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Filosofía y
ciudadanía
1 ¿Qué es la filosofía?
IES Séneca
Departamento de Filosofía
Curso 2015/16
1|P á g i n a
Departamento de Filosofía
1 ¿Qué es la filosofía?
Índice de contenidos
1.
El pensamiento mítico o arcaico
1.1. Funciones y características del mito
1.2. Clases de mitos
1.3. ¿Cómo interpretar un mito?
2.
El nacimiento de la filosofía
3.
¿Qué es la filosofía?
4.
Las ramas de la filosofía
5.
La filosofía y otras formas de saber
5.1. Filosofía y ciencia
5.2. Filosofía y religión
6.
¿Para qué sirve la filosofía?
7.
Actividades
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1 ¿Qué es la filosofía?
"Al ser humano le parece tan extraño existir que las preguntas filosóficas surgen por sí solas"
Jostein Gaarder
Seguro que desde muy pequeño has sentido asombro y a veces inquietud ante las cosas que te rodean; te
habrás planteado innumerables preguntas, casi siempre suponiendo que para ellas tendrían una respuesta
certera aquellas personas que te rodeaban y te inspiraban seguridad: tus padres, tus hermanos mayores,
los maestros. Serían preguntas del tipo: ¿cómo ha nacido el universo?; ¿por qué amanece todos los días?;
¿por qué sentimos dolor?; ¿por qué los seres vivos envejecen y mueren?; ¿hay vida después de la muerte?,
etc. Se trata de un proceso común. Esos mismos interrogantes y muchos más forman parte de la realidad
del ser humano desde que este tiene capacidad para el pensamiento racional, y el género humano, a falta
de unos padres o maestros que suponíamos conocedores de todo, no ha tenido más remedio que buscar las
respuestas a sus preguntas a través de sus propios medios.
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1 ¿Qué es la filosofía?
1 El pensamiento mítico o arcaico
El ser humano se ha formulado en todas las épocas innumerables preguntas sobre el mundo que le rodea
y sobre su propia realidad: la razón de los fenómenos de la naturaleza, el origen del universo, la manera de
vivir y el destino tras la muerte, los principios que deben regir en la comunidad humana, etc.
En las culturas antiguas se buscó una explicación a esas cuestiones desde la mitología. Esta consiste en la
creencia en unos mitos o relatos en los que se narran unos acontecimientos supuestamente ocurridos en un
tiempo originario en el que se fundó el mundo presente.
Mircea Eliade, filósofo, historiador de las religiones y novelista rumano, define así el mito: "El mito relata un
acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los "comienzos", y en
el que, al tratarse de una historia sagrada, han intervenido seres sobrenaturales".
Te preguntarás por qué eran aceptados estos relatos como argumentos verdaderos, siendo explicaciones
fantásticas construidas por la imaginación humana. ¿Qué diferencia había entre estas narraciones, los
mitos, y aquellas otras, los cuentos, para que fuese común la creencia en los primeros y se reconociera el
carácter fantástico de los segundos? Esto se debe a que los mitos -se supone- narran acontecimientos, que,
ocurridos en el origen, han sido transmitidos hasta el presente, generación tras generación. Son relatos que
se apoyan en la tradición. Y es precisamente su carácter tradicional lo que suscita la confianza en aquellos
que los aceptan como historias verídicas.
Los mitos han sido comunicados oralmente a lo largo del tiempo, aunque, en ciertas ocasiones, las obras
escritas de determinados poetas fueron un vehículo esencial para la transmisión del legado mitológico. Es el
caso de la Antigua Grecia, donde las obras de Homero y de Hesiodo permitieron la sistematización de la
mitología heredada en un conjunto de relatos escritos.
Al estar vinculados a una tradición cultural, los mitos difieren de unos pueblos a otros, si bien es cierto que
existen características comunes a las distintas tradiciones mitológicas, con arquetipos que se repiten bajo
diversas denominaciones y en contextos diferentes. Un ejemplo de esto es el relato del gran diluvio, con
variantes en la mitología hebrea, babilónica, hindú, azteca o griega.
1.2 Funciones y características del
mito
¿Son los mitos simples historias que satisfacen la curiosidad humana, o poseen alguna otra función para
quienes aceptan su validez?
Los mitos cumplen una doble función: constituyen un modo de explicación de la realidad y, al mismo
tiempo, sirven como guía de orientación práctica en la vida. En tanto que modo de interpretar lo que
ocurre en el mundo, son el medio más antiguo por el que la humanidad buscó dar respuestas a sus
preguntas.
Los relatos mitológicos suelen narrar acontecimientos ocurridos en un tiempo originario, un tiempo en el
que se constituyó nuestro mundo y tomaron forma ciertas características del modo de ser humano:
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comportamientos, instituciones, técnicas, etc. Estas características, al tratarse de la obra de seres
sobrenaturales, poseen un carácter sagrado.
En ese tiempo primigenio al que se refieren, se sitúan unos seres de naturaleza superior -dioses, héroes,
etc.-, que son los protagonistas de historias, que no se refieren a simples hechos del pasado, sino que
determinan el presente y el futuro, y que, por tanto, tienen un sentido intemporal. Se trata de historias que
tienen un valor paradigmático o ejemplar, esto es, que son ofrecidas a los seres humanos como modelos
de conducta.
En la construcción de los relatos, suele ser común el proceso de antropomorfización o atribución de
características humanas a fenómenos naturales. De esta manera, la naturaleza llega a percibirse
personificada, representada en entidades con características humanas -aunque divinizadas, esto es,
dotadas de cualidades supra-humanas. Esta ligazón entre los fenómenos naturales y las entidades divinas
da pie a una visión de un mundo natural gobernado desde la arbitrariedad de las acciones de estos seres
sobrenaturales.
En un mundo regido por entidades sobrenaturales, los seres humanos carecen de poder para dominar los
acontecimientos. Sin embargo, encuentran en los rituales el instrumento que les permite conciliarse con el
orden superior y adquirir seguridad frente a las amenazas de este mundo. Mediante los ritos, se procura
que estas fuerzas sobrenaturales se vuelvan propicias y su intervención resulte favorable. Estos rituales
consisten en acciones regulares, que tienden a repetir hechos protagonizados por dioses, héroes y
antepasados.
La mitología se encuentra aún presente en el mundo actual. Sigue siendo un recurso permanente en
ámbitos como la psicología, el arte o la literatura. Muchos de los antiguos mitos siguen teniendo una
enorme capacidad de fascinación en nuestro tiempo y han originado numerosas reinterpretaciones
ajustadas a nuevos contextos sociales. En este sentido, uno de los relatos más fructíferos ha sido el de la
Odisea, obra compuesta por el poeta griego Homero que narra las aventuras del héroe griego Odiseo Ulises, en latín. Según esta obra, Odiseo se ve obligado a abandonar en su reino de Ítaca a su esposa
Penélope y a su hijo pequeño Telémaco, para marchar a la guerra de Troya. La guerra y el camino de
regreso a la isla le ocuparan veinte años de luchas y difíciles pruebas, en las que tendrá que enfrentarse con
perseverancia e inteligencia a numerosos personajes mitológicos. Tanto la Odisea como la Ilíada -otro
trabajo atribuido a Homero en que también aparece la figura de Odiseo- han tenido una gran repercusión
en la literatura, las artes plásticas, el teatro y el cine occidental. En clave de entretenimiento, una serie de
animación franco-japonesa, creada en 1981 y titulada Ulises 31, proponía una nueva odisea, ambientada en
un imaginario siglo XXXI, que, aunque incorporaba elementos de ciencia ficción, conservaba la idea principal
del argumento y muchos de los personajes protagonistas del relato clásico.
¿Cómo es posible que este legado siga poseyendo tan importante valor cultural en nuestros días? ¿Dónde
reside la riqueza del mito? Seguramente, estas historias mitológicas, siendo fantásticas, deben albergar
algún mensaje profundo, que explica su fecundidad y las hace incorruptibles.
1.3 Clases de mitos
Podemos diferenciar diversas clases de mito, según el tipo de historia que relatan:

Cosmogónicos: explican el modo en que se constituyó el mundo, un cosmos que suele generarse
por la intervención de seres divinos sobre el caos o desorden inicial.

Teogónicos: relatan la historia del mundo de los dioses: sus parentescos, aventuras, disputas y
alianzas, etc.
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
Etiológicos: dan razón del origen de los elementos de este mundo: cómo se formaron los seres
que lo pueblan, cómo se transmitieron los conocimientos, cómo se instituyeron las reglas
humanas, etc.

Escatológicos: narran el modo en que acontecerá el fin del mundo. Muchas veces ligados al curso
de los movimientos planetarios, y, por lo general, desde una visión cíclica en la que la destrucción
final es el punto de partida para un nuevo comienzo.
1.4 ¿Cómo interpretar un mito?
Los mitos pueden ser interpretados:

En sentido literal: suponiendo que se trata de relatos verídicos que dan cuenta de unos hechos
que acontecieron realmente. Esta es una visión extendida popularmente en las sociedades
arcaicas

En sentido simbólico y alegórico: suponiendo que estos relatos simbolizan nociones más
profundas sobre la constitución de lo real, el destino humano, etc.; o dan cuenta, mediante
alegorías, de las fuerzas que rigen el mundo físico, la complejidad del psiquismo humano, etc. Estas
interpretaciones llegaron a darse en el mundo griego abriendo el camino a un modelo racional
de interpretación de la realidad.
En su valor simbólico, la mitología ha constituido un recurso valioso para el conocimiento desde la
antigüedad hasta nuestros días. Como ejemplo clásico, podemos citar al filósofo griego Platón, quien solía
recurrir a la mitología para expresar su pensamiento. Entre los mitos platónicos más conocidos se hallan el
mito del carro alado y la alegoría de la caverna.
Más recientemente, un claro ejemplo de la fecundidad de los relatos mitológicos y de su valor como
modelo de explicación del comportamiento humano lo encontramos en su empleo en la psicología
moderna, concretamente en el psicoanálisis. Freud, padre de esta corriente de psicología, otorgó un papel
determinante al inconsciente, en el que se sitúan deseos, instintos y recuerdos, que, siendo esenciales en el
psiquismo humano, operan al margen de nuestra conciencia. Este autor se sirvió de diversos relatos
míticos para ejemplificar determinadas formaciones del inconsciente. Estos relatos constituyen, además,
fuentes argumentativas para explicar sus propias teorías. Ejemplos de esto que estamos diciendo son su
interpretación de los complejos de Edipo y de Electra, y su representación de los impulsos de placer y de
muerte mediante las figuras de Eros y de Thanatos.
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1 ¿Qué es la filosofía?
2 El nacimiento de la filosofía
Decíamos que el ser humano se ha planteado en todas las épocas preguntas acerca del mundo que le rodea
y acerca de sí mismo, y que en las culturas antiguas se trató de dar respuesta a tales preguntas a través de
la mitología.
Pues bien, en torno al siglo VI a. e. surge en Grecia una nueva forma de explicar la realidad: el
pensamiento racional o filosofía. Para referirnos al nacimiento de la filosofía, solemos utilizar la expresión
paso del mito al logos.
¿Significa esto que de repente se abandonó un modo de explicación, el mito, y comenzó otro
completamente distinto, el logos, que vendría a sustituir definitivamente al anterior? No parece que las
cosas sucedieran de este modo. Sería difícil comprender un cambio así de un día para otro. La presencia del
mito es una constante en este periodo en el que nace la filosofía. Sin embargo, algunos rasgos del
pensamiento filosófico supondrán una novedad absoluta con respecto al anterior modo de resolver las
cuestiones. Partiendo de la admiración ante la realidad del mundo y del ser humano, así como del
reconocimiento de su misterio, la filosofía se caracterizará por una actitud contemplativa y reflexiva, que
buscará una respuesta a los enigmas desde la propia racionalidad.
Según la tradición, el iniciador de este nuevo modo de interrogarse por la realidad fue Tales de Mileto.
Algunas de las cosas que dijo este primer filósofo del que tenemos noticia nos pueden parecer ingenuas hoy
día, pero lo importante es que se propuso alcanzar un conocimiento fundado en razones, sustituyendo un
conocimiento basado en la interpretación de los relatos míticos por otro de carácter racional y crítico.
¿Por qué se produjo el nacimiento de la filosofía precisamente en ese lugar y en esa época? Estas son
algunas de las razones que explican el nacimiento del nuevo modelo de explicación racional en el
contexto cultural griego:

En el mundo griego no existía una casta sacerdotal que estuviese encargada del control de la
doctrina religiosa y el cumplimiento de los rituales. La difusión de los mitos religiosos se
encontraba en manos de los poetas. Esto permitió una mayor libertad para su interpretación y
favoreció el proceso hacia una interpretación racional de los asuntos tratados tradicionalmente
desde la mitología.

