Download TEMA 18 LA ESCUELA DE FRANKFURT
Document related concepts
Transcript
Tema 18: la escuela de Frankfurt TEMA 18 LA ESCUELA DE FRANKFURT 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Contexto histórico: el siglo XX “corto” (1914-1989) El siglo XX en la filosofía y la escuela de Frankfurt. Distinción entre teoría tradicional y crítica. La crítica al proyecto ilustrado. La crítica al marxismo. La crítica al neocapitalismo. La propuesta: la ética del discurso. 1. CONTEXTO HISTÓRICO: EL SIGLO XX “CORTO” (1914-1989)1 Al ser la escuela de Frankfurt un movimiento que se perpetúa desde su fundación en 1923 hasta nuestros días, va a atravesar dos períodos bien diferenciados, que van a marcar su investigación: a) El periodo de Entreguerras (1919-1939), marcado por la crisis de la democracia liberal y el ascenso del totalitarismo (fascista o comunista) b) La época de la Guerra Fría (1945-1990), marcada por la aparición de los dos grandes bloques ideológicos de poder y el ascenso del Estado del Bienestar en Europa occidental. Los orígenes de la Escuela de Frankfurt se remontan a las contradicciones en las que se somete Europa y especialmente Alemania tras la I Guerra Mundial, con el advenimiento, tras la abdicación del kaiser Guillermo II, de la república de Weimar. La guerra deja al descubierto las limitaciones de las democracias occidentales y el capitalismo tradicional, y una oleada revolucionaria sacude toda Europa triunfando en la Unión Soviética. El final de la guerra supone también el final de los viejos imperios centrales (Alemania y el Imperio Austrohúngaro): en su lugar aparecen multitud de países en Centroeuropa con un nacionalismo exacerbado. A pesar de la pausa que suponen los años veinte para Alemania, el crack de 1929 reabre las heridas de un capitalismo descontrolado que condena al paro a la cuarta parte de la población alemana. La incapacidad de la república de Weimar para solucionar la crisis económica conduce al triunfo del nazismo de Hitler en 1933 y la consiguiente abolición de la democracia en Alemania y su conversión en un estado totalitario. Al igual que en la Unión Soviética, las libertades y derechos individuales son abolidos, se impone el culto a la personalidad y al estado, y en el caso del nazismo se extienden teorías raciales que van a condenar al pueblo judío a su persecución y casi exterminio (el Holocausto judío). En este ambiente, la escuela de Frankfurt, muy crítica con el totalitarismo, parte al exilio obligado hacia Francia primero y luego Estados Unidos, donde van a continuar su obra. Tras la II Guerra Mundial y la caída de los estados totalitarios, los países vencedores (Estados Unidos y la URSS) se ensalzan en líderes de dos grandes bloques ideológicos y políticos, el bloque occidental, representado por la democracia liberal y el capitalismo, y el bloque comunista. Estos dos bloques inician una política de tensión extrema sin llegar al enfrentamiento que será denominado como Guerra Fría y que se prolonga hasta los años ochenta. Esta época confirma la aparición en el bloque occidental de un capitalismo atemperado por la acción del estado (el Keynesianismo), y la asignación de unos derechos sociales básicos para todos los ciudadanos que van a culminar en la construcción del estado del bienestar. Esto va a propiciar una sociedad marcada por la opulencia y el consumo de masas que tiene su edad de oro entre los años cincuenta y la crisis del petróleo en 1973. Durante estos 1 Este es el nombre que un famoso historiador, Eric Hobsbawn, ha dado al siglo XX con esa peculiar cronología, como el siglo de las ideologías políticas y la “era de los extremos”. 1 Tema 18: la escuela de Frankfurt años se refuerza el papel del estado como controlador de la vida social, económica y política de todos los países occidentales, y se inicia una actitud crítica contra ese estado paternalista y controlador, por un lado, la sociedad de consumo, por otro, y por último una crítica a toda la autoridad tradicional que aún pervivía tras la II Guerra Mundial en la familia, la educación o las diferencias de género. Todo esto condujo en los años sesenta al surgimiento de una contracultura, de carácter eminentemente estudiantil, juvenil y occidental: la generación del baby boom, que no ha vivido la II Guerra Mundial, hija de la opulencia occidental, se rebela continuamente durante la década siendo los más