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Tema 15 Carlos Marx TEMA 15 KARL MARX 1. Introducción. FILOSOFÍA 2. La antropología. 2.1. El trabajo, esencia del hombre. 3. La realidad: el materialismo histórico. 4. La alienación humana y la ideología. ECONOMÍA. 5. La crítica a la economía clásica: la plusvalía. 5.1. Las consecuencias sociales del capitalismo industrial. POLITICA. 6. La solución: el comunismo y la sociedad sin clases. 7. La filosofía de la historia. 8. Conclusiones: a favor y en contra de Marx. 1. Introducción: vida y postura filosófica. Como hemos repetido en los apuntes sienes y sienes de veses, las ideas de los filósofos no se explican sin una experiencia vital determinada. Los siguientes pensadores, Marx y Nietzsche son completamente imposibles de entender sin un contexto histórico explicativo: las profundas transformaciones que sufre Europa en el siglo XIX. Carlos Marx (1818-1883) fue un hombre con una barba blanca inmensa y ojos hundidos, que podríamos confundir con el Dios renacentista de la Capilla Sixtina si no fuera porque era ateo perdido. Formado entre los filósofos alemanes herederos de Hegel, sin embargo, pronto siente descontento por la excesiva abstracción del idealismo hegeliano. A mediados de siglo es expulsado de Prusia por problemas políticos, comenzando a viajar y participar en las revoluciones liberales de mediados del XIX que asolan Francia: allí entrará en contacto con las corrientes del socialismo francés. De esta época son sus Manuscritos de Economía y Filosofía o Manuscritos de 1844, La ideología alemana (1846) y la obra que nos va a tocar exponer, El Manifiesto Comunista, que actúa de puente entre ambas épocas. En su paso a Inglaterra hace un descubrimiento todavía mayor: cae en la cuenta de las enormes transformaciones económicas que está sufriendo el mundo de su época: la industrialización y las bolsas de pobreza proletaria que eso generó entonces. Este choque con la realidad va a modificar en él de forma radical la vieja visión de la filosofía: el socialismo científico, ahora con la categoría de ciencia absoluta de la historia humana, se impone. En colaboración con F. Engels comenzará a trabajar en este último país su obra cumbre, El Capital, publicado en 1867. Su punto de partida es un radical rechazo tanto a la hegemonía sobre todos los conocimientos y ciencias que la filosofía se daba para sí misma como a sus pretensiones de ser un saber inocente. Marx se ha dado cuenta que la filosofía hegeliana está justificando un estado autoritario, Prusia (el embrión de la actual Alemania), y que tampoco la filosofía liberal en Inglaterra o Francia ayudaba a los más débiles de la industrialización: John Locke criticó el absolutismo, pero en beneficio de los propietarios. La actitud de Marx es por tanto de desenmascaramiento (no sin razón, ha sido llamado un “maestro de la sospecha” por Ricoeur). 1 Tema 15 Carlos Marx Según Marx, el pensamiento tradicional está favoreciendo los intereses de los poderosos de la época, y por ello hay que rechazarlo. La nueva filosofía tendrá que bajar de las alturas y embarcarse en un proyecto de transformación de la realidad que haga mejores las condiciones de vida del hombre. La filosofía de Marx nace por tanto, como fruto de un compromiso con la realidad histórica que le tocó vivir y una fuerte conciencia crítica. Para entender a Marx proponemos el siguiente trayecto conceptual: a) En primer lugar, la base conceptual de partida: la antropología de Marx –qué es el hombre- y cómo entiende Marx la realidad –como algo dinámico, histórico, cambiante: el materialismo histórico. Sujeto (el hombre) y objeto (realidad material) están en continua interrelación dialéctica, y no se entienden el uno sin el otro. b) Una serie de conceptos críticos de su filosofía: alienación y praxis –práctica-. c) El paso a la construcción práctica de su filosofía: la crítica a la economía capitalista y la sugerencia del régimen comunista: la dictadura del proletariado y la sociedad sin clases. 2. La antropología. El punto de partida de la filosofía de Marx no es otro que la reivindicación de lo humano hecha por Feuerbach en contra de la abstracción hegeliana, pero su filosofía está orientada para ser superadora del mismo Feuerbach. Porque, si bien es cierto que está de acuerdo con él en que hay que dejar de lado en la filosofía el estudio de cosas tan abstractas como los conceptos de Dios, alma, esencia, ser etc… le parece, no obstante, que Feuerbach no ha superado esta situación conceptual y abstracta de la filosofía que la aleja de la realidad. Al fin y al cabo, cuando Feuerbach reclama hablar del hombre, lo que está reclamando no es otra cosa que el concepto del hombre: se cambia una idea abstracta (Dios) por otra igual de abstracta (la humanidad) y para Marx eso es seguir con el mismo rollo. Feuerbach sigue vinculando su filosofía a una idea contemplativa, en la que todavía no se dista demasiado de la figura del filósofo encerrado en su