero aquella primera formación fue
fundamental en su futuro. Explica, a mi entender, su extraordinaria capacidad para
lanzarse a nuevas iniciativas de negocio, su vocación de emprendedor y su éxito
en la resolución de los problemas complejos a los que se enfrentó en su vida de
empresario.
Negocios en Lisboa (década de 1580)
En la década de 1580 encontramos a Pedro de Baeça en la ciudad de Lisboa. Había
regresado a Europa dejando atrás aquel fascinante mundo del lejano Oriente,
lleno de oportunidades, riquezas y peligros. Era el momento de proceder a una
reconversión en sus negocios y en su vida como empresario, encaminándose ahora
hacia nuevos horizontes. Bien es cierto que continuaría embarcado en actividades
[198@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
relacionadas con el comercio de las Indias, pero desde su residencia en Lisboa
iría entrando paulatinamente en negocios con la Corona. Cuando Pedro de Baeça
volvió a Lisboa en una fecha cercana al año de 1580, se encontró con la visita de
Felipe II a Portugal para ser proclamado rey de los portugueses. Eran los años
de las negociaciones entre los portugueses y los ministros del nuevo rey para
pactar los acuerdos de la llamada monarquía dual. La unión de ambos imperios
ultramarinos, el español y el portugués, abría extraordinarias posibilidades para
ORVKRPEUHVGHQHJRFLRVSRUWXJXHVHVTXHFRPR3HGURGH%DHoDWHQtDQVX¿FLHQWH
capacidad, experiencia e iniciativa para organizar grandes empresas en el ámbito
GHOFRPHUFLR\GHODV¿QDQ]DVLQWHUQDFLRQDOHV
Pedro de Baeça amasó una riqueza considerable durante los años que pasó
HQ /LVERD QHJRFLDQGR 3RU XQD GHFODUDFLyQ TXH KL]R GH VXV ELHQHV HQ sabemos que tenía casas principales en la parroquia de la Concepción en Lisboa,
heredadas de sus padres difuntos, las cuales estaban valoradas en más de un millón
de maravedíes. Sus bienes muebles, plata y joyas, tapicerías, ropas y vestidos
ascendían a más de diez millones de maravedíes. Tenía esclavos de distinta
procedencia: negros e indios. Las deudas que con él tenían diferentes personas
alcanzaban casi lo cuatro millones de maravedíes. La dote de su mujer, Catalina
de Castro, con quien debió contraer matrimonio nada más volver de las Indias
2ULHQWDOHVDOOiSRUHODxRGHHUDGHGXFDGRVHQGLQHUR\GXFDGRV
en ajuar. Pedro de Baeça, con alrededor de 30 años de edad, era un hombre de gran
fortuna.10
Por las cuantiosas deudas que le dejaron a deber, sabemos que durante sus
años en Lisboa había participado en distintos negocios con las Indias Orientales,
en el comercio de especias y en el de esclavos. Además, realizó préstamos a otros
hombres de negocios y también a miembros de la nobleza y a diversos ministros
del rey.11 Pero al margen de estas deudas, su principal deudor era el monarca. El
rey le debía alrededor de nueve millones y medio de maravedíes. Era el resto que
a Pedro de Baeça le quedaba por cobrar del aprovisionamiento que hizo de las
galeras del reino de Portugal.12 Pedro de Baeça había establecido una compañía
junto a un hombre de negocios milanés, Juan Bautista Robelasca, para tomar entre
ambos el llamado asiento de las galeras de Portugal. Los dos participaron en la
provisión de todo lo necesario para la armada del reino de Portugal. Cuando Pedro
de Baeça abandonó aquel reino camino de Castilla, al comenzar la década de 1590,
10 Archivo General de Simancas (AGS), Expedientes de Hacienda, Legajo 525 ‘Libro de
DERQRVGHODUHQWDGHORVSXHUWRVVHFRVGH3RUWXJDO¶IROVUU\UYWR
Agradezco a Isabel Aguirre, archivera del AGS, su valiosa ayuda.
11 ,ELGOHJIROUYWRµ5HODFLyQMXUDGDH¿UPDGDGHODVGHXGDVTXHPHGHEHQ
e las personas que son y lo que tengo enviado fuera a Indias e otras partes’.
12 ,ELGOHJIROU
[199@
Juan Ignacio Pulido Serrano
tuvo que liquidar la compañía que había organizado con este italiano, uno más de
los distintos italianos con los que estableció sociedad en el transcurso de su vida
empresarial, tanto en Lisboa como en Madrid y Valladolid.13
Los negocios con la Corona se convertirían desde entonces en el centro de
sus actividades. Por ello cambió de domicilio y se trasladó a Madrid, la capital
de la monarquía. En Lisboa dejó al cuidado de sus negocios a su mujer y a Pedro
Fernández de Alarcón, quien merece nuestra atención por los detalles que nos
da sobre el comportamiento económico, social y familiar de Pedro de Baeça.
Detengámonos brevemente en este hombre. Pedro Fernández de Alarcón vivía en
Lisboa, donde se había acogido al amparo de la casa de Baeça con el objetivo de
formarse bajo su dirección en todo lo referido al mundo de los negocios. Procedía
de Medina del Campo y era hijo de una familia de hombres de negocios de esta
localidad. Sus padres, Isabel de Medina y Gonzalo Núñez de Frías fueron personas
GHVWDFDGDVHQODSULPHUDSOD]D¿QDQFLHUDGH(VSDxD*RQ]DOR1~xH]KDEtDSXHVWR
casa de cambios en Medina del Campo hacia 1579.15 Ocupando esta posición
IXQGDPHQWDO HQ OD YLGD ¿QDQFLHUD GH HVWD FLXGDG LQWHUYLQR DGHPiV HQ GLYHUVRV
negocios continentales y oceánicos.16 Antes de llegar a su plenitud, Gonzalo Núñez
se había formado dentro de la casa del gran banquero castellano Simón Ruiz y,
después de algunos años ejerciendo como empleado suyo, acabó dirigiendo sus
propios negocios.17 Pese a su emancipación, Gonzalo Núñez mantuvo su relación
con su antiguo patrón, Simón Ruiz. Así, en 1576 ambos formaron una compañía
13 $UFKLYR+LVWyULFRGH3URWRFRORVGH0DGULG$+30WRPRIROUYWR
Escritura entre Hector Picamellio, genovés, en nombre de Juan Bautista Robelasca,
PLODQpV\3HGURGH%DHoDSRUWXJXpV0DGULG
Ibid., tomo 1119 fol. 65r-69vto. Poder otorgado por Pedro de Baeça a su mujer,
Catalina de Castro, y a Pedro Fernández de Alarcón para que pudieran actuar juntos o
por separado en su nombre en todos los asuntos a él referidos (Madrid, 08/01/1593).
15 $UFKLYR +LVWyULFR 3URYLQFLDO GH 9DOODGROLG $+39 OHJDMR IRO 2UGHQ
de S, Majestad para que haya un cambio en Medina a favor de la petición realizada
por Tristán López y Gonzalo Núñez (07/06/1579). Otros documentos sobre Gonzalo
Núñez existentes entre los protocolos notariales del citado archivo pueden encontrase
en el útil libro de Anastasio Rojo Vega, Guía de mercaderes y mercaderías en las
ferias de Medina del Campo. Siglo XVI9DOODGROLG
16 Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (ARCHV), Registro de Ejecutorias,
Caja 1855, 32, ‘Ejecutoria del pleito litigado por Pedro Fernández de Alarcón, vecino
de Madrid, con Alonso Osorio, mercader, vecino de Medina del Campo (Valladolid),
¿DGRUGH7ULVWiQ/ySH]\*RQ]DOR1~xH]FDPELRV\)UDQFLVFR$ORQVRHVFULEDQR
sobre ejecución en bienes de Gonzalo Núñez, padre del primero, para hacer pago de
80.000 maravedíes debidos al segundo’.
17 Henri Lapeyre, Una familia de mercaderes: los Ruiz9DOODGROLGSS\
[200@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
para realizar un envío de ocho urcas cargadas de sal desde Lisboa a Londres.18 Por
esos años Gonzalo Núñez iba a repetir con su hijo Pedro Fernández de Alarcón
la propia experiencia que le había permitido a él convertirse en un hombre de
negocios. Del mismo modo que él se había formado dentro de una gran casa de
negocios, la de Simón Ruiz, su hijo lo haría en la de Pedro de Baeça. Pero, ¿por
qué en Lisboa?
Tanto para Simón Ruiz como para Gonzalo Núñez, la ciudad de Lisboa era
una de las principales plazas por las que pasaban sus tratos. Sabemos por los
estudios que Henri Lapeyre dedicó a Simón Ruiz, que una parte fundamental
de sus actividades mercantiles estaban vinculadas con Lisboa, aunque este tema
está por estudiar en profundidad. Por otra parte, el rico fondo epistolar de este
banquero que se guarda en el Archivo Histórico Provincial de Valladolid, nos
muestra el importante papel que jugó Simón Ruiz para los hombres de negocios
portugueses que buscaban participar en otros mercados. El repaso de las miles
de cartas recibidas por Simón Ruiz nos muestra a este hombre como una de las
claves principales que explican cómo fue posible la penetración de los hombres
GH QHJRFLRV SRUWXJXHVHV HQ ORV JUDQGHV FLUFXLWRV FRPHUFLDOHV \ ¿QDQFLHURV
castellanos y en sus prolongaciones europeas a partir de mediados del siglo 16. La
correspondencia de Simón Ruiz con los grandes hombres de negocios de Lisboa
es ininterrumpida desde la década de 1550 hasta su muerte, y tras su desaparición
la correspondencia continúa durante los primeros años del siglo 17 con Cosme
Ruiz, su sobrino y heredero.19 Esta intensa relación epistolar demuestra que las
principales casas de Lisboa se sirvieron de Simón Ruiz y de su papel predominante
en la plaza de Medina del Campo para introducirse en los circuitos mercantiles
ibéricos y europeos. También Pedro de Baeça utilizó este eje que unía las ciudades
de Lisboa y Medina del Campo para facilitar su nueva aventura empresarial: la
penetración en el mercado castellano. Las cartas que Pedro de Baeça escribió a
Cosme Ruiz a partir de 1600 dejan ver una relación muy estrecha entre ambos
TXHHVWiFHUWL¿FDGDSRUDOJXQRVRWURVGRFXPHQWRVpVWRVGHSURFHGHQFLDQRWDULDO
¿UPDGRVSDUDFHUUDUQHJRFLRVUHDOL]DGRVHQFRP~Q20
Todo lo anterior nos hace entender por qué Pedro Fernández de Alarcón, este
joven oriundo de Medina del Campo, aparece en Lisboa al cargo de los negocios
de Pedro de Baeça cuando éste deja la ciudad para trasladarse a Madrid hacia
18 $+39OHJDMRIRO
19 Esta correspondencia puede consultarse en el Archivo Histórico Provincial de
Valladolid (AHPV), fondo Simón Ruiz. Venimos trabajando con ella desde los
últimos años, con la ayuda del Director del Archivo Ángel Laso, a quien agradecemos
su inestimable ayuda.
20 $539)RQGR6LPyQ5XL]OHJDMRV\FDUWDVGH3HGURGH%DHoDD&RVPH5XL]
¿UPDGDVHQ0DGULG\/LVERDHQORVDxRVGH\
[201@
Juan Ignacio Pulido Serrano
1592. Pedro Fernández de Alarcón llevaba ya algunos años en Lisboa formándose
bajo su tutela, pero además de esta experiencia formativa, el sentido de su
SUHVHQFLDHQDTXHOODFLXGDGHUDD¿DQ]DUODVUHODFLRQHVHQWUH/LVERD\0HGLQDGHO
Campo, imprescindibles para la consecución de los objetivos empresariales de
su padre, Gonzalo Núñez, y también de su mentor Pedro de Baeça. Con el paso
de los años la relación de estos hombres de negocios maduró de tal manera que
Pedro de Baeça, una vez bien asentado en Madrid, decidió arreglar el matrimonio
entre su única hija y Pedro Fernández de Alarcón, su empleado medinense.
(VWRVHQODFHVPDWULPRQLDOHVFX\R¿QHUDDWDUDOLDQ]DVHPSUHVDULDOHVIXHURQXQD
práctica frecuente entre los hombres de negocios de aquel siglo. Con el contrato
SUHPDWULPRQLDO¿UPDGRSRU3HGURGH%DHoD\ORVSDGUHVGHVXMRYHQHPSOHDGRVH
cerraba con éxito un largo periodo de colaboración. Además, Pedro de Baeça tuvo
la oportunidad de modelar un futuro heredero para su casa de negocios.
En este contrato prematrimonial, fechado en Madrid en 1596, se acordaban
los términos económicos de la unión y los compromisos de cada parte. Pedro de
Baeça daría una cuantiosa cantidad de dinero para dotar a su hija (alrededor de
PLOORQHVGHPDUDYHGtHVTXH3HGUR)HUQiQGH]GH$ODUFyQSRGUtDDGPLQLVWUDU
con absoluta libertad en sus propios negocios. El joven matrimonio tendría que
vivir durante los siguientes diez años en la casa habitada por Pedro de Baeça en
Madrid con todos los gastos pagados, los suyos, los de sus futuros hijos y también
los de sus criados. Se les daría comida, bebida, vestido, calzado y un caballo para
sus desplazamientos. A cambio, Pedro Fernández de Alarcón tendría que seguir
ayudando a Pedro de Baeça en la administración de todos sus negocios, en los
actuales y también en los venideros. Por su parte, los padres de Pedro Fernández
de Alarcón prometían mejorar la herencia que correspondía a su hijo.21 Con
aquel matrimonio se consolidaba una estrategia concreta tanto familiar como
empresarial.