conocidos los sucesos de mayo del 68, promovidos desde las facultades de humanidades de París (Nanterre), y convirtiéndose en un movimiento de carácter revolucionario aunque no en sentido puramente político sino más bien social y cultural, y con un componente fuertemente libertario. La escuela de Frankfurt, y especialmente la obra de Herbert Marcuse, desde Estados Unidos, actuó en muchas ocasiones como inspiradora de estas rebeliones estudiantiles Las circunstancias irían modificándose en la década de los setenta, con la crisis del petróleo y el paulatino aumento del paro en todos los países occidentales, hasta finalmente, la caída de los regímenes comunistas en los años ochenta y la entrada en un capitalismo mucho más agresivo y menos regulado del que se vivió en las décadas anteriores. Aquí entrarían las obras de una nueva generación de filósofos y sociólogos, encabezados por Habermas, que reconducirían la escuela de Frankfurt hacia la teoría de la democracia, la crisis social del estado del bienestar o los problemas de la globalización. 1. El siglo XX en la filosofía y la escuela de Frankfurt. Después de Nietzsche, la filosofía se tiende a hacer mucho más compleja y académica: comienza a desarrollarse en las universidades y vinculados con centros de investigación. Nietzsche es quizás el último gran filósofo que hace filosofía al margen de esas universidades. Esto conduce a una mayor especialización y a la aparición de diferentes escuelas de pensamiento que podemos considerar divididas en dos grandes grupos, siguiendo un criterio casi geográfico: a) La filosofía anglosajona, heredera del empirismo y de la ciencia del siglo XIX, y que va a tener en el neopositivismo y la filosofía analítica sus principales valederos. Sus preocupaciones van a estar vinculadas con la justificación de la ciencia, la lógica y el lenguaje. Dentro de estas escuelas sobresalen autores como Russell, Wittgenstein, o K.R.Popper. b) La filosofía continental, alemana y francesa especialmente, más especulativa y humanista, que cuenta con la fenomenología, la hermenéutica, el existencialismo y la escuela de Frankfurt como corrientes primordiales. Autores como Husserl, Heiddeger o Sartre, entre otros muchos, van a pertenecer a esta corriente. Para nuestro interés, conviene recordar que la escuela de Frankfurt es de origen alemán: tiene su inicio en torno al “Instituto de investigación social” de la universidad de Frankfurt de Meno, gracias a los esfuerzos de Max Horkheimer en los años veinte y con el paso del tiempo va a agrupar a un creciente número de filósofos y sociólogos que se prolonga hasta nuestros días. Si históricamente su investigación está vinculada con las contradicciones del capitalismo avanzado o postindustrial y la emergencia de los estados totalitarios del siglo XX, filosóficamente están vinculados especialmente a la tradición marxista y hegeliana que se proyecta desde el siglo anterior. Pero estos seguidores de Marx no van a pertenecer a la ortodoxia comunista ni ninguna cosa parecida: antes bien, ponen en el punto de mira de sus críticas tanto el capitalismo y el fascismo como el comunismo de la época. 2 Tema 18: la escuela de Frankfurt Por otra parte, las influencias que reciben son muchas y variadas: el psicoanálisis de Freud, la pragmática y la lingüística, la teoría social de Max Weber o la sociología del conocimiento de Mannheim, y sus intereses, igualmente, son muy dispares, afectando a la psicología, la teoría política, la economía o la filosofía. Como decíamos, la escuela de Frankfurt es un término genérico, compuesto por un gran número de miembros que no siempre están en una misma línea de investigación, y que se prolongan a lo largo de todo el siglo hasta nuestros días: a) La primera generación de esta escuela se corresponde con sus fundadores: Adorno, Horkheimer, Herbert Marcuse y Walter Benjamin. Están marcados sobre todo por la crítica al positivismo, los intereses ocultos de la técnica y la crítica a los estados totalitarios, marxistas y fascistas. Con la llegada de Hitler tuvieron que exiliarse a Estados Unidos, para desde allí continuar sus investigaciones. Fueron protagonistas, sobre todo Marcuse, de las rebeliones estudiantiles de los años sesenta. b) La segunda generación se prolonga desde 1960 hasta nuestros días, y tiene a Habermas, K.O. Appel, Claus Offe y Ulrich Beck. Sus planteamientos están orientados hacia la teoría de la democracia contemporánea (Habermas, ética del discurso), el análisis de la crisis del estado del bienestar (Offe) y las sociedades del riesgo y la globalización (Beck). En nuestro país esta corriente tiene una fuerza considerable, hasta el punto que la asignatura de Ética viene a estar fuertemente mediada por sus teorías de la democracia. 