biblioteca y aspirando a la máxima sabiduría por medio de libros (recordemos que esta era la visión hegemónica de la filosofía desde Aristóteles o Santo Tomás). Feuerbach olvida el aspecto práctico y activo de una Naturaleza Humana que no es nada fuera de los hombres concretos, una naturaleza o unos hombres que se desarrollan en unas relaciones sociales particulares. En esta preocupación por no quedarse en lo puramente contemplativo y por hacer que la filosofía incida sobre la vida real de los hombres hay que enmarcar el pensamiento de Marx recogido en las tesis sobre Feuerbach: “Hasta ahora los filósofos sólo han interpretado el mundo, pero ahora lo que se trata es de transformarlo” Porque de otra manera nos quedamos elucubrando entre las nubes mientras los hombres concretos siguen sufriendo en las fábricas o dominados por autócratas. Una filosofía así de useless es, para el hombre, una miseria. Una nueva filosofía de la praxis (praxis significa acción) revolucionaria exige que no nos quedemos en el estudio de la existencia abstracta del hombre, 2 Tema 15 Carlos Marx sino que éste debe ser estudiado como el ser material concreto en sus relaciones con el medio material en el que viven y con los otros hombres, seres también materiales y concretos. Para Marx, la interpretación del hombre parte de dos fuentes: a) En primer lugar, Marx defiende una concepción biológica de corte materialista para el hombre. Marx ha vivido con auténtico entusiasmo las teorías de Darwin sobre la evolución humana: el hombre proviene del mono y presenta un sustrato material que se desliga de esa intromisión divina en la creación del hombre. Platón y el cristianismo son así borrados de un plumazo. b) Pero si ese es el sustrato biológico del hombre, que el evolucionismo encarna perfectamente, el que reclama más la atención de Marx es el sustrato sociológico, las relaciones entre los seres humanos y su entorno. Estas relaciones son cambiantes a lo largo de la Historia, porque las situaciones varían, pero se fundamentan en la acción humana sobre el medio, el trabajo, acción a través de la cual se estructuran y desarrollan las relaciones de producción económica. Este último punto quiere decir: los antiguos filósofos era gente acomodada que se podía dedicar a cuestiones metafísicas y desbarraban sobre filosofía. Pero Grecia y Roma han pasado a la historia, y en una sociedad industrial, lo que importa en el hombre es el trabajar, ganarse el sustento. De nada te vale ser muy culto o buena persona si no te contratan para currar y te estás muriendo de hambre. En el fondo, lo que quiere decir Marx es que es la economía el sustrato fundamental de la realidad humana, y no la razón abstracta. Es aquí donde el hombre se distancia de los animales, en palabras de Marx: “El hombre comenzó a distinguirse de los animales cuando gracias a sus posibilidades fisiológicas, comenzó a producir sus propios medios de subsistencia”. 2.1. El trabajo, esencia de la naturaleza humana. En consecuencia, lejos de ser el trabajo una maldición, como afirma en cierto momento el Génesis, el trabajo es el propio modo de de ser de los hombres y en él se desarrollan nuestras posibilidades humanas y personales, y él constituye la esencia de nuestra propia libertad, porque no solo nos permite independizarnos respecto del medio y dominarlo, sino que el hombre puede producir aun no teniendo necesidad de ello, hasta tal extremo van ligados trabajo y libertad. Recordemos aquí la importancia que tenía para Locke el trabajo depositado sobre una cosa como la garantía de propiedad de esa cosa por parte de un individuo. Marx va todavía mucho más lejos: el hombre puede crear al margen de la necesidad, siguiendo simplemente las leyes de la belleza, el deseo de belleza. Este tipo de trabajo, independiente de las necesidades biológicas, es el que constituye la esencia humana de libertad y realización. Así, el trabajo (entendido como acción sobre el medio) está intrínseco a todas las acciones del ser humano: cuando competimos en deporte, cuando jugamos a la PlayStation, cuando arreglamos el huerto de nuestro padres, o hacemos una obra de arte. Therefore, si mi trabajo y mi producción son los que me liberan y me hacen ser yo mismo, aquel que compre mi fuerza de trabajo me está comprando a mí, y si me hace trabajar en un 3 Tema 15 Carlos Marx proyecto que no es mío, me impide mi propia autorrealización. En mi trabajo no sólo me realizo como individuo, sino que me relaciono con los demás y por eso toda actividad individual es una actividad social. Estas relaciones de los individuos entre sí y de estos con el medio se realizan a través del trabajo, pero el trabajo, a su vez, está condicionado por la situación o relaciones sociales ya existentes. Ahora bien, con su trabajo el hombre modifica su situación tanto con los demás como con la naturaleza misma; de este modo el trabajo está a la vez condicionado por el hombre y es condicionante del mismo hombre: si el hombre es un producto de la historia, también la historia es un producto del hombre. Luego no es cierto que el hombre esté determinado, sino solo condicionado, y él puede influir sobre esas condiciones. En última instancia, el hombre puede llegar a ser como quiera y el rumbo de la historia puede alterarse dependiendo de esos deseos humanos. 