En este caso, el esfuerzo culminó con éxito. Pedro Fernández de Alarcón
reunió una importante fortuna durante los años de vida en Madrid. Además,
acabó formando cuerpo con el grupo más reputado de la ciudad al obtener el
nombramiento de regidor de la villa. Del mundo de los negocios pasó a integrar
la pequeña y destacada oligarquía que gobernaba la ciudad, disfrutando del honor
y de la reputación que ello reportaba.226XVKLMRV±ORVQLHWRVGHOSRUWXJXpV3HGUR
GH%DHoD±WDPELpQGLVIUXWDUtDQGHORVORJURVDOFDQ]DGRVSRUHVWDIDPLOLDHQVX
esfuerzo por promocionarse en el orden social. Doña Catalina de Alarcón casó con
un caballerizo del Cardenal Infante, hermano del rey Felipe IV, administrador de la
Casa del Almirante de Castilla. Pedro de Alarcón, otro de sus hijos, fue arcediano y
21 AHPM tomo 1130 fols. 73r-76vto. ‘Carta de promesa de dote’ (Madrid, 19/01/1596).
22 Mauro Hernández, A la sombra de la Corona. Poder local y oligarquía urbana
(Madrid, 1606-1808), Madrid, Siglo XXI, 1995.
[202@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
canónigo de la catedral de Tuy; Francisco de Alarcón obtuvo un hábito de caballería
en la Orden Militar de Cristo; y Juan de Alarcón, llamado en otras ocasiones Juan
de Baeça, ingresó como fraile en la Orden de San Agustín. De tal manera, los
nietos de Pedro de Baeça habían utilizado la riqueza y reputación heredada de su
abuelo mercader para encaramarse en la iglesia y nobleza castellana. El proyecto
de integración, asimilación y promoción social que traía Pedro de Baeça en la
mente cuando viajaba desde Lisboa a Madrid fue alcanzado con éxito por sus
descendientes directos.23 Todo indica que su condición de cristiano nuevo y sus
orígenes judíos no fueron un obstáculo en su camino.
Traslado a Madrid, capital de la monarquía española (1592): el arrendamiento
de las aduanas
Pedro de Baeça compró casas en el centro de Madrid al poco de llegar a la ciudad.
(QSDJyGXFDGRVD/XLV0pQGH]GH2OLYHQ]DRWURPHUFDGHUSRUWXJXpV
D¿QFDGRHQ0DGULGSRUXQDVFDVDVHQODFDOOHGHO&DUPHQMXQWRDOD3XHUWDGHO
Sol, donde tenían sus lonjas los principales mercaderes de la ciudad. A Pedro de
Arriola le compró las casas aledañas por 9.200 ducados y paulatinamente fue
comprando a sus vecinos todas las casas que había a su alrededor hasta reunir una
¿QFDKROJDGD6RUSUHQGHVXFDSDFLGDGHFRQyPLFD\GHQRWDVXFODUDLQWHQFLyQGH
establecerse en Madrid de manera continuada.
Pedro de Baeça venía a Madrid decidido a entrar en los grandes negocios de
la Corona y de ahí que tuviera que asentarse a las puertas de la Corte del rey.
En su punto de mira estaba el sistema aduanero castellano, una compleja red de
puertos y aduanas que rendían al rey importantes cantidades anuales en concepto
de derechos sobre el paso de mercaderías de unos reinos a otros. Castilla estaba
recorrida por una extensa red aduanera dispuesta a los largo de los cuatro puntos
cardinales: la frontera con los reinos de Valencia, Aragón y Navarra tenía una
cadena de “puertos secos” muy tupida en Aragón y menos en Valencia. Los más
de 1.200 kilómetros de frontera con Portugal contaban con más de medio centenar
de “puertos secos” o aduanas. La cornisa cantábrica, tanto en la línea de costa
como en poblaciones del interior, tenía repartidos los llamados “diezmos de la
mar de Castilla”, y al sur se extendía un conjunto de aduanas conocidas como
almojarifazgos. A este mapa aduanero se sumaba la llamada “renta de las lanas o
sacas de lanas”, derecho que cobraba el rey por la exportación de este producto,
principal en la economía castellana y de gran demanda en los mercados europeos.
Era tan elevado el número de aduanas y resultaba tan complejo el sistema de
23 Todos estos datos aparecen en Archivo Real Chancillería de Valladolid (ARCV),
5HJLVWURGH(MHFXWRULDVFDMDDxRGH
[203@
Juan Ignacio Pulido Serrano
recaudación de lo que le pertenecía al rey, que fue una práctica común arrendarlas
para que fueran administradas por iniciativa privada. La Corona no tenía capacidad
VX¿FLHQWHSDUDDFRPHWHUHVWDWDUHDGHPDQHUDGLUHFWD\SRUHOORKXERGHUHFXUULUD
la administración indirecta. Así, tras una subasta pública, diferentes hombres de
negocios tomaban la administración de alguno de estos lotes aduaneros. Pedro de Baeça, al poco tiempo de establecerse en Madrid, tomó el arriendo
de los puertos secos entre Castilla y Portugal por un periodo de seis años, entre
\DUD]yQGHPLOORQHVGHPDUDYHGtHVGHSDJRDQXDODOUH\25 Al año
siguiente de cerrar este contrato, en 1595, tomó en arriendo la renta de la saca
de lanasSRUQXHYHDxRVKDVWD26 En 1601 encontramos a Pedro de Baeça
como administrador para los siguientes nueve años, de los puertos secos entre
Castilla y los reinos de Navarra, Aragón y Valencia, que entonces se administraban
conjuntamente.27 Además, Pedro de Baeça, que continuaba con sus negocios en
el reino de Portugal, se hizo con la administración de la alfândega de Lisboa, la
aduana más valiosa de aquel reino y una de las principales de toda la península
por los altos rendimientos que generaba. Entre 1602 y 1603 la administró junto a
los portugueses Jorge Rodríguez y Manuel de Acosta, pagando por ella alrededor
GHPLOORQHVGHPDUDYHGtHVDQXDOHVSHURHQ¿UPDEDXQFRQWUDWRSDUD
administrarla él solo durante los siguientes diez años, mejorando la cantidad anual
que el rey recibía en 17 millones de maravedíes.28
Como puede comprobarse, Pedro de Baeça se especializó en la administración
DGXDQHUDFDVWHOODQD\SRUWXJXHVDHQORVDxRV¿QDOHVGHOVLJOR\SULPHURVGHO
Un negocio de enorme complejidad, que requería no sólo una importante solvencia
25
26
27
28
Modesto Ulloa, La Hacienda Real de Castilla en el Reinado de Felipe II, Madrid
SS
Archivo General de Simancas, Expediente de Hacienda, libro 525, ‘Libro de abonos
de la renta de los puertos secos de Portugal’. La puja en la subasta de esta renta fue
rematada por Juan de Burgos, natural de Medina del Campo y vecino de Badajoz,
quien en realidad era empleado de Pedro de Baeça. Hay que advertir que en los listados
elaborados por Modesto Ulloa, Henri Lapeyre y otros autores a partir de las fuentes
procedentes de la Contaduría Mayor de Cuentas del Archivo General de Simancas
aparecen los nombres de los testaferros que solían pujar a las órdenes de quienes en
verdad estaban detrás de estos negocios. En el caso de Pedro de Baeça, la utilización
de estas personas interpuestas parece habitual.
$+30WRPRIROVU\VV
,ELGWRPRIROU\IRO/DUHQWDODUHPDWyHQODVXEDVWDS~EOLFD&ULVWyEDO
Fernández de Mena, aunque por este protocolo sabemos que lo hacía por orden de
Pedro de Baeça.
‘1606. Sumario del Estado en que están las rentas del Reyno de Portugal, y situación
TXH KD\ HQ HOODV HVWH DxR GH ¶ IROV UU %ULWLVK /LEUDU\ $'' Agradezco al investigador José Miguel Escribano el haberme proporcionado esta
valiosa documentación que él encontró en el rico fondo londinense.
[@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
económica, sino además una extraordinaria capacidad empresarial para acometer
con éxito su complicada gestión. La administración de las rentas aduaneras,
además, exigía a su titular contar con una red de individuos que colaborasen con
él en un trabajo que se extendía por un territorio inmenso. Era imprescindible, por
otro lado, tener buena experiencia para entrar en contacto y participar en otras redes
de hombres de negocios metidos en estos mismos asuntos, pues la cooperación
con ellos se hacía necesaria. Por último, era necesario disponer también de una
VX¿FLHQWH FDSDFLGDG GH LQÀXHQFLD SROtWLFD HQ OD &RUWH SDUD VREUHOOHYDU HO WUDWR
difícil con los ministros del rey que tenían en sus manos el control y supervisión
GHHVWDVUHQWDVUHDOHV7HQLHQGRHQFXHQWDWRGRHVWRVRUSUHQGHODUDSLGH]\H¿FDFLD
con la que Pedro de Baeça consiguió introducirse en este campo y la posición
de predominio que alcanzó en poco tiempo, convirtiéndose en los primeros años
del reinado de Felipe III en uno de los principales administradores del sistema
aduanero castellano.
En el año de 1608, al fallecer su primera mujer, Catalina de Castro, y antes
de tomar una segunda esposa entre las mujeres de la nobleza, Ana de Bobadilla
Alarcón de Puñorostro, tuvo que hacer una relación detallada de su patrimonio,
lo cual nos permite conocer cuál era su situación económica tras el desempeño de
todos estos negocios. Tasado su patrimonio junto al de su difunta mujer, se calculó
que su valor ascendía a los 100 millones de maravedíes. Tenía juros situados en
buenas rentas reales que le rendían anualmente unos réditos importantes y que le
habían sido dados por el rey en compensación a sus múltiples servicios; el valor y
la cantidad de sus joyas, ropas, tapicerías, alfombras, loza, porcelanas y mobiliario
nos muestran una familia de un alto tren de vida; tenía su coche de caballos, como
las familias principales de Madrid; el número de criados que poseía era elevado y
la lista de sus deudores ocupaba varios folios, conteniéndose en ellos a personas
de la nobleza, de la administración de la monarquía y del mundo de los negocios
procedentes tanto de Castilla como de Portugal, lo que arroja una imagen de Pedro
de Baeça como un verdadero prestamista.29
La vocación empresarial de Pedro de Baeça no se apoltronó por el éxito
alcanzado. Como explicó el teórico de la economía Schumpeter, el abandono de las
actividades empresariales fue algo propio de los descendientes de estos hombres
de empresa, lo que se cumple con los nietos de Pedro de Baeça, que se asimilaron
a los cuadros de la nobleza y de la Iglesia española. Pero él, por el contrario,
entre 1608 y 1612 seguía buscando nuevas empresas, mercados y posibilidades
de negocio, empujado siempre por un espíritu de innovación y de mejoramiento
de aquellas actividades que tomó entre sus manos. Valgan dos últimos ejemplos
29 $5&95HJLVWURGH(MHFXWRULDVFDMDDxRGH(VWHODUJRGRFXPHQWR
contiene un detallado inventario del patrimonio de Pedro de Baeça y Catalina de
Castro y el valor en que fue tasado en 1608.
[205@
Juan Ignacio Pulido Serrano
para avalar esta idea: en 1608 fundó, junto con otros socios, una compañía para
explotar las minas sevillanas de plata de Guadalcanal; en 1611 el rey le dio el
R¿FLRGHIDFWRUGHODLVODGH7HUQDWHHQODV0ROXFDVSDUDUHRUJDQL]DUGHVGHDOOt
el comercio del azogue, del clavo y de otras especias que se enviaban anualmente
a Europa.
Para el primero de estos dos negocios, se formó en Madrid una compañía entre
Pedro de Baeça y el noble navarro Jerónimo de Ayanz y Beamont, comendador de
la Orden de Calatrava, célebre inventor que había construido una máquina de vapor
con la que se podrían drenar las minas de plata de Guadalcanal, abandonadas por
la imposibilidad de seguir explotándolas a causa de sus constantes inundaciones.30
Al empresario portugués y al noble inventor navarro, se unieron dos socios más:
el doctor Simón de Meneses (ministro del Consejo de Su Majestad y oidor en
la Real Audiencia de Santo Domingo en la isla La Española) y un tal Dionis
7KHUPLWH(QODHVFULWXUDIXQGDFLRQDOGHODFRPSDxtDVH¿MDURQODVREOLJDFLRQHV
y aportaciones en dinero que debía hacer cada uno para comprar la licencia al
rey, realizar las inversiones necesarias, acometer el pago del personal en la mina
y repartir limosnas para obras pías y misas a las ánimas del purgatorio y a San
Antonio de Padua, el santo portugués, con objeto de ganarse su ayuda e intercesión
para el éxito de la empresa. No es anecdótica esta cláusula ni una fórmula rutinaria
carente de sentido, pues aparece como primera obligación para los socios de la
compañía minera. Era signo claro de aquel tiempo donde el éxito del negocio se
hacía pender del ingenio, talento, experiencia y, sobre todo, de la providencia.31
El segundo de los negocios en los que Pedro de Baeça estaba empeñado era
de mayor enjundia. Nos hemos referido a ello al comienzo de estas páginas. Entre
1607 y 1609 Pedro de Baeça estuvo escribiendo diversos memoriales al rey y
a sus principales ministros para convencerles de la necesidad de introducir una
serie de innovaciones en la organización del comercio con extremo Oriente. Las
islas Molucas tenían un papel clave en este asunto. Quiso dar sus escritos a la
imprenta, lo que nos ha permitido su localización y estudio. El consejo de Pedro de
Baeça, de fuerte inspiración arbitrista en la misma línea que en el siguiente reinado
tendrían los tratados de Duarte Gomes Solís, fue escuchado y tenido en cuenta por
los principales ministros, el Duque de Lerma y el Conde de Lemos entre otros.
Los escritos que envió al rey, alguno incluso se lo dio en mano, se discutieron en
30 Sobre este extraordinario personaje existe una interesante biografía. Nicolás García
Tapia, Un inventor navarro: Gerónimo de Ayanz y Beaumont, 1553-1613, Pamplona
2001.
31 AHPM, tomo, 1156, fols. 633r-636vto. Escritura para la constitución de una compañía
¿UPDGDHQ0DGULGDGHMXQLRGH
[206@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
el Consejo de Indias, en el Consejo de Portugal y también en el de Estado, donde
hubo pareceres dispares.32
Finalmente y por recomendación del Consejo de Indias, el rey nombró a
Pedro de Baeça factor de la isla de Ternate, en el archipiélago de las Molucas.
