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JORNADA DE TREBALL COPCV- ENCONTRE PROFESSIONAL LA
PSICOLOGIA DE LA INTERVENCIÓ SOCIAL “L'APORTACIÓ DE LA
PSICOLOGIA AL BENESTAR CIUTADÀ PRESENT I FUTUR”
CONFERÈNCIA: “Profesionales de la psicología, construyendo los nuevos
Servicios Sociales”
Material aportado por el Dr. D. Fernando Fantova
Profesionales de la psicología, construyendo los nuevos servicios
sociales
Selección de entradas del blog de fantova.net
Construint la casa comuna de la intervenció social
Proposem denominar intervenció social l’activitat operativa pròpia dels serveis socials. I
proposem acceptar que, avui i aquí, hi ha tres grans professions i disciplines de la
intervenció social: el treball social, l’educació social i la psicologia de la intervenció social.
Això vol dir que totes tres assumeixen que són socials en la mesura que protegeixen i
promouen la interacció (autonomia funcional i integració relacional: finalitat que atribuïm als
serveis socials) i no en el sentit més ampli del conjunt de la política social.
La nostra visió és que, avui i aquí, és més estratègic per al treball social, l’educació social i
la psicologia de la intervenció social aplicar-se en la construcció i enfortiment de la casa
comuna de la intervenció social que destinar energies a identificar o delimitar l’habitació de
cada una.
L’educació (i pedagogia) social, el treball social i la psicologia de la intervenció social i els
seus professionals i docents han d’alinear els seus esforços des de consensos bàsics. El
principal, al nostre entendre ha de ser la superació de la versió o visió de la intervenció
social com una intervenció per a col·lectius poblacionals especials, vulnerables o exclosos.
Des del nostre punt de vista, per a la intervenció social i per als serveis socials és crític
concebre’ls i produir-se com una oferta per a totes les persones, per a qualsevol persona.
D’altra banda, el fet que, avui i aquí, l’educació (i pedagogia) social, el treball social y la
psicologia de la intervenció social tinguin, al nostre entendre, el seu lloc preferent (d’actor
protagonista), com a professions i disciplines de la intervenció social, en l’àmbit dels
serveis socials no exclou en absolut que puguin estar i hagin d’estar presents en altres
àmbits sectorials (com a actor secundari), en altres àmbits de la política social (com salut o
habitatge) i en àmbits sectorials no considerats socials, com la justícia o la protecció civil,
per posar-ne dos exemples.
Professionals i docents del treball social, de l’educació social i de la psicologia de la
intervenció social, sens dubte, han d’assumir responsabilitats de gestió organitzacional i de
govern polític (o, alternativament, de reivindicació militant), però segurament, en aquest
moment, l’aportació més estratègica que poden fer per a l’impuls de les polítiques socials
és, al nostre entendre, omplir de contingut científic i tècnic els processos d’intervenció
social, per tal de contribuir al fet que cada vegada es percebin com a més valuosos per part
de la ciutadania.
2
Innovación transformadora en intervención social
Las disciplinas y profesiones de la intervención social (especialmente, en España, trabajo
social, educación y pedagogía social y psicología de la intervención social) deben alinear,
unir y multiplicar sus esfuerzos de producción y gestión del conocimiento para la
construcción de una intervención social despojada de enfoques residuales y tics
asistencialistas, orientada resueltamente a la protección y promoción de la interacción
(autonomía funcional e integración relacional) de todas las personas. Ello permitirá
fortalecer el sector de los servicios sociales y reordenar sus relaciones intersectoriales con
otras ramas o pilares de la política social. Las y los profesionales de la intervención social
deben rentabilizar en términos de conocimiento tanto su posición central en el sector de los
servicios sociales como su necesaria presencia en otros sectores de actividad y el diálogo
y colaboración interdisciplinar que se da desde ambos tipos de situaciones.
Las tecnologías para la autonomía en el entorno y para la información y la comunicación
están llamadas a transformar el núcleo duro del proceso operativo de intervención social,
están llamadas a colocarse en el corazón de la prestación de servicios sociales. Los
modelos de atención centrada en la persona buscan reconocer la voz (en expresión de
Albert Otto Hirschman) de las personas. Esto, que debiera hacerse por razones éticas,
viene urgido, cada vez más, por el puro instinto de supervivencia de un sistema de
servicios y de unas intervenciones profesionales creciente o recurrentemente amenazadas
por la desafección popular; amenazado en realidad por agentes institucionales
crecientemente endogámicos y opacos que pervierten y, en ocasiones, secuestran los
procesos de intervención social.
