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Microfinanzas, economía solidaria, ética y Doctrina Social de la Iglesia en el contexto
latinoamericano y caribeño de hoy.
Monseñor Luis Bambarén Gastelumendi S.J.
Obispo emérito de Chimbote, Perù
06 y 07/02/2009
Introducción.
El mundo actual enfrenta múltiples crisis que van relacionadas entre sí, y como ya todos sabemos la
crisis financiera internacional según el Banco Mundial ha permitido el aumento de la pobreza en 40
millones de personas para el año 2009, y la Organización Internacional del Trabajo dice que 20
millones más de personas estarán desempleadas a fines del próximo año. Es así como hace unos pocos
meses experimentamos como día a día se iba acercando el “apocalípsis financiero” donde la
arquitectura financiera internacional de debilitó severamente, nada volverá a ser como antes y más
aún hasta hoy, el riesgo sistémico permanece.
La «edad de oro» de Wall Street se acabó y también la etapa de los «amos del universo» que siempre
estuvieron poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. La globalización condujo la
economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial, se dice que no
hubo regulación, fue por falta de control pero todos sabemos que fue por falta de ÉTICA.
Se han autodestruido por su propia voracidad, por aquella ley del cinismo neoliberal donde se
privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas Se dice que ha terminado la etapa más
agresiva de la globalización neoliberal, que generó la crisis de la economía, la crisis alimentaria, de
paz y seguridad humana, de los combustibles, del cambio climático, Estas múltiples crisis sin
embargo, representan para el mundo un desafío y una importante oportunidad de nuevos liderazgos
que cambien los estilos de vida en nombre de la justicia para bien de la sobrevivencia del género
humano. Debemos humanizar la economía y la política, solo así podremos erradicar la pobreza y el
hambre velando por los derechos humanos de todas las personas del planeta.
Es allí que como miembro y pastor de la iglesia católica hacemos la invocación desde nuestra V
Conferencia General de Obispos de América Latina y El Caribe en Aparecida diciendo que: La
misericordia siempre será necesaria, pero no basta si persisten los círculos viciosos que crean la
pobreza. Las obras de misericordia deben llevar a una justicia social que promueva al ciudadano
como sujeto de su propio desarrollo.
En su carta encíclica, Deus Caritas Est, el Papa Benedicto XVI dijo que el orden justo de la sociedad
es una tarea política, pero la iglesia no puede quedarse al margen en la lucha por la justicia. También
es tarea de la Iglesia denunciar la injusticia y despertar las conciencias para desarrollar los valores
sociales. Vivir valores es la condición para construir la justicia. (DA 385)
La cultura actual tiende muchas veces a olvidarse de la dignidad humana y coloca al poder, la riqueza
y el placer por encima del valor humano. Tenemos que volver a anunciar el valor supremo de cada
persona, valor basado en el hecho que Dios nos ha creado. (DA387)
Creemos que en el Dios vivo revelado en Jesucristo, se encuentra la dignidad de la vida humana. Por
lo tanto, nuestra misión es anunciar este mensaje para que cada persona humana viva de acuerdo con
la dignidad que Dios le ha dado. La dignidad alcanzará su plenitud cuando Dios sea todo en todos,
nuestra fe nos permite ahora mismo juzgar la realidad para salvaguardar la dignidad de las personas
y de los pueblos. (DA389)
Nuestra fidelidad al evangelio nos exige proclamar esta verdad sobre la dignidad de la persona en
todos los lugares del mundo. (DA390)
2
Nuestra gran preocupación es por los millones de personas que no pueden llevar una vida que
responda a esa dignidad. La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marca la
fisonomía de la Iglesia. En su carta Iglesia en América, el Papa Juan Pablo II asumió esta misma
preocupación y abogó por un orden social justo en que reine el bien común. (391)
Tanto el Papa Benedicto XVI como su antecesor, el Papa Juan Pablo II enseñan que la Iglesia es
abogada de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades sociales y
económicas que claman al cielo. La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña a trabajar con esperanza,
porque como dijeron los obispos en el sínodo en Roma el 2003, si no hay esperanza para los pobres,
no la habrá para nadie. No basta tampoco trabajar sólo con los pobres. Esta opción nos exige a
trabajar con los banqueros y políticos para que creen las condiciones para el desarrollo económico
justo. (DA395)
Un problema de nuestra época es que nos dejamos contagiar por el consumismo individualista. Por
eso, nuestra opción por los pobres se quedará en pura teoría si no afecta nuestro comportamiento o no
se realiza en acciones. Hay que dedicar tiempo a los pobres para escucharlos y atenderlos, y esto
implica un compromiso de toda la vida. Deben inclusive compartir nuestras vidas como dijo Jesús en
la parábola del banquete (lucas 14, 13) (397)
Queremos, por tanto, impulsar el Evangelio de la vida y la solidaridad. Guiados por la luz de la DSI
y con el compromiso de laicos y laicas para intervenir en lo social, podremos promover caminos
eclesiales más efectivos. Con la gracia divina nada de lo que realizamos por solidaridad se habrá
perdido ni habrá sido en vano.(400)
Los nuevos rostros de los pobres (debido a la globalización: Migrantes; víctimas de violencia,
desplazados y refugiados; víctimas de tráfico de personas y secuestros; enfermos de VIH sida; adultos
mayores; niños y niñas víctimas de abuso y explotación; personas con capacidades diferentes; mujeres
maltratadas; Grupos de desempleados; personas que viven en la calle; excluidos por analfabetismo
tecnológico; indígenas y afro-descendientes; campesinos sin tierras y mineros. (402)
Es tarea de creatividad pastoral, diseñar acciones concretas que tengan incidencia en los Estados para
que se aprueben políticas sociales y económicas más justas. Contamos con la ayuda de otras
organizaciones de la sociedad civil para hacer una permanente lectura cristiana desde la DSI y una
aproximación pastoral a la realidad de nuestro continente. Y así tendremos una base sólida para exigir
a las autoridades que tomen sus decisiones desde una perspectiva ética, solidaria y auténticamente
humanista (403)
Alentamos a los empresarios que generan riquezas, para que promuevan la sociedad justa y la paz,
cuando generan empleo digno y facilitan la democracia. Generen fuentes de trabajo en vez de
acciones especulativas. Vivan vidas modestas y colaboren con los gobiernos para conseguir el bien
común (404)
Las Microfinanzas
Microfinanzas
El concepto de microfinanzas hace referencia al conjunto de actividades financieras de tamaño
mínimo vinculadas principalmente a sectores cercanos y/o por debajo de la línea de pobreza o bien
conductores (as) de micronegocios sean éstos actividades de autoempleo o de microempresa. Las
microfinanzas.
Las microfinanzas incluyen al microcrédito, pero van más allá que éste incorporando por lo menos
los ahorros, sean éstos a la vista o a plazos.
3
Respecto de lo primero, una constante de las microfinanzas es que por ser una actividad financiera
que requiere el repago de un crédito con un costo del dinero (tasa de interés), implica que los
prestatarios tengan alguna actividad económica sea de trabajo independiente o dependiente que le
permita dicho repago. Por lo tanto las microfinanzas por el lado del crédito muy difícilmente podrán
tener como beneficiarios a los sectores poblacionales de mayor pobreza relativa.
Respecto a lo segundo, esto es, las actividades de autogeneración de ingresos, éstas pueden
clasificarse o bien como actividades de autoempleo, por lo general conducidas por una persona con o
sin algunos miembros de su familia, con una organización empresarial mínima o prácticamente
inexistente o bien como actividades de microempresa por lo general definidas por los ordenamientos
legales de los países (legislación sobre microempresa) o bien referidas a actividades que involucran al
conductor del negocio más algún familiar remunerado, en algunos casos trabajadores dependientes
también remunerados y con un cierto nivel de “complejidad” de la organización empresarial (a nivel
administrativo) y acogiéndose a programas básicos de formalización.
Las microfinanzas decimos que implican el microcrédito, pero van más allá que éste en la medida que
incorporan otros productos financieros como es el caso de los ahorros, sean éstos a la vista o a plazos.
De hecho se considera como un distintivo de las microfinanzas el de propugnar una “cultura del
ahorro”.