2. DISTINCIÓN ENTRE TEORÍA TRADICIONAL Y TEORÍA CRÍTICA. La escuela de Frankfurt se denomina así misma como “teoría crítica” y ya deja claro con ese título que sus pretensiones no van a ser las mismas que las del resto de teorías filosóficas y científicas. Cuando hablamos de “teoría tradicional”, la escuela de Frankfurt hace referencia a la forma como se ha construido el pensamiento científico y técnico a lo largo de la Edad Moderna, especialmente a partir de Descartes, pero también a las teorías vinculadas con las ciencias sociales, la psicología, la política, la sociología y la economía, que han emergido en el siglo XIX siguiendo el modelo del positivismo y las ciencias naturales. Estas teorías han cometido una serie de “errores” en su desarrollo: a) han sido excesivamente abstractas y alejadas del contexto histórico cultural que las ve nacer. La ciencia se ha creído siempre dentro de un desarrollo completamente independiente del contexto en el que surge. b) Se han creído supuestamente objetivas. Según Max Weber2, las ciencias sociales son neutrales, están basadas en juicios de hecho (juicios objetivos, descriptivos) y nunca usa juicios de valor (juicios subjetivos, normativos, interpretativos). c) Por último las teorías tradicionales han estado alejadas de una praxis, de una puesta en práctica: describen cómo es la realidad, pero no intentan transformarla. Para ellos la ética y la moral no tiene nada que ver con la investigación científica: son ámbitos separados. 2 Sociólogo alemán (+1920), fundador de la llamada sociología comprensiva y uno de los padres clásicos de la sociología, junto a Comte, Marx o Durkheim. Con él la sociología llega al status de ciencia. 3 Tema 18: la escuela de Frankfurt Frente a esto la “teoría crítica” defiende: a) La historicidad de cualquier teoría científica o social, siguiendo las tesis de Hegel y Marx. Ningún descubrimiento se puede explicar sin el contexto histórico que lo explica, especialmente el socioeconómico. b) Tiene un componente de desenmascaramiento: Toda teoría tradicional tienen una carga ideológica, y la teoría crítica debe intentar descubrir los intereses ocultos que pueden manifestar. Todas ellas están sometidas a relaciones de poder que pueden influir en esas ciencias, es decir, pueden encubrir los intereses de una clase social o sobre todo para la Escuela de Frankfurt, las ineficiencias o exigencias de un sistema impersonal (como el estado o el capitalismo). c) Toda teoría crítica que se precie debe tener un componente emancipativo, de liberación, y que por lo tanto no se quede en una mera exposición teórica (importancia de la praxis). Esto quiere decir que la teoría crítica tiene el deber de actuar en nombre de la reforma y mejoramiento de una sociedad determinada, y no ofrecer meramente una descripción poco implicada y distante. El análisis de la Escuela de Frankfurt va a estar por tanto muy comprometido con estos apartados anteriores. Va a hacer una revisión crítica de toda la cultura occidental, la política y la sociedad y va a intentar mejorarla con sus aportaciones. 3. LA CRÍTICA AL PROYECTO ILUSTRADO. La Escuela de Frankfurt tiene una pregunta muy concreta: ¿Cómo fue posible que de la sociedad ilustrada y liberal del siglo XIX salieran en el siglo siguiente monstruos como el totalitarismo de Stalin y Hitler o la bomba atómica? Para explicar esto, y a la hora de analizar la crisis de la sociedad post-industrial contemporánea (es decir, la sociedad del siglo XX hasta nuestros días), van a focalizar su análisis en las deficiencias de aquel proyecto histórico que marcó el inicio y las características de nuestra sociedad: el proyecto de la Ilustración, que empapó la cultura europea durante los siglos XVIII (Kant) y XIX (positivismo, Comte, Marx…). Este es el tema fundamental de la obra conjunta de Max Horkheimer y T. Adorno, La Dialéctica de la Ilustración, y una de las más importantes en la trayectoria de la escuela. Tradicionalmente consideramos a Kant y los ilustrados como los forjadores de