Se pensó que una vez allí podría acometer sus proyectos y mejorar los ingresos
GH OD KDFLHQGD GHO UH\$ERUGDUtD FyPR FRQVWUXLU \ ¿QDQFLDU XQD DUPDGD SDUD
proteger aquellos mares, cómo administrar y conducir el clavo y otras drogas
asegurando el monopolio del rey y sus rendimientos, cómo llevar a cabo el envío
regular de azogue chino a América y todo aquello que considerase de acuerdo a
su “mucha inteligencia y experiencia que tiene de aquellas partes”.33 Para poner
en marcha aquel ambicioso proyecto, se escribió al gobernador de las Filipinas
comunicándole la llegada de Pedro de Baeça y pidiéndole que se valiera de él
como hombre experto y experimentado. En el mes de noviembre de 1611, el rey
¿UPDEDGLIHUHQWHVFpGXODVDIDYRUGH3HGURGH%DHoDXQD5HDO3URYLVLyQGiQGROH
el título de factor de Ternate, un anticipo de su sueldo de 1.000 ducados, que
GHEtDFREUDUHQ0p[LFRGHORVR¿FLDOHVGHOUH\DXWRUL]DFLRQHVSDUDOOHYDUDUPDV
y diversos permisos de embarque para que le pudieran acompañar en el viaje
algunos de sus empleados. Uno de sus nietos, Juan de Alarcón y Baeça, iría con
él para formarse en aquel mundo. El rey había escrito a Juan de Silva, gobernador
de Filipinas, avisándole de todo.35
$¿QDOHVGH3HGURGH%DHoDWHQtDWRGROLVWRSDUDSDUWLUDOOHMDQR2ULHQWH
Se había deshecho de sus casas, las que habitaba por esos años cerca de la iglesia
de San Ginés, cediéndoselas a otro hombre de negocios portugués, Manuel
Rodríguez Pardo.36 Pero la muerte le sorprendió cuando todavía estaba en Madrid
XOWLPDQGRORVGHWDOOHV¿QDOHVGHVXYLDMH(QHODUFKLYRSDUURTXLDOGH6DQ*LQpV
muy cerca de donde estaba su casa y a sólo unos pasos del Alcázar del rey, se
encuentra el registro de su defunción.37
32 Una cantidad importante de toda esta documentación se encuentra en el Archivo
General de Indias (AGI), Filipinas, 1, N.135, ‘Consultas sobre Terrenate (1611)’ y
AGI, Filipinas, 1, N.131 ‘Consultas sobre los memoriales de Pedro de Baeça’.
33 $*,)LOLSLQDV1µ&RQVXOWDGHO&RQVHMRGH,QGLDVVREUHHOPHPRULDOHQHOTXH
3HGURGH%DH]DSLGHTXHVHWRPHUHVROXFLyQVREUH7HUUHQDWH\HOR¿FLRHQDTXHOODV
partes; propone que se le haga factor de Terrenate’ (29 de agosto de 1611).
$*, ,QGLIHUHQWH /$ IROV YWRYWR \ YWR 5HDOHV &pGXODV \
UHDOHV SURYLVLRQHV ¿UPDGDV SRU HO UH\ HQ *XDGDUUDPD \ HQ (O 3DUGR
(15/11/1611).
35 AGI, Filipinas, 371 ‘Minuta de real cédula a Juan de Silva, gobernador de Filipinas
(12/11/1611)’.
36 $+30WRPRIROVUUIROVUYWR\UYWR(VFULWXUDV
¿UPDGDVSRU3HGURGH%DHoDHQ0DGULGHQWUHHO\
37 Archivo Parroquial de San Ginés, Libros de Defunciones, Libro 2, fol. 112r. Pedro de
[207@
Juan Ignacio Pulido Serrano
Los portugueses y la administración de los puertos secos entre Castilla
y Portugal
$xRVGHVSXpVHQHOUH\)HOLSH,9HQYLyXQPHPRULDODXQDSHTXHxDMXQWDGH
JRELHUQRIRUPDGDSRUWUHVGHVXVPLQLVWURVGHPD\RUFRQ¿DQ]D(OPHPRULDODOXGtD
a la organización de las aduanas existentes en la Península Ibérica y explicaba que,
en buena medida, estaban bajo el control de los portugueses. En aquellos años, en
el clima provocado por la rebelión y guerra de Portugal, resultaba preocupante
que un entramado vital para los intereses de la Corona, como eran las aduanas,
estuviera bajo el control de población portuguesa. Especialmente grave era que
los puertos secos entre Castilla y Portugal fueran administrados por hombres de
negocios portugueses. El autor del memorial leído por el rey y por su valido, el
Conde Duque de Olivares, explicaba que los administradores portugueses de
dichas aduanas causaban un gran daño a la Corona, pues prestaban su apoyo a los
UHEHOGHV\GL¿FXOWDEDQWRGRVORVHVIXHU]RVSRUGHYROYHUORVDODREHGLHQFLD$GHPiV
ODVPHGLGDVTXHVHKDEtDQWRPDGRFRQHOREMHWLYRGHFRUWDUHOÀXMR¿QDQFLHUR\
comercial entre Castilla y Portugal eran difíciles de llevar a cabo mientras los
accesos aduaneros estuvieran bajo el control de portugueses.38 Otros escritos de la
época hacen referencia a esta misma cuestión. Así, en el célebre tratado impreso
que corrió por esos años bajo el título Comercio Impedido, se advertía del daño
que hacían los portugueses sacando por las aduanas que estaban bajo su dominio
la riqueza de España para llevarla a países enemigos como Francia y Holanda. El
estado de guerra de aquellos años exigía desalojar a los portugueses de su control
VREUHODVDGXDQDViPELWRHQHOTXHKDEtDSHQHWUDGRD¿QDOHVGHOVLJOR39
En este sentido, Pedro de Baeça aparece como uno de los pioneros en la
penetración de los hombres de negocios portugueses en la administración de las
rentas aduaneras, fenómeno que cincuenta años después alarmaba a los ministros
de Felipe IV. Por lo que sabemos, él fue el primer administrador de los puertos
secos entre Castilla y Portugal en la nueva época que se abrió tras la unión de
España y Portugal en 1580. Como es sabido, en los acuerdos alcanzados en las
Cortes de Tomar de 1581 se decidió la abolición de estas aduanas con el objetivo
de mejorar las relaciones entre los habitantes de ambos reinos y de incentivar sus
Baeça, portugués, “alquilaba cuartos en su casa”, fallecido el día 31 de marzo de 1612,
tenía casas propias fronteras a la Iglesia de San Ginés. Le dio los sacramentos de la
extremaunción el Licenciado Ronquillo. Testó ante Pedro Pérez Landero, escribano
que vive en las casas del difunto. Fueron sus albaceas Pedro Fernández de Alarcón, su
yerno, y María de Baeça, su hija. Fue enterrado en la Iglesia del Carmen Calzado.
38 $UFKLYR +LVWyULFR 1DFLRQDO /LEUR IROV U \ VV 0HPRULDO IHFKDGR HQ
0DGULGDGHIHEUHURGH
39 BNE VE 35-86 ‘Comercio impedido’, fols. 5vto. y 17vto.
[208@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
relaciones comerciales. Sin embargo, Felipe II volvió a imponer las aduanas en
1593. El cambio de actitud provocó un levantamiento violento en la ciudad de
Oporto, que se vio gravemente perjudicada por la medida, ya que la eliminación
GHODGREOHEDUUHUDDGXDQHUDOHKDEtDEHQH¿FLDGRDOGHVYLDUDOJXQDVGHODVUXWDV
del comercio castellano hacia el puerto atlántico de Oporto. Es posible que
Felipe II sucumbiera a las presiones de Sevilla, que protestó al comprobar que
muchas de las rutas del interior castellano preferían ahora buscar los puertos de
3RUWXJDO \ QR ORV GH$QGDOXFtD 7DPELpQ LQÀX\y VLQ GXGD OD JUDYH VLWXDFLyQ
que atravesaba entonces la hacienda real, lo que obligaba a recuperar esta renta
DGXDQHUDTXHUHQGtDXQRVPLOORQHVGHPDUDYHGtHVDQXDOHV
En cierto modo, este primer arrendamiento de los puertos secos entre Castilla y
3RUWXJDODSDUWLUGHVLUYLyGHPRGHOR\UHIHUHQWHSDUDORVDxRVVLJXLHQWHV6X
estudio cobra por ello un especial interés y vamos a dedicar las próximas páginas
a explicar las conclusiones que podemos avanzar sobre este asunto. Como se ha
dicho más arriba, recién llegado a Madrid desde Lisboa, Pedro de Baeça tomó
la administración de esta renta y tuvo que crear su propio modelo organizativo,
reproduciendo experiencias anteriores e introduciendo innovaciones para mejorar
su gestión y sus rendimientos. De nuevo, Pedro de Baeça se nos muestra con
los rasgos caracterizadores del empresario moderno acuñados por Schumpeter.
Es muy posible que se sirviera de la experiencia adquirida por Gonzalo Patiño,
administrador de los puertos secos entre Castilla y los reinos de la Corona de
Aragón durante los años setenta, que aparece asociado a Pedro de Baeça en este
primer arriendo aduanero.
¢4Xp VLJQL¿FDED DGPLQLVWUDU ORV SXHUWRV VHFRV HQWUH &DVWLOOD \ 3RUWXJDO \ D
qué reto se enfrentaba Pedro de Baeça cuando tomó en arriendo esta renta regia?
Esta es la cuestión que se nos plantea de manera más inmediata. Sólo explicando
este caso concreto podremos entender la magnitud de la empresa que asumió
Pedro de Baeça al tomar también, e incluso de manera simultánea, algunas de
las otras rentas aduaneras que existían en el ámbito peninsular. Distinguiremos
cuatro niveles de actuación en el desempeño de su gestión. En primer lugar, Pedro
GH%DHoDGHELyGHDGTXLULUXQDFDSDFLGDGVX¿FLHQWHGHLQÀXHQFLDSROtWLFDHQOD
&RUWHSDUDWUDWDUFRQORVPLQLVWURV\R¿FLDOHVGHOUH\TXHHMHUFtDQODVXSHUYLVLyQGH
las rentas reales administradas por manos privadas. Una de las tareas principales
de los hombres de negocios que contrataron con la Corona se desarrollaba en la
arena política de la Corte y era allí donde se decidía en gran medida el futuro de la
empresa económica emprendida.
AGS, Expedientes de Hacienda, leg. 521 (2) ‘Puertos de Aragón. Abono de los bienes
UDtFHVGHORV¿DGRUHVGH*RQ]DOR3DWLxRUHFDXGDGRUPD\RUGHORVGLFKRVSXHUWRVVHFRV
GHORVFLQFRDxRVGH¶
,ELGOHJµ/LEURGHDERQRVGHODUHQWDGHORVSXHUWRVVHFRVGH3RUWXJDO¶IROU
[209@
Juan Ignacio Pulido Serrano
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que aunque la riqueza acumulada por
3HGURGH%DHoDHUDFRQVLGHUDEOHGHEtDFRQWDUFRQIXHQWHV\VRFLRVVX¿FLHQWHVTXH
OHSURSRUFLRQDUDQUHFXUVRV¿QDQFLHURVDGLFLRQDOHVFRQVWDQWHV\FXDQWLRVRVSDUD
atender los elevados desembolsos que suponía hacerse cargo de la administración
de estas rentas. Por un lado había que hacer frente al precio ofrecido en la subasta
S~EOLFD SRU KDFHUVH FRQ OD DGPLQLVWUDFLyQ GH OD UHQWD XQRV PLOORQHV GH
maravedíes anuales para el caso que nos ocupa; además era necesario afrontar otros
JDVWRVDxDGLGRVSDUDKDFHUHIHFWLYRHOFRQWUDWR¿QDOTXHVH¿UPDEDFRQOD&RURQD
en la Escribanía Mayor de Rentas. Por otro lado, como el rey había colocado su
deuda sobre estas rentas, el administrador de la misma debía contar con recursos
¿QDQFLHURV VX¿FLHQWHV SDUD DIURQWDU HO SDJR GH XQD PDVD FRQVLGHUDEOH GH MXURV
(títulos de deuda) con vencimientos concretos en fecha y lugar.
(QWHUFHUOXJDU3HGURGH%DHoDQHFHVLWDEDFRQWDUFRQXQJUXSRVX¿FLHQWHGH
¿DGRUHVSHUVRQDVTXHHVWXYLHUDQGLVSXHVWDVDSRQHUSDUWHGHVXSDWULPRQLRSHUVRQDO
como aval o garantía para, llegado el caso, hacer frente a una posible quiebra o
al impago a la Corona de lo comprometido en el contrato de arrendamiento. Este
era uno de los puntos más complicados de resolver para el hombre de negocios
que adquiría la administración de una de estas rentas. Cuestión complicada
pero imprescindible. Para que Pedro de Baeça pudiera recibir los llamados
recudimentosGHORVR¿FLDOHVGHOUH\GRFXPHQWRVQHFHVDULRVFRQORVTXHSRGHU
ejecutar el cobro de los derechos de aduana a los mercaderes que las atravesaban,
GHEtD SUHYLDPHQWH SUHVHQWDU DYDOHV VX¿FLHQWHV TXH DVHJXUDVHQ D OD &RURQD HO
cobro anual de lo comprometido y el pago de los juros situados sobre la renta. Si
no se presentaban tales avales, y si una vez presentados no superaban un examen
minucioso y público por parte de una comisión delegada para ello, el administrador
de la renta no recibía el llamado recudimento; y sin éste, no podría acometer los
cobros de los derechos aduaneros en cada una de las aduanas.
En cuarto lugar, una vez tomada la administración de la renta, Pedro de
Baeça necesitaba contar con una red de colaboradores que le ayudasen en la
administración de la renta. De tal manera, para la buena gestión de aquel negocio
era imprescindible contar con un equipo de individuos bien organizado y bajo
su control, que pudiera desempeñar las tareas ordinarias que quedaban bajo
VX FRPSHWHQFLD HQ ODV DGXDQDV TXH DSUR[LPDGDPHQWH FRPSUHQGtDQ OD OtQHD
aduanera entre Castilla y Portugal, desde Ayamonte hasta La Guardia, a lo largo
de más de 1.200 kilómetros. Las competencias del administrador abarcaban tareas
tales como el cobro a los mercaderes de los derechos de aduana en cada una de
Isabel Aguirre, ‘Para una sociología de los arrendadores de la Corona de Castilla’ (en
prensa). Agradezco a la autora que me permitiera leer su trabajo, imprescindible para
entender estos complejos mecanismos en la contratación de arrendamientos de rentas
reales.