Las y los profesionales de la intervención social, pese a la amenaza del eterno retorno del
asistencialismo punitivo y la insignificancia residual, podemos encontrar en la apuesta
individual y colectiva por un salto cualitativo en la dinámica de gestión del conocimiento e
innovación tecnológica y social la herramienta y la ilusión necesarias para estar a la altura
del reto presente y futuro de transformación de nuestros servicios sociales y nuestro
sistema de bienestar.
3
Construyendo el futuro de nuestros servicios sociales
Los servicios sociales españoles se encontrarían quizá en el tránsito:
•
•
desde una asistencia social residual, sin objeto propio (o con todos los objetos:
subsistencia, alojamiento y más), de bajo valor añadido (en lo tocante al conocimiento
generado y aplicado) y dirigida a colectivos en situación de riesgo, vulnerabilidad o
exclusión social (en general);
hacia unos servicios sociales (de entrada) conceptualmente universales, con catálogos
y carteras capaces de delimitar el contenido del derecho subjetivo que se declara (o al
menos intentando hacerlo) y con incipientes disciplinas y tecnologías específicas para
su intervención.
En esa tesitura no está escrito que vayan a llegar a eclosionar como un pilar del sistema de
bienestar y como un sector de la economía equiparable a los que ya están relativamente
consolidados. La oportunidad para el desarrollo de los servicios sociales está,
posiblemente, en una apuesta clara y compartida por:
•
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•
•
Abandonar decididamente su planteamiento transversal o residual y enfocarse
sectorialmente a la promoción y protección universal de la interacción de las personas
(autonomía funcional e integración relacional).
Invertir en conocimiento y tecnología orientada a un diagnóstico y abordaje, lo más
anticipatorio y preventivo posible, de las situaciones de fragilidad y afectación de la
interacción de las personas.
Pilotar y escalar nuevas formas de articular la capacidad de cuidado y apoyo de las
personas en sus redes familiares y comunitarias, la acción voluntaria, la intervención
profesional y la garantía pública de derechos.
Innovar en experiencias y procesos de rediseño, recalibración e integración de y entre
los servicios sociales y otros sectores y sistemas (singularmente los de sanidad,
vivienda y garantía de ingresos).
La principal tracción en el sentido referido vendría de la masa crítica de necesidades y
demandas y de los riesgos para el sistema social que se derivan de la crisis de los
cuidados vinculada al envejecimiento de la población y los cambios pro igualdad e
individualización en las familias y comunidades. Sin embargo sólo un difícil y estratégico
alineamiento de planetas (social, político, científico, técnico y así sucesivamente) nos
permitirá avanzar en la construcción de este futuro deseable para nuestros servicios
sociales.
Desde los agazapados servicios sociales realmente existentes, desde sus frágiles redes
internacionales y desde las fragmentadas comunidades de conocimiento relacionadas
podemos avanzar en la construcción de una propuesta creíble de sistema (público) y de
sector (económico) que vaya ganando alcance, contenido y posicionamiento. A condición
de ser conscientes de la diversidad y fuerza de las propuestas y tendencias que,
constantemente, restan energías e introducen confusión a nuestro trayecto y de la
ausencia (ni en la realidad ni en la literatura) de un modelo acabado que poder adoptar.
4
Los servicios sociales en la tormenta
Ningún viento será bueno para quien no sabe a qué puerto se encamina (Carta III de
Séneca a Lucilio)
Los veleros de la flota de los servicios sociales comenzaron el siglo XX en España con el
viento en popa. Quienes estábamos dentro de ellos sentíamos, entre otros, el impulso del
reconocimiento político y jurídico del derecho subjetivo a los servicios sociales y creímos
que, con la energía de incrementos presupuestarios posibilitados por la bonanza
económica, nos acercaríamos velozmente al puerto seguro que suponía configurarnos
como el cuarto pilar del sistema de bienestar, tan universal y reconocido como otros que
habían alcanzado antes ese lugar. Mirando hacia atrás, veíamos alejarse las costas del
asistencialismo residual, del que nos podíamos alejar, también, por nuestros propios
avances en la construcción de una intervención social cada vez más personalizada,
comunitaria y basada en el conocimiento.