un proyecto de emancipación para los individuos europeos, de garantizarles su libertad desde la adquisición de su autonomía. En nombre de la razón se luchó contra la intolerancia, la superstición y la opresión de los “tutores” sobre los “menores de edad”. Junto a esta lucha por las libertades de los hombres, se hizo necesaria también la dominación y sometimiento de la naturaleza a los fines e intereses de los hombres, para conseguir un mayor bienestar de la sociedad: la técnica y la ciencia se pusieron al servicio de la razón ilustrada (Francis Bacon, siglo XVII). Sin embargo, detrás de este proyecto existían otras fuerzas que conducirían a los hombres a otro tipo de opresión. Esas fuerzas se centraban básicamente en la confianza que tenían los ilustrados en el progreso de la ciencia y de la técnica que según ellos conducirían a los hombres a una mayor cota de libertad y bienestar. Pero en el siglo XIX, con la Revolución Industrial, se observa claramente que esa ciencia se convierte en una técnica al servicio de un sistema socio-económico, en 4 Tema 18: la escuela de Frankfurt el que prima la obtención de un beneficio individual o una gestión eficaz, independientemente de los fines para los que valgan, y en el que los propios individuos se pueden convertir en meros medios técnicos para conseguir un objetivo. Pensemos que, por ejemplo, que Einstein se sentiría traicionado cuando todos sus esfuerzos en el campo de la física se pusieron en manos de científicos americanos para construir la bomba atómica. Ante esta triste perspectiva, la razón ilustrada ha perdido su componente emancipativo, crítico y liberador, y se queda meramente en perpetuador de lo establecido, en este caso, del capitalismo y los intereses particulares del estado. Por detrás de esta ciencia que se ha olvidado de los hombres, existe lo que se denomina la hegemonía de una razón instrumental. Ese uso de la razón se plantea los medios para conseguir algo de la forma más eficiente posible, sin plantearnos o dejando en puntos suspensivos cualquier tipo de consecuencia ética que pueda existir (una ametralladora, cámaras de gas, la bomba H…). Estos avances técnicos son todos grandes esfuerzos de la razón humana, pero son destructivos porque han perdido por completo cualquier referencia a un mundo ético y no se preocupa en absoluto por sus consecuencias para la humanidad. En definitiva, a los tipos de alienación propuestos por Marx se añaden ahora la alienación producida por la hegemonía de la técnica, cuyos fines no se cuestionan y del que se desconocen sus intereses ocultos o impersonales. De esta forma, el ser humano se ha convertido en parte de la naturaleza que entra dentro del dominio de la impersonal razón instrumental. La razón instrumental servía para dominar la naturaleza: ahora el hombre forma parte de esa misma naturaleza dominada y eso genera la última forma de alienación conocida. Las consecuencias de todo esto son una progresiva deshumanización de las sociedades desarrolladas en las que el individuo se convierte en un engranaje más del sistema -el estado totalitario o la economía capitalista- y sometido a los criterios de la eficacia económica y la razón instrumental: en manos del estado nos convertimos en unos meros números (el N.I.F.) donde se acumulan todos nuestros datos personales, para los economistas somos una mera fuerza de consumo, un determinado salario. Es preciso según esta escuela preguntarnos por los fines, el componente ético que deberían tener muchas de las acciones humanas (razón práctica o emancipativa). 4. La crítica al totalitarismo. Esta crítica aparece a lo largo de todos los autores de la escuela y es consecuencia directa de lo dicho anteriormente. La Escuela de Frankfurt vive directamente el drama de la Alemania nazi y obliga a sus representantes al exilio. Sin embargo, el concepto “totalitarismo” que usa la teoría crítica rebasa con mucho el significado histórico del término. Los estados tecnocráticos, ya sean fascistas, capitalistas, democráticos o comunistas, tienden a acumular un poder desmesurado a través de sus administraciones de técnicos y burócratas. Para la Escuela de Frankfurt, estos estados, movidos por intereses e ideologías determinadas, imponen medidas homogeneizantes a todos los miembros de una sociedad. Esos fines globales –ya sea los derechos universales que persigue un estado del bienestar, una