En cuanto a los créditos se considera “micro” crédito cuando éste, por estar proyectado al tipo de
beneficiarios anteriormente mencionado, tiene rangos que se sitúan en niveles de subsistencia o bien
de acumulación simple y hasta primeros estadios de la acumulación ampliada1. De hecho y
dependiendo del tipo de programas, la metodología crediticia y del contexto de país, pueden llegar a
mínimos montos de US$30 o US$50 y montos máximos de hasta US$1,500. Por lo general la media
se sitúa alrededor de los US$300 a US$400, media que para algunos países podrían representar los
montos máximos de crédito.
En otras experiencias de crédito popular en países del Norte se ha incorporado un nuevo producto
financiero llamado capital de riesgo o risk-capital o venture.capital, que consiste en que la entidad de
finanzas populares no da un préstamo sino que participa de inversionista asociada al beneficiario
participando de los dividendos del negocio de éste último y vendiendo sus acciones o participaciones
luego de un tiempo programado en el haya recuperado su inversión2.
En el caso de experiencias cooperativas de ahorro y crédito que implementan líneas de microcrédito
se han desarrollado también algunas líneas de seguros (de vida por ejemplo).
En el caso muy difundido del micro-crédito a través de los bancos comunales, el ahorro es depositado
en una cuenta “interna”3, por lo general abierta en un banco comercial por fuera de la entidad de
microfinanzas.
Por sobrevivencia entenderemos la situación de la actividad económica que trabaja por debajo o máximo
únicamente al nivel de sus costos. Por subsistencia a la actividad que sólo logra cubrir sus costos. Por
acumulación simple a la actividad que genera una ganancia mínima, pero que esta es empleada para fines de la
subsistencia y por acumulación ampliada cuando toda o parte sustantiva de la ganancia es utilizada para el
crecimiento del pequeño negocio.
2
Un ejemplo de esta modalidad es la Cooperativa de Ahorro y Crédito CREDAL de los estudiantes de la
Universidad de Lovaina con lo cual han apoyado la creación de micronegocios por los estudiantes egresados.
Para lo que es Capital de riesgo el BID ha creado el FOMIN (Fondo Multirateral de Inversiones) que cuenta
actualmente con varios clientes de la región, aunque éstos provienen mayormente de la pequeña empresa de
punta o la mediana empresa. No aún de la microempresa.
3
A diferencia de la “cuenta externa” que es la que tiene el banco comunal con la organización de microfinanzas
que otorga el préstamo al banco comunal.
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Algunos programas de microfinanzas combinan el crédito para actividades de microempresa o
autoempleo con el crédito al consumo, dirigido a beneficiarios con ingresos provenientes del empleo
dependiente.
Economía solidaria
El concepto de la economía solidaria hace referencia al desarrollo de las actividades económicas
debido principalmente a la movilización del factor de la cooperación, del compartir, de la ayuda
mutua, de las diversas formas que podríamos englobar dentro del concepto del valor ético de la
solidaridad. El lineamiento es unirnos para conseguir juntos lo que individualmente no va a ser
posible lograr.
El factor de la “solidaridad” ha sido definido por Luis Razeto como el “Factor C”4
El Factor5 C, se refiere al hecho que la unión de voluntades genera una energía social cuya aplicación
en las actividades económicas tiene efectos positivos directos, incrementando productividad y la
eficiencia de las operaciones económicas.
La solidaridad se refiere al hecho de estar y hacer las cosas juntos, en beneficio común o compartido,
implicando relaciones horizontales de ayuda mutua y cooperación. Nace de vivir una misma
situación, de enfrentar similares problemas, ser parte de una misma organización con objetivos
comunes.
Establece vínculos estrechos entre el trabajo y la solidaridad en el sentido que el primero se concibe
como una actividad grupal en la que muchos colaboran para el logro de un resultado común.
La solidaridad económica demuestra ser más eficiente en la medida que se alcanzan mejores
resultados que las actividades no cooperativas e individuales. Donde existen comportamientos y
relaciones solidarias la productividad y el beneficio social se incrementa, se evidencia la presencia del
Factor C.
En la actividad económica el Factor C y la solidaridad se manifiestan de formas distintas: uso común
de medios de producción, compartir conocimientos y experiencias, colaboración en el trabajo,
distribuir los resultados de la operación económica de manera justa y equitativa, etc.
Para que se forme parte de la economía solidaria no es indispensable que se den simultáneamente
todas las manifestaciones del Factor C. Pero, es necesario que la solidaridad sea tan eficaz como para
impactar en la racionalidad económica (grupal e individual) haciendo predominar la cooperación
sobre la competencia.
La práctica de la solidaridad, aunque sea por motivos individuales, termina incorporando el valor de
la cooperación y el compartir en la conciencia y voluntad de las personas y grupos.
La economía solidaria en América Latina y El Caribe surge a partir de las experiencias de pobladores
y pobladoras de la ciudad y el campo en su lucha cotidiana por sobrevivir y mejorar sus condiciones
de vida en base al apoyo mutuo, organizándose de muy variadas formas para acceder a un espacio en
la economía existente, compartiendo los beneficios económicos, sociales, culturales de esa
participación pequeña aún en dicha economía.
Razeto Luis, “El factor c: La solidaridad convertida en fuerza productiva y en factor económico”, en:
Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p28.
5
Factor económico, es aquel elemento que genera un aumento en la productividad que debe ser reconocido
como aporte especial y propio.
4
5
Surge a partir de la economía popular definida ésta como el conjunto de actividades de producción,
distribución o consumo que realizan estas personas y organizaciones sea para auto-generar ingresos,
empleo o bien para reducir los costos de vida accediendo a bienes básicos (alimentos, medicinas,
vivienda, servicios básicos, etc)6.
Cuando la economía popular se realiza en base al apoyo mutuo, la cooperación y diversas formas de
compartir (conocimientos, mercados, tecnología), la llamaremos “Economía Popular Solidaria”; en
éste caso estas personas cultivan y desarrollan, a diversos grados, el VALOR de la SOLIDARIDAD.
Es así como surgen diversas organizaciones de economía popular solidaria en los sectores económicos
productivo (pequeñas y microindustrias, empresas autogestionarias productivas), de comercio
(pequeños comerciantes, vendedores ambulantes), de servicios (talleres de mantenimiento y/o
reparación, servicios de contabilidad u otros), de consumo (comedores populares autogestionarios7,
clubes de madres, comités de salud, diversas asociaciones de vivienda), en el sector financiero
(fondos rotatorios, más recientemente “bancos comunales”de micro-crédito, o grupos solidarios o
cooperativas de ahorro y crédito), también en el sector educativo (grupos de educación popular).
Las experiencias de economía popular solidaria combinan lo personal con lo colectivo de manera
cada vez más creativa. Por ejemplo, muchos microempresarios/as han creado asociaciones de
microempresarios/as. Existen también Federaciones de Vendedores Ambulantes, que se organizan
con la finalidad de acceder a servicios comunes (crédito, capacitación, convenios comerciales o de
abastecimiento con los sectores público y/o privado) o bien para lograr dialogar y/o coordinar o aún
concertar con el Estado (central o local) para obtener normas favorables para su desarrollo.
Si bien es cierto que estas experiencias son heterogéneas y entre ellas se dan también situaciones de
competitividad e individualismos, la constante sigue siendo el apoyo mutuo para conseguir en
conjunto lo que individualmente no les es posible lograr.
Podríamos decir que, en la práctica, estas actividades desarrollan un camino y estrategia solidaria,
aunque el grado efectivo de solidaridad en cada caso sea diferente8. La solidaridad no es algo que
esté logrado de una vez “para siempre”. Es un valor que debe ser permanentemente cultivado9.
En la perspectiva del desarrollo local.
No es lo mismo economía popular y economía informal. En el primer caso el concepto de economía popular
hace referencia a una realidad existente basada en el trabajo de hombres y mujeres de la ciudad y el campo que,
desde sus situaciones de pobreza, exclusión, desempleo y subempleo ponen en marcha actividades económicas
que tienen como finalidad enfrentar estas carencias. En el segundo caso, el concepto “ïn-formal” hace referencia
básicamente a actividades económicas por fuera del marzo regulatorio..
La economía popular no está necesariamente fuera de lo legal, por ejemplo existen pequeñas cooperativas y/
microempresas que cuentan con sus registros normales, pero son a la vez actividades de economía popular desde
su nacimiento por las características socio-económicas de sus participantes.
Por otro lado el concepto de “economía informal” es engañoso pues encubre ciertas actividades de evasión de
impuestos muchas veces creadas por las grandes empresas “formalmente establecidas”.