La expansión colonial favoreció el encuentro de los griegos con otros pueblos y civilizaciones, con
lo que pudieron contrastar sus propias costumbres y creencias con las ajenas y desarrollar un
sentido más crítico respecto a aquellas.

Su movilidad, unida al desarrollo técnico y la complejidad social que alcanzo el mundo griego, les
llevó a buscar nuevas soluciones para problemas nuevos, cuya solución ya no podía ser ofrecida a
través de los mecanismos tradicionales, como el oráculo.
En el seno de la filosofía, las divinidades mitológicas pasarán a ser sustituidas por fenómenos naturales. El
centro de la reflexión filosófica pasará a ser la physis o naturaleza, entendida como cosmos, es decir, como
universo ordenado en el que cada ser ocupa su lugar y cumple su función. El empleo de esta noción
conlleva el concepto de una realidad gobernada por un orden necesario, frente a la anterior interpretación
de un mundo dirigido por la voluntad caprichosa de los dioses. Los primeros filósofos entenderán que su
misión es descubrir, desvelar la verdad oculta en lo que se nos aparece –este es el concepto griego de
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verdad como aletheia, como des-cubrimiento. Partiendo de la idea de un mundo en el que los fenómenos
suceden según una regularidad marcada por las leyes que rigen el cosmos, buscarán los elementos
primeros y comunes a todas las cosas.
3 ¿Qué es la filosofía?
La filosofía, tal como es practicada en el presente, es un esfuerzo por pensar por uno mismo sobre
cuestiones muy variadas, pero que tienen como denominador común al ser humano. El ámbito de
cuestiones que se plantea se extiende a todo aquello que incumbe al conocimiento humano: la existencia,
el mundo material, el conocimiento humano, el lenguaje, la moral, la política, la belleza, etc.
La filosofía se ocupa de la totalidad de lo existente, no quedando nada fuera de su alcance, pero, más que
acumular datos, pretende ser un saber que dé unidad al conocimiento. Se caracteriza por el modo en que
se enfrenta a su objeto de estudio, buscando un conocimiento sistemático de lo real a través de un
método racional y crítico.
El término filosofía proviene del griego y significa amor a la sabiduría. El sentido etimológico de la palabra
recoge la idea de que la filosofía no es propiamente un conocimiento del mundo, sino más bien una
actitud, una disposición hacia el conocimiento, que se inicia en el momento en que se asume la ignorancia
sobre una cuestión o cuando lo cotidiano se torna problemático.
La actitud filosófica –afirmaba el filósofo griego Aristóteles- nace de la admiración por el mundo que nos
rodea. Efectivamente, en la admiración hay un reconocimiento implícito de ignorancia y, al mismo tiempo,
una aspiración a saberlo todo de aquello que se admira.
El reconocimiento de la propia ignorancia nos conduce a plantear todo tipo de interrogantes. En este
sentido, pensar que se está en posesión de la verdad puede convertirse en el principal obstáculo para
aprender y alcanzar un verdadero conocimiento del mundo.
La actitud interrogativa es, además, una actitud crítica, porque supone no aceptar afirmaciones de forma
dogmática ni por argumentos de autoridad. Significa cuestionarse cosas que para la mayoría de las personas
no son problemáticas y que se dan por sentadas, a pesar de que pueden ser falsas
En resumen, la reflexión en que decimos que consiste la filosofía se caracteriza por ser:
REFLEXIÓN FILOSÓFICA
Amor al
saber
Más que un saber, la filosofía es un amor al saber, una tensión al conocimiento. Nunca se da
por satisfecha, siempre se cuestiona y hace preguntas. Es consciente de que cuanto más sabe
más ignora. De ahí que sea más apropiado hablar de reflexión filosófica que de saber
filosófico.
Universal
A diferencia de lo que hacen las ciencias, que están altamente especializadas, la filosofía no
parcela la realidad, acotando unos determinados problemas, sino que se interesa por todo
cuanto hay. No hay ningún problema que sea ajeno a la filosofía.
Crítica
También lo son las ciencias, pero el nivel crítico de la filosofía es más profundo y, además de
renunciar a apoyarse en supuestos o verdades que no hayan sido probados previamente, se
enfrenta críticamente con las hipótesis y supuestos que las ciencias han aceptado sin
explorar.
Radical
Se coloca en una perspectiva de problemas últimos. No le preocupa cómo funcionan las
cosas, sino cuál es el valor, si poseen o no un sentido y cuál es este, ya que de la respuesta a
estas preguntas depende lo que vayamos a hacer con nuestra libertad; y este es nuestro
problema fundamental. En este sentido, si queremos vivir nuestra vida personalmente y no
queremos ser unos veletas que en cada momento nos orientemos hacia donde sopla el
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1 ¿Qué es la filosofía?
viento más fuerte, necesitamos de la reflexión filosófica.
De
segundo
grado
Su esfuerzo supone el trabajo previo de las ciencias. Por ejemplo, no sería adecuado
preguntarse por el valor y el sentido del ser humano sin tener en cuenta lo que las ciencias
han descubierto sobre él.
“Hay muchos problemas -y entre ellos los que tienen un interés más profundo para nuestra vida
espiritual- que, en los límites de lo que podemos ver, permanecerán necesariamente irresolubles
para el intelecto humano, salvo si su poder llega a ser de un orden totalmente diferente de lo que es
hoy. ¿Tiene el Universo una unidad de plan o designio, o es una fortuita conjunción de átomos? ¿Es la
conciencia una parte del Universo que da la esperanza de un crecimiento indefinido de la sabiduría, o
es un accidente transitorio en un pequeño planeta en el cual la vida acabará por hacerse imposible?
¿El bien y el mal son de alguna importancia para el Universo, o solamente para el hombre? La filosofía
plantea problemas de este género y los diversos filósofos contestan a ellos de diversas maneras.
Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía
4 Las ramas de la filosofía
Las cuestiones que interesan a los filósofos las podemos agrupar en dos bloques: en uno, estarían todas
aquellas cuestiones que tratan sobre cómo es el mundo y cómo lo conocemos los seres humanos; en el
otro, las cuestiones que abordan el tema de cómo vivir en el mundo y la conducta humana.
Según esto, en el seno de la filosofía podemos distinguir dos grandes campos de reflexión: el de la
filosofía teórica y el de la filosofía práctica. La filosofía teórica trata de responder a cuestiones del tipo: ¿es
posible el conocimiento?; ¿cómo puedo estar seguro de que conozco algo?; ¿además de los objetos
materiales, existen realidades inmateriales?, etc. La filosofía práctica, por su parte, aborda cuestiones del
tipo: ¿cómo debo vivir? ¿Qué significa ser libre? ¿Toda acción justa es buena?, etc.
A su vez, dentro de los ámbitos de la filosofía teórica y de la filosofía práctica podemos identificar
distintos bloques de cuestiones, que han dado lugar a la aparición de diferentes disciplinas filosóficas.
Entre éstas, las principales son:
FILOSOFÍA TEÓRICA