3. La comprensión de la realidad: el materialismo histórico. Si sabemos qué es el hombre para Marx, debemos detenernos ahora en el mundo externo, esa realidad cambiante y cambiada por el trabajo del hombre. La palabra “realidad” deja de ser ese mundo puramente biológico explicado por la ciencia natural mecanicista, o la elucubración de los filósofos modernos: es un mundo material construido por los hombres. Vuestros ojos, en el momento que estudiáis estos apuntes ven hojas, lápices, agendas y otros cachibaches: todo es una construcción humana, no natural. Y esa construcción tiene un origen en el tiempo, es decir, es histórica, y por lo tanto cambiante, dinámica. Nosotros tenemos unos objetos distintos a los de nuestros padres y los de nuestros abuelos, y también unas ideas distintas en la cabeza. Para Marx hay una tesis fundamental en lo que se refiere a la historia: la historia está hecha por individuos humanos vivientes, y estos la hacen según también unas condiciones materiales de la vida. Estas condiciones pueden ser producidas por el hombre o puede que el hombre se las encuentre sin más, o lo que es más probable, simultáneamente las produce y se las encuentra. Y como la historia la hace el hombre a través de sus relaciones sociales que en último término, son creadas por una relación económica o de producción, podemos afirmar que el verdadero sujeto de la Historia ya no es la Razón o espíritu que quería Hegel, sino la evolución de esos medios y relaciones de producción. De manera resumida, esta realidad social está compuesta por: - Infraestructura o estructura: las formas y relaciones de producción económico-sociales. Es el determinante principal. Bajo esas relaciones de producción, Marx observó la oposición de clases sociales: grupos humanos definidos por su ubicación en ese entramado socioeconómico y por su conciencia de pertenecer a tal clase. Habrá una clase dominante (poseedores de los medios de producción) y otra dominada: la que solo posee la fuerza de su trabajo y que ofrece a la clase dominante. Ambas clases permanecerán en oposición constante (lucha de clases) 4 Tema 15 Carlos Marx - Superestructura: son las construcciones culturales: religión, ciencia, entretenimientos, arte, y por supuesto la propia filosofía. Estas construcciones culturales se superponen a la infraestructura económica: podremos afirmar que la superestructura no es más que un reflejo de la estructura. A esto Marx añadirá que muchas veces la superestructura no hace otra cosa que recoger los intereses de la clase dominante (ideología para controlar mejor a los dominados). Aunque estrictamente hablando estructura y superestructura se modifican mutuamente en un proceso dialéctico -el sistema económico construye ideas y las ideas construyen sistemas económicos- está claro que Marx otorga mayor importancia al predominio de la primera sobre la segunda (reforzando precisamente este carácter materialista de la infraestructura sobre lo espiritual). Si en la superestructura, punta de iceberg de esas estructuras económicas, se manifiesta un cambio, ese cambio en la ideología es reflejo de un cambio todavía más profundo en las estructuras. Por lo tanto, no son las ideas las que determinan o condicionan la vida de los hombres, sino que es la vida de los hombres la que determina la conciencia o las ideas. Las ideas no son más que productos históricos, es decir, transitorios. Por lo tanto sería un terrible error pretender que las ideas, que son meras sombras de la realidad, nos explicasen o nos diesen razón de las cosas o más grave aún pretender cambiar la realidad cambiando tan solo las conciencias o ideologías del momento. Sólo las cosas materiales son reales, y por tanto estas cosas son las que deben explicar unas ideas determinadas de una época determinada. Hacerlo al contrario sería invertir el orden de la realidad. Las ideas han de ser explicadas a partir de la praxis material. La consecuencia directa de esto es que si Marx quiere construir una filosofía que cambie la realidad social, esa filosofía necesariamente no se puede detener en una mera reflexión de las ideas o la superestructura, sino que tiene que buscar la raíz de las mismas, y en consecuencia, su posible cambio en las estructuras, la economía. Sólo modificando las estructuras será posible producir un cambio en las ideas y en el conjunto de la sociedad. Esta comprensión de la realidad se hace sobre un fondo temporal, la historia de los hombres. Esta historia pone de manifiesto que hay una diversidad de épocas marcadas o expresadas, cada una, por unos modos y formas de producción determinada, un conflicto social particular y una ideología dominantes