[210@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
ellas, la vigilancia de las fronteras para impedir el contrabando, su denuncia ante las
distintas instancias judiciales en caso de producirse y la administración territorial
del negocio. La recaudación, vigilancia, justicia y administración eran tareas tan
complejas y tan amplias que exigían que el administrador general contara con un
equipo humano extenso y especializado. Aunque habitualmente se subcontrataban
DOJXQDVGHHVWDVWDUHDVSRUiUHDVJHRJUi¿FDV3HGURGH%DHoDWXYRTXHFRQWDUFRQ
XQ JUXSR PtQLPR GH HPSOHDGRV GH VX FRQ¿DQ]D FRQ ORV TXH HMHUFHU XQ FRQWURO
básico en la gestión de esta empresa.
No le debió ser fácil a Pedro de Baeça el inicio en este tipo de negocios. Como
hemos dicho hacía falta un capital importante, una experiencia profunda en los
negocios, una red extensa de contactos personales y una vocación empresarial
admirable. Estamos ante un ejemplo que terminó con éxito y cuyo estudio, por
lo tanto, merece la pena porque puede explicarnos cuáles fueron las claves que
lo hicieron posible. Una vez Pedro de Baeça resolvió positivamente esta primera
empresa aduanera, la existente entre Castilla y Portugal, repitió el modelo
DPSOLDQGR VX UDGLR GH DFFLyQ D RWURV HVSDFLRV DGXDQHURV HO HVSHFt¿FR SDUD OD
exportación de lanas castellanas, las aduanas con Navarra, Aragón y Valencia, los
diezmos de la mar de Castilla, la alfândega de Lisboa o el estanco de los naipes
YHQGLGRV HQ GLYHUVRV SDUWLGRV GH &DVWLOOD 3RU HVWH PRWLYR UHVXOWD FODUL¿FDGRU
explicar cómo abordó la resolución de esta primera empresa recién llegado a
Madrid, lo que a la postre le abrió las puertas del sistema aduanero castellano
en su conjunto. Veamos la manera en que Baeça abordó estos cuatro requisitos
señalados hasta aquí.
/DLQÀXHQFLDSROtWLFDHQOD&RUWH
En 1593 Pedro de Baeça utilizó un testaferro, Juan de Burgos, para que pujara por
él en la subasta de la renta de los puertos secos. Era natural de Medina del Campo y
vecino de Badajoz, y trabajaba como empleado suyo, realizando entre otras tareas
la de guarda mayor en la frontera portuguesa del sur de Extremadura. Pedro de
Baeça utilizó de nuevo un testaferro para tomar en 1595 la administración de la
$UFKLYR*HQHUDOGH6LPDQFDV([SHGLHQWHVGH+DFLHQGDOHJDMRIROVYWRU
(OLQWHUURJDWRULRGHOMXH]GHDERQRVD-XDQGH%XUJRVHQORVIROVYWRYWR³4XH
la dicha postura y puja hizo en nombre y por orden de Pedro de Baeça, portugués,
residente en esta corte a quien tiene hecho traspaso de la dicha renta por escriptura que
le otorgó este que declara al dicho Pedro de Baeça ante Pablo Cuadrado, escribano de
Su majestad, en 18 de marzo deste dicho año y mes y a dicha villa de Madrid, y que no
le ha dado nayde poder para hacer las dichas posturas y pujas sino como dicho tiene
las hizo a pedimento del dicho Pedro de Baeça y porque se lo rogó a este declarante las
hiciese por él y así las hizo” (fol. 33r.).
[211@
Juan Ignacio Pulido Serrano
renta de la saca de lanas: a Pedro Fernández de Mena, quien también trabajó para
él. En 1601, este mismo hombre tomó en arriendo la renta de los puertos secos de
$UDJyQ\1DYDUUDSRUXQSHULRGRGHGLH]DxRVDXQTXHSUHYLDPHQWHKDEtD¿UPDGR
su cesión a favor de Pedro de Baeça. Parece que Pedro de Baeça prefería entonces
mantener una cierta distancia y no entrar directamente en las negociaciones con
los ministros de la Real Hacienda.
Sin embargo, no tardaría en aparecer tratando directamente con los principales
ministros de Felipe III. Al principio de estas páginas hemos aludido a las audiencias
que recibió del propio rey en 1607, cuando Pedro de Baeça entregó en sus manos
un memorial sobre el azogue de China: “Este memorial es traslado de otro que di a
Su Majestad en mano propia cuando le hablé y le di cuenta de este negocio”. En
otro de los memoriales que envío al rey y que hizo circular en formato impreso,
Pedro de Baeça aludía a sus reuniones con el Conde de Lemos, uno de los hombres
fuertes en la corte, para tratar asuntos referidos al comercio con el lejano Oriente.
Es muy posible que fuera también el Conde de Lemos a quien Pedro de Baeça se
dirigía al comienzo de otro de sus tratados: “Esta relación y discurso me mandó V.
Excelencia que hiciese”.
Nos interesan sin embargo las estrechas relaciones entre Pedro de Baeça y
uno de los ministros más destacados durante los primeros años del reinado de
Felipe III: Pedro de Franqueza, Conde Villalonga. Este noble de origen catalán
IXH XQR GH ORV KRPEUHV GH PD\RU FRQ¿DQ]D GHO 'XTXH GH /HUPD HO YDOLGR GH
Felipe III, y tuvo extraordinarios poderes en todo lo referido a las rentas reales
gracias al destacado puesto que ocupó en diversas juntas de gobierno ocupadas de
los asuntos hacendísticos. Franqueza tuvo asiento en la pequeña junta de gobierno
que encaminó el reinado de Felipe III en sus primeros años; también perteneció a
la junta de hacienda que debía sanear las cuentas del estado; participó en la junta
de hacienda de Portugal, la cual administró las rentas del rey en aquel reino; y
tuvo un papel clave en la junta de desempeño general del reino, organismo por el
cual pasó toda la contratación de las renta de la Corona.
$+30 WRPR IROV UU (VFULWXUD HQWUH 3HGUR GH %DHoD \ 3HGUR
Fernández de Mena (Madrid, 01/10/1601).
,ELGWRPRIROVUYWR(VFULWXUDGHGHFODUDFLyQFHVLyQ\WUDVSDVRGH
Pedro Fernández de Mena a favor de Pedro de Baeça (Madrid, 31/12/1600).
%10 5 0HPRULDO LPSUHVR GH 3HGUR GH %DHoD 0DGULG Encabezamiento.
Ibid., Memorial impreso de Pedro de Baeça (Madrid, 15/01/1609), fol. 1r.
,ELG0HPRULDOLPSUHVRGH3HGURGH%DHoD0DGULGIROU
J. Ignacio Pulido Serrano, ‘Las negociaciones con los cristianos nuevos en tiempos de
Felipe III a la luz de algunos documentos inéditos (1598-1607)’, Sefarad 66 (2006),
SS5LFDUGR*yPH]5LYHURµ/HUPD\HOFRQWUROGHFDUJRV¶HQ-RVp$QWRQLR
Escudero (coord.), Los validos0DGULGSS6REUH)UDQTXH]DSS
[212@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
En el año de 1600 Pedro de Baeça realizaba diversos favores al poderoso
ministro por cuyas manos pasaban las negociaciones de aquellos que pretendían
contratar con el rey. Cuando en 1607 se procesó a Franqueza por corrupción, uno
de los muchos cargos que se le imputó fue el de haber vendido a Pedro de Baeça
una casas en Madrid por un precio excesivo. El dinero de más que Pedro de Baeça
dio a Franqueza por aquellas casas fue entendido por los jueces como una manera
de pagar pasados y futuros favores relacionados con el negocio de las rentas reales.
El cargo que aparece bajo el número 270 empezaba diciendo así:
>4@TXHVLHQGRHOGLFKR3HGURGH%DHoDKRPEUHGHQHJRFLRVLQWHUHVDGRFRQ
Su Majestad en tantas contrataciones y arrendamientos como es notorio, y
habiéndose rematado en él el arrendamiento de las rentas de puertos secos
y diezmos de la mar, y teniendo necesidad de su persona [del ministro
)UDQTXH]D@ TXH HV QRWRULR \ KDELpQGRVH SXEOLFDGR OD LGD GH OD &RUWH D
9DOODGROLG \ SDUWLGR \D 6X 0DMHVWDG pO >)UDQTXH]D@ OH HQYLy D GHFLU«
>D3HGURGH%DHoD@TXHOHFRPSUDVHXQDFDVDTXHWHQtDHQHVWDYLOOD>GH
0DGULG@MXQWRD6DQ*LQpV\DXQTXHHOGLFKR3HGURGH%DHoDWHQtDFXDWUR
pares de casas en esta dicha villa, y por la dicha ausencia de la Corte habían
quedado de muy poco valor y así era una compra perdida, por tenerle grato
>D )UDQTXH]D@ SRU ODV FDXVDV UHIHULGDV UHVSRQGLy >3HGUR GH %DHoD@ TXH
FRPSUDUtDODGLFKDFDVDGHORFXDOpO>)UDQTXH]D@OHGLRODVJUDFLDV\HO
dicho Pedro de Baeça le respondió que le pusiese nombre al precio de ella,
que el que él quisiese le pagaría.50
3HGUR GH %DHoD SDJy D )UDQTXH]D GXFDGRV SRU ODV FDVDV TXH HVWH ~OWLPR
KDEtD FRPSUDGR HQ GXFDGRV /RV GXFDGRV GH GLIHUHQFLD IXHURQ
contemplados como un soborno. Además, el pago de la alcabala por la venta de la
casa, que le correspondía satisfacer a Franqueza, fue pagada por Pedro de Baeça,
lo que fue explicado por los jueces como una prueba de que Franqueza estaba
“aprovechándose de la superioridad que tenía sobre los hombres de negocios y en
particular del dicho Pedro de Baeça”.51
Había más cargos contra el poderoso ministro del rey en los que aparecía
implicado Pedro de Baeça, dándole importantes cantidades de dinero, directamente
a él o a través de su suegro o de su hijo. El hijo de Franqueza, con ocasión de unas
¿HVWDV FHOHEUDGDV HQ 0DGULG HQ SLGLy D 3HGUR GH %DHoD TXH OH WUDMHUD GH
113. Muchos datos sobre este ministro están recogidos en la reciente biografía del
valido de Felipe III que ha publicado Alfredo Alvar, El duque de Lerma. Corrupción
y desmoralización en la España del siglo XVII, Madrid 2010.
50 $*6&iPDUD&DVWLOODOHJDMRELVQžIROYWRUFDUJRVDO
51 Ibid.
[213@
Juan Ignacio Pulido Serrano
Córdoba unos ricos jaeces para adornar y vestir los caballos con los que iba a
participar en ellas. Jamás se los devolvió porque los tomó como un regalo. En otro
lugar del célebre proceso contra Franqueza se nos dice que a éste le gustó una bella
fuente de mármol que Pedro de Baeça tenía en los jardines de su casa, la cual había
KHFKRWUDHUGHVGH1iSROHV8QDLQVLQXDFLyQGHOSRGHURVRPLQLVWURIXHVX¿FLHQWH
SDUDTXH%DHoDVHYLHUDIRU]DGRDUHJDOiUVHOD/DPDJQt¿FDIXHQWHHVWDEDHQOD
casa de Franqueza cuando en ella entró la justicia para inventariar los bienes que
había acumulado fraudulentamente entre 1600 y 1607.52
/RVHMHPSORVDQWHULRUHVGHMDQVX¿FLHQWHPHQWHFODUDODSUHSRWHQFLD\DUURJDQFLD
con la que Franqueza y sus familiares trataban a los hombres de negocios que, como
Pedro de Baeça, necesitaban contratar con la Corona. Unos y otros, ministros del
rey y hombres de negocios, tuvieron un trato estrecho pero desigual. Los ministros
se dejaban agasajar y convidar para después exprimir a estas gentes de negocio y
caudal. Franqueza lo hizo con Pedro de Baeça y, como acabamos de ver, también
lo hicieron su hijo y su suegro. Pero para Pedro de Baeça aquello era una parte
de su inversión y la computaba entre los gastos necesarios para penetrar en este
mercado. Sabía que debía emplear una parte sustancial de su tiempo y de su dinero
FRQHVWRVKRPEUHVGHLQÀXHQFLDHQOD&RUWH'HEtDDFRPSDxDUORVDOOiGRQGHIXHUDQ
para atender sus caprichos, incluso convidarlos en su propia casa, pese al posible
expolio de sus bienes, como le ocurrió con aquella fuente napolitana que adornaba
su jardín. Franqueza, Conde de Villalonga, era una de las llaves principales que
abría la puerta al arriendo de las rentas reales; y una vez se conseguía alguno de
estos contratos con el rey, contar con su ayuda seguía siendo fundamental para
VREUHYLYLUDODVGL¿FXOWDGHVTXHSRGtDQDVDOWDUOHHQORVGHVSDFKRVGHOD&RUWH
Pedro de Baeça entendió bien cómo funcionaba el mundo de la Corte y su
papel determinante en los negocios que desempeñó. Por ello, utilizó su riqueza con
enorme prodigalidad entre los ministros del rey. En 1601 mandó a un criado suyo
a casa de un buen colaborador, el rico banquero madrileño Cosme Ruiz Embito,
sobrino del célebre Simón Ruiz, para pedirle con urgencia dinero en metálico.
Tenemos la nota manuscrita que Pedro de Baeça le escribió: “Mañana por la
mañana a las seis me haga merced de hacerme enviar el coche porque habemos de
ir a la huerta de Gilimón de la Mota con todos los letrados… y me haga merced
de me enviar 1.000 reales que he de partir con los letrados”.53 Gilimón de la Mota,
PLHPEURGHOD&RQWDGXUtD0D\RUGH&XHQWDVGHODTXHOOHJyDVHU¿VFDOHUDXQR
de los principales consejeros del Duque de Lerma en temas jurídicos y tuvo un
notable poder en todo lo relativo a la hacienda del rey y a las rentas reales. Se
entiende así la urgencia con la que Pedro de Baeça pedía al banquero Ruiz Embito
52 Ibid., fol. 178vto.
53 $+39)RQGR6LPyQ5XL]OHJDMRFDUWDGH3HGURGH%DHoDD&RVPH5XL](PELWR
(Madrid, 25/07/1601).