Epistemología (o teoría del conocimiento). Se ocupa de estudiar la posibilidad, el origen y los
límites del conocimiento humano. También se pregunta por los criterios de verdad. Se refiere a
todos los conocimientos que adquirimos, incluido el conocimiento científico. Dentro de la
epistemología se incluye la filosofía de la ciencia, que se ocupa de estudiar qué es la ciencia, para
definirla y distinguirla de otros discursos, que no son propiamente científicos, como, por ejemplo,
la astrología.

Lógica. Estudia los razonamientos válidos es decir, aquellos que nos permiten alcanzar
conclusiones verdaderas, si se ha partido de premisas verdaderas.
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
Metafísica. Es la reflexión sobre todo lo que existe, por lo que es la disciplina filosófica más
general. Históricamente es la rama que tiene una mayor tradición y también la más criticada por
algunas corrientes filosóficas.
FILOSOFÍA PRÁCTICA

Estética. Se ocupa del problema del arte y trata de responder a la pregunta de qué es la belleza.

Ética. Trata de responder a cuestiones del tipo de cómo se debe comportar cada uno, o qué es el
bien o la felicidad. Se ocupa, por tanto, de la conducta individual.

Filosofía social y política. Es la rama de la filosofía que trata sobre la colectividad, cuál es la mejor
manera de convivir y la organización del estado. La democracia, los derechos humanos o qué es la
justicia son algunas de las cuestiones de las que se ocupa.
5 La filosofía y otras formas del saber
Existen otras formas de conocimiento que pretenden responder a algunas de las cuestiones que
interesan a los filósofos. Es el caso de la ciencia y la religión. ¿En qué se parecen y en qué se diferencian la
filosofía y la ciencia? ¿Qué relación guarda la filosofía con la religión?
7.1 Filosofía y ciencia
En primer lugar, hay que distinguir entre filosofía y ciencia. La filosofía no es una ciencia. Cuando la
filosofía apareció en Grecia, no se diferenciaba de la ciencia. Los primeros filósofos fueron, al mismo
tiempo, los primeros científicos y no existía conciencia de hacer cosas distintas. En el mundo griego la
diferencia fundamental entre ellas radicaba en el objeto de estudio: la filosofía se ocupaba de la totalidad,
de la naturaleza como un todo; las ciencias, de parcelas de esa realidad: los números, los astros, las
enfermedades del hombre, etc.
A grandes rasgos, podemos considerar que la casi identidad filosofía/ciencia se mantuvo en nuestra
cultura hasta la llamada revolución científica, que se produce en Europa entre los siglos XV y XVIII, y cuyos
principales protagonistas fueron Copérnico, Galileo, Kepler y Newton.
A partir de este momento, la ciencia se separa de la filosofía y avanza a un ritmo cada vez más rápido,
debido a dos elementos que aquélla introduce en la investigación de la naturaleza:

El uso de las matemáticas como instrumento para hallar las leyes y teorías de la naturaleza.