de su tiempo. Según Marx, el cambio histórico tiene un marcado carácter dialéctico -que nos conduciría a su otro gran concepto, el materialismo dialéctico-. Como afirmamos antes, una clase social es un grupo de individuos que están definidas por su relación con las formas y medios de producción y que tienen conciencia de sí mismas. Siempre existirá una oposición frontal entre dominadores y dominados (lucha de clases). Las clases dominantes se afanarán por hacer ver a los demás que sus ideas no están en función o servicio de sus propios intereses particulares de clase, sino que son de interés común y a fuerza de repetirlo, los demás acaban creyéndolo. Por eso intentarán dar validez universal a unas ideas 5 Tema 15 Carlos Marx que, en el fondo, no son más que manifestaciones o expresiones de un interés muy particular (ideología). Cada época tendrá una estructura económica y una oposición de clases particular. Esta diversidad de épocas que observamos en la historia se inserta dentro de una línea general de progreso, de tal modo que las épocas se van sucediendo, unas a otras, ordenadamente, como si estuvieran ordenadas a un fin determinado. Es el progreso que tiende a alcanzar una forma final de sociedad o de modo de producción. Este proceso es el producto dinámico de la contradicción dialéctica existente entre las fuerzas productivas, entre clases altas y dominantes y clases bajas y desposeídas. La historia tenderá a una superación paulatina de esa lucha de clases, lo que denominaremos después sociedad sin clases. Pensemos que detrás de todo esto esta presente la concepción de la historia de Hegel (la historia tiene un sentido particular) y también el evolucionismo de Darwin (la evolución es un progresivo paso de lo simple a lo complejo). En el Manifiesto Comunista, Marx nos dará unas pautas históricas muy concretas de esta evolución dialéctica de la lucha de clases: a) Edad Antigua (Grecia, Roma, modo de producción esclavista): relaciones entre amo y esclavo. Aquí era la posesión de la vida la que determinaba la diferencia entre dominador y dominado. b) Edad Media (modo de producción feudal): relaciones entre señor y siervo de la gleba o campesino. La posesión de la tierra era el distintivo en esa forma de producción. c) Edad moderna-contemporánea (modo de producción capitalista): relaciones entre burgués y proletario. La tierra se sustituye por el capital, el dinero. 4. La alienación del hombre y el papel de la ideología. Marx va a definir la alienación como la pérdida del hombre en algo ajeno a sí mismo y que constituye un obstáculo para que el hombre se realice. El hombre deja de ser tratado como tal y se convierte en una cosa, un objeto. Aunque este concepto proviene de Hegel (alienación como anulación de la conciencia), Feuerbach y Marx le otorgan su sentido más práctico. El primer modelo de referencia de esa alienación lo constituye la religión. A través de la religión, el hombre tendría como referencia una realidad ficticia en la cual sería bienaventurado: si hoy llora aquí, mañana será consolado en el Reino de los Cielos. Aquí por ejemplo, entra la crítica de Marx a la religión o la filosofía antigua: un invento de los poderosos y los ricachos para mantener dominados a los más débiles con mentiras sobre otro mundo. De ahí la crítica de Marx a la religión (a la que consideraba, tomándolo de otro autor, Bruno Bauer) como “opio del pueblo”. La religión sin embargo, es tan solo el primer nivel de esa alienación que ya había sido planteada por Feuerbach y la Izquierda Hegeliana. Para Marx, la religión es una forma de alienación, pero hay otras más importantes: 6 Tema 15 Carlos Marx a) Alienación religiosa, ya explicada con Feuerbach: depositar en Dios aquellas cosas que deberían estar en el ser humano y su realidad material. b) Alienación social: siendo los hombres iguales por naturaleza, quedan separados por clases sociales diferenciadas y antagónicas c) Alienación política: una vez alcanzada la Revolución Francesa, todo el mundo debería tener derecho a voto y a la libertad política, pero la realidad nos dice que solo los propietarios son aquellos que pueden hacer valer sus derechos políticos (recordemos nuevamente a Locke). El estado no representa a la sociedad civil, sino solo a los intereses de clase de sus dirigentes. c) Alienación económica: el producto del trabajo de un ser humano pasa a otro individuo por culpa del sistema de producción capitalista. Como esta es sin duda la alienación más importante, la exponemos más profundamente cuando hablemos de su crítica económica. Junto al concepto de alienación es preciso también explicar otro de suma importancia. Marx define con la ideología, aquellas cosmovisiones y formas de entender el mundo que deforman nuestra visión del mismo en beneficio de una clase dominante1. La ideología es una ilusión o engaño: hacernos creer que es autónoma de esa base económica, resultando así que al creerla nosotros, independiente del sistema de producción, aceptamos y seguimos los intereses de la clase dominante. El único modo de que el hombre no quede atrapado en este engaño de las ideologías es que el hombre las desenmascare y descubra como son: ideas al servicio de un modo de un producción y que en consecuencia nunca nos proporcionará una defensa contra ese sistema productivo. Si queremos superar la alienación en la que vive el ser humano, proletario en este caso, tenemos que hacer la crítica radical de toda ideología al servicio de la burguesía: desde la idea de Dios hasta el pensamiento liberal o incluso la sociedad de consumo. Marx sin embargo va a hacer una crítica radical a los medios de producción, una crítica a la economía capitalista. 