[@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
que le prestara dinero y su coche para acompañar a los letrados a la huerta de
Gilimón de la Mota. Allí disfrutó con ellos de una jornada de recreo veraniego,
agasajándoles con largueza de dinero.
Socios y amigos: las relaciones sociales de Pedro de Baeça en el plano
horizontal
La administración de una renta real como eran las aduanas exigía contar con
XQD FXDOL¿FDGD \ H[WHQVD UHG GH VRFLRV GLVSXHVWRV D SDUWLFLSDU HQ OD HPSUHVD R
apoyarla. Este tipo de administración era demasiado compleja como para que
alguien la pudiese desempeñar de manera personal, por lo que se necesitaba de
buenos y numerosos contactos personales, una red horizontal de copartícipes
o socios. Como es sabido, los ministros de la hacienda del rey obligaban a los
administradores de las rentas reales a presentar una nómina de avalistas que
pusieran su patrimonio como garantía de los compromisos adquiridos por el
arrendador. Así, el administrador tenía que encontrar personas que estuvieran
dispuestos a poner su patrimonio como aval, arriesgándose con ello a perderlo en
el caso de quiebra del administrador o del impago de sus obligaciones, tanto las
que contraía con el rey como con los poseedores de los juros situados en dicha
renta. Gracias a la ayuda de la archivera del Archivo General de Simancas, Isabel
Aguirre, podemos conocer con todo detalle quienes fueron los avalistas de Pedro
de Baeça y qué patrimonio pusieron como garantía. Entre ellos encontramos a
nobles castellanos y portugueses, a capitalistas italianos y portugueses, y también
a un grupo importante de hombres ricos de Toledo, algunos de ellos labradores de
la localidad de Sonseca.55
Sobre Gilimón de la Mota, su papel destacado en la hacienda de Felipe III y la estrecha
relación con el valido del rey, el Duque de Lerma, puede verse el trabajo de JeanMarc Pelorson, Los letrados juristas castellanos bajo Felipe III, Valladolid 2010, pp.
278-279.
55 Una vez el administrador de la renta real presentaba la lista de las personas que le
avalaban y el patrimonio que ponía cada uno como aval, los ministros del Consejo de
+DFLHQGDQRPEUDEDQXQMXH]XQ¿VFDO\XQHVFULEDQRDORVTXHFRPLVLRQDEDQSDUD
comprobar la solvencia de los avalistas y de sus patrimonios. Se procedía entonces
D XQRV ODUJRV LQWHUURJDWRULRV \ D OD FRQIURQWDFLyQ S~EOLFD GH ORV ¿DGRUHV \ GH VXV
patrimonios para comprobar que estaban libres de cargas o pleitos, y que por ello, si
fuera necesario, podrían ingresar en la hacienda del rey en compensación de posibles
quiebras o impagos por parte del administrador de la renta que tomaba la renta en
arriendo. Esta documentación se recogía en los llamados “libros de abonos”. Para
Pedro de Baeça ver AGS, Expedientes de Hacienda, legajo 525, ‘Libro de abonos de
ODUHQWDGHORVSXHUWRVVHFRVGH3RUWXJDO¶FRQWLHQHDOUHGHGRUGHSiJLQDV
[215@
Juan Ignacio Pulido Serrano
(Q HO SULPHU OLVWDGR GH ¿DGRUHV TXH 3HGUR GH %DHoD SUHVHQWy DSDUHFHQ ORV
siguientes individuos: dos hombres de negocios de origen italiano que operaban
en Madrid, Gerónimo Resta y Deiphebo Roqui, hombres de gran experiencia
en los negocios de la monarquía con quienes Pedro de Baeça tendría un trato
estrecho y prolongado. El trato con italianos le resultaba familiar a Pedro de
%DHoDGHVGHVXVDxRVHQ/LVERD(VWRVGRVPLODQHVHVDSDUHFHQFRPRVXV¿DGRUHV
FRQLPSRUWDQWHVFDQWLGDGHVGHGLQHUR±XQRVPLOORQHVGHPDUDYHGtHV±SHUR
además actuaron posteriormente como socios suyos y trabajaron para él en el día
a día de la administración de la renta.56(QODOLVWDGH¿DGRUHVDSDUHFHWDPELpQXQ
noble castellano, don Alonso Bazán, comendador de la encomienda de Almodóvar
del Campo, perteneciente a la Orden de Calatrava, y su mujer, doña María de
Figueira. Ambos pusieron tierras de su patrimonio que poseían en Badajoz para
avalar a Pedro de Baeça.57 Sabemos que este noble debía dinero a Pedro de Baeça
por algunos préstamos realizados por el año de 1590, y que se lo iba devolviendo
poco a poco de los rendimientos anuales de su encomienda en Almodóvar del
Campo.58
En la lista de avalistas también aparece algún noble portugués. Un tal Gil
de Goes de Silveira, joven de 28 años, residente en Madrid e hijo de un noble
SRUWXJXpVDTXLHQHOUH\-RmR,,,GRQyXQDFDSLWDQtDHQ%UDVLOSRQtDFRPR¿DQ]D
XQMXURTXHKHUHGyGHVXSDGUHSRUYDORUGHGXFDGRV\TXHHVWDEDVLWXDGR
en las alcabalas de Cádiz.59 Después de ellos aparece un número considerable
de hombres de caudal, naturales de Toledo, a quienes Pedro de Baeça tuvo que
recurrir a última hora.
(OYHUDQRGHORSDVy3HGURGH%DHoDHQWLHUUDVWROHGDQDVWUDWDQGRFRQ
labradores ricos de Sonseca y de otros lugares vecinos, así como con algunos
hombres poderosos de la ciudad de Toledo. Fue un viaje un tanto desesperado a la
E~VTXHGDGHQXHYRV¿DGRUHVFRQORVTXHVDOYDUHVWHSULPHUQHJRFLRHQVXDYHQWXUD
castellana. Tuvo que pedir al rey una prórroga y sin poder esperar su respuesta,
salió camino de Toledo clandestinamente, quebrantando la cárcel que el juez de
abonos había decretado contra él. Lo que buscaba Pedro de Baeça era encontrar
QXHYRV ¿DGRUHV TXH OH SHUPLWLHUDQ VDFXGLUVH OD GHSHQGHQFLD FRQWUDtGD FRQ VXV
avalistas italianos, Gerónimo Resta y Deiphebo Roque, para no quedar sometido
a su voluntad. Vemos aquí un rasgo que caracterizó a Pedro de Baeça y a otros
empresarios portugueses: trataron de alcanzar una situación de independencia y
56
57
58
59
ricas en detalles. Agradezco de nuevo a Isabel Aguirre la ayuda fundamental que me
ha brindado en este punto.
,ELGIROVUU
Ibid., fols. 1.557r-1.558r.
Ibid., fol. 51r-51vto.
Ibid., fols. 1.515r-1.517r.
[216@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
no quisieron quedar sometidos al dictado de los capitales italianos, más poderosos
y con mayor arraigo en el territorio español. Pedro de Baeça llegó a Madrid
hacia 1592 convencido de su capacidad, experiencia y posibilidades, y no estaba
dispuesto a quedar prisionero de estos socios italianos. Su testaferro y empleado,
-XDQ GH %XUJRV IXH H[SOtFLWR FXDQGR OH H[SOLFy DO ¿VFDO GHO UH\ 5DPtUH] GH
3UDGR ODV UD]RQHV SRU ODV FXDOHV TXHUtDQ FDPELDU GH ¿DGRUHV *HUyQLPR 5HVWD
\'HLSKHER5RTXLSRUKDEHUGDGRPLOORQHVGHPDUDYHGtHVGH¿DQ]DVSDUDOD
administración de los puertos secos “le tienen tomada y usurpada la renta y no se
la dejan administrar, y que le han hecho grandes extorsiones y daños”.60
Para evitar que sus socios italianos controlaran la administración de la renta,
3HGUR GH %DHoD QHFHVLWDED HQFRQWUDU HQ 7ROHGR TXLHQHV OH ¿DUDQ SRU YDORU GH
15 millones de maravedíes, un tercio del total de los avales. Actuó asumiendo
JUDQGHVULHVJRV¿QDQFLHURVSHURHQPHQRVGHXQPHVHVWDEDGHYXHOWDHQ0DGULG
con los avales conseguidos. Para lograrlo se valió de algunos regidores y jurados
de la ciudad de Toledo, en concreto de Francisco Sánchez del Cerro, regidor de
Toledo, de Diego de Castroverde, jurado de la misma ciudad, y de Juan Vaca
Herrera, regidor caballero también de Toledo y procurador por esta ciudad en
las Cortes celebradas en Madrid en 1592. ¿Fue en esta ocasión cuando Pedro de
Baeça conoció a este regidor toledano, con el que mantuvo relaciones en los años
posteriores?61
Estos ricos hombres de la ciudad de Toledo, miembros de la oligarquía urbana
y de su gobierno, pusieron a Pedro de Baeça en contacto con personas de caudal
GLVSXHVWDVDVHUVXV¿DGRUHV3HGURGH%DHoDIXHJHQHURVRFRQHOORVUHSDUWLHQGR
dinero: años después, entre sus deudores, aparecían vecinos de Toledo y de
sus tierras. Pero además, analizados los contratos entre Pedro de Baeça y estos
labradores ricos y gentes del comercio, descubrimos que los acuerdos encerraban
XQD DUJXFLD OHJDO TXH OHV OLEHUDED GH FXDOTXLHU FRPSURPLVR 7RGRV ¿UPDURQ
escrituras con las que ponían su patrimonio como aval a favor de Pedro de Baeça,
SHURpVWHDVXYH]¿UPyXQDVHULHGHUHVJXDUGRVSRUORVTXHVHFRPSURPHWtDD
60 ,QIRUPH GHO /GR 5DPtUH] GH 3UDGR ¿VFDO $*6 ([SHGLHQWHV GH +DFLHQGD IROV
1.656r-vto. Pedro de Baeça explica al juez de abonos este mismo problema en un
LQIRUPH TXH ¿UPD HQ 0DGULG D GH HQHUR GH \ VROLFLWD DFRJHUVH DO GHUHFKR
TXHOHDPSDUD\TXHVHFRQWHPSODHQHOFRQWUDWR¿UPDGRFRQODKDFLHQGDGHOUH\GH
FDPELDUGH¿DGRUHVVLORFRQVLGHUDQHFHVDULR,ELGIROVUYWR
61 Sobre estos hombres pertenecientes a la oligarquía municipal toledana y miembros
del gobierno de la ciudad pueden verse los trabajos de Francisco José Aranda,
‘Nobles, discretos varones que gobernáis a Toledo’, en F. J. Aranda (coord.), Poderes
intermedios, poderes interpuestos. Sociedad y oligarquías en la España Moderna,
Cuenca 1999, pp. 268, 278-9, 282-3, 290-305. También, Francisco José Aranda,
Poder municipal y cabildo de jurados en Toledo en la Edad Moderna (siglos XVXVIII), Toledo, 1992, véanse los apéndices, pp. 167-217.
[217@
Juan Ignacio Pulido Serrano
pagar cualquier exigencia que los ministros de la hacienda real les hicieran en caso
de quiebra. Quedaban eximidos, por lo tanto, de toda obligación con la hacienda
del rey en caso de que Pedro de Baeça quebrara, y llegado el caso, él asumía
de manera exclusiva toda responsabilidad. Aquel compromiso personal quedaba
escondido en los libros de escrituras de un escribano toledano: Blas Hurtado.62
Por otro lado, no resulta casual que los que ayudaron a Pedro de Baeça a
HQFRQWUDU ¿DGRUHV HQ 7ROHGR IXHUDQ KRPEUHV GH QHJRFLR LQWURGXFLGRV WDPELpQ
en la administración aduanera castellana. Así, los citados arriba, Francisco
Sánchez del Cerro, Diego de Castroverde y Juan Vaca de Herrera, alternaban sus
obligaciones en el gobierno de la ciudad de Toledo con sus negocios particulares
como administradores de los diezmos del mar de Castilla o los puertos secos con
Aragón y Navarra. Francisco Sánchez del Cerro, el regidor de Toledo, era tesorero
general de los diezmos del mar por el año de 1596 y en otros documentos aparece
como administrador de los puertos secos de Aragón. Juan Vaca de Herrera, regidor
de Toledo y señor de la villa de Daganzo, también estaba metido en asuntos
DGXDQHURV HQ ORV DxRV ¿QDOHV GHO VLJOR \ SULQFLSLRV GHO VLJOR 63 (Q le dio un poder a Pedro de Baeça para que le sustituyera en la administración de
los puertos secos de Aragón y meses después éste hacía cesión de dicho poder
en favor de Juan Fernández de Trueba, miembro de una familia de hombres de
negocios que tenía estrechas relaciones con ambos y que por entonces tenía la
administración de la renta de los diezmos de la mar. Pedro Fernández de Trueba,
hermano del anterior, fue una de las personas que más ayudó a Pedro de Baeça
GXUDQWHODVQHJRFLDFLRQHVTXHPDQWXYRHQ7ROHGRHQHOYHUDQRGHFRQVXV
IXWXURV¿DGRUHV7RGRVHOORVOHGLHURQSRGHUHVDpOSDUDTXHOHVUHSUHVHQWDUDDQWH
Pedro de Baeça.
Todos estos detalles, quizás prolijos y cansados de seguir, descubren la maraña
IRUPDGDSRUSHUVRQDV±KR\VHKDEODGHUHGHVVRFLDOHV±HQODVTXHVHLQWHJUy3HGUR
de Baeça al llegar a Madrid con la idea de penetrar en el negocio de las aduanas.
Unos y otros se convirtieron en socios suyos y colaboraron estrechamente con él
en sus posteriores negocios aduaneros.