El método experimental. Se parte de la observación de la realidad y trata de explicarla basándose
en la comprobación experimental.
Cuando tratamos de determinar las diferencias que existen entre la filosofía y la ciencia, no debemos
olvidar que toda ciencia ha sido primero filosofía, ha surgido a partir del tronco común de la filosofía. Desde
el momento en que hay un campo lo suficientemente amplio de conocimientos como para que alguien se
especialice en él, ese campo pasa a ser considerado una ciencia separada de la filosofía.
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1 ¿Qué es la filosofía?
Y, no obstante la separación, en todas las ciencias siguen existiendo preguntas sin resolver,
manteniéndose, pues, en ellas la actitud filosófica. Parece, incluso, que cuanto más sabemos más es lo que
desconocemos. H. Spencer (s.XIX) lo representaba así: aquello que sabemos es una esfera; lo que
desconocemos es aquello que se encuentra fuera de ella y la superficie de contacto de la esfera con el
exterior es la cantidad de preguntas que nos hacemos sobre lo que desconocemos. Así pues, a medida que
aumenta nuestro saber, aumentan las preguntas que nos podemos hacer.
Resumiendo: cuando tenemos suficientes respuestas sobre un campo del saber, hablamos de ciencia;
cuando no disponemos aún de respuestas definitivas, seguimos hablando de reflexión filosófica.
“Si preguntamos a un matemático, a un historiador o a cualquier hombre de ciencia qué conjunto
de verdades concretas ha establecido para la ciencia, su respuesta durará tanto como estemos
dispuestos a escuchar. Pero si hacemos la misma pregunta a un filósofo y éste es sincero, deberá
confesar que su estudio no ha dado resultados positivos comparables a los de las otras ciencias. Es
cierto que esto se explica, en parte, por el hecho de que, desde el momento que se hace posible el
conocimiento preciso y amplio sobre una materia cualquiera, ésta deja de ser llamada filosofía y
se convierte en una ciencia separada. Todo el estudio del cielo, que pertenece hoy a la astronomía,
antiguamente era incluido en la filosofía; la gran obra de Newton recibe el nombre de Principios
matemáticos de filosofía natural. De manera análoga, el estudio del espíritu humano que era, aún
recientemente, una parte de la filosofía, se ha separado actualmente de ella y se ha convertido en la
ciencia psicológica. Así, la incertidumbre de la filosofía es más aparente que real: los problemas que
son susceptibles de una respuesta precisa y amplia se han colocado en las ciencias, mientras que los
que no lo hacen, quedan formando el residuo que llamamos filosofía.”
Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía
7.2 Filosofía y religión
También hay que distinguir entre filosofía y religión. La religión es una creencia subjetiva, basada en la fe,
y se funda en una verdad revelada y en unos textos sagrados. En tanto que creencia personal, es muy
respetable. Ahora bien, a diferencia de la filosofía, la religión no se basa en el valor único de la razón.
Pretende dar respuesta a muchas de las mismas preguntas que interesan a la filosofía –sobre el origen del
universo, de la vida y del ser humano, las leyes del comportamiento moral, etc.-, pero la fe choca
frontalmente con los valores de la racionalidad propios de la filosofía y la ciencia.
6 ¿Para qué sirve la filosofía?
Empecemos haciendo una aclaración importante. Es verdad que las afirmaciones filosóficas no se pueden
contrastar con la realidad a través de ningún experimento. Esto se debe a que la perspectiva en la que se
sitúan no lo permite. Ahora bien, esto no quiere decir que no sean racionales. Las afirmaciones filosóficas
son racionales en la medida en que se apoyan en argumentos, desde el momento en que quien las
mantiene es capaz de dar las razones de por qué piensa de esa determinada manera. No admitir esto
supone dejar fuera del ámbito de la racionalidad los temas que más interesan a los seres humanos.
Existe un opinión muy extendida, según la cual, la filosofía carece de utilidad. La clave está en lo que
entendemos por utilidad. Si se entiende lo útil como aquello que puede producir un beneficio, como
aquello que puede satisfacer una necesidad humana, y se piensa que los seres humanos solo poseemos
necesidades materiales, entonces la filosofía carece de utilidad. No sirve para producir coches o lavadoras,
ni contribuye a descubrir vacunas que ayuden a prevenir enfermedades. Para estas tareas, solo son útiles
las ciencias, o, para ser más precisos, las técnicas que derivan de ellas.
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1 ¿Qué es la filosofía?
Pero nuestras necesidades no son solo materiales y la filosofía nos es útil para satisfacer algunas de esas
necesidades no materiales.
Un ejemplo bastará, para entender esto: uno de los mayores problemas que plantean las ciencias en la
actualidad proviene del grado de desarrollo alcanzado, que les lleva, en ocasiones, a intentar orientar la
vida humana sin someterse a ninguna instancia distinta a ellas mismas. Con respecto al desarrollo genético,
por ejemplo, hay científicos que piensan que el hecho de que técnicamente se pueda hacer algo significa sin
más que hay que hacerlo, que si se puede técnicamente, se puede de todas las maneras. Pues bien, la
filosofía, al realizar la crítica de los supuestos de las ciencias y reflexionar sobre su método de trabajo y
sobre el tipo de conocimiento que proporcionan, es la única que puede impedir que cada una de ellas,
desde su parcela, intente organizar la vida de los seres humanos.
“La persona que no tiene ninguna inquietud filosófica va por la vida prisionera de los prejuicios que
derivan del sentido común, de las creencias habituales de su tiempo y de su país y de las que se han
desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento de su razón.
La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que
suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros conocimientos y nos
liberan de la tiranía de la costumbre. La filosofía debe ser estudiada, no por las respuestas
concretas a los problemas que plantea, ya que, en general, ninguna respuesta precisa puede ser
considerada como verdadera, sino más bien por el valor mismo de los problemas; porque estos
problemas amplían nuestra concepción de las cosas que son posibles, enriquecen nuestra imaginación
intelectual y disminuyen la seguridad dogmática que cierra el espíritu de investigación.”
Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía
En definitiva, la filosofía, entendida como actividad reflexiva, posee una doble utilidad social y personal.
Podríamos decir que es vital aprender a filosofar. Filosofar quiere decir aquí: argumentar con rigor,
clarificar conceptos y captar relaciones, tener sentido crítico, ser capaz de encontrar alternativas, saber
dialogar, defendiendo razones. Así como en un contexto físicamente agresivo es bueno estar dotado de
técnicas de defensa personal, en un contexto ideológicamente agresivo es conveniente estar bien
