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CONSULTORA EXANTE. ECONOMÍA, FINANZAS Y NEGOCIOS CORPORATIVOS
8 de mayo de 2003
KIRCHNER-LAVAGNA: ¿MODELO A LA CUBANA? 
Por Aldo M. Abram
En estos días circula un chiste político: ¿CÓMO SE DICE “DE LA RÚA” EN RUSO?
KIRCHNER. Quizás por ello algunos piensen que, bajo una eventual futura presidencia
del Gobernador de Santa Cruz, la economía se parecerá a la de Cuba. Nosotros
discrepamos con esa visión y con la que estima que necesariamente terminará en un
caos.
Luego de una fortísima caída del PBI durante el 2002, la economía empezó a
recuperarse en la segunda mitad del año pasado. Esto se debió al cambio de estrategia
del Banco Central que priorizó una política monetaria austera y un mayor control del
valor del dólar, trayendo una creciente tranquilidad en el mercado cambiario. A esto se
sumó el adelantamiento de las elecciones que permitió a los consumidores e inversores
soñar con un nuevo gobierno que, si fue electo, es por que la gente piensa que
solucionará los problemas del país. Debe tenerse en cuenta que más del 85% de los
productos y servicios producidos en el país depende de la demanda interna. Por lo tanto,
la leve mejora de las perspectivas futuras trajo un moderado incremento del gasto
doméstico que arrastró al nivel de actividad.
De quién gane los comicios el 18 de mayo, qué propone y de su poder político para
hacerlo dependerá la velocidad y sustentabilidad de la recuperación. Dado que los
consumidores son los votantes, inicialmente confiarán en el nuevo presidente electo
independientemente de quién sea.
Los que actuarán distinto, según quien asuma el PE el 25 de mayo, serán los inversores.
Si confían en el nuevo mandatario, entonces el empleo y la producción aumentarán
potenciando el crecimiento del consumo y su impacto sobre el nivel de actividad. Una
reactivación es como una “bola de nieve” que se tira de la cima de una montaña. De
pronto, aquellos que tienen alguna capacidad de gasto e inversión y no lo hacían por
temor, empiezan a ver las cosas algo mejor. Entonces gastan e invierten un poco más.
Esto les da un empleo o más ingreso a otros que erogan más y así sucesivamente. Si se
suman los inversores, la “bola de nieve” que cae de la cima es más grande y puede
acumular más nieve que si la inversión ralea.
Es aquí dónde surgen las dudas sobre la economía en un eventual gobierno del
Gobernador Néstor Kirchner. La gestión actual de la que él se proclama continuador ha
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El siguiente artículo puede ser reproducido con previa autorización del autor.
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destruido el concepto de seguridad jurídica. Se estafó a los ahorristas y a los bancos para
subsidiar a los deudores pesificados, violando el derecho de propiedad. Se rompieron
los contratos entre privados y entre éstos y el sector público para generar una enorme
transferencia de recursos a los sectores beneficiados. Se congelaron las tarifas de los
servicios públicos para subsidiar a los consumidores a costa del patrimonio de las
empresas prestadoras, violando tratados internacionales de protección recíproca de
inversiones. En este contexto y su continuidad es difícil pensar en un país que atraiga
capitales.
En ese sentido, se propone
a) Volver a estatizar empresas (se comenzó con los bancos que cayeron luego del
“corralón” y se continúa con LAPA, se seguirá con.....).
b) Se quiere avanzar hacia una mayor participación en el sistema previsional del
régimen estatal de reparto, y en contra del de capitalización, para contar con más
fondos para despilfarrar a costa de paupérrimas jubilaciones futuras.
c) Hacerle una quita de más del 70% en el capital de la deuda en cesación de pagos,
con lo que se consuma una nueva estafa. Antes fueron los ahorristas pesificados,
luego los accionistas de empresas de servicios públicos, ahora los tenedores de
deuda pública. Al que piense en invertir en el país sólo le queda preguntarse:
“¿Cuándo me va a tocar a mi?”
d) Dado el esfuerzo fiscal que se propone y una economía que crecerá poco en
términos reales y en su valor medido en dólares, la capacidad de pago de la deuda
será bajo y es poco esperable que haya crédito disponible. Dado que el incremento
de los pasivos del Estado Nacional durante la actual gestión fue de más de US$
45.000 millones y tiene un gran peso en el corto plazo, es altamente probable que la
deuda nueva y la vieja no vencida (eminentemente BODEN, préstamos
garantizados) deba ser reestructurada. Una alternativa sería pagar los vencimientos
con emisión; pero redundaría en una pérdida del valor del peso y mayor
empobrecimiento de los argentinos.
e) Tener como motor del crecimiento un plan de obras en infraestructura y más
asistencialismo. Esto implicará destinar el aumento de la recaudación del
impuestazo del duhaldismo (por inflación, retenciones a las exportaciones, no
deducibilidad del impuesto a las transferencias financieras, etc.) y el actual
crecimiento económico a más despilfarro estatal y no a bajar los gravámenes que
ellos incrementaron.