Un capítulo aparte en las relaciones de Pedro de Baeça en Madrid lo
constituyen sus estrechos tratos con destacados banqueros. Tres nombres aparecen
con frecuencia junto al suyo: Francisco Ibarra, Pedro de Villamor y Cosme Ruiz
Embito. Los dos primeros tenían banco público en Madrid desde los años del
reinado de Felipe II, el cual era uno de los tres grandes bancos que había en Castilla
62 Todas estas escrituras están en el Archivo Histórico Provincial de Toledo, Libros de
(VFULWXUDVGHO(VFULEDQR%ODV+XUWDGRDxRGH
63 $+30WRPRIROU0DGULG
Idem., tomo 1125 fols. 1.670r.vto. Carta de poder y sustitución de Juan Vaca de
Herrera a Pedro de Baeça y de éste a Juan Fernández de Trueba (Madrid, 17/06/1595).
[218@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
en ese tiempo, según nos informa Henri Lapeyre.65 Pedro de Baeça recurrió con
asiduidad a Francisco Ibarra y a Pedro de Villamor para solicitar los servicios de
crédito que prestaban en la Corte y en diversas ciudades castellanas; pero también
DFXGLy D HOORV SDUD TXH FRODERUDVHQ FRQ pO HQ WDUHDV PXFKR PiV HVSHFt¿FDV \
cercanas a sus intereses, actuando como una banca de negocios. De tal manera, a
principios del año de 1595, cuando Pedro de Baeça adquirió la renta de la saca de
lanas, se concertó con Francisco de Ibarra para que éste administrara en su nombre
las aduanas entre Castilla y Portugal durante los dos años siguientes.66 Por esta
razón, durante ese tiempo, Ibarra se dedicó a desempeñar las tareas minuciosas de
HVWHQHJRFLRDGXDQHURWHQLHQGRTXHUHYLVDUFXHQWDVQRPEUDPLHQWRVGHR¿FLDOHV
y otros cargos en la frontera portuguesa, así como acometiendo los pagos de los
juros situados sobre la renta.67 Además, la relación profesional entre ambos se
mezcló con una relación de carácter personal: en 1596 el banquero Francisco de
,EDUUD¿UPDEDFRPRWHVWLJRHQHOFRPSURPLVRPDWULPRQLDOIRUPDOL]DGRHQWUHOD
hija de Pedro de Baeça y su empleado Pedro Fernández de Alarcón, el futuro
regidor de Madrid al que nos hemos referido anteriormente.68 Los negocios y las
cuestiones familiares iban de la mano.
Algunos hombres de negocios y mercaderes portugueses formaron parte
de esta compleja red de contactos que hicieron posible la penetración de Pedro
de Baeça en el sector aduanero. Cuando llegó a Madrid desde Lisboa actuó a
la cabeza de un pequeño grupo de hombres de negocios portugueses junto a los
cuales se introdujo en esta compleja empresa. Benito Solís aparece colaborando
con Baeça en las múltiples negociaciones que éste tuvo que acometer en estos
años iniciales, tanto en la Corte como fuera de ella. Hubo otros más. Así, en uno
de los interrogatorios a los que fue sometido Pedro de Baeça por el juez de abonos
comisionado por el Consejo de Hacienda, explicaba que en el arriendo de esta
renta real participaban junto a él otros dos portugueses: Gerónimo Castaño, vecino
de Lisboa, y Rodrigo de Acuña, vecino de Peñamacor, con una sexta parte de la
renta cada uno de ellos. El primero era el representante en la Corte de un poderoso
grupo de hombres de negocios lisboetas que estaba penetrando en el terreno de
los contratos con la Corona. Para participar en la empresa junto a Baeça se obligó
65 Henri Lapeyre, Una familia, pp. 230-1.
66 $+30 WRPR IROV U \ VV (VFULWXUD GH FRQFLHUWR HQWUH 3HGUR GH %DHoD \
Francisco Ibarra para que éste último tome en nombre del primero la administración
de la renta de los puertos secos entre Castilla y Portugal (Madrid, 11/02/1595). En
ORVIROVUYWRDSDUHFHODFDUWDGHSRGHUTXHGLR%DHoDD,EDUUDGtDVGHVSXpV
(Madrid, 22/02/1595).
67 Ibid., tomo 1130. Son numerosas las escrituras de Francisco Ibarra que aparecen en
este libro que corresponde al año de 1596. Un recorrido por el índice de este libro de
escrituras notariales da buena fe de ello.
68 Ibid., tomo 1130 fol. 73. Carta de promesa de dote (Madrid, 19/01/1596).
[219@
Juan Ignacio Pulido Serrano
a poner como aval una parte de su patrimonio hasta alcanzar los 7 millones de
maravedíes.69 El segundo de los socios, Rodrigo de Acuña, acabaría trabajando
para Pedro de Baeça en la administración de la renta.70
Puede concluirse que la red de relaciones sociales que generó Pedro de Baeça
para acometer el comienzo de esta primera empresa aduanera se caracterizó por
FRQVWLWXLUXQVLVWHPDDELHUWRGLQiPLFR\ÀH[LEOH(OJDOLPDWtDVGHHVFULWXUDVTXH
VH¿UPDURQDORODUJRGHODxRGHHVXQDEXHQDH[SUHVLyQGHHOOR/DVYLVLWDV
DOQRWDULRHQFRPSDxtDGHWHVWLJRV\ORVODUJRVFRQWUDWRVTXH¿UPDURQXQRVFRQ
otros fueron numerosos. Eran una práctica habitual en este mundo de negocios tan
ÀXLGRHQHOTXHHQWUDEDQXQRV\VDOtDQRWURVDXQULWPRYHUWLJLQRVR/RVWpUPLQRV
\ FRQGLFLRQHV GH ORV FRQWUDWRV HUDQ ÀXFWXDQWHV \ HQ PXFKDV RFDVLRQHV QXHYRV
acuerdos corregían o contradecían los tomados anteriormente entre las partes.
Además, fue una norma frecuente utilizar personas interpuestas que actuaban con
SRGHUHVRWRUJDGRVHQQRPEUHGHWHUFHURV/DH[WUDRUGLQDULDPRYLOLGDGJHRJUi¿FD
de estas gentes de constante nomadismo les obligaba a dejar escriturados poderes
RFDUWDVGHFHVLyQHQEHQH¿FLRGHWHUFHUDVSHUVRQDVDQWHVGHVDOLUGHYLDMHKDFLD
otro lugar. Por ello, seguir el rastro a cada uno de ellos, como nos ha ocurrido en el
FDVRGH3HGURGH%DHoDREOLJDDLGHQWL¿FDU\ORFDOL]DUDODVSHUVRQDVTXHDFWXDURQ
HQ VX QRPEUH FXDQGR DEDQGRQDED VX UHVLGHQFLD 6RQ IyUPXODV HQ GH¿QLWLYD
FDUDFWHUtVWLFDVGHHVWHFDSLWDOLVPR¿QDQFLHUR\PHUFDQWLOSURSLRGHORVVLJORV
y 17, en el que se formaron tantos hombres de negocios como Pedro de Baeça y
quienes le acompañaron, forjados al calor de este semillero de empresarios que fue
el negocio de la administración de las rentas reales.
La gestión de una empresa aduanera: la administración de los puertos secos
entre Castilla y Portugal
¢&yPR VH SRGtD JHVWLRQDU D OD DOWXUD GHO DxR GH XQD OtQHD DGXDQHUD TXH
UHFRUUtD PiV GH NLOyPHWURV \ TXH HVWDED IRUPDED SRU DOUHGHGRU GH pasos aduaneros como eran los llamados puertos secos entre Castilla y Portugal?
Sabemos que en los siglos de la temprana modernidad el Estado era incapaz de
hacerlo con sus propios medios.71 El valor total de los derechos que le pertenecían
69 6H HVSHFL¿FDQ ORV WpUPLQRV \ FRQGLFLRQHV HQ ORV TXH *HUyQLPR &DVWDxR HQWUDED D
SDUWLFLSDUHQHVWDDGPLQLVWUDFLyQHQXQDHVFULWXUDTXH¿UPyMXQWRD3HGURGH%DHoDHQ
0DGULGDGHPDU]RGH,ELGWRPRIROVUYWR
70 AGS Expediente de Hacienda, legajo 525, fols. 39r-vto.
71 Otto Hintze, ‘Esencia y transformación del Estado Moderno’, en Historia de la
ideas políticas, Madrid 1968, pp. 293-323. Miguel Ángel Melón Jiménez, Hacienda,
comercio y contrabando en la frontera de Portugal (siglos XV-XVIII), Cáceres 1999.
[220@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
al rey por el paso de mercaderías de unos reinos a otros era muy elevado, pero
HO DSDUDWR DGPLQLVWUDWLYR GH OD PRQDUTXtD QR HVWDED WRGDYtD OR VX¿FLHQWHPHQWH
GHVDUUROODGRFRPRSDUDUHFDXGDUORFRQH¿FDFLD3RUHOORHOUH\WXYRTXHUHFXUULUD
la iniciativa privada y dejar que fueran consorcios integrados por particulares los
que se hicieran cargo de esta tarea a cambio del pago de unas cantidades de dinero
calculadas a bulto que se ingresaban anualmente en la hacienda regia.72 Mucho
PiViJLO\H¿FD]ODLQLFLDWLYDSULYDGDDVXPLyHVWDIXQFLyQUHFDXGDQGRSDUDHO
UH\ HVWD UHQWD DGXDQHUD \ FRQVLJXLHQGR SDUD Vt XQRV EHQH¿FLRV TXH GHSHQGtDQ
en buena medida de su capacidad de gestión. En manos privadas quedaba por
lo tanto la recaudación de los derechos aduaneros, pero también la vigilancia y
SROLFtDGHODIURQWHUDFRQHO¿QGHHYLWDUSHUVHJXLU\GHQXQFLDUHOFRQWUDEDQGRR
los llamados entonces descaminos. Sólo quedaba reservada al rey y a sus ministros
la administración de justicia sobre los casos en los que se conculcaran las leyes
existentes sobre esta cuestión. En estos casos, los administradores de las rentas
aduaneras estaban obligados a recurrir a la justicia real en las distintas instancias
judiciales existentes.
La legislación referida a las aduanas quedó recogida en las distintas
recopilaciones de leyes que se hicieron en los siglos 16 y 17. En lo que se
UH¿HUHDORVSXHUWRVVHFRVGHHQWUH&DVWLOOD\3RUWXJDOHVHVSHFLDOPHQWHYDOLRVD
la Recopilación de las leyes destos Reynos hecha por mandado de la Majestad
Católica del Rey don Felipe Segundo nuestro señor que se ha mandado imprimir,
con las leyes que después de la última impresión se han publicado por la Majestad
Católica del Rey don Felipe Cuarto el Grande nuestro señor, obra editada en
0DGULG HQ HO DxR GH 73 Como puede verse por el título de la obra, esta
recopilación de leyes recoge todo lo referido a la cuestión aduanera hasta el año de
FXDQGRFRPLHQ]DXQDQXHYDpSRFDHQHVWDFXHVWLyQIUXWRGHOOHYDQWDPLHQWR
\ VHSDUDFLyQ GH 3RUWXJDO 'XUDQWH OD JXHUUD FRQ 3RUWXJDO HQWUH \ VH
SURKLELyHOFRPHUFLRFRQHVWHUHLQR\ODIURQWHUDTXHGyDOPHQRVR¿FLDOPHQWH
cerrada. En consecuencia, la renta aduanera desapareció hasta después de la paz
de Lisboa de 1668 y la administración de la misma cayó en manos de otros grupos
de hombres de negocios.
72 Modesto Ulloa, La Hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II, Madrid 1977.
Una buena síntesis de esta cuestión la encontramos en el capítulo VI de esta obra
bajo el siguiente título: ‘Los puertos secos y los puertos de Portugal’, pp. 253-261.
Es también fundamental el libro de Henri Lapeyre, (OFRPHUFLRH[WHULRUGH&DVWLOODD
través de las aduanas de Felipe II9DOODGROLGSS\PDSDVGHODVSiJLQDV
371-376.
73 De la citada obra véanse el Libro nono, título XXXI: ‘De los diezmos de los puertos
secos entre Castilla, Aragón, Portugal y Navarra’.
Melón Jiménez, Hacienda, comercio y contrabando. Véase en el capítulo II el epígrafe
TXHOOHYDSRUWtWXORµ8QHVSDFLRFRQÀLFWLYRTXHGLYLGH\VHSDUD¶
[221@
Juan Ignacio Pulido Serrano
La legislación que se fue desarrollando en torno a esta materia tuvo en cuenta la
experiencia y las recomendaciones de los hombres de negocios que administraron
las aduanas. Sin duda, ellos eran las personas que mejor conocían la complejidad
de este asunto y por tal motivo se dirigieron al rey y a sus ministros del Consejo
de Hacienda para que arbitraran medidas con las que resolver problemas concretos
que les afectaban a ellos, en su función de administradores, pero también al rey,
como titular de la actividad administrada y responsable último de la renta. Así,
los administradores de la aduanas con Portugal, antes de la unión de este reino a
la monarquía hispana en 1580, inspiraron la reorganización que propuso Hernán
Ramírez, gobernador de los puertos secos, en un detallado informe enviado a los
ministros del rey.75 La primera administración de la renta tras 1580, la desempeñada
SRU3HGURGH%DHoDHQWUH\VHUHDOL]y\DEDMRHVWDVQRUPDVVROLFLWDGDV
por Hernán Ramírez a mediados del siglo 16.
,QFOXVRHOSURSLR3HGURGH%DHoDSURSXVRPRGL¿FDFLRQHVGHOVLVWHPDDGXDQHUR
que fueron posteriormente trasladas a la legislación. Existe un documento muy
extenso y detallado en el Archivo de Simancas, entre los papeles de la Contaduría
Mayor de Cuentas, en el que se hace un repaso pormenorizado del sistema
aduanero y en el que el administrador portugués que lo gestionó entre los años
de 1600 y 1607, Enrique Álvarez Brandón, solicitaba al rey numerosos cambios
que afectaban a detalles muy concretos de la administración. Se referían estos
a cuestiones tales como la ubicación de las aduanas, su dotación de recursos
humanos, legales y materiales, a los distintos derechos que pagaban determinadas
mercancías o a las autoridades y personas que debían tener competencias sobre
esta materia.76 En dicha documentación, fechada en el año de 1602, se alude
repetidamente a la experiencia anterior en la administración de la renta, cuando
estaba en manos de Pedro de Baeça, hombre por otro lado cercano a Enrique
Álvarez Brandón.