7
En el Perú existe la experiencia de los comedores populares autogestionarios, que son organizaciones de
mujeres de sectores urbanos populares. Cada comedor está conformado por un promedio de 25 a 30 personas
que se organizan para cocinar colectivamente de manera rotativa, producen un promedio de 130 menús (platos
de comida) diarios, con precios diferenciados de acuerdo a las condiciones económicas de cada familia, también
desarrollan actividades educativas y formativas. En Lima, capital del Perú existen 1,800 de estos comedores
autogestionarios y a nivel nacional 10,000. Se han organizado en “Centrales zonales”y se han federado en la
Federación de Centrales de Comedores Populares Autogestionarios y Afines de Lima y Callao. Posteriormente
han creado pequeñas y micro empresas desde su red social y han logrado la dación de la Ley No.25307 de
promoción de las organizaciones sociales de base.
8
De ahí la importancia de la formación ética para las actividades de economía solidaria.
9
Ortiz, Humberto: Economía solidaria, participación y desarrollo local en América Latina y el Perú, artículo
presentado a evento CUT.
6
6
El cómo las actividades de economía solidaria se interrelacionan entre sí y con otras actividades no
necesariamente de economía solidaria para desarrollar diversas formas de intercambio en las cuales
crecientemente se vayan viviendo los valores de justicia y solidaridad. Se trata por lo tanto de diversas
interrelaciones producción-comercio-consumo-servicios generales-tecnología-finanzas y los grados
de eslabonamiento que establecen entre ellas motivadas por el valor de la solidaridad. Este es el plano
de la aplicación del concepto de la economía solidaria al desarrollo local y regional.
La economía solidaria pone en juego también un proceso de desarrollo también Solidario: en la
medida que la opción por el desarrollo ponga en juego decisiones éticas basadas en la
corresponsabilidad, la ayuda mutua, y la preocupación y acción solidaria con los más pobres. En este
caso entendemos por desarrollo al proceso por el cual las personas y comunidades van mejorando sus
niveles de vida tanto en cantidad como en calidad de vida10.
El desarrollo de comunidades, pueblos y naciones implica la ayuda mutua de todos y todas los/las que
les conforman, sea cual fuere su raza, credo o posición en la sociedad.
Es necesario proponer caminos nuevos desde las economías locales y regionales, que se articulen
crecientemente y generen un nuevo proceso de desarrollo solidario.
Es posible trazar en cada distrito, provincia o región una estrategia basada en la potenciación de los
circuitos de intercambio desde la economía solidaria entre los sectores de Producción (P), Comercio
©, Servicios (S), Consumo ( C ), Finanzas (F), entidades locales de tecnología (T) tales como los
centros de estudios ocupacionales, tecnológicos o las propias universidades así como los gobiernos
locales y regionales para el desarrollo de las economías locales.
Ejemplos serían programas de ahorro y crédito desde entidades autogestionarias de ahorro y crédito
para el intercambio entre los productores, comerciantes y consumidores locales11.
En esta línea la puesta en marcha de programas de asentamientos industriales planificados, centros de
servicios empresariales, canastas alimentarias, medicinas básicas, centros de acopio y distribución son
ejemplos.
Paralelamente programas de mejoramiento de tecnologías locales, de capacitación en gestión
empresarial desde los institutos de tecnología local, programas de mejoramiento de rentas municipales
y de las propias inversiones municipales locales, así como programas de formalización y apoyo a la
comercialización interna y exportación.
Todo ello podrá potenciar circuitos económicos solidarios locales multi-transaccionales.
En esta estrategia será necesaria la promoción de intercambios comerciales incluso con sectores
oligopólicos y trasnacionales, a condición de que éstos desarrollen la responsabilidad social, apliquen
los códigos de ética con equidad, den cuenta de su acción social a través de balances sociales. Aquí el
rol de los sindicatos de dichas grandes empresas será de suma importancia.
Los instrumentos para lograr esto han de ser los planes integrales de Desarrollo Local y regional
articulados, negociados, concertados, implementados con una perspectiva responsable y solidaria.
Como decía SS Pablo VI, pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas, Cfr. Populorum
Progressio 20.
11
El trabajo con los consumidores reviste sustantiva importancia. Se necesita desarrollar la conciencia del
consumidor, que identifique su real capacidad de compra por pequeña que ésta sea y su opción preferencial por
los productos elaborados en la localidad, por los productores y empresarios/as de su localidad. Ello implica
también una exigencia especialmente en la calidad de los productos ofertados por productores o entidades de
servicio locales.
10
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Lo dicho podemos expresarlo en el siguiente gráfico, donde también se visualiza la necesaria
interacción de un proyecto de desarrollo solidario local/regional con el mercado (fuera de la localidad
o región), el estado (a través de sus políticas públicas), la cooperación internacional y la propia
sociedad civil más allá del ámbito regional o local.
Gráfico Nro. 1: Economía Solidaria en el espacio local o regional
SOLIDARIDAD
INTERNACIONAL
MERCADO
PRODUC
CION
CONSU
MO
FINAN
ZAS
FACTOR
“ C”
TECNO
LOGIA
ESTADO
CENTRAL,
REGIONAL, LOCAL
COMER
CIO
SERVI
CIOS
SOCIEDAD
CIVIL
Responsabilidad social
En el contexto de la globalización existe por el lado de la empresa privada una redefinición de sus
responsabilidades en el sentido que la empresa debe asumir mayores exigencias para con sus
trabajadores y para con el entorno o las comunidades sobre las cuales se asientan.
Podría decirse que un objetivo fundamental de las empresas privadas es satisfacer las necesidades de
la comunidad y la sociedad (mercado). Si no lo hacen difícilmente harán utilidades.
Para lograr estas utilidades o ganancias no pueden dejar de lado la dimensión laboral, la inversión por
mejorar la productividad de sus trabajadores, lo que implica un cambio también en el modelo
organizacional de la empresa y en sus propios presupuestos. Hoy en día las empresas buscan de sus
trabajadores la motivación, la identificación con la empresa, la transparencia, la participación, etc.
Toda actividad empresarial, sea ésta productiva, comercial o financiera genera impactos sociales. Las
empresas buscan cada vez más visualizar esos impactos en el ambiente, en el empleo, en la educación,
la salud.
En síntesis, con estabilidad social, ambiente sano, acceso al saber, al conocimiento y una nueva forma
de organización empresarial habrá impacto positivo en la productividad, en las ganancias y por ende
en la sociedad. Una empresa que funciona con estos criterios podríamos decir que está siendo una
empresa económica y socialmente responsable.
La responsabilidad social implica un compromiso ético de la empresa con la sociedad, con sus
trabajadores, con la comunidad en la que se asienta.12
12
Dr. Baltazar Caravedo
8
Desde otro punto de vista, y en un sentido más amplio podríamos decir que la sociedad civil en una
determinada localidad, región o país (y dentro de ella el sector de la empresa privada) a través de su
multiforme organicidad tiene pleno derecho de participar en las labores de diseño y evaluación del
impacto comercial, medioambiental y cultural que poseen las actividades productivas. Cuando esto no
sucede – cosa bastante frecuente – se abre la posibilidad de que una empresa expolie a una comunidad
de recursos que le pertenecen sin que ésta reciba los beneficios auténticos de esta explotación13.
Economía solidaria en las microfinanzas
La economía solidaria en las microfinanzas pone en juego los conceptos de solidaridad y
responsabilidad en la economía, lo que en resumidas cuentas se evidencia en el desarrollo del “capital
social” de las comunidades, regiones, países, etc.
Enfoque social
El “capital social” se puede definir como la capacidad de cooperar y de actuar juntos utilizando o
creando los vínculos sociales necesarios para conseguir objetivos solidarios y sostenibles comunes. El
capital social no se refiere por lo tanto únicamente a la suma de las capacidades individuales, sino a
un capital colectivo que pertenece a un determinado grupo social y que le permite garantizar su
cohesión, su permanencia y su acción. El capital social es el resultado de la interacción entre los
valores compartidos por las personas y las instituciones, así como las estructuras en que encuentran
para asemejarse a dichos valores14.