equipado con recursos o técnicas intelectuales de defensa. Tales técnicas tendrían que ser conocidas por
todos los ciudadanos, puesto que todos ellos se hallan sometidos a presiones y a tentaciones ideológicas.
Se ha de aprender a desenmascarar las tentaciones y a resistirlas intelectualmente, es decir, a examinar las
consecuencias y a elaborar alternativas. En un mundo en el cual muchos se erigen en expertos tutores de
los otros, en el cual la opinión pública tiene una función adoctrinadora y la publicidad pretende comprar
voluntades con un seductor y engañoso lenguaje, la filosofía es muy poca cosa, si no llega a ser un
eficiente equipo intelectual de defensa personal.
Ahora bien, cabría preguntarse: ¿necesitamos del filósofo profesional para lograr esto? ¿No es algo que
debe hacer cada uno por su cuenta?
Para responder a esta pregunta, vamos a recurrir a las opiniones de dos ilustres filósofos: Immanuel Kant (s.
XVIII) y Karl Popper (s. XX). Como filósofo ilustrado, Kant considera que nadie puede pensar por otro,
pero, al mismo tiempo, cree que hay que enseñar a pensar -que no es lo mismo que enseñar qué es lo que
debemos pensar. Popper, por su parte, aunque reconoce que la filosofía es una tarea que incumbe a todos,
considera que ciertos temas requieren un estudio complejo, un debate experto y a ello algunos dedican
su esfuerzo, con el interés de orientar a la humanidad:
“Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos, o se podría decir que si ellos no son conscientes
de tener problemas filosóficos tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayoría de estos
prejuicios son teorías que los humanos inconscientemente dan por hechas o que han absorbido de su
ambiente intelectual o de la tradición.
Como no muchas de estas teorías se sostienen conscientemente, constituyen prejuicios en el sentido
que se sostienen sin un examen crítico, incluso teniendo en cuenta que pueden ser muy importantes
para las acciones prácticas de la gente y para toda su vida.
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1 ¿Qué es la filosofía?
Una justificación de la existencia de la filosofía profesional está en el hecho de que los hombres
necesitan que haya alguien que examine críticamente estas teorías tan extendidas e influyentes.”
Por tanto, podríamos concluir diciendo que es bueno e incluso necesario que alguien nos enseñe a pensar,
a pensar bien o mejor; pero no a pensar concretamente esto o lo otro, sino a pensar a secas, a ejercitarnos
en la tarea de reflexionar acerca del mundo que nos rodea y acerca de nosotros mismos. Y ese alguien
puede ser el filósofo profesional. Luego, como consecuencia del ejercicio del pensamiento, acabaremos
defendiendo una postura u otra respecto a los diversos temas. Pero ese es ya asunto de cada uno de
nosotros, no del filósofo profesional.
7 ACTIVIDADES
1) Lee este texto en el que se explica el mito de Perséfone.
La inmortal Perséfone era hija de Zeus y Deméter, diosa de la agricultura y de la fecundidad. Hades,
dios del mundo subterráneo, amaba a Perséfone, pero ésta le era esquiva. Con la complicidad de Zeus,
Hades rapta a su amada para desposarla y vivir con ella en los infiernos.
Cuando Deméter lo descubre, cae en el desconsuelo. Los campos, entristecidos con ella, se niegan a dar
fruto. Entonces, el hambre y la muerte azotan al género humano.
Alarmado, Zeus ordena a Hades devolver a Perséfone al Olimpo. Pero ésta ha comido una granada,
fruto de las moradas subterráneas, lo que la obliga a permanecer parte del año con su esposo, aunque
el resto del año puede volver con su madre.
Desde entonces, la primavera anuncia la llegada de Perséfone junto a Deméter. La apoteosis de su
estancia en el Olimpo coincide con las cosechas del verano. En cambio, el campo otoñal se cubre de
melancolía por el regreso de Perséfone a las cavernas de los difuntos; y la muerte se
enseñorea de la vegetación en invierno.
1.a. Señala qué fenómeno trata de explicar este mito.
1.b. Justifica por qué esta narración cumple los rasgos que hemos atribuido al
conocimiento mitológico.
1.c. Indica qué características debería tener una explicación filosófica de este mismo fenómeno.
2) Comentario de Texto:
Para qué sirve la filosofía
porLeonardo Rodríguez Duplá
Muy Interesante. Especial “Historia de las Ideas” julio-agosto de 2000
“Uno se vuelve filósofo el día en que descubre que ignora cuál es el sentido de su vida y se resuelve a
buscarlo sistemáticamente por el camino de la razón. Hasta entonces había vivido de las opiniones
recibidas: creía lo que por término medio se cree, hacía lo que se hace, gozaba como se goza, incluso se
rebelaba en ocasiones como y contra lo que uno suele rebelarse. Arropado por la tradición, sostenido por
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los valores y las pautas de conducta del grupo, traído y llevado por las modas, su existencia transcurría
con relativa placidez.
Pero un buen día siente con estremecimiento que el suelo de creencias que hasta entonces le había
sostenido se abre bajo sus pies. Sus convicciones de siempre se le han vuelto repentinamente
extrañas. Antes eran tan evidentes que ni siquiera había reparado en ellas. Ahora se le ha ocurrido
preguntar por su razón de ser y, al no encontrar ni una sola respuesta satisfactoria, esta pregunta ha
llevado a otra y ésta a otra, que a su vez lleva a otra más... ¡Pobre, ya no está seguro de nada! El mundo
en el que antes vivía ha resultado ser un gigantesco escenario, un decorado de teatro donde nada es lo
que parece.
Son distintas las causas que llevan a las personas a formular la primera y -según parece- fatídica pregunta.
Unas veces se trata de factores ambientales (convulsiones sociales, crisis de valores, encuentros de
culturas heterogéneas) los que nos confrontan con la cuestión del sentido último de las cosas. Otras
veces son experiencias límite que acontecen al propio individuo las que funcionan como acicate del
pensamiento: el tedio, el amor, la conmoción de la adolescencia, la vecindad de la muerte propia o ajena.
En otras ocasiones, en fin, es el encuentro más o menos fortuito con quienes nos han precedido en el
camino de la sabiduría lo que nos arranca de la inercia del vivir olvidado de sí.
El primer paso para hacerse filósofo consiste en reconocer la propia ignorancia. Uno ya no puede aceptar
los cómodos mitos con que la sociedad procura calmar su ansiedad, pero tampoco está en condiciones de
sustituirlos por otros más convincentes. Sócrates, modelo de filósofos, proclamaba abiertamente aquello
de "sólo sé que no sé nada". Entiéndase bien, Sócrates sabe en realidad bastantes cosas, por
ejemplo que va descalzo, que su mujer tiene mal genio o que algunos de sus conciudadanos no le quieren
bien. Pero su profesión de ignorancia no se refiere a estas cosas que él considera secundarias, sino a las
que verdaderamente le importan: no sabe en qué consiste la excelencia humana ni cómo adquirirla, no
sabe en qué consisten la piedad o la belleza, ni sabe, sobre todo, cuál es la naturaleza de los dioses o qué