5. La crítica al capitalismo y la plusvalía. Para Marx el progreso de la raza humana no es un progreso individual, sino social (somos sociales y no los átomos o individuos que defendía el liberalismo desde Hobbes y Locke). Ya que el progreso supone la transformación de las estructuras económicas existentes y estas estructuras son sociales, de clases en relación y en lucha. 1 Aunque nosotros asociamos “ideología” con política (X tiene ideología conservadora, e Y una ideología roja” por ejemplo) el término es algo mucho más amplio: es un conjunto de ideas que condicionan nuestra visión de la realidad y las circunstancias en las que viven los hombres. Es la red que forma el “filtro” con el que vemos el mundo. Pero ese filtro, como decimos, no es puro: está abierto a los intereses de grupos particulares (en Marx, los burgueses capitalistas). que recoge la moral, la religión, el derecho etc… que emanan del mismo sistema económico y que, al mismo tiempo, sirven para justificarlo y justificar, por tanto, las relaciones de producción existentes propias del sistema. 7 Tema 15 Carlos Marx Como hemos dicho hasta ahora, el poder económico ha girado en torno a aquellos que controlan el sistema productivo. La sociedad se ha estructurado dependiendo de su posición en ese sistema de producción, con conciencia de ser un estrato social bien diferenciado respecto a los demás: es lo que denomina él clase social y conciencia de clase. Así, según Marx ha existido en la historia de la humanidad un constante conflicto entre las clases dominantes y las dominadas, reproducidas a lo largo de la historia en la dialéctica amo-esclavo (esclavismo antiguo), o en el de señor-vasallo (feudalismo medieval). Mientras en la Edad Antigua, el esclavo ni si quiera dueño de su propio cuerpo y pertenecía al amo, durante la Edad Media era la posesión de la tierra la que diferenciaba al señor del vasallo. Pero en la época de Marx aparece un nuevo tipo de sistema productivo, el del sistema industrial y capitalista, con su división entre burgueses y proletarios, y en el que el papel de el capital, el trabajo y la propiedad privada tiene ahora un protagonismo determinante. Por eso el pensamiento de Locke, con su defensa de la propiedad privada como derecho natural del hombre, es tan importante en Marx, pero no como punto final, sino como punto de partida en su crítica. El capitalismo parte de un sistema de producción que utiliza la acumulación de capital y la economía de mercado como medio de crecimiento. El burgués así utiliza el dinero (capital) como moneda de cambio para comprar y vender bienes tangibles y superar el trueque. Ese burgués después aspira a un beneficio comerciando en un sistema económico sometido a leyes de oferta y demanda (mercado) o producción y consumo. Sin embargo, hasta la época de Marx el capitalismo había sido de corte mercantil, y a partir de él adquiere un carácter industrial. Para entender en qué consiste ese novedoso sistema de producción capitalista, tendríamos que internarnos en cualquiera de las sucias y lóbregas fábricas del norte de Inglaterra a mediados del siglo XIX. Lo primero que encontraríamos nuevo son máquinas, que hacen el trabajo de muchos hombres en menos tiempo, después unos trabajadores asalariados que no son dueños de la fábrica en la que trabajan, un patrón propietario del conjunto fabril, y por último, una mercancía, el producto elaborado de esa interacción hombre-máquina, destinada hacia un mercado determinado. El sistema productivo del capitalismo industrial estaría marcado por la posesión del capital, y dividido socialmente entre los propietarios capitalistas (la burguesía: aquellos que tienen el dinero o capital para la materia prima, la máquina y la distribución del producto) y los no propietarios o proletarios (aquellos que únicamente tienen el trabajo de sus manos como único valor al que aportar a un producto elaborado). Así, en el precio final de una mercancía cualquiera, tendríamos: Valor materia prima + tecnología + trabajo + margen de beneficio. El margen de beneficio es importantísimo para que el capitalista pueda reinvertir en tecnología (mantener la máquina), pagar al trabajador y así continuar el ciclo económico, pero sabemos también que ese margen de beneficio puede ser ampliado restringiendo la única variable que puede ser controlada directamente por el productor: los costes laborales. De esta forma, la parte de la riqueza que correspondería al proletario por el valor de su trabajo, pasa directamente a las manos del propietario. Esto es lo que se conoce por el término de plusvalía. 