Los indicadores que permiten medir el estado del capital social pueden ser: la participación de los
clientes de la institución de microfinanzas en las decisiones, la asignación de recursos, sus
capacidades para analizar sus situaciones y para formular un proyecto, el estado de su salud,
seguridad, educación, vivienda, sus capacidades de organización, de gestión, de establecer relaciones
con el entorno administrativo y político, de negociar en el entorno técnico, para apropiarse del sistema
financiero puesto en práctica, de distinguir las medidas y decisiones buenas de las desacertadas, de
proyectarse al mediano y largo plazo, de integrar las herramientas en una dinámica territorial, etc.
Las microfinanzas solidarias: tienen como misión utilizar la herramienta financiera para conseguir un
desarrollo solidario, equitativo y sostenible. Como visión a largo plazo el aumento del capital social.
Sus competencias consisten en pensar de forma global, en poder agrupar a las personas y a los actores
en torno a la actividad financiera, en conocer las necesidades de los empresarios individuales y de las
comunidades, sean cuales fueran sus condiciones económicas y sociales, por más precarias que éstas
sean.
La actividad profesional del agente financiero solidario consiste en financiar las actividades de las
personas, en un marco de interés general, velando por el respeto al capital social, tendiendo en cuenta
que las microfinanzas solidarias actúan en un entorno de pobreza, de exclusión o de dificultad en el
acceso a los servicios financieros.
Los vínculos sociales constituyen un aspecto de suma importancia para la integración e inserción
duradera en la sociedad y en la economía de los gripos y personas más débiles. Los vínculos sociales
permiten integrar a los más débiles o a las personas debilitadas económicamente de forma temporal.
Al establecer auténticas cadenas de solidaridad, estas personas son, o vuelven a ser, actores.
Las microfinanzas solidarias consideran que las finanzas son una herramienta eficaz, pero al servicio
del desarrollo humano y social. Al situar a los personas y a sus vínculos sociales en el centro de su
misión, las microfinanzas actuarán en función de los contextos y de los entornos, que intentará
13
Dr. Rodrigo Guerra.
Fundación Charles Léopold Mayer - Alianza, “Cuaderno de propuestas para el siglo XXI Finanzas
Solidarias”. CPP 39 ter, Paris 2001, p9.
14
9
conocer profundidad, para servirlos y valorarlos más. El impacto en el capital social y en la
autonomía de sus clientes, lo que, a su vez tendrá un impacto en la permanencia de este tipo de
institución.
“La caja es una institución financiera que sirve de medio para el desarrollo. No es un fin en sí mismo.
Así se puede dar oportunidad a aquellos proyectos con recursos limitados y de perspectivas no
seguras, es un análisis que sobrepasa el financiero (no se centra en buscar debilidades, carencias o
problemas). Se tiene en cuenta el conocimiento y la fe en el empresariado colectivo, la pericia
particular sobre el financiamiento y la relación con las redes afines donde las áreas de acción son:
sindical, cooperativa, comunitaria y cultural”15.
“Las cajas populares de Desjardins tienen como objetivo contribuir con el bienestar económico y
social vía el desarrollo de una red cooperativa de servicios financieros asegurados y rentables
haciendo la educación en la democracia, la solidaridad, la responsabilidad individual y colectiva”16.
“Al otorgar el préstamo, el Banco debe no sólo ver la capacidad de pago del cliente, sino también su
margen para solidarizarse con los miembros del grupo (Bancosol, Bolivia)”17.
“El objetivo de la Caja Laboral era vía el crédito impulsar el desarrollo cooperativo y en general el
desarrollo de las empresas de economía social fuera del área de Mondragón. Para esto último se crea
una unidad técnica de apoyo y orientación llamada la División Empresarial de la Caja Laboral
(Mondragón)”18.
“Para contribuir al desarrollo debe: (i) ampliar su base social teniendo más presencia en la comunidad
con planificación para el crecimiento de acuerdo con la capacidad técnica y económica de la
cooperativa, (ii) establecer mecanismos para mantener contacto con los socios y saber sus necesidades
(estadísticas e investigación y desarrollo), (iii) buscar que los servicios financieros mejoren el nivel
económico, social y cultural de individual y comunitario, (iv) impulsar la provisión de servicios no
financieros a entidades especializadas para ello y (v) costo de la provisión del servicio razonable de
acuerdo a la eficiencia (no subsidios)”.(Fenacrep)19
Eficiencia económico-financiera
Para el fortalecimiento financiero se deberá: (i) movilizar el ahorro de tal manera que las
microfinanzas se autofinancien vía el ahorro interno (del sector no microfinanciero incluso),
excedentes, fortaleciendo sus reservas y provisiones; (ii) manejar la liquidez evitando la morosidad
con un adecuado nivel de encaje; (iii) mejorar la calidad de los activos fortaleciendo el análisis de
créditos, inversiones y diversificando más su cartera; (iv) mejorar eficiencia reduciendo los gastos de
intermediación al mínimo posible; (v) mejorar la rentabilidad, para lo cual deberá tener un cartera
sana, reducir los costos y los precios (tasas de interés y comisiones) de los servicios; (vi) usar tasas de
interés reales y no subsidiadas, pero justas (vii) alcanzar los resultados económicos necesarios para
mantener de poder adquisitivo de las aportaciones de los socios pagando un dividendo atractivo para
los inversionistas (en caso sea una coopertiva de ahorro y crédito o una sociedad comercial) y (viii)
tomar provisiones adecuadas tomando en cuenta una evaluación real del riesgo.
Guimond, Clément, “Caja de economía de los trabajadores y trabajadoras del Québec” en en Globalización
de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p192-194.
16
Arsenault, Raymond, “Reseña histórica del movimiento Desjardins” en Globalización de la solidaridad un
reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p123.
17
Galdo, Javier “Banco Solidario S.A.” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP:
Lima, 1998, p116.
18
Larrañaga, Jesús “Caja Laboral” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima,
1998, p109.
19
Romo, Marco “FENACREP: estrategias para el desarrollo” en Globalización de la solidaridad un reto para
todos. CES y CEP: Lima, 1998, p150-154.
15
10
Desarrollo de capacidades profesionales
Política de recursos humanos: (i) promover e invertir en la formación y perfeccionamiento profesional
permanente del personal de la entidad de microfinanzas, (ii) establecer criterios técnicos para la
selección del personal, (iii) programas educativos permanentes para los socios, dirigentes y la
comunidad en general y (iv) pagar salarios justos competitivos teniendo en cuenta la productividad, la
calidad del trabajo, el logro de metas y la fidelidad
Cercanía y Control de la organización por sus asociados
“La configuración jurídica de la caja: alta participación del personal interesado en su éxito (4
miembros del Consejo Rector) y el control de la institución por parte de las Cooperativas socias (8
miembros). Esta configuración permite que se busquen opciones de potenciamiento de carácter
comunitario antes que el personal”20 (Mondragón).
Especialización y trabajo en redes
Lo que podemos inferir de las siguientes experiencias relevantes de finanzas solidarias que
desarrollaron esta experiencia:
“La MMC es el nuevo modelo de integración donde la función financiera se separa de la empresarial
porque, entre otras razones, la seguridad financiera requiere de una alta dispersión de los negocios.
Esto permite que las Cooperativas se puedan organizar en sectores por tecnología-producto buscando
mayor tamaño y dimensión competitiva en el actual contexto global”21.... “Actualmente la Caja
Laboral no es la unidad más importante pero fue una pieza fundamental para el desarrollo
Cooperativo pues cumplió con dos funciones: la financiera y la de promoción empresarial.
(Mondragón)”22
“Cajas populares. Estas se agruparon en uniones (federaciones hoy) y a su vez estas se agrupan para
formar una federación provincial (la actual Confederación) que asume la inspección de las cajas
(Desjardins). La Federación comienza a crear instituciones que ofrecen servicios complementarios al
ahorro y al crédito (los seguros)”.23
Incidencia en el entorno socio-económico y político
Interacción con los gobiernos, donde las instituciones de microfinanzas debe adoptar estrategias para
tener un mayor acceso a los centros de decisión, se debe buscar que se apliquen leyes que no las
enmarquen en un contexto desventajoso y políticas macroeconómicas adecuadas (inflación, déficit
fiscal, etc.) que den un entorno favorable a su desempeño.
“ (Impulsar el)...macroinflujo que es la presencia activa de la fundación en espacios de decisión social
para promover ideas y acciones a favor de los más pobres”24.