utopía racial en un sistema fascista, o la igualdad radical en un sistema comunista-, se aplican sobre individuos a los que se les trata bajo un mismo patrón. Todos los rasgos individuales de las personas desaparecen o no son 5 Tema 18: la escuela de Frankfurt tomados en cuenta bajo estas burocracias que solo buscan una gestión eficaz de acuerdo con los fines que desean alcanzar (otra vez, la aplicación de la racionalidad instrumental mencionada). Esto fue planteado por Theodor Adorno en su Dialéctica negativa. La propia actividad filosófica es una actividad de abstracción y generalización: intenta plasmar lo múltiple bajo una unicidad originaria y racional. La identidad ideal, pensada, anula el carácter real de lo diverso sensible. Esto, que en el campo de la reflexión teórica es relativamente inofensivo (Parménides, Hegel o Platón lo intentaron hacer), se convierte en algo sumamente peligroso cuando lo llevamos a la praxis social y tecnológica. Cualquier estado político recoge un patrón o un modelo de individuo y lo exporta a toda la sociedad, rompiendo o haciendo caso omiso de la identidad individual de los hombres. De esta forma, y por poner el ejemplo más radical, el estado totalitario nazi reduce el ser humano a la pertenencia al pueblo ario (la raza perfecta) o a aquellos inferiores que deben ser eliminados (el pueblo judío). Da igual que entre los judíos estén personalidades de la talla de Einstein, Thomas Mann o Sigmund Freud. Su condición de judíos reduce todas sus individualidades y los convierten en un objeto a eliminar. Naturalmente, es fácil intuir que el carácter “totalitario” va más allá de los regímenes soviéticos o nazis. La sociedad neocapitalista, la ciencia, la burocracia y los legisladores de las democracias liberales actúan de forma “totalitaria” cuando reducen la realidad compleja a un mero número; cualquier administración de los estados modernos tiende a ser totalitaria por naturaleza, en cuanto que tiende a unificar y homogeneizar las diferencias individuales y someterlos a meros criterios de razón instrumental. De ahí viene la crítica en el texto de Horkheimer cuando nos dice que “hemos llegado a la convicción de que la sociedad se desarrollará hacia un mundo administrado totalitariamente. Que todo será regulado, ¡todo! “. E igualmente, la pretensión de Horkheimer es que esas diferencias individuales y la dignidad de los individuos debe ser conservada y respetada: esta es en definitiva, la constancia de que la Escuela de Frankfurt quiere seguir fiel a los principios más básicos y originales de la Ilustración. 5. LA CRÍTICA AL MARXISMO. Aunque la escuela de Frankfurt se declare teóricamente marxista, lo cierto es que todos sus miembros muy pronto va a distanciarse del “socialismo real” (es decir, el triunfante en la revolución de 1917). Nuevamente, la escuela de Frankfurt ensalza los esfuerzos de Karl Marx para liberar al hombre, en su crítica al capitalismo. Causan en la escuela mucha expectación la revisión de sus primeros escritos, donde se centra más en la alienación -Manuscritos de 1844- y La ideología alemana. Sin embargo, los de Frankfurt consideran que el Marx maduro propone una serie de instrumentos políticos que lejos de emancipar al hombre, lo condicionan a un mayor sufrimiento y alienación. Esto queda al descubierto en la dictadura de Stalin a partir de su ascenso al poder en los años treinta. La Escuela de Frankfurt critica que: a) Marx había considerado el estado como parte de la superestructura en el materialismo histórico, es decir una construcción posterior y legitimante del sistema económico. Sin embargo, una vez instituido, el sistema estatal y su burocracia tienden a institucionalizarse y perpetuarse en el tiempo, haciéndose tan poderoso y alienante como el sistema económico. 