Tanto Pedro de Baeça como Enrique Álvarez Brandón trabajaron para construir
XQPRGHORPiVH¿FD]HQODDGPLQLVWUDFLyQGHHVWDUHQWD6XSURSLDH[SHULHQFLD\ODV
innovaciones que introdujeron en el campo de la administración y gestión quedarían
incorporadas al marco legal que reguló esta cuestión capital para loa intereses de
la monarquía. Por ello, no sólo recaudaron y generaron riqueza para la hacienda
del rey, sino que además colaboraron en la construcción del Estado Moderno, en
75 El texto de este memorial o informe lo transcribe Melón Jiménez, Ibid., en los
apéndices que incorpora este autor a su obra. Doc. I: ‘Relación y memoria de lo que
Hernán Ramírez, governador de los puertos y aduanas de la Raya de Portugal, dize
es necesario mandar proveer los señores de la Contaduría Mayor de S.M., sobre lo
tocante a los dichos puertos y aduanas, para que S. M. sea servido y su hacienda y renta
ELHQEHQH¿FLDGD\SDUDHVWRUYDUPROHVWLDV\EH[DFLRQHV¶
76 AGS Contaduría Mayor de Cuentas (3ª época), leg. 2.919, nº 10.
[222@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
un terreno muy sensible como era el campo aduanero y fronterizo. Sin embargo, ni
uno ni otro aparecen en las listas de administradores que han elaborado los pocos
historiadores que se han acercado al tema. Si repasamos los listados elaborados
por Henri Lapeyre o Miguel Ángel Melón, comprobamos que entre los años de
\ DSDUHFHQ RWURV QRPEUHV DO FDUJR GH OD DGPLQLVWUDFLyQ GLVWLQWRV D
ORVVHxDODGRVHQQXHVWURWUDEDMR-XDQGH%XUJRV1LFROiV)HUUDUL\
'HLSKHER5RTXH3HGUR0DUWtQH]+HUUHUD*DUFtD3pUH]
Baraiz (1605).77 Este listado, elaborado a partir de los libros del Tribunal Mayor
de Cuentas del Archivo de Simancas, no atiende a la práctica aludida arriba, y
que vimos para el caso de Pedro de Baeça, del uso frecuente de testaferros en la
subasta pública de las rentas. Tras los nombres de estos testaferros se escondían
los verdaderos titulares del arrendamiento de los puertos secos: el portugués Pedro
GH %DHoD HQWUH \ HO WDPELpQ SRUWXJXpV (QULTXH ÈOYDUH] %UDQGyQ
entre 1600 y 1607, quien continuó con la administración de la renta entre 1608
y 1613, para dejar paso a otro portugués, Marcos Fernández Monsanto, que la
administró desde entonces hasta 1630. Como puede comprobarse, entre el primer
DUUHQGDPLHQWRGH\HOFRPLHQ]RGHODJXHUUDGH3RUWXJDOHQFXDQGR
cesa el sistema, el negocio siempre estuvo en manos portuguesas.
Bien es cierto que si la dirección del negocio aduanero fue asumida por estos
portugueses, la administración efectiva fue acometida por un equipo humano
bien especializado y jerarquizado, una forma singular de empresa de gestión,
que fue encabezada temporalmente por distintos individuos de alta experiencia
y capacidad que podían estar al cargo de ellas durante uno, dos o tres años. Para
entender el sistema organizativo de este negocio hay que acudir a los archivos
notariales, ya que estas rentas estaban escrituradas de forma muy minuciosa. El
sistema exigía cientos de decisiones y contratos que incumbían a las numerosas
personas que participaban en la organización empresarial que acometió todos
ORV DVXQWRV UHODWLYRV D OD UHQWD (UDQ HQ GH¿QLWLYD GHFLVLRQHV \ DFXHUGRV TXH
se establecían entre particulares y que generaban obligaciones. Por suerte, tales
relaciones tuvieron que ser escritas ante testigos que dieran fe de los compromisos
GHFODUDGRV\DQWHHVFULEDQRVS~EOLFRVTXHGRFXPHQWDUDQR¿FLDOPHQWHORVDFXHUGRV
alcanzados entre las partes que participaban en estos complejos negocios. Gracias
a ello, la documentación que tenemos para acercarnos a esta materia es muy
abundante y precisa. Reconozcamos también que es compleja y que resulta de
difícil lectura y comprensión.
Era tan necesario y frecuente recurrir a la notaría para cerrar acuerdos, que
en el caso de Pedro de Baeça, como en el de tantos otros, se solía acudir siempre
al mismo escribano. Pedro de Baeça trabajó con el escribano de Madrid Pablo
77 Melón Jiménez, Hacienda, comercio y contrabando, p. 5. Henri Lapeyre, El comercio
H[WHULRUGH&DVWLOODDWUDYpVGHODVDGXDQDVGH)HOLSH,,, Valladolid 1981, p. 56.
[223@
Juan Ignacio Pulido Serrano
Quadrado. En sus libros quedó registrada la organización del sistema empresarial
utilizado para administrar la renta de los puertos secos entre Castilla y Portugal.
&RPRVHKDGLFKR3HGURGH%DHoDYHUGDGHURGXHxRGHODUHQWDHQWUH\
delegó en distintos hombres de negocios la dirección ejecutiva de su gestión. En
FHUUyXQFRQWUDWRFRQHOLWDOLDQR*HUyQLPR5HVWDSDUDTXHODDGPLQLVWUDUDHQ
VXQRPEUHHQ¿UPyRWURFRQWUDWRFRQHOEDQTXHUR)UDQFLVFRGH,EDUUDSDUD
que la llevara hasta 1596; por último, en los tres años restantes actuaron como
administradores tres italianos: Deyphebo Roqui, Nicolao Fornani y Juan Bautista
0DULQRQL>YpDVHHOFXDGURQž@
El ejemplo de Gerónimo Resta puede resultar ilustrativo. Pedro de Baeça
se comprometió a pagarle un salario de 1.000 ducados por el trabajo que debía
GHVHPSHxDUHQODGLUHFFLyQGHODDGPLQLVWUDFLyQGXUDQWHHODxRGH78 Además,
3HGUR GH %DHoD OH GLR SRGHUHV VX¿FLHQWHV SDUD ¿UPDU FRQWUDWRV HQ VX QRPEUH
Inmediatamente, Gerónimo Resta comenzó a establecer acuerdos con distintos
individuos interesados en participar en la empresa. Al mismo tiempo realizó
QRPEUDPLHQWRV GH ORV R¿FLRV IXQGDPHQWDOHV HQ OD JHVWLyQ DGXDQHUD dezmeros
y aduaneros de las distintas aduanas, guardas a caballo y a pie, sobreguardas,
administradores de partido, agentes, visitadores, encargados del libro de
UHJLVWURHWF/DFRPSOHMLGDG\H[WHQVLyQJHRJUi¿FDGHOVLVWHPDVHUHVROYLyFRQ
el nombramiento de tres administradores de partido, uno para por cada distrito
en los que estaban agrupadas todas las aduanas: el distrito de Galicia, que se
extendía entre La Guardia y la entrada en tierras portuguesas del río Duero, el
distrito de Extremadura, que iba desde el Duero hasta la entrada en Portugal del río
Guadalquivir, y por último, el distrito de Andalucía, que comprendía desde Badajoz
hasta Ayamonte. Se establecía así una organización jerarquizada y piramidal, por
la que Gerónimo Resta encargaba a cada uno de estos tres administradores de
partido el cuidado de la renta en su respectivo distrito.
A Lope de Murga le encargó la administración del distrito de Galicia.79 Este
hombre aparece como uno de los empleados de Pedro de Baeça, a quien éste
encargó futuros trabajos cuando años después tomó la renta de los puertos secos de
$UDJyQHQ(OFRQWUDWRTXH¿UPy*HUyQLPR5HVWDFRQ/RSHGH0XUJDUHYHOD
detalles interesantes sobre cómo era la organización aduanera en este territorio
concreto, pudiéndose extrapolar a los otros distritos aduaneros. Lope de Murga
debía visitar todas las aduanas del distrito de Galicia y supervisar con todo detalle
HOWUDEDMRUHDOL]DGRSRUORVR¿FLDOHVHQHOODV(QFDGDXQDGHODVPiVGHYHLQWH
aduanas que comprendían este distrito tenía que revisar los libros de cuentas y
recaudar todo el dinero que los dezmeros, aduaneros o traveseros hubieran cobrado
78 $+30WRPRIROVUYWR
79 Ibid., tomo 1122 fols. 1.071r-1.072vto. y tomo 1123 fols. 75r- 77r. Sus trabajos para
3HGURGH%DHoDHQORVSXHUWRVVHFRVGH$UDJyQHQ,ELGWRPRIROU\VV
[@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
a los mercaderes que habían atravesado la frontera con sus mercancías. Lope de
0XUJDOOHYDEDSRGHUHVSDUDKDFHUQRPEUDPLHQWRVGHQXHYRVR¿FLDOHV\GHVWLWXLU
a aquellos que considerara oportuno. Tenía también poderes para nombrar a los
procuradores que debían acudir ante la justicia en los casos de contrabando y de
los descaminos. Ejercía, por lo tanto, un control absoluto sobre este cuerpo de
R¿FLDOHVPHQRUHVHQHOGLVWULWRGH*DOLFLD80
Además de esta función de control, Murga estaba autorizado a realizar nuevos
negocios en nombre de Gerónimo Resta. Podía establecer acuerdos con cualquier
mercader sobre los pagos de los derechos de aduana, quedando a su discreción la
tasa aduanera que se le aplicaba a cada comerciante y a cada mercadería así como
los plazos y lugares donde debían realizarse dichos pagos. Lope de Murga debía
HIHFWXDUWDPELpQHODERQRGHORVVDODULRVGHWRGRVORVR¿FLDOHVHPSOD]DGRVHQOD
UHGDGXDQHUDGHOGLVWULWRGH*DOLFLD(QHOFRQWUDWRTXH¿UPyFRQ*HUyQLPR5HVWD
se le indicaba a Lope de Murga que comprara un libro de cuentas para anotar todas
sus operaciones de manera pormenorizada. Una vez terminada su segunda visita,
en la que se detuvo durante ochenta días, debía transportar personalmente todo el
dinero reunido hasta Medina del Campo, donde debía ingresarlo en el banco que
allí tenían Gonzalo de Salazar y Juan Carmona, quienes actuaban como agentes de
*HUyQLPR5HVWDHQHVWDSOD]D¿QDQFLHUD(OORVJLUDUtDQHOGLQHURSRVWHULRUPHQWH
a Madrid. Lope de Murga aparece en estos contratos como un asalariado de
*HUyQLPR5HVWDFREUDQGRSRUHVWDVHJXQGDYLVLWDXQVDODULRGHUHDOHVGLDULRV
una cantidad nada despreciable. Llevaba consigo un ayudante que cobraba 6 reales
GLDULRV8QDYH]¿QDOL]DGRVXFRPHWLGRUHDOL]yODOLTXLGDFLyQGHOQHJRFLRDQWHXQ
escribano y varios testigos.81
Para los distritos de Extremadura y de Andalucía se empleó este mismo modelo
de organización. Sólo cambian los nombres. Para el primer caso, Gerónimo
Resta empleó a Octavio Lodi, milanés, y a Francisco de Palacios, residentes
ambos en Madrid.82 Dos meses después, Rodrigo de Acuña, el socio portugués
de Pedro de Baeça, sustituía a Francisco de Palacios.83 Rodrigo Acuña también
YLVLWyHOSDUWLGRGH*DOLFLDD¿QDOHVGHOYHUDQRGH Su trabajo de control
y supervisión, posiblemente sirviera para dar garantías a Pedro de Baeça de la
80 Ibid., tomo 1123 fols. 75r-77r. Carta de poder y sustitución dado por Gerónimo Resta
D/RSHGH0XUJD0DGULG
81 Ibid., tomo 1123 fols. 1.227r-1.229r Cuentas entre Gerónimo Resta y Lope de Murga
WUDVODVHJXQGDYLVLWDGHHVWH~OWLPRDOGLVWULWRGH*DOLFLD0DGULG
82 Ibid., tomo 1123 fols. 1.069r-1.070vto. Carta de poder y sustitución de Gerónimo
5HVWDDIDYRUGH2FWDYLR/RGL\)UDQFLVFRGH3DODFLRV0DGULG
83 ,ELGWRPRIROVUYWR&DUWDGHSRGHUGH*HUyQLPR5HVWDDIDYRUGH
5RGULJRGH$FXxD\2FWDYLR/RGL0DGULG
Ibid., tomo 1123 fols. 803r-805r. Carta de poder de Gerónimo Resta en favor de
5RGULJRGH$FXxD0DGULG
[225@
Juan Ignacio Pulido Serrano
buena administración de la renta y del cuidado de sus intereses. En los años de
1595 y 1596, cuando Pedro de Baeça sustituyó en la administración de la renta a
Gerónimo Resta por Francisco Ibarra, este último también empleó al portugués
Rodrigo de Acuña para visitar los tres partidos, el de Andalucía, Extremadura
y Galicia.85+D\RWURVSHTXHxRVGHWDOOHVTXHPDQL¿HVWDQHOLQWHQWRGH3HGURGH
Baeça de no perder de vista los pormenores de la administración de la renta pese
a la cesión que realizó en favor de Gerónimo Resta primero y de Francisco Ibarra
después. En las cuentas que cerró el italiano Octavio Lodi con Gerónimo Resta en
VHSWLHPEUHGHVHGHWDOODEDQORVJDVWRVRFDVLRQDGRVSRUHOJUXSRTXHKDEtD
realizado la visita a las aduanas del partido de Extremadura durante ese mismo
verano: en el grupo iba el propio Rodrigo de Acuña, el portugués de Peñamacor
que fue socio y empleado de Pedro de Baeça. Octavio Lodi anota también los
gastos que ocasionaron Diego Lopez, criado de Pedro de Baeça, y Jerónimo Díaz
de Figueredo, quienes le acompañaron a caballo durante quince días en el viaje
realizado a lo largo de la frontera extremeña.86
Para la administración y visita del partido de Andalucía, Gerónimo Resta dio
poderes a Juan López de Ayala, residente en Madrid.87 (Q VHSWLHPEUH GH todos los visitadores de distrito rindieron sus cuentas ante Gerónimo Resta con
todo detalle, lo que resulta enormemente revelador sobre la realidad cotidiana
del ámbito aduanero: cobros, pagos, fraudes, contrabandos, denuncias, penas
impuestas, etc.88 Llaman la atención los continuos cambios que se producen en
HVWRVQRPEUDPLHQWRVGHYLVLWDGRUHVGHORVGLVWLQWRVSDUWLGRVORTXHPDQL¿HVWDOD
voluntad del administrador general de la renta de ejercer un exhaustivo control
sobre su equipo de visitadores. Apunta en este mismo sentido el nombramiento de
un agente mayor de los tres partidos a favor del portugués Álvaro Tristán, a quien
se le encomendó la labor de supervisar a los administradores de distrito y a los
R¿FLDOHVGHFXDOTXLHUDGXDQDFRPSUREDQGRODUHFWLWXGGHVXDFWXDFLyQ89
&RPRVHPXHVWUDHQHOFXDGURQžTXHVHDGMXQWDDO¿QDOGHHVWDVSiJLQDVOD
85 ,ELGWRPRIROVUYWR&DUWDGHVXVWLWXFLyQGH3HGURGH9LOODPDUEDQFR
público de Madrid, en nombre de Francisco de Ibarra, a favor de Rodrigo de Acuña
SDUDTXHDGPLQLVWUDORVSDUWLGRVGH$QGDOXFtD\([WUHPDGXUD0DGULG
También, Ibid., tomo 1130 fols. 20r-vto. Revocación del poder de Francisco de Ibarra
a favor de Rodrigo de Acuña para visitar las aduanas de los partidos de Andalucía,
Extremadura y Galicia (Madrid, 03/01/1596).