Solidaridad internacional
El DID (Desarrollo Internacional Desjardins) está presente en 25 países repartidos en los 4
continentes que busca impulsar las empresas cooperativas o asociativas entre ellas: cooperativas de
ahorro y crédito, de comercialización agrícolas y ganadería, de suministros, federaciones
Larrañaga, Jesús Op. Cit. p108.
Ibid, p111.
22 Ibid, p112.
23
Arsenault, Raymond, Op. Cit. p120-121.
24
Querubín, Maria Eugenia, “Fundación Social” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y
CEP: Lima, 1998, p166.
20
21
11
cooperativas, sociedades de financiamiento, pequeñas empresas, ONG y organismos paraestatales
(Desjardins)25.
Método de intervención26
Lo anteriormente dicho nos lleva a configurar un método de intervención que tenga en cuenta la
solidaridad y los lazos sociales que existen entre las personas, valorarlos en la organización,
integrarlos, reforzarlos en sus identidades propias, en vistas a ganar la confianza y crear un ambiente
de convivencia y seguridad recíproca.
Para mantener la eficacia, es esencial la existencia de mecanismos permanentes de atención al cliente
y de verificación de su satisfacción.
Además de estar cerca de sus clientes, es necesario disponer de un método de gestión riguroso, eficaz
y transparente: deben poder realizarse compromisos financieros, tanto en términos de facilidad de
reintegro de los depósitos, como de acceso a tiempo y con un importe suficiente a los créditos.
Los métodos que privilegian la formación y la información refuerzan la confianza y optimizan el
capital social.
Productos financieros
Tales como: (i) el ahorro voluntario, flexible, accesible y protegido, por su gran impacto en la
creación de vínculos sociales; (ii) en cuanto al crédito, la posibilidad de fijar libremente la cantidad, la
duración y los plazos de reembolso (iii) los clientes consideran que los distintos productos
aseguradores, como el seguro de defunción, o el seguro de enfermedad refuerzan los vínculos
sociales, ya que hacen que las personas cercanas a ellos no tengan que soportar gastos que quizás no
puedan afrontar; y (iv) en esta misma línea, los fondos de garantía común a los que se puede suscribir
los prestatarios con menos gastos, que permiten que la carga de los impagos temporales no recaiga
sobre los avalistas.
Eficacia
La eficacia de una institución de microfinanzas solidarias puede definirse como su capacidad de
proporcionar servicios y productos adaptados que tienen un impacto positivo sobre los beneficios. La
eficacia de estos programas se debe a la proximidad respecto a los clientes, la calidad de los servicios
que proponen, la posibilidad de evaluar la adecuación de los servicios propuestos y las necesidades de
los clientes, etc.
Por lo tanto, se produce una correlación directa entre eficacia y el hecho de tener en cuenta los
vínculos sociales. Así, los vínculos solidarios ganan en eficiencia porque tienen en consideración las
situaciones sociales existentes.
La valoración del capital social en las microfinanzas proporciona una gran valor añadido en términos
de eficacia: (i) para la institución de microfinanzas ya que disminuye los costes de transacciones y
refuerza la permanencia de la institución; y (ii) para los clientes ya que reduce las distancias entre el
anonimato de la “banca” y la cultura de los clientes más pobres. Aumenta la información, desarrolla
las competencias mediante los intercambios y favorece la participación.
Rentabilidad
25
26
Arsenault, Raymond, Op. Cit. p125-126.
Fundación Charles Léopold Mayer – Alianza, Op. Cit. p 11-15.
12
La integración de los vínculos sociales en los programas de microfinanzas genera a la vez ahorros y
costos suplementarios.
Aumento del costo ligado a los vínculos sociales: (i) costos ligados a la formación de grupos
(formación al desarrollo de grupos, desarrollo personal, formación no convencional); (ii) costos
ligados a la evaluación de los vínculos sociales; y (iii) costos ligados a tener en cuenta los vínculos
sociales. Será necesario evaluar el tiempo que habrá que dedicar a cada cliente y compararlo con el
número de clientes por agente de crédito.
Reducción delos costos ligados a los vínculos sociales: (i) mejora la calidad de la cartera; (ii)
fidelización de clientes; (iii) participación de los clientes en el seguimiento; (iv) posibilidad de ahorro
con menos costos; (v) disciplina de reembolso debido a la apropiación; y (vi) aumento de la
productividad de los agentes de crédito, debido a la formación de los clientes y de los grupos.
Debido a ello, los costos de la institución sólo disminuirán en un segundo momento o bien pueden
asumirse alianzas estratégicas para compartir y minimizar estos costos, pero sin dejar la agenda de la
economía solidaria por fuera de la institución de microfinanzas.
Permanencia
Las finanzas solidarias, aparte de sus particularidades, deben hacer frente a costos adicionales, por lo
que necesitan encontrar los medios de financiarlas especialmente durante los primeros años de
existencia.
Diferenciar entre costos puntuales de los operativos. Los costos puntuales pueden ser más fácilmente
financiados por inversionistas externos también puntuales. Los costos operativos deben encontrar
formas de financiación permanente.
Se pueden hacer cargo de los costes operativos los: (i) clientes o los grupos, sin cargar costos
excesivamente elevados a los clientes para los que los servicios financieros dejarían de ser viables
económicamente; y (ii) prestamistas públicos o privados. Posibilidad de crear fondos nacionales
respaldados por los prestamistas.
Actores y estrategias
Los actores son los clientes y/o socios, las instituciones de microfinanzas como tales, los gobiernos y
los prestamistas.
Los clientes y/o socios
Los clientes y/o socios y las comunidades de base por sí solas, a escala individual o en grupos, pueden
reforzar los vínculos sociales formulando claramente sus objetivos, aspiraciones y valores,
reclamando sus derechos y rechazando las relaciones de instrumentalización.
Las instituciones de microfinanzas
Los promotores o los agentes de crédito de las instituciones de microfinanzas pueden reforzar los
vínculos sociales para facilitar los procesos de desarrollo de los grupos, fomentando que las
comunidades y los grupos analicen su situación, ayudándoles a llegar a conclusiones y a poner en
práctica sus decisiones, ofreciéndoles a los grupos oportunidades de realizar intercambios o de
interacción.
La dirección de las instituciones de microfinanzas , puede reforzar los vínculos sociales reforzando las
capacidades del persona, concibiendo programas que apoyen las aspiraciones de los grupos y de las
comunidades y proporcionando recursos para el desarrollo de los grupos.
13
Las redes nacionales de instituciones de microfinanzas, reforzando los vínculos sociales favoreciendo
mesas de trabajo.
Desarrollar estrategias específicas según sea el caso:
- Donde los vínculos sociales aún permanecen vivos y fuertes, reforzarlos de modo que permanezcan
vivos y sirvan de red social a la población.
- Donde los vínculos sociales han sido destruidos
En las regiones que ha castigado duramente la guerra civil, donde las dictaduras han destruido
conscientemente toda forma de organización básica entre las personas e incluso la confianza en el
seno de una familia.
En estos contextos, las instituciones microfinancieras deben conocer mejor el medio en el que viven
sus clientes, las relaciones preexistentes entre la gente, los medios, las barreras y los modos de vida.
Deben tener en cuenta estos factores para concebir un sistema que se adapte a este contexto: deben
desterrarse los modelos “préstamo al portador”, los productos estandarizados y las formas de
organización en las que deben encajar todos los clientes.
Deberá realizarse un enfoque de investigación - acción para encontrar, de forma progresiva y junto
con las personas, formas de funcionamiento que puedan devolver poco a poco la confianza en uno
mismo y en los demás. Se debe asumir responsabilidades, encontrar los valores de los bienes comunes
y del servicio a la colectividad.
- Donde los vínculos sociales se atenúan y son frágiles
Deben intentar encontrar los indicios de estas solidaridades, las organizaciones que más contengan
estos valores, los valores concretos que las sostengan. Deben tenerlas en cuenta en la concepción de
sus modelos y de sus productos para fomentarlas, revalorizarlas y para que constituyan la base del
dinamismo social y económico sobre el que las microfinanzas puedan contribuir de forma útil.