8 Tema 15 Carlos Marx Sin embargo, el precio final de esa mercancía depende de otra variable. Siguiendo a Ricardo, Marx sostiene que el capitalismo tiende inevitablemente al agotamiento, auspiciado por la ley de rendimientos decrecientes. Las materias primas y las máquinas suelen tener un coste más o menos similar para todos los productores en la Revolución Industrial (no en nuestros días): ¿con qué cuentan los capitalistas para abaratar sus costes? Especialmente con el trabajo de los asalariados. El valor del trabajo, sometido a las leyes del mercado, tiende a descender paulatinamente hasta salarios de hambre. El salario justo pagado por un trabajo realizado (el valor de uso) pasaría a ser un salario marcado por las leyes de oferta y demanda (valor de cambio). La otra posibilidad es extender el capitalismo a otras geografías: buscar mercados nuevos donde colocar la producción industrial o donde apropiarse de materias primas más baratas que las de los competidores. Esto produce dos cosas esencialmente: 5.1. Las consecuencias filosóficas del capitalismo industrial. a) El capitalismo tiende a alienar al hombre. Aunque el trabajo es la esencia del hombre, y su fuente de realización, en el modo de producción capitalista el producto del trabajo no le pertenece a él, sino a otro, al propietario del capital. El trabajo queda reducido una mera mercancía, y en cuanto es tratado así, el hombre queda alienado. El hombre acaba siendo equiparado a un objeto sometido a leyes de oferta y demanda. “No vales por lo que eres, sino por lo que eres capaz de producir”. Marx nos había hablado de dos tipos de alienación importantes, especialmente en relación con el trabajo en el capitalismo: 1. la alienación del trabajador respecto al producto realizado. En el sistema económico industrial y post-industrial, el trabajador no suele ser dueño del producto que realiza. El invierte su trabajo en una mercancía, pero esa mercancía pertenece a otra persona, el capitalista. 2. La alienación que parte del considerar el trabajo del proletario sometido a las leyes de oferta y demanda. Tú trabajas por un salario que no recoge realmente el valor de tu trabajo (valor de uso), sino que depende intrínsecamente de si existe una demanda fuerte para ese trabajo o bien al contrario (valor de cambio). Estas alienaciones correspondían a la época del capitalismo industrial, pero sin embargo hoy en día adquieren circunstancias relativamente distintas (falta de satisfacción en el trabajo, precariedad laboral o el paro...). b) El capitalismo tiende a expandirse y deglutar otras culturas y economías. El primer aviso de Marx sobre este nuevo sistema productivo es contundente: el capitalismo tiene vocación universal y sometedora de las anteriores formas de producción. El capitalismo, por las peculiares crisis cíclicas provocadas por esa ley de rendimientos decrecientes, está sometido a una continua expansión geográfica: así a comienzos de la Edad Moderna, Europa necesitaba de nuevos capitales y nuevos mercados donde exportar sus 9 Tema 15 Carlos Marx productos, y España incorporó la plata de América mientras Portugal y Holanda hacían lo mismo con la cerámica y las especias de China y Oriente. En el siglo XVI se consigue de esta forma la primera “economía-mundo” en el que ya todos los países están relacionados por el comercio capitalista. Cuando Marx escribe el Manifiesto Comunista (1848), las potencias europeas están a punto de dar el salto a la conquista de África y el Sudeste asiático para apropiarse de sus mercados y sus materias primas2. Pero la crítica de Marx va más allá de este mero contexto geográfico: la revolución capitalista implica un cambio en la superestructura, en la ideología: sienta las bases de un sistema cultural en el que ya no existe otro valor más que el dinero. Bajo la forma de compra y venta cualquier cosa que antes se consideraba sagrada es sometible a un precio. Como se sostiene de forma brillante en el Manifiesto Comunista: “(el capitalismo) Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco, y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio”. Marx en este punto no hace más que seguir el economicismo de Adam Smith y especialmente David Ricardo, pero aplicando la lógica capitalista al sistema de valores culturales y denunciando la alienación y explotación que eso produce sobre los hombres. 