le espera después de la muerte. Aunque a Sócrates lo condenaran a beber la cicuta por sabio (es decir,
por experto precisamente en estas cuestiones), nunca pretendió serlo.
Si el primer paso en el camino de la filosofía consiste en reconocer la propia ignorancia en lo que
atañe a las cuestiones más graves, el segundo será advertir que tal situación es verdaderamente
intolerable y, en consecuencia, decidirse a salir de ella. Para el filósofo es una cuestión de responsabilidad:
no puede seguir viviendo a expensas de lo que a su alrededor "se piensa", no puede fingir por más tiempo
que ya tiene respuesta para las preguntas que más queman. Vivir así sería vivir de prestado, vivir
enajenado, vivir en la mentira; equivaldría a no vivir de veras.
El filósofo quiere conocer el porqué de las cosas, y sobre todo el porqué de su propia existencia. Adivina
que la tarea no va a ser fácil, pero cobra ánimos al advertir que ya ha logrado un cierto progreso: aunque
todavía no posea la sabiduría (ya hemos visto que se confiesa ignorante), al menos tampoco cree
poseerla. Su situación es preferible a la de quienes todavía siguen sumidos en el sopor de la existencia
acrítica, prefilosófica. Ocupa, en efecto, una posición intermedia: no es del todo sabio ni del todo
ignorante. Y sólo él lleva con propiedad el nombre de filósofo, "amante de la sabiduría", pues, como
ya observara Platón, no anhelan la sabiduría ni los sabios, que ya la poseen, ni menos aún los completos
ignorantes, que ni siquiera la echan en falta (…)
Todo cuanto llevamos dicho acerca de la naturaleza de la existencia filosófica abona la idea de que este
género de vida exige en quien lo practica una considerable dosis de audacia. La divisa ilustrada "Sapere
aude!" (¡Atrévete a pensar!) encierra profunda sabiduría. Hace falta mucho coraje, en efecto, para
entregarse a una tarea de tal magnitud y dificultad; para superar el vértigo existencial desencadenado por
un examen implacable que pone en tela de juicio hasta nuestras convicciones más arraigadas; para
enfrentarse a un medio social muchas veces adverso, que considera locos o malvados a quienes, atacados
por la "funesta manía de pensar", se atreven a criticar las macizas evidencias en que se funda la existencia
colectiva; para nadar contra la misteriosa corriente que arrastra incesantemente a nuestra naturaleza en
la dirección del olvido, del sopor, de la irresponsabilidad.
Pero no todo es sacrificio en la vida del filósofo. Antes bien, su perseverancia en el amor a la sabiduría se
ve premiada por una honda experiencia de libertad. Y es que la verdadera libertad, la única que merece
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ese nombre, es inseparable del conocimiento de la verdad. Sólo quien abre los ojos y cobra clara
conciencia de su situación, quien busca decididamente la verdad, sólo ése ha tomado las riendas
de su propia existencia y es libre, libre de verdad.
Responde a las siguientes cuestiones:
2.1. Pon un título al texto.
2.2. Resume el contenido del texto.
2.3. ¿Qué hace que alguien se convierta en filósofo?
2.4. ¿En qué consiste la actitud filosófica?
2.5 ¿Qué se gana con la filosofía?
2.6. Expón tu opinión personal.
3) Una de definiciones…
¿Qué es la filosofía?
(según algunos sabios ignorados de los siglos XX y XXI)
La filosofía es aquel pastel de infinitos pisos que empezamos a comer desde abajo y del
que por mucha hambre que tengamos siempre nos quedará un piso más.
En filosofía no es alcanzar el objetivo lo que importa, sino las cosas que uno halla por el
camino
El artista y el filósofo lo repiten con insistencia: "basta mirar algo con atención para que
se vuelva interesante"
La filosofía es el hambre que se debe tener a la manzana del saber
La filosofía es como un examen: siempre queda alguna pregunta sin contestar
Filosofía es preguntarse por qué le llaman uña a la uña y araña a la araña, siendo la uña quien
araña
Usamos los espejos para vernos la cara; la filosofía, para vernos el alma
La filosofía no responde a tus preguntas, pregunta a tus respuestas
La filosofía es como un calidoscopio: según las vueltas que demos y cómo lo miremos la
realidad tomará una forma u otra
La filosofía es como un gran eclipse: cuando crees tenerlo todo claro, llega ella y lo oscurece
La filosofía es la avanzadilla de un ejército llamado ciencia
Las preguntas en filosofía son como las canas: arrancas una y nacen siete
Si el pensamiento fuera una bolsa de pipas, las semillas serían la verdad, la cáscara los
mitos (que distorsionan la verdad) y la sal sería la filosofía, porque nos incita a descubrir la
verdad.
Haz tu propia definición de filosofía:
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4) Comenta la siguiente frase y relaciónala con la de algún otro autor:
“Cuanto más se sabe, más se desea aprender. Con la sabiduría crece paralelamente la
sensación de no saber o, mejor dicho, de saber que no se sabe”. (F.Schlegel, s. XIX)
5) Y de muestra… la filosofía de Platón.
Platón (Atenas, -428/-347) es uno de los pensadores más originales e
influyentes de toda la Filosofía Occidental: su obra define uno de los
dos grandes ejes (el otro, el de Aristóteles) que guían y atraviesan la
historia del pensamiento humano. Con seductora belleza literaria y con
profunda mirada filosófica, en sus diálogos recrea los grandes
problemas o cuestiones que nunca han dejado de inquietar a los
humanos.
La decepción ante la situación de Atenas y la muerte de Sócrates
suponen el inicio de la filosofía platónica. Por una parte, hacen que
Platón viaje a Egipto y a las colonias griegas del sur de Italia, donde, en
contacto con los pitagóricos, adquirió conciencia de la importancia de
las matemáticas y se familiarizó con la doctrina sobre la inmortalidad
del alma y la reencarnación. Por otro lado, su desengaño con la dictadura de los Treinta Tiranos y con la democracia posterior le llevaron a
plantear un modelo de sociedad en el que imperara la justicia.
Platón responsabilizó a los sofistas de la decadencia ateniense: su
relativismo no acepta ninguna norma fija y reduce la moralidad a lo
que interesa en cada momento. Muchos de los líderes democráticos,
demagogos que solo buscaban mantenerse en el poder, habían sido
formados en estos principios. Una retórica brillante y, con frecuencia, alejada de la verdad, les hacía
ganarse el voto de los ciudadanos. Siguiendo los pasos de Sócrates, Platón buscará las normas universales
y los principios inmutables capaces de garantizar la convivencia. Para ello elabora su teoría de las ideas.
Teoría de las ideas
En la teoría de las ideas se afirma la existencia independiente y absoluta de unas entidades inmateriales,
inmutables y universales que constituyen la auténtica realidad. Si una persona es bella, es porque existe la
idea de belleza. La belleza de la persona, que captan los sentidos, puede cambiar, pero la idea de belleza
(como la de bien, justicia, etc.) es inteligible y no varía.
Las ideas constituyen un mundo perfecto, eterno e inmutable, que se encuentra jerarquizado. En su
cúspide aparece la idea de bien, que es a la vez causa y fin de las demás ideas; por eso, su conocimiento,