Los gobiernos y los prestamistas
Pueden apoyar a estas instituciones los gobiernos y prestamistas: (i) integrando el refuerzo de los
vínculos sociales en su política de apoyo al sector..Valorar y recoger las “buenas prácticas” y velar
porque las instituciones que ellos apoyan los respeten; (ii) traduciendo estas prácticas en indicadores
de resultados, en términos de refuerzo de los vínculos sociales respetando la autonomía; (iii)
Reconociendo y valorando las microfinanzas solidarias; y (iv) puesta en práctica de un fondo nacional
a favor de las microfinanzas solidarias. Estos fondos, respaldados por el Estado, por los prestamistas
de fondos públicos y privados preocupados por los vínculos sociales y las instituciones
microfinancieras afectadas, servirán para financiar este costo adicional. Publicará cada año la lista de
las instituciones más respetuosas y más innovadoras en el refuerzo de los vínculos sociales.
Los prestamistas y las instituciones de apoyo
Proporcionándoles una asistencia financiera y técnica y promoviendo la formación de capital social.
La evaluación de los costos y de los beneficios proporcionará una visión general más completa.
Responsabilidad social en las microfinanzas
Reconocimiento de que los vínculos sociales constituyen el capital social y la seguridad de la
población vulnerable y desfavorecida.
14
Al servir a esta población y reforzar los vínculos sociales en torno a ellas, las instituciones de
microfinanzas participan en una misión de interés público.
El refuerzo de los vínculos sociales requiere una atención especial en la identificación de los clientes,
en el reconocimiento de la solidaridad existente en su entorno, en el hecho de tener en cuenta estos
factores en la concepción de los servicios y de los productos que les proporcionarán, en el
seguimiento de los impactos de los servicios financieros y no financieros en los vínculos sociales.
Estas son las razones por las que son necesarios el reconocimiento y el apoyo y la premiación a las
buenas prácticas de responsabilidad social.
Desde la Doctrina Social de la Iglesia
Principios claves que se destacan de la Doctrina Social Católica (DSC)27 aplicables a las
microfinanzas
Opción preferencial por los pobres: “los miembros de la sociedad con más necesidad son los que
requieren más atención”. Enfoque de servicio a la mujer. “Papel primordial de las mujeres. El objetivo
de este esfuerzo deberá entrar a formar parte de un marco mucho más ambicioso, a saber: promover la
condición social de las mujeres en los países pobres, abriéndoles un mejor acceso a los cuidados de
salud, a la formación y también al crédito”28.
La dignidad humana: La dignidad es un derecho inalienable de las personas que se nos ha otorgado
por el simple hecho de ser humanos29.
La comunidad: Los seres humanos sólo pueden lograr el éxito y plena dignidad cuando viven en
comunidad. La gente ve la dignidad individual y la equidad expresadas y confirmadas en las
situaciones y relaciones sociales; por ejemplo, en cómo ellas son tratadas por la sociedad, por su
comunidad, y por cada una de las personas30.
La participación como una presencia proporcionada y responsable de todos los miembros a la vida
social, el la línea de construir una nueva convivencia humana31.
En microfinanzas se promueven los grupos, los bancos comunales, los bancos Grameen y los
préstamos a los grupos solidarios, vinculando a los individuos entre sí y a sus comunidades.
Derechos y Responsabilidades: La DSC entiende a “los derechos humanos como reclamos morales
que cada persona puede hacer sobre una variedad de bienes y necesidades dada su dignidad
humana”32. El derecho a vivir y los derechos económicos se refieren, dentro de la Doctrina Social de
la Iglesia (DSI), al derecho a un trabajo digno y otros derechos.
Bien común: es el conjunto de condiciones necesarias –económicas, políticas, materiales y culturalesque permiten a las personas alcanzar su dignidad humana y su potencial como seres humanos. Se
busca el bien común cuando se preservan y promueven los derechos de la persona. Su rol está ligado a
las estructuras sociales más amplias.
Wilson, Kim “Práctica de los Principios en Microfinanzas” CRS Microfinance Unit: Baltimore, 2000, p15-20.
y de Anima a la finanza
28
Pontificio Consejo Cor Unun, “El hambre en el mundo. Un reto para todos: el desarrollo solidario” Editorial
Salesiana: Lima, 1997,p42-43.
29
CRS, “The CRS Summary of Catholic Social Teaching”. CRS:Baltimore, 1997, p 2.
30
Resumido de CRS, “The CRS Summary of Catholic Social Teaching”… p 4.
31
Centro de Información y Formación Guiseppe Toniolo, “Realizar lo imposible: Dar un alma a las finanzas”.
Pastoral Social de la Diócesis de Padua, Gregoriana Editrice:Casalserugo, abril 1999, p28.
32
Ibid, p 3.
27
15
Subsidiaridad:, evitar asignar a una asociación más grande o de más alta jerarquía lo que una
organización más pequeña puede hacer33. Es un grave error quitarle a los individuos lo que pueden
lograr por su propia iniciativa. Se debe trabajar con socios locales.
Solidaridad: Reconocer a cada persona como parte de la familia humana –sin importar las diferencias
étnicas, nacionales, económicas, políticas, ideológicas, de raza o género. Esto nos llama a reconocer la
dignidad de cada individuo, no solamente con nuestras palabras, sino expresando un respeto total por
la dignidad de esa persona o grupo con nuestras acciones diarias –tenemos que ver y entender a los
demás como hermanos y hermanas de los cuales somos responsables34. Actuamos respetando la
conexión entre la actitud empresarial de nuestros clientes y nuestra propia perspectiva como
profesionales financieros. Una solidaridad preferencial hacia los clientes más pobres proveyéndoles
servicios profesionales adecuados.
Uso adecuado de los recursos: se basa en el principio de responsabilidad y estrictamente ligado al
bien común. Como personas individuales de la comunidad humana, se nos llama a respetar y
compartir con justicia los recursos de la tierra, de manera que se satisfagan las necesidades de todos.
Los recursos del mundo se ven reflejados en la gran cantidad de bienes que se encuentran en la
sociedad, bienes que pretenden ser para el beneficio de todas las personas35.
En los Documentos de la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano (Santo Domingo) y
también la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Aparecida se retoma la valoración de la
economía solidaria.
- Apoyar y estimular las organizaciones de economía solidaria con las cuales nuestros pueblos tratan
de responder a las angustiosas situaciones de pobreza (SD 181).
- Constatar que la economía informal obedece a una necesidad de sobrevivencia, aunque sea
susceptible de naufragio en caso de enfermedades, inflación, etc. Los laicos han de influir para que el
Estado logre una mayor estabilidad de las políticas económicas, elimine la corrupción administrativa
y aumente la descentralización administrativa, económica y educacional (SD 202).
Dice el Padre Mateo Garr SJ, “Primero es Dios solidario con nosotros: Si la solidaridad es una
expresión del amor, entonces, lo que decimos acerca del amor también podemos afirmar acerca de la
solidaridad. Por lo tanto, es cierto que ... no somos nosotros los que hemos amado a Dios sino él nos
amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados en esto está el amor (I Juan 4,
10)... entonces, también podemos profesar que Dios ha sido solidario con nosotros y por lo tanto
debemos ser solidarios los unos con los otros. Como dice el teólogo moral Tony Mifsud, SJ., en su
artículo, “La cultura de la solidaridad como proyecto ético” (1997) .... La solidaridad divina se revela
como un estar con (compartir) y ser para (don de sí mismo)”36 ...
En Santo Domingo y también en Aparecida, siguiendo la línea de pensamiento de prácticamente todas
las Conferencias Episcopales previas, los obispos criticaron el individualismo del economía
dominante y en las últimas Conferencias propusieron la creación de una economía de la solidaridad
que tendría las siguientes características:
... Sentar las bases de una economía solidaria, real y eficiente, sin olvidar la correspondiente
creación de los modelos socio-económicos a nivel local y nacional. Fomentar la búsqueda e
implementación de los modelos socio-económicos que conyuguen la libre iniciativa, la creatividad de
personas y grupos, la función moderadora del Estado, sin dejar de dar atención especial a los
“Quadragessimo Anno (Después de Cuarenta años): sobre la construcción social”. Encíclica del Papa Pío Xi
promulgado el 15 de mayo, 1931.
34
CRS, Op cit p 8.
35
Ibid, p 10.
36
P. Mateo Garr, Solidaridad en la DSI, Lima.
33
16
sectores más necesitados. Todo esto, orientado a la realización de una economía de la solidaridad y
la participación, expresada en diversas formas de propiedad (SDs 201). Frente a la “globalización de
la economía” la Iglesia en América Latina y el Caribe, desde su propia práctica, propone una
“globalización de la solidaridad”.