6. La propuesta política: El comunismo y la sociedad sin clases. Ante este progresivo agotamiento del capitalismo, la solución para Marx es bien clara: la economía de mercado tiene que ser abolida. Tenemos que ir hacia un sistema en el cual el control de la producción no recaiga sobre los propietarios, sino sobre los trabajadores, los auténticos sustentadores del sistema productivo, y hay que proponer una economía dirigida, no sometida a las leyes de oferta y demanda y en la que la propiedad privada sea abolida. Esta economía dirigida es lo que va a ser entendida como comunismo, que es el medio que defiende Marx para pasar a una sociedad igualitaria, la sociedad sin clases. El dilema está aquí en dos cuestiones: a) el proceso no se puede hacer de una forma pacífica porque cuenta con la oposición de la burguesía, la clase dirigente, que se va a oponer a cualquier reforma pacífica, y b) una economía dirigida necesita un estado fuerte y burocratizado. Si tenemos en cuenta que el liberalismo de Locke y la Revolución Francesa son para Marx productos de la clase dirigente para mantenerse en el poder, es lógico pensar que no escatime en medios para derribar semejantes regímenes políticos y defienda lo que denominó la dictadura del proletariado. Esta toma del poder se haría de forma revolucionaria y estaría garantizada por el número de los proletarios y su conciencia de clase. De ahí la famosa frase de Marx: “proletarios del mundo, uníos”, que quiere decir: tomad conciencia de vuestra situación y rebelaos contra los que os oprimen. 2 En nuestros días, la globalización no es más que un nuevo paso en el proceso de unificación que sugiere la dinámica capitalista: la integración económica de continentes enteros (la NAFTA en América o la UE en Europa) con el fin de lograr espacios de libre comercio y ampliamente competitivos. 10 Tema 15 Carlos Marx Marx sin embargo, no defendía que la dictadura del proletariado se pudiera prolongar indefinidamente en el tiempo. La dictadura era en principio una solución provisional. Esa dictadura quedaría abolida cuando se hubiera alcanzado la sociedad sin clases, meta última de la historia humana y conclusión de la misma, en cuanto que ya no habría más lucha entre clases. La utopía marxista pasaría por la abolición de la propiedad privada, del estado y de las ideologías opresoras del ser humano, como la religión (utopía que, con la experiencia histórica disponible, no se ha logrado hasta ahora). 7. Filosofía de la historia y materialismo dialéctico. La dialéctica constituye para Marx el núcleo de la herencia hegeliana de su pensamiento, aunque Marx evitará y criticará la envoltura abstracta en la que finalmente termina cayendo Hegel. Esta dialéctica marxiana no guardará tanta relación con el momento de la síntesis, sino que sobre todo hará hincapié en la contraposición de los dos momentos opuestos. Veremos aquí dos interpretaciones distintas del materialismo dialéctico: 1. Como interpretación de la naturaleza y la materia. La dialéctica se integra como elemento dinamizador de toda la filosofía de Marx, pero existe una interpretación más concreta de lo que se conoce como materialismo dialéctico (diamat), que en realidad desarrollará Engels y no Marx. Bajo esta perspectiva, se esconde una filosofía de la naturaleza, bajo la cual la naturaleza física deja de ser entendida como una realidad sometida a unas meras leyes físicas universales (el mecanicismo de los científicos y de la edad moderna) y se entiende como una realidad modificable, evolutiva (notemos aquí la influencia de Darwin) marcada por tres aspectos: a) Lucha de contrarios, que actúa como motor de la evolución natural. b) Saltos cualitativos: la acumulación de cambios cuantitativos conduce a un cambio cualitativo. c) Negación de la negación. 2. Como interpretación del devenir de la historia. La dialéctica tal y como la hemos estudiado se orienta hacia el sentido de la historia humana, y lo hemos visto ya a través de la lucha de clases. La lucha entre ambos polos es lo que constituye para él la dialéctica misma. Así, el paso de la sociedad capitalista a la sociedad comunista es de forma dialéctica, de lucha de opuestos radicales. De esta manera una sociedad caracterizada por la alienación humana estará en contrapunto con otra sociedad comunista en el que su característica fundamental es la supresión de esa alienación. Lo verdadero para Marx es por tanto el devenir, la continua superación de estadios históricos a través de esa continua lucha entre los dos opuestos. Cabría hablar aquí de lo inevitable o necesario de la Historia que tendería a un resultado negador de la sociedad capitalista y alienante. Esto ha llevado a muchos a apoyar el mito de lo inevitable del comunismo, pero Marx no afirma esto. Según él, para la llegada del comunismo es necesaria la fuerza y el compromiso del hombre con él, ya que la historia es el producto de la libertad 11 Tema 15 Carlos Marx humana, del hombre que se construye así mismo. El desenlace de la historia no es más que la afirmación definitiva de la libertad humana. 