6 Tema 18: la escuela de Frankfurt b) En nombre de la revolución, se ha establecido una dictadura del proletariado que lejos de ser un estadio intermedio entre el capitalismo y la sociedad sin clases, se ha consolidado como única forma de mantenimiento del socialismo, originando un estado autoritario. c) El estado autoritario marxista ha puesto en entredicho los principios de la Ilustración, en los que se entendía la autonomía y libertad de los individuos como principio de justicia legitimador del estado gobernante. En su lugar, ha legitimado los mismos errores que el totalitarismo: ha impuesto el culto a la personalidad (Stalin), un aparato administrativo y burocrático impersonal que se justifica así mismo (el partido) y ha suprimido todas las libertades del liberalismo. d) El capitalismo ha evolucionado en un sentido que Marx no había previsto: será capaz de superar sus crisis internas gracias al keynesianismo3 y la intervención del estado (la crisis del 29) y promover una mayor calidad de vida a sus integrantes, al menos en el mundo desarrollado. La lucha de clases, motor del materialismo histórico y la dialéctica, se ha desactivado parcialmente: el conflicto entre burgueses y proletarios se hace menos radical con la aparición de una amplia clase media que además son “obreros de cuello blanco” funcionarios- y no el viejo proletariado industrial, que pierde fuerza. En los escritos últimos del fundador de la escuela (el texto de Horkheimer) existe el profundo convencimiento que la teoría política gira en torno a dos variables irreconciliables entre sí: la justicia (o igualdad económica, social) y la libertad. Cualquier política que busca la justicia y la igualdad tiende a crear un estado fuerte, ser autoritaria y restringe la libertad de los individuos. En cambio las políticas que garanticen mayores cotas de libertad individual promocionan a su vez un mayor grado de desigualdad e injusticia social. Esta es una tesis compartida prácticamente por toda la filosofía política de la Guerra Fría (1945-1990): el marxismo tradicional habría buscado la igualdad pero habría dejado en el camino todas las libertades. Al mismo tiempo, el capitalismo, al estar basado en el libre mercado y la iniciativa privada para obtener el mayor beneficio personal está basado directamente en la promoción de estas desigualdades. Propiciar en nuestro tiempo una nueva revolución social significaría destruir buena parte de las libertades individuales garantizadas desde la Ilustración y promovidas por las democracias occidentales. La actitud de Horkheimer tiende a ser así más conservadora de lo conseguido y menos defensora de nuevos cambios. Sin embargo, no todos los integrantes de la escuela se muestran tan recelosos de la acción. De los escritos de la Escuela surgirá un nuevo concepto de izquierda en los años sesenta (New Left, o Nueva Izquierda), que se va a desmarcar del comunismo, y va a empujar su crítica hacia el propio estado, al principio de autoridad, y va a promover la igualdad de la mujer, la liberación sexual. Herbert Marcuse, entre otros, va a ser el principal inspirador de estos intelectuales hippies y anarquistas. 6. LA CRÍTICA AL NEOCAPITALISMO. Por neocapitalismo hay que entender el capitalismo posterior al año 1929 y sobre todo, después de la II Guerra Mundial hasta nuestros días. Este neocapitalismo hasta la crisis de los años setenta, 3 Modelo económico expuesto por KEYNES, en el que se defiende la regulación del mercado por parte del estado y su amplia participación en el mismo. 7 Tema 18: la escuela de Frankfurt está marcado por la intervención del estado, la moderada redistribución de la riqueza hacia la clase trabajadora (estado del bienestar) y la necesidad del consumo de masas para estimular el crecimiento de la economía. A partir de 1973 y las siguientes crisis que le suceden (especialmente la que estamos viviendo), reorientan ese capitalismo, que se hace más agresivo, menos sometido al control del estado, y promoviendo fracturas y crisis sociales. Ante esta evolución del capitalismo, la escuela de Frankfurt ha planteado varias críticas: a) La crítica al consumo de masas. Hasta los años setenta asistimos a la edad de oro del neocapitalismo. Aunque indudablemente la lucha de clases es superada en esta época en el mundo desarrollado, el auge del bienestar provoca otros problemas, causados por el consumo de masas. Para autores como Marcuse, el consumo se convierte en justificador del sistema económico: genera una cultura y un hombre unidimensional. A partir de los años cincuenta, el consumo se vuelve válvula de escape, el lugar de nuestra vida privada donde podemos realizarnos, hasta el punto que las cosas que poseemos se convierten en parte de nuestra esencia humana y última forma de alcanzar la felicidad y evitar la frustración: “la gente se reconoce a sí misma en sus mercancías, encuentra su alma en su automóvil, en su equipo de música, en su vivienda familiar, en su equipamiento de cocina”4. Todo lo