En el documento: “El Hambre en el mundo; un reto para todos: el Desarrollo Solidario”, Pontificio
Consejo Cor Unum:
El desarrollo del bien común37 implica justicia social, respeto al destino universal de los bienes de la
tierra, práctica de la solidaridad y de la subsidiariedad, la paz y del respeto por la creación.
“Será necesario abandonar una mentalidad que considera a los pobres –personas y pueblos- como un
fardo o como molestos e importunos, ávidos de consumir lo que otros han producido.. La promoción
de los pobres es una gran ocasión para el crecimiento moral, cultural incluso económico de la
humanidad entera”38.
“El acceso al crédito. Uno de los grandes logros de las ONGs ha sido el de facilitar los pobres acceso
al crédito39. Se está transformando en una práctica de vanguardia y puede ayudar a que una economía
informal de subsistencia se encamine hacia la constitución de un verdadero tejido económico básico.
Todavía está muy lejos de aumentar de manera significativa el nivel del Producto Nacional Bruto,
pero la importancia del fenómeno radica también en lo que éste significa y prepara. Sosteniendo las
iniciativas comunitarias y creyendo en los asociados locales, se evita que persista un esquema de
asistencia; así se establecen poco a poco las bases de un desarrollo de un desarrollo integral40.”41
Las instituciones internacionales deben hacer presión, igualmente, en el gobierno, para que todas las
categorías sociales puedan participar en el esfuerzo común. De lo contrario, el país no podrá tomar el
camino del bien común y de la justicia social, tan difícil de salvaguardar, por su misma fragilidad, en
esas circunstancias.
“Todos somos solidariamente responsables de las poblaciones subalimentadas (...) igualmente, hay
que formar las conciencias al sentido de responsabilidad que incumbe a todos y a cada uno,
especialmente a los más favorecidos”42.
Los organismos internacionales deben poner en práctica una verdadera coparticipación con los
grupos a los cuales ayudan. Así nace una solidaridad fraterna en el diálogo, la mutua confianza y la
escucha respetuosa.
En este campo tan delicado de la coparticipación, el Papa Juan Pablo II ha querido dar un signo de su
especial interés a través de la Fundación “Juan Pablo II para el Sahel”, cuyo objetivo es la lucha
contra la desertificación en los países del sur de Sahara; y de la Fundación Latina “Populorum
Progressio” a favor de los más desprovistos de América Latina, administradas autónomamente por la
Iglesias locales de sus respectivas regiones.
Rectitud y justicia en la economía. Para responder a esta oposición entre mercado y justicia, la
enseñanza social de la Iglesia procura profundizar en la noción de justo precio43 que toma del
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1996, donde se encuentra la definición de “bien común” tomada de GS
26, 1: “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus
miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección”.
38
Juan Pablo II, Carta Encíclica Centimus annus (1991), n 28, l.c. 828
39
PNUD Rapport Mondial sur le développement humain, 1990, Economica Paris p31
40
IFAD (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), The role of rural Projects in Reaching the Poor, RomeOxford 1985
41
Pontificio Consejo Cor Unun, Op. Cit., p42.
42
Juan XXIII, Carta Encíclica Mater et magistra (1961), cap. III, AAS 53 (1961) 8, 440.
37
17
pensamiento escolático, refiriéndola no sólo al criterio de justicia conmutativa, sino más ampliamente
al criterio de justicia social, es decir, al conjunto de derechos y deberes de la personas humana.
Una responsabilidad personal que se limite simplemente a la ley civil no es suficiente, pues implica,
en muchos caso, “la abdicación de la conciencia moral”44.
Por lo tanto, el carácter justo o injusto del precio está, en cierta forma, “en nuestras manos”: las del
productor y las del inversionista, las del consumidor y las del responsable de tomar las decisiones
públicas45.
Responsabilidad social y Doctrina social de la Iglesia.
La empresa en la DSI es concebida como comunidad de personas que posee un doble bien a
perseguir: generación y distribución de riqueza… y la comunidad en sí misma considerada…
Cuando una empresa da beneficios significa que los factores productivos han sido utilizados
adecuadamente y que las correspondientes necesidades humanas han sido satisfechas debidamente.
Sin embargo, los beneficios no son el único índice de las condiciones de la empresa. Es posible que
los balances económicos sean correctos y que al mismo tiempo los hombres, que constituyen el
patrimonio más valioso de la empresa, sean humillados y ofendidos en su dignidad. Además de ser
moralmente inadmisible, esto no puede menos de tener reflejos negativos para el futuro, hasta para la
eficiencia económica de la empresa.46
Una organización del trabajo inspirada en la DSI tiene un enfoque centrado en la persona
permanente. Por ello, busca de manera primaria la transformación positiva de las personas al
momento de generar valor agregado en la producción, en el marketing, en la comercialización, etc.
Por ejemplo, es importante en estos asuntos dejar clara la distinción entre el “enfoque al cliente” y el
“enfoque centrado en la persona”. El primero contempla a la persona en cuanto consumidor. El
segundo evalúa y considera a la persona en cuanto ser máximamente valioso. Los cristianos tenemos
que colaborar a que el enfoque de centralidad de la persona prevalezca en toda la dinámica laboral.
Solo así, por ejemplo, se puede ser responsable también de la sociedad y el medio-ambiente que le
proveen47.
Gráfico Nro. 2: Hacia un enfoque holístico de las microfinanzas solidarias
La reflexión sobre el justo precio nos remite a la reflexión sobre la justa tasa de interés. Considerando a la tasa
de interés como el costo del crédito para el usuario(a).
44
Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelim vitae (1995), n69, ASS 87 (1995) 5, 481.
45
Cor Unum, Op. cit, p63.
46
Juan Pablo II, Centesimus annus, n. 35.
47
Dr. Rodrigo Guerra.
43
Hacia un enfoque holístico de las finanzas solidarias
18
Economía
Solidaria en las
microfinanzas
(Centralidad de
la persona
humana)
Enfoque de
desarrollo local
solidario
(Centralidad de
la comunidad)
Entidad de
Microfinanzas
(funcionamiento
con enfoque de
ES)
Economía
Solidaria en
Cooperación
Internacional
Macro influjo:
Sector Público y
Privado
Con este gráfico pretendemos exponer el enfoque holísitico de las microfinanzas solidarias teniendo
en cuenta los marcos conceptuales de las microfinanzas y la economía solidaria.
Un lugar central corresponde a la entidad de microfinanzas estableciendo un servicio eficiente para
sus destinatarios o usuarios (centralidad de la persona humana).
La articulación de las microfinanzas solidarias con la economía local a fin de promover procesos de
desarrollo en la localidad que sean a su vez fuente de permanencia de la propia entidad financiera
local (circuitos económicos, sociales, culturales solidarios).
El nivel macro o bien del “macro influjo” a fin de lograr políticas públicas favorables al desarrollo de
las microfinanzas solidarias, como también el compromiso de empresas privadas desde el enfoque de
la responsabilidad social.
La interrelación con la cooperación internacional y aún con los inversionistas para, desde el enfoque
de la solidaridad y la responsabilidad social, actuar favorablemente en un marco de globalización que
afiance las articulaciones económicas y financieras Norte-Sur, Sur-Sur.
Conclusiones
1.
Se evidencia la necesidad de trabajar, para las microfinanzas solidarias (y no sólo las
microfinanzas “a secas”), en los 4 niveles señalados: el de la institución de microfinanzas como tal, el
de la interrelación con la economía local en la perspectiva del desarrollo local, el del macro influjo o
de incidencia en las políticas públicas e interacción con el sector privado vía el trabajo de redes, y el
nivel internacional en el replanteo hacia una nueva cooperación solidaria internacional en este terreno
así como en el de las inversiones.
2.
En la búsqueda de modelos sostenibles de microfinanzas solidarias se ve la necesidad de
combinar óptimamente la proximidad a la persona humana del cliente o socio de la misma con el
nivel de escala (local, regional, nacional). Los modelos de escala que combinan un nivel central con
sucursales son los que van presentando mejores indicadores de encaminarse hacia la autosuficiencia
operativa y financiera. El desafío es no perder el contacto humano con el cliente, lo cual podría
lograrse en la medida que el enfoque a la persona esté siempre presente en la entidad de
19
microfinanzas y el apoyo que a ese nivel puedan dar los servicios no financieros. En este sentido el
modelo de Cooperativa de Ahorro y Crédito puede responder mejor a esta filosofía que el de una
sociedad anónima, aunque esto no excluye la posibilidad de sociedades anónimas también, pero con
un enfoque de responsabilidad social y proximidad al cliente.