f) La competitividad se puede ganar con aumentos del tipo de cambio real o con
ganancia en eficiencia. Para lograr esto último se debe contar con creciente
inversión. Como esa no es la expectativa, el Dr. Kirchner y su futuro Ministro
Lavagna han manifestado su vocación por mantener un tipo de cambio real alto; lo
que implicará un dólar en continua alza. Lamentablemente, la contrapartida de esto
es menor poder adquisitivo de los salarios. Por ello, durante la actual gestión, la
pobreza se duplicó (hay 7.000.000 más de pobres) y la indigencia también (hay
4.800.000 argentinos más que no pueden siquiera alimentarse).
g) Un tipo de cambio nominal creciente deja indeterminado el valor real futuro de los
ingresos, del patrimonio de consumidores e inversores. Por lo tanto, tendrán mayor
incertidumbre sobre su situación económica futura, disminuyendo su consumo e
inversión y aumentando su propensión a fugar capitales.
h) La solución lógica al problema de las tarifas es determinar cuál debería ser la
trayectoria ideal de su evolución, según contrato y evolución de costos. Como sería
imposible pedirle a los empobrecidos ciudadanos y empresas que abonen dicha
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cifra, se debería definir una ecuación que permita alcanzarla en el tiempo. De esta
forma, las empresas prestadoras podrían planificar en función de un flujo de
ingresos proyectable y, por lo tanto, invertir para brindar un nivel de servicios
aceptable. También, las compañías usuarias de estos servicios podrían estimar sus
costos futuros, disminuir la incertidumbre e invertir más. En cambio, la propuesta
del oficialismo pasa por mantener la arbitrariedad y el voluntarismo actual en la
determinación de las tarifas. Esto significará mayor incertidumbre futura y menor
inversión; lo cual pondrá en serio riesgo la calidad y cantidad de las prestaciones en
el tiempo.
i) La propuesta oficial es avanzar en una mayor integración con el MERCOSUR; pero
desde una perspectiva de “amurallarse” dentro de él para protegerse del mundo. Si
no nos integramos al mundo (NAFTA, CEE, Países del Este de Asia), no
generaremos la necesidad de competencia interna necesaria para que nuestros
productores sean más eficientes. Esto implicará menos bienestar económico y
empleo para todos los argentinos. Por otro lado, es importante ingresar al mundo
para tener el mayor acceso posible a la tecnología y el conocimiento de avanzada;
además de los mejores y más baratos insumos para nuestros productores. Esta es
otra forma de aumentar el poder adquisitivo de los argentinos.
j) Los porcentajes de desempleo continuarán siendo altos; ya que los niveles de
producción y de actividad serán bajos. Además, no se incentiva la contratación de
empleo subiendo los sueldos e indemnizaciones y prohibiendo los despidos por
decreto.
En una palabra, el modelo a copiar por la dupla Kirchner-Lavagna no es el cubano, es el
“brasileño” o el peronista de las décadas anteriores al ’90. Éste funciona con un tipo de
cambio nominal creciente y uno real alto. Esto permite a los productores del país ser
competitivos sin la necesidad de invertir y esforzarse para ganar eficiencia; ya que les
baja el costo país, que es eminentemente el ingreso de los argentinos. Por lo tanto, los
niveles de pobreza se mantendrán elevados. El crecimiento será bajo y muy lejos de los
niveles potenciales de una economía que cayó fuertemente en los últimos años (podrían
lograrse niveles de más del 7% en los próximos años con una buena gestión
económica).
Este modelo a la “brasileña” no tiene por qué llevar a un estallido económico. Bien
manejado, puede sostenerse con vaivenes de nivel de actividad, tipo de cambio e
inflación durante mucho tiempo. El problema es que, puede ser que los argentinos
votemos por este tipo de propuestas, pero tenemos expectativas de vida “españolas” (u
otro país desarrollado a elección). Por lo tanto, con el tiempo el gobierno sufrirá el
desgaste y la gente buscará llevar otro tipo de ideas al PE.
Algunos hablan de una crisis institucional si gana el oficialismo. Es posible ya que un
modelo gradualista y a la “brasileña” podría no dar respuesta a las expectativas de
mejora inmediata de la sociedad. Hay que tener en cuenta que hoy estamos socialmente
peor que a finales del 2001 y lo único que mantiene la calma de la gente es la esperanza
(quizás excesiva) que genera un futuro Presidente electo. Por lo tanto, la famosa “luna
de miel” difícilmente dure más de tres meses. Por otro lado, si gana el candidato
oficialista, el justicialismo se verticalizará debajo del poder hegemónico del Dr.
Eduardo Duhalde; lo que subordinará al nuevo mandatario. Si bien el eventual nuevo
jefe del PE tendrá un gran poder atrás, ¿quién garantizará la gobernabilidad si intenta
“independizarse”? Si una crisis económica futura es factible, esta parecería surgir del
riesgo institucional.
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