Sin embargo, a finales de la primera década de este siglo, el sentido del viento empieza a
cambiar y nuestros veleros se ven envueltos en la tormenta de una crisis económica,
política y social de magnitudes y características desconocidas. En esa situación algunos de
nuestros veleros regresan, de forma más pasiva o activa, a las costas de una asistencia
social que creíamos superada, arriesgándose, sin embargo, a chocar contra las rocas de
una emergencia y una exclusión sociales de carácter crecientemente estructural y
complejo. Otros intentan mantener el rumbo previsto, pero les falta la energía o el
conocimiento que permitan gobernar la nave con el viento cambiante, muchas veces de
proa. En la confusión, nos amenaza el desánimo por la fragmentación de la flota e incluso
el riesgo de que nuestros barcos choquen entre sí y naufraguen, aumentando el ya de por
sí numeroso contingente de víctimas de la tormenta.
Sin embargo es posible reorganizar la flota de nuestros servicios sociales. Sobre todo es
necesario. Es necesario en una sociedad en la que, cada vez más, todas las personas
precisamos, en diversos momentos y procesos, apoyos profesionales basados en el
conocimiento para planificar, construir, mantener o recuperar nuestra capacidad para
desenvolvernos con autonomía en el seno de relaciones y redes familiares y comunitarias
que han de fortalecerse. Si manejamos estratégicamente nuestros timones y nuestras
velas nos impulsarán con fuerza las corrientes y los vientos de cambios sociales que están
afectando radicalmente a la sostenibilidad de la vida y que propulsan y reclaman esos
nuevos servicios sociales con los que tanto hemos soñado: unos servicios sociales
universales, profesionales, participativos, tecnológicos, comunitarios e innovadores que
quizá, más que un puerto seguro, sean una forma de vivir en mar abierto.
5
Diez tesis para el futuro de los servicios sociales
Estas diez tesis reflejan una propuesta –abierta al diálogo– para la construcción de una política
o estrategia para el presente y el futuro de nuestros servicios sociales:
1. La apuesta política por los servicios sociales puede ser una apuesta ganadora en un
contexto de crisis de los cuidados, crisis de los sujetos y crisis del contrato social como el
que vivimos.
2. La apuesta política por los servicios sociales (hoy y aquí) sólo puede ser ganadora si tiene
carácter estratégico, es decir, si se entiende que no es una apuesta táctica que conecta con
demandas sociales maduras de agentes organizados o sujetos estructurados sino una
apuesta a medio plazo que resultará rentable políticamente cuando se haya construido su
marco de sentido y haya generado reconocimiento de quienes se vayan beneficiando de
ella o puedan comprender que podrán beneficiarse de ella.
3. La apuesta ganadora por los servicios sociales necesita que éstos superen cuanto antes su
condición de servicios residuales para pretendidos colectivos minoritarios y se concentren
sobre su objeto propio (la interacción, entendida como autonomía funcional e integración
relacional) de todas las personas.
4. El modelo de atención y las prestaciones técnicas y servicios profesionales que permiten
proteger y promover la interacción de las personas existen, pero necesitan de una apuesta
inversora para acelerar su desarrollo metodológico y, especialmente, tecnológico y para
mejorar su capacidad de intervención personalizada y gestión de la diversidad.
5. La política de servicios sociales debe construir, a la vez sistema público y sector de
actividad. Sólo un sector de actividad económica tan cualificado y profesionalizado como
reconocible y atractivo para el conjunto de la población puede albergar un sistema público
que garantice derechos subjetivos.
6. El sistema público de servicios sociales ha de apostar por construir una atención primaria
altamente resolutiva que se convierta en factor ecológico clave para la calidad de vida de
las personas en sus entornos deseados fortaleciendo su autonomía y sus relaciones
significativas.
7. La construcción de un ecosistema de conocimiento para los servicios sociales pasa por
estrategias proactivas de hibridación entre disciplinas, entre profesiones, entre agentes y
entre tipos de conocimiento.
8. La construcción del sector de actividad y del sistema público de servicios sociales es a la
vez un proceso de reordenación de los diseños, arreglos, coordinación e integración entre
los diferentes sectores y sistemas del bienestar (con, al menos, sanidad, educación,
empleo, vivienda y garantía de ingresos).
9. La construcción del sistema público de servicios sociales debe abrir oportunidades de
innovación organizativa, social y política de modo que emerjan nuevas formas de sinergia
entre garantía de derechos y gobernanza estratégica desde el sector público, por una parte,
y, por otra, autogestión y empoderamiento individual, familiar y comunitario, potenciado por
la iniciativa social y la economía solidaria.
10. En definitiva estamos hablando de una política pública de servicios sociales que los lleve al
corazón de la que puede ser una oferta creíble de un renovado contrato social, justo y
eficiente, para la sostenibilidad de la vida.
fantova.net
@FantovaFernando