3.
En ese sentido parece razonable separar funcionalmente y más aún a nivel de personería
jurídica los servicios no financieros de los financieros. Pero para ello una garantía debe ser que la
entidad sin fin lucrativo sea socia principal de la entidad de microfinanzas y que establezca con ella
una relación de asocio y cooperación duradera. Supuestamente una Cooperativa de Ahorro y Crédito,
a través del Comité de Educación podría asumir esta tarea de los servicios no financieros, pero la
experiencia práctica va demostrando que le es muy difícil seguir el campo no financiero con
continuidad. En este sentido y aún siendo el caso de una Cooperativa de Ahorro y Crédito, podría
establecer convenios con entidades especializadas para cubrir dicho rubro.
4.
Si bien en varias redacciones de la “Misión” de las entidades de microfinanzas se deja pasar
la idea que las microfinanzas no son un fin en sí mismo sino un medio, éste concepto necesita de ser
definido y asumido claramente. Sin perder eficiencia, el desafío permanente de la entidad de
microfinanzas para trabajar en un enfoque de economía solidaria será como potenciar
permanentemente el desarrollo de capacidades y acceso a oportunidades de sus usuarios como
también el fortalecimiento de los vínculos sociales y culturales con su comunidad. Si bien el servicio
no financiero podría tener más información y seguimiento sobre estos aspectos, ello no elimina la
necesidad de que la propia entidad de microfinanzas a nivel de su personal, tenga acciones de
sensibilización y capacitación como también indicadores de desempeño que puedan medir qué tanto
esta dimensión viene siendo trabajada.
5.
Los beneficiarios principales de las entidades de microfinanzas son personas que tienen
actividades que les generan ingresos de subsistencia o de acumulación simple en el sector
principalmente urbano. El desafío sigue siendo la llegada a sectores más empobrecidos. Un camino
desde las finanzas a mediano plazo podría ser aumentar el volumen de operaciones eficientes para,
una vez logrados los niveles de autosuficiencia, proyectar la posibilidad de la reducción de la tasa de
interés y “bajar” un peldaño más en la pirámide empresarial o bien, desde las actividades no
financieras desarrollar programas de promoción dirigidas a los más pobres financiadas (parcialmente
en un inicio) con los excedentes de la entidad financiera, actividades que podrían considerar la puesta
en escena de fondos de promoción con intereses aún más bajos, pero con sistemas de asistencia
técnica, empresarial y ética que permita involucrar a dichos sectores poblacionales en actividades con
potencial de desarrollo desde sus localidades.
6.
Por otro lado y en la línea de los clientes, varias de las entidades de microfinanzas logran
captar directamente ahorros de sus usuarios, y no están intermediados por una “cuenta interna” que
podría interrumpir el proceso ahorro-crédito. Ciertamente son entidades de corte cooperativo que
realizan préstamos individuales (podrían también realizar préstamos colectivos). En todo caso y por
ejemplo en la metodología de los bancos comunales, habría que plantear estrategias para que los
recursos de ahorros puedan ser movilizados por la entidad de microfinanzas solidarias. Esa sería ya
una expresión de la economía solidaria. Es también conveniente ampliar los servicios financieros a los
consumidores lo que permitiría captar ahorros y ampliar las colocaciones y desarrollar el sentido de
solidaridad del cliente consumidor con el cliente microempresario.
7.
La discusión sobre la tasa de interés no debe ser un “tabú”. No bastaría decir solamente que
no se puede bajar más por razones de costos, riesgos o condicionamientos del mercado, más aún dado
el contexto de crisis internacional y la propia competitividad que existe entre las propias entidades de
microfinanzas. De hecho ya los niveles de competitividad en el sector plantean esta posibilidad en el
corto plazo. Pero más que hacerlo de manera “reactiva” (bajar la tasa por no haber más remedio),
hacerlo de manera pro-activa a través de una reflexión técnica y social sobre el asunto, también
participativa. Lo importante es que se logren tasas de interés reales positivas, lo cual es menos difícil
en coyunturas de baja inflación.
20
8.
Se evidencia que la agenda del impacto en la economía de los usuarios como también el
desempeño en su entorno local (economía local, ejercicio ciudadano) escapa al seguimiento de las
entidades de microfinanzas por lo general, lo cual es comprensible tomando en cuenta la prioridad
creciente que le vienen dando principalmente a los servicios financieros. Esto es una gran limitante
pues corta la posibilidad de enriquecer cualitativamente las experiencias evidenciando los impactos en
la comunidad y en la vida pública de la misma. Si bien la entidad de servicios no financieros debería
tener este seguimiento como una de sus prioridades, eso no quita que los logros a este nivel se vean
reflejados en los balances sociales de las entidades de microfinanzas solidarias y sean conocidas por
el personal de la misma.
9.
La formación profesional técnica, empresarial y ética del personal sale a la luz como una
necesidad, tanto en la entidad de microfinanzas solidarias como la de servicios no financieros.
10.
La participación de los destinatarios o beneficiarios finales en los niveles de decisión en
entidades de microfinanzas que van aumentando la escala de sus operaciones es mínima o casi
inexistente. Hay una tendencia a que se vean convertidos únicamente en clientes. Si bien es cierto que
por ejemplo formas societales como la cooperativa de ahorro y crédito para un número grande de
socios prevé las delegaturas, ello no resuelve el problema de la participación. No bastarían tampoco
las encuestas de satisfacción del cliente o grupos focales cuando lo que ellos digan en esas sesiones o
instrumentos quede sólo como una pauta a tener en cuenta o no por la entidad de microfinanzas
solidarias. Por el principio de la participación, es importante visualizar mecanismos por lo menos de
consulta al usuario de base y que sus opiniones puedan trascender en los espacios de decisión de la
entidad así como la creación de espacios de vigilancia ciudadana sobre la propia entidad de
microfinanzas. El monitoreo de esto último podría estar dentro de la agenda de la entidad de servicios
no financieros.
11.
En las experiencias de las instituciones de microfinanzas se evidencia interrelaciones con el
sector público nacional y en las regiones dentro del país. Es importante que ello se mantenga, se
monitoree y haya espacios de análisis y evaluación de los procesos y resultado de ello así como del
impacto del trabajo en redes de organizaciones de microfinanzas. Ello podría enriquecerse si la
instancia pública municipal o regional según sea el caso, se va comprometiendo también con la
promoción de la entidad de microfinanzas de sus localidades respetando su autonomía.
12.
En el plano internacional, se dan algunas experiencias de operaciones de crédito internacional
que, además de tener la ventaja de acceder a tasas de interés menores que las del mercado nacional
latinoamericano (todavía), tiene la posibilidad de poner en la agenda la reflexión sobre la solidaridad
norte-sur en el plano de los negocios financieros y de cooperación internacional solidaria.
13.
Es responsabilidad de la Iglesia en América Latina y El Caribe formar a los cristianos y
sensibilizar respecto a grandes cuestiones de la justicia internacional. Para que los laicos y las laicas
puedan asumir su responsabilidad social de lo siquiente:
- Apoyar la participación de la sociedad civil para la
reorientación y consiguiente rehabilitación
ética de la
política. Por ello son muy
importantes los espacios de participación de la
sociedad civil para la vigencia de la democracia, una verdadera economía solidaria y un
desarrollo integral, solidario y sustentable.
- Formar en la ética cristiana con respecto al bien común, la lucha contra la corrupción, la vigencia de
los
derechos laborales y la creación de trabajos para los grupos tradicionalmente marginados.
Trabajar una cultura de la responsabilidad a todo nivel.
- Trabajar por el bien común global es promover una justa regulación de la economía, finanzas y
comercio mundial, sobre todo con respecto al tema de la deuda externa y el gasto social para el
desarrollo, para controlar
los movimientos especulativos de capital, promover el comercio
justo, y asegurar precios adecuados de las materias primas con normas justas.
21
- Examinar atentamente los Tratados intergubernamentales y otras negociaciones respecto del libre
comercio para alertar a la opinión pública acerca de sus eventuales consecuencias negativas.
- Llamar a todos a poner en práctica los principios fundamentales como el bien común, la
subsidiaridad y la solidaridad (406).
Bibliografía
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