86 ,ELGWRPRIROVYWR0DGULG
87 Ibid., tomo 1123 fols. 1.075r-1.076r. Carta de poder de Gerónimo Resta a favor de
-XDQ/ySH]GH$\DOD0DGULG
88 ,ELG WRPR IROV UU &XHQWDV \ ¿QLTXLWRV 0DGULG \
89 Ibid., tomo 1123 fols. 1.391r-1.392vto. Carta de poder y sustitución de Gerónimo
5HVWDDIDYRUGHÈOYDUR7ULVWiQ0DGULG
[226@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
organización de esta empresa estaba fuertemente jerarquizada desde el titular real
de la administración de la renta hasta el último de los empleados en cualquiera
de las más de 60 aduanas. La organización humana de la empresa formaba una
extensa red vertical en la que las decisiones fundamentales estaban bajo el control
GHORVVXFHVLYRVDGPLQLVWUDGRUHVJHQHUDOHVTXHQRPEUy3HGURGH%HoDHQWUH
y 1599: Gerónimo Resta, Francisco Ibarra, Deiphebo Roque, Nicolao Fornani y
Juan Bautista Marinoni. Sometido a este control se desplegaba un equipo numeroso
GHR¿FLDOHV\PLQLVWURVDGXDQHURVdezmeros, registros, traveseros, guardas a pie
y a caballo, etc. Cada uno de ellos en su aduana concreta, localizada en algún
SXQWRJHRJUi¿FRFHUFDQRDODIURQWHUDFRQ3RUWXJDODFRPHWtDVXVWDUHDVEDMROD
autoridad del administrador de distrito, que los visitaba eventualmente, y también
bajo la autoridad del administrador general. Se dijo arriba que para suerte del
investigador la administración de estas rentas estaba escriturada de manera muy
pormenorizada. Cada acuerdo y cada nombramiento quedaban escriturados ante
unos testigos y ante un notario que daba fe por escrito de ello. De tal manera, no
resultaría difícil saber quiénes eran los que formaban este numeroso y extenso
JUXSRGHR¿FLDOHV\HPSOHDGRVTXHVHGHVSOHJDEDQSRUWRGDODJHRJUDItDDGXDQHUD
Estudiando la evolución de estos grupos a lo largo del tiempo podría analizarse la
paulatina colonización por los portugueses de estas actividades aduaneras hasta sus
estadios más básicos, algo que de momento presentamos sólo como una hipótesis.
Para estos primeros años de la administración hemos reunido los documentos
QHFHVDULRVTXHQRVSHUPLWHQXQDSULPHUDDSUR[LPDFLyQDOSHU¿OGHORVDGXDQHURV
De los más de 60 puertos o aduanas que existían en la frontera portuguesa, tenemos
DOUHGHGRU GH WUHLQWD HVFULWXUDV ¿UPDGDV SRU -HUyQLPR 5HVWD HQWUH ORV PHVHV GH
PDU]R \ MXOLR GH FRQ GLVWLQWDV SHUVRQDV D ODV TXH QRPEUD FRPR DGXDQHUR
o “administrador de aduana”. La mayor parte de ellos son castellanos, muchos
avecindados en Madrid y no pocos en localidades cercanas a la frontera; aparecen
DOJXQRVSRFRVLWDOLDQRV\SRUWXJXHVHV(QHOFRQWUDWRTXH¿UPDEDQWRGRVHOORVVH
REOLJDEDQ D SUHVHQWDU ¿DQ]DV SURSLDV R WDPELpQ DYDOLVWDV TXH JDUDQWL]DUDQ FRQ
sus patrimonios los pagos y liquidaciones de las recaudaciones en sus aduanas
respectivas.90 Además, decían someterse a la autoridad de Gerónimo Resta y
juraban su disposición a entregar cuando se les pidiese las cuentas de cada una de
las aduanas que tenían a su cargo y el dinero recaudado en ellas. De no hacerlo,
ponían su patrimonio como garantía para que se cobraran de él; además se
comprometían a costear los gastos de cualquier demanda que se les hiciera ante la
justicia por incumplimiento de su contrato. En las cuentas de los administradores
de partido aparece algún pago en concepto de los salarios de estos aduaneros,
90 Todas estas escrituras proceden de Ibid., tomo 1122.
[227@
Juan Ignacio Pulido Serrano
lo que nos lleva a pensar que estos hombres trabajaron como asalariados del
administrador general.91
Por otro lado, le correspondía al administrador general de la renta llevar a cabo
ODYLJLODQFLDGHODIURQWHUDFRQHO¿QGHHYLWDUHOFRQWUDEDQGRORVOODPDGRVHQWRQFHV
descaminos, para lo que tenía que contratar su propio personal de guardas a pie,
guardas a caballo, sobreguardas y guardas mayores. Así aparecen nombrados en
los contratos que hemos encontrado.92 Dicha nomenclatura de cargos relacionados
con la vigilancia fronteriza obedece, según parece, a la organización jerarquizada
y piramidal de estos empleados. Eran también asalariados, a decir por la
declaración de uno de ellos, Juan Ortiz de Valpuesta, que reconocía haber cobrado
todo el salario que se le debía hasta la revocación de su cargo.93 Se les dotaba de
DXWRULGDGVX¿FLHQWHSDUDDFWXDUDQWHODVMXVWLFLDVELHQHQSHUVRQDRDWUDYpVGHXQ
procurador, contra aquellos que pasaban mercancías de un reino a otro sin pagar
los derechos aduaneros. El castigo para el infractor era la pérdida de todos los
bienes no registrados en la aduana, los cuales se repartían entre la hacienda del
rey y el administrador general de las aduanas. Ello obligaba en muchas ocasiones
a seguir pleitos largos y costosos, por lo que el guarda fronterizo estaba facultado
SDUDVHJXLUHVWRVSURFHVRVKDVWDTXHVHGLFWDUDVHQWHQFLD$VtHOGHMXOLRGH
*HUyQLPR5HVWD¿UPDEDXQFRQWUDWRFRQ0DQXHOGH3LQHGDUHVLGHQWHHQ0DGULG
por el cual le nombraba guarda mayor de a caballo y en el que se expresaban
todas estas condiciones de manera detallada. En este sentido, Gerónimo Resta le
transmitía los poderes que él había recibido de Pedro de Baeça y éste, a su vez, del
SURSLRUH\WDOFRPRVHH[SUHVDEDHQHOFRQWUDWR¿UPDGRFRQODKDFLHQGDUHJLD
Conclusiones
Sorprende la complejidad que suponía administrar las aduanas entre Castilla y
3RUWXJDOD¿QDOHVGHOVLJOR\HVSRUHVWDUD]yQSRUODTXHQRVKHPRVSUHJXQWDGR
quién fue Pedro de Baeça, hombre de negocios portugués especializado en la
gestión del sistema aduanero peninsular. Como se ha dicho, administrar esta
UHQWDH[LJtDFRQWDUFRQXQDFDSDFLGDGHPSUHVDULDOLPSRUWDQWHLQÀXHQFLDSROtWLFD
en la Corte del rey, solvencia económica para afrontar cuantiosos y constantes
91 Ibid., tomo 1123 fols. 1.227r. y ss. Cuentas de Lope de Murga a favor de Gerónimo
5HVWD0DGULG
92 Estos contratos aparecen en el Ibid., tomo 1122 y tomo 1123.
93 Ibid., tomo 1123. Revocación del poder de Juan Hortiz de Valpuesta (Madrid,
\
Ibid., tomo 1123 fols. 390r-vto. Carta de poder y sustitución de Gerónimo Resta a
0DQXHOGH3LQHGDQRPEUiQGROHV*XDUGD0D\RUGHDFDEDOOR0DGULG
[228@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
JDVWRVXQDH[WHQVDUHGGHFRQWDFWRVGRQGHHQFRQWUDUFXDOL¿FDGRVFRODERUDGRUHV
un equipo humano amplio con el que organizar un cuerpo de empleados y una
H[SHULHQFLD VX¿FLHQWH SDUD GLULJLU WRGR HVWH GLItFLO QHJRFLR 3HGUR GH %DHoD
contaba con todas estas cualidades gracias a la larga y rica formación que adquirió
en el transcurso de su vida, circunstancia que le permitió sacar adelante esta
primera empresa aduanera en la década de 1590 y, lo que es todavía más llamativo,
afrontar el reto de la administración simultánea de otros entramados aduaneros
de la monarquía hispana en su ámbito peninsular. Este asunto encierra un gran
interés desde el punto de vista de la historia económica, por lo que nos enseña
acerca del tejido empresarial que existió en aquel tiempo. Aunque suele hablarse
de “hombres de negocios” cuando se trata de estas gentes, aquí se ha preferido
utilizar el concepto empresario a la hora de explicar qué fue y quién fue Pedro de
%DHoD/DEUHYHELRJUDItDTXHGHpOKHPRVWUD]DGRDTXtMXVWL¿FDHOHPSOHRGHHVWH
WpUPLQR+RPEUHVFRPRHVWHGHSHU¿OSDUHFLGRIXHURQORVTXHSHQHWUDURQHQOD
DGPLQLVWUDFLyQGHODVUHQWDVDGXDQHUDVHVSDxRODVD¿QDOHVGHOVLJORKDVWDDFDEDU
ejerciendo un control muy notable sobre ellas a comienzos del siglo 17. El control
sobre los pasos aduaneros, qué duda cabe, permitiría a estos portugueses alcanzar
una posición dominante sobre el comercio entre reinos y también les ayudaría a
FRQVHJXLUXQOXJDUSULYLOHJLDGRHQHOPXQGRGHODV¿QDQ]DV
En lo referido a la historia social, estamos ante un claro ejemplo de lo que fue
la aventura de estos grupos de conversos de judío, los llamados cristianos nuevos
portugueses, quienes consiguieron integrarse en el sistema económico y social de
su tiempo para jugar un papel protagonista y decisivo. Se integraron y se asimilaron
hasta el punto de confundirse con el resto, participando incluso de las corrientes
de promoción social reservadas para los más afortunados. Pedro de Baeça, de
ascendencia judía, no tuvo problemas a causa de sus orígenes y consiguió para sí y
para los suyos una destacada posición social, gozando del honor y reconocimiento.
Bien es cierto que alguno de sus sobrinos sufrió el zarpazo de la Inquisición, como
su homónimo Pedro de Baeça, caballero del Hábito de Cristo, acusado de judaísmo
por la inquisición portuguesa en 1631. Sin embargo, la mayoría de los miembros
de esta amplia familia corrieron una suerte bien distinta, consiguiendo hábitos de
caballería y disfrutando de los bienes más deseados en aquellos siglos: el honor, la
riqueza y la reputación social.
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Juan Ignacio Pulido Serrano
[230@
Pedro de Baeça, un empresario de origen judío
CUADRO 1
HACIENDA
DEL
REY
TESTAFERRO
JUAN DE
BURGOS
CESIONARIO
PEDRO DE
BAEÇA
CESIONARIOS
1595-1596
1596-1599
GERÓNIMO RESTA
(MILANÉS)
FRANCISCO DE IBARRA
PEDRO DE VILLAMOR
DEYPHEBO ROQUI
NICOLAO FORNANI
JUAN B. MARINONI
(BANCO PÚBLICO MADRID)
AGENTE
MAYOR
PARTIDOS DE:
*$/,&,$(;75(0$'85$$1'$/8&Ë$
LOPE DE
MURGA
OCTAVIO
LODI
JUAN
LÓPEZ DE
AYALA
[231@
CUADRO 2
ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA ADMISTRACIÓN ADUANERA
ADMINISTRADOR
GENERAL
PROCURADORES
ANTE
LA JUSTICIA
ADMINISTRADORES
VIGILANCIA DE
FRONTERA
ADMINISTRADORES DE DISTRITO
GUARDAS
MAYORES
ADUANERO
DISTRITO
DE
ANDALUCIA
GUARDAS A
CABALLO
DEZMERO
GUARDAS A
PIE
DISTRITO DE
EXTREMADURA
DISTRITO
DE
GALICIA
[232@