8. Conclusiones: la doble interpretación de Marx. Marx genera tanto amor como odio en el campo de la filosofía (y en el propio autor de estas páginas). Por un lado, Marx defiende una perspectiva puramente humanista, y se le puede considerar como continuador de la Ilustración del siglo XVIII. Tanto los ilustrados como él, lucharon por la emancipación del hombre de la autoridad política y religiosa en primer lugar (con Kant) y después económicas (la crítica a la economía capitalista como alienadora del hombre, con Marx). La parte crítica de toda la filosofía marxista es por tanto, puramente emancipadora e ilustrada, y a ella corresponden sobre todo los escritos de juventud, con los manuscritos de 1844, que tuvieron mucha influencia en la escuela de Frankfurt, nominalmente marxista y hegeliana en sus orígenes. Sin embargo, la propuesta marxista acabó diluyendo esa misma carga humanista. En cuanto quiso construir una teoría puramente científica y sometida a leyes universales de la historia (la dialéctica y el materialismo histórico), el individuo de carne y hueso desapareció tras el concepto de la clase social. El individuo podía sacrificarse en aras de la lucha de clases y la dictadura del proletariado, y con ello, se va en contra de toda la tradición del liberalismo, que Marx considera un producto ideológico. En este sentido, Marx acaba siendo abiertamente contrario al pensamiento de la Ilustración, en cuanto deja de considerar al individuo como sujeto de la historia. Esto vincula fuertemente a Marx con los pensadores de la tradición autoritaria y paternalista, como Platón o Sto. Tomás, donde el dirigente de la sociedad se erige como regente legítimo de la sociedad, en cuanto que conoce aquello que es bueno y justo para dicho orden social. No en vano, K.R.Popper en su libro La Sociedad abierta y sus enemigos, considera a Marx como modelo de sociedad cerrada e intolerante, donde la investigación científica y filosófica acabaría desapareciendo por la falta de libertades políticas. Esto último se puede criticar a Marx, pero no desdice su crítica: la libertad política de los individuos queda vacía si no existe una mínima redistribución económica –una política de igualdad- que garantice a esos individuos un mínimo con el que puedan sobrevivir y desarrollarse plenamente en sus aspiraciones humanas. ¿De qué vale a un brasileño o a un dominicano vivir en una democracia si no tiene para comer o vive en una fabela? Este ideal de igualdad ha traspasado ideologías políticas y fundamenta valores como el estado del bienestar o la lucha contra la pobreza y la exclusión. Al tiempo que induce a cuestionarnos la viabilidad de la democracia en el Tercer Mundo si no está acompañado de estas medidas igualitarias. En este sentido, Marx marca un antes y después, no solo en la filosofía, sino en toda la historia contemporánea. 12 Tema 15 Carlos Marx 13 Tema 15 Carlos Marx Relación dialéctica: oposición Hegel Darwin Objeto (la realidad material) Sujeto (el hombre) 1. El hombre es un ser biológico, material. 2. El hombre está marcado por su trabajo, con el que modifica la realidad que le rodea. Dialéctica: la realidad material está en continuo cambio y superación: TESIS, ANTITESIS, SINTESIS. Materialismo histórico. La historia está marcada por: INFRAESTRUCTURA El trabajo genera una estructura socioeconómica, y unas formas y relaciones de producción, que delimitan al ser humano: clases sociales Formas y relaciones de producción (lo socioeconómico). SUPERESTRUCTURA Lo político y cultural (ideología sustentadora de la infraestructura) Alienación del ser humano: el hombre se convierte en algo ajeno a sí mismo. Religiosa: Dios, opio del pueblo. Política: Estado liberal Social : Clases sociales Económica LUCHA DE CLASES Modelo ESCLAVISTA: Amo- esclavo : vida Modelo FEUDAL: Señor - siervo: tierra Modelo CAPITALISTA: Burgués proletario Posesión del capital. Análisis de las formas de alienación económica en la sociedad del capitalismo industrial: estudio de la mercancía. Valor mercancía = Materias primas + tecnología + salarios + tasa de beneficio PLUSVALÍA: parte del precio de la mercancía que debería ir al salario del trabajador por el valor de su trabajo y que se queda el burgués en su tasa de beneficio. 1. 2. 1. 2. Ricardo A. Smith El valor de una mercancía puede ser: Valor de uso: el precio objetivo de la mercancía. Valor de cambio: el precio de la mercancía en el mercado, sometidos a las leyes de oferta y demanda . Estos precios están a la baja (ley de rendimientos decrecientes) ALIENACIÓN ECONÓMICA El proletario no recibe el salario justo por el valor de su trabajo. El salario del trabajador depende de las leyes de oferta y demanda que regulan el valor de la mercancía. El proletario no es dueño del producto de su trabajo, en cuanto que la mercancía y los medios de producción son del burgués. SOLUCIÓN POLÍTICA (praxis, no pura teoría) Abolición del capitalismo (revolución, toma del poder político, abolición del mercado y de la propiedad privada) Dictadura del proletariado (estatalismo económico, control de los medios de producción, dictadura política) Sociedad sin clases (superación de toda forma de alienación humana FIN DE LA HISTORIA) 14 Tema 15 Carlos Marx 15