Download Clima de Inversión en el Perú : Retos, avances y retrocesos. Por el
Document related concepts
Transcript
12 NEGOCIOS ANÁLISIS INTERNACIONALES CLIMA DE INVERSIÓN en el Perú: E Retos, avances y retrocesos n un contexto en que la posibilidad de acceder a un Tratado de Libre Comercio con EE.UU. ha realzado la importancia de la integración de la economía peruana con el resto del mundo, hoy en día queda poca duda acerca de los potenciales beneficios que el intercambio comercial trae a un país. Es indiscutible que el comercio internacional promueve la inversión doméstica y extranjera, y estas, a su vez, permiten generar más empleo y mayores ingresos a los habitantes de un país. Sin embargo, para promover la inversión es necesario consolidar una serie de factores que constituyen el "clima de negocios" de una economía, y que son un componente importante de la competitividad de una economía frente a otras. La noción de "clima de inversión" de una economía implica la generación de un ambiente que incentive el desarrollo de todo tipo de negocios, condición necesaria para generar mayor actividad, mayor empleo y, finalmente, un incremento en los ingresos y en la calidad de vida de los habitantes de un país. El clima de inversión es vital para decisiones de apertura de negocios, de ubicación de centros de producción, para evaluar la expansión de la actividad productiva, de generación de puestos de trabajo y, en general, cuanto proyecto empresarial evalúe el sector privado. Recientemente, este concepto ha estado en boga ante la publicación desde el año pasado del reGráfico 1 Fuente: Banco Mundial (2004). Gráfico 2 Fuente: Banco Mundial (2004). porte denominado "Haciendo Negocios" (Doing Business) por parte del Banco Mundial, cuyo objetivo es hacer una comparación de los distintos aspectos que conforman el clima de negocios en diversas economías en desarrollo. ¿CÓMO ESTÁ NUESTRO CLIMA DE INVERSIÓN? De los factores evaluados por el Banco Mundial, elegimos comentar tres de ellos: los días que toma abrir un negocio; el costo de esta apertura; y la flexibilidad del mercado laboral. En primer lugar, un indicador de la facilidad de constituir una empresa en un país es el número de días necesarios para abrir un negocio. En el Perú, un inversionista tendría que invertir un promedio de 98 días en trámites burocráticos para concretar la apertura de un negocio, cuando dicho lapso debería ser en teoría no mayor a 10 días, pero que en el extremo podría llegar hasta 417, de acuerdo con la experiencia de un megaproyecto minero como Antamina1. Este resultado, que de por sí es sorprendente, es particularmente preocupante si se compara con los promedios de otros países de la región: Chile (27 días), Colombia (43 días), Bolivia (59 días) y Ecuador (92 días). Asimismo, cabe señalar que mientras que entre el 2003 y el 2004 el costo de abrir un negocio (constitución formal de la empresa) se redujo en Chile en 10% y en Colombia se mantuvo en su mismo nivel, en el Perú se incrementó en 46%, hasta alcanzar un equivalente al 36% del ingreso per cápita del 2003. De este modo, de acuerdo con el estudio del Banco Mundial, en el Perú la constitución formal de una empresa tiene un costo promedio de US$ 800 o lo que es lo mismo, aproximadamente 6 veces el salario mínimo. No debe sorprender entonces, el elevado nivel de informalidad en nuestra economía. Finalmente, el tercer factor que queremos comentar es la flexibilidad de la regulación laboral, medida mediante diversos componentes por el Banco Mundial en la forma de índices. Así, mientras que en Chile el índice de dificultad en la contratación es de 17, en el Perú, al igual que en Ecuador, el índice es 44. De igual forma, el índice de dificultad para el despido de trabajadores en el Perú es de 60, considerablemente mayor que en Venezuela (10), Chile (20) y Colombia (20). De acuerdo a cifras de la OIT el Perú es uno de los países donde es más caro despedir a un trabajador, por lo que no sorprende que los empresarios peruanos se muestren reticentes a contratar personal en su planilla formal, por cuanto de ser necesario reducir sus costos laborales (por ejemplo, en una situación de reducción drástica de la demanda) en realidad se tendrían que enfrentar a costos mayores. Adicionalmente a estos resultados poco alentadores, se debe señalar que el reciente proyecto Gráfico 3 IPE Instituto Peruano de Economía de la Ley General del Trabajo agravaría aun más la ya precaria situación peruana en el contexto regional. Por ejemplo, un aspecto fundamental de la legislación son los costos que un empleador debe afrontar para poder despedir un trabajador. Actualmente, el Perú es el segundo país con mayores costos asociados al despido, presentando un máximo de casi 14 remuneraciones, solo superado ligeramente por Ecuador. Así, el nuevo proyecto de la Ley General del Trabajo pretende elevar tanto el piso como el máximo de la indemnización por despido, en el caso de este último de 12 a 24 remuneraciones; llegando a una situación sin precedentes (ni la legislación de la década de los ochenta era tan onerosa). Si bien es claro que estos costos reducen la competitividad del país frente a nuestros principales vecinos, un factor no tan obvio y relacionado con el cumplimiento de las normas por parte de los empleadores es, ¿pueden las empresas hacer frente a un costo tan alto? La respuesta es no. Solo un 26.7% de los despedidos en el 2001 recibió indemnización. Este hecho es otro claro ejemplo de cómo se establecen normas excesivamente proteccionistas que al final no se pueden cumplir, simplemente porque no son coherentes con la realidad del país. Mayor rigidez para el despido de trabajadores solo desalentará aun más la contratación de trabajadores en planilla. Los factores que se han comentado en los párrafos precedentes son significativamente importantes para entender por qué nuestro país ha llegado a tener niveles tan altos de informalidad. En este sentido, de acuerdo a diversos estudios, el Perú tiene el quinto sector informal más grande en el mundo, solo después de Georgia, Bolivia, Panamá y Azerbaiyán. Evidentemente esta situación afecta a todos los mercados, en especial al mercado laboral, cuya rigidez en el Perú ocasiona por ejemplo que tres de cada cinco trabajadores de la Población Económicamente Activa (PEA) urbana sean informales, al igual que tres de cada cuatro trabajadores en las micro y pequeñas empresas (Mype). En resumen y como afirmamos en líneas precedentes poco o nada se ha avanzado en estos últimos dos años, mientras que algunos de nuestros competidores más cercanos están haciendo bien la plana, reduciendo barreras a la entrada, promoviendo la reducción de los costos de transacción, reduciendo la rigidez de su legislación laboral, abaratando el costo de emplear y despedir y, en general, haciendo más predecible el horizonte de inversión. La generación del clima de negocios consiste en hacer que la economía de mercado funcione y esto será siempre importante no solamente para las empresas, sino también para los individuos, porque implica la creación de oportunidades para salir de la pobreza y mejorar la calidad de vida de las personas. 1 Apoyo (2001). "Las Relaciones de los Proyectos de Inversión con la Administración Pública". Mimeo. Fuente: Jaramillo (2003). Gráfico 4 Fuente: IPE.