que es propio de la razón, permite apreciar el orden de las cosas. Esto solo está al alcance de unos pocos
(los filósofos). De ahí la propuesta platónica de que sean ellos los que gobiernen.
El mundo sensible es modelado por el demiurgo queriendo imitar el mundo de las ideas. Aunque la
materia impide que se alcance la perfección, cuanto de racional hay en el mundo físico se debe a esa
imitación del mundo inteligible.
El conocimiento: reminiscencia y dialéctica
Si la ciencia se ocupa de lo universal, los objetos de la ciencia no pueden ser otros que las ideas. Pero si las
ideas están en un mundo distinto del sensible, ¿cómo le es posible al hombre su conocimiento? Aquí
aparece la doctrina del conocimiento como reminiscencia: el hombre es cuerpo y alma, y esta, que es
inmortal, pertenece al mundo de las ideas, a donde regresa cuando muere el cuerpo. Mientras permanece
en el mundo de las ideas, el alma conoce todo cuanto existe pero al encarnarse en un cuerpo, olvida lo
que sabe. Sin embargo, el contacto con las realidades físicas del mundo sensible hace que recuerde y
comience de nuevo su aprendizaje.
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Este aprendizaje se gradúa en dos niveles: la opinión y la ciencia. La opinión no es un conocimiento
estricto, sino una forma de creencia más o menos generalizada pero carente de fundamento. Tiene dos
grados: la conjetura aventurada o la convicción más o menos verosímil, aunque ambas son propias del
mundo sensible y están basadas en los sentidos; por ello no son conocimiento seguro.
También hay dos grados de ciencia: el conocimiento matemático, que hace uso de lo sensible para
alcanzar sus conclusiones, y la dialéctica, conocimiento de las ideas dirigido por la razón, que representa
la culminación de este proceso y la verdad absoluta.
El ser humano: cuerpo y alma
La teoría de las ideas es también la base de la concepción platónica del hombre. El hombre es cuerpo y
alma, pero esta, como perteneciente al mundo de las ideas, es más valiosa que el cuerpo. Por eso, este es
considerado una cárcel para el alma, y la muerte significa una liberación.
El alma está dividida en tres partes: por un lado, el apetito, que engloba los deseos relacionados con las
necesidades más básicas; por otro, la voluntad, que es fuente de pasiones nobles, por lo que colabora con
la razón, que es la tercera parte, la que nos impulsa a la vida intelectual y a la ordenación de nuestra vida.
Así pues, el alma debe servirse de su parte racional, la única inmortal, para controlar la voluntad (alma
irascible o volitiva) y los apetitos (alma concupiscible o apetitiva). Si no fuera así, el hombre caería en la
temeridad o en el desenfreno.
Ética y política: el hombre y el Estado justos
Mediante el alma racional se adquiere el conocimiento y se controlan las pasiones. Saber y felicidad son
las finalidades del hombre. Para que el saber sea posible, el ser humano debe gozar de equilibrio en su
alma, y este se alcanza haciendo que cada parte del alma desempeñe la labor que le corresponde (virtud:
sabiduría o prudencia –parte racional-, fortaleza –parte irascible-, y templanza o moderación –parte
concupiscible o apetitiva-). La armonía entre las partes del alma, bajo el predominio del alma racional,
proporciona al hombre justicia, que es el estado moral supremo.
Esta idea del equilibrio entre las partes se extiende al Estado. El hombre solamente puede alcanzar su
felicidad en la polis, y esta ha de estructurarse para alcanzar la justicia. El Estado ideal es aquel en el que
cada ciudadano cumple con la función para la que está más capacitado. En la utopía platónica, campesinos
y artesanos, guerreros y gobernantes deben hacer uso de sus cualidades respectivas (templanza, valor y
prudencia) para que reine la justicia general, aunque son los hombres prudentes los que deben gobernar.
La exposición alegórica del pensamiento platónico: el mito de la caverna.
En el mito de la caverna, podríamos afirmar, se concentra lo más profundo de todo su pensamiento. El
mito, haciendo uso de una gran fuerza descriptiva, muestra pluralidad de aspectos de su pensamiento:
la visión de la naturaleza humana, la teoría de las ideas, el doloroso proceso mediante el cual los
humanos llegamos al conocimiento, etc.
En el mito, Platón relata la existencia de unos hombres que desde su nacimiento se encuentran atados de
piernas y cuello, en el interior de una oscura caverna. Prisioneros no sólo de las sombras oscuras propias
de los habitáculos subterráneos, sino también de su campo de visión, de manera que tienen que mirar
siempre adelante debido a las ataduras sin poder nunca girar la cabeza. La luz que ilumina el antro emana
de un fuego encendido detrás de ellos, elevado y distante.
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Nos dice que imaginemos entre el fuego y los prisioneros un camino elevado a lo largo del cual se ha
construido un muro, por este camino pasan unos hombres que llevan todo tipo de objetos o figuras que
los sobrepasan, unos con forma humana y otras con forma de animal; estos caminantes que transportan
objetos, a veces hablan y a veces callan. Los cautivos, con las cabezas inmóviles, no han visto nada más
que las sombras proyectadas por el fuego al fondo de la caverna -como una pantalla de cine en la cual
transitan sombras chinas- y llegan a creer, faltos de una educación diferente, que aquello que ven no son
sombras, sino objetos reales, la misma realidad.
El interlocutor de Sócrates, Glaucón, afirma que está absolutamente convencido de que los encadenados no
pueden considerar otra cosa verdadera que las sombras de los objetos. Debido a la obnubilación de los sentidos y
la ofuscación mental, se hallan condenados en tomar por verdaderas todas y cada una de las cosas falsas.
Seguidamente, Sócrates se pregunta qué pasaría si uno de estos cautivos fuese liberado y saliese al mundo exterior.
Pues, tendría graves dificultades en adaptarse a la luz deslumbradora del sol; de entrada, por no quedar cegado,
buscaría las sombras y las cosas reflejadas en el agua; más adelante y de manera gradual se acostumbraría a mirar
los objetos mismos y, finalmente, descubriría toda la belleza del cosmos. Asombrado, se daría cuenta de que puede
contemplar con nitidez las cosas, apreciarlas con toda la riqueza policroma y en el esplendor de sus figuras.
Y si el prisionero liberado volviera a la oscura caverna para comunicar su descubrimiento, ¿le creerían? No, sino que
se reirían de él, diciendo que la ascensión le ha perturbado. Incluso, afirma Sócrates, que si intentase desatarlos y
hacerlos subir por la empinada ascensión hacia la entrada de la caverna, si pudiesen prenderlo con sus propias
manos y matarlo, le matarían; así son los prisioneros: cómodos en su engaño y violentos.
5) ¿Qué son las ideas para Platón? ¿Qué trata de decirnos Platón con el “mito de la caverna”?
6) Elabora un glosario en el que recojas los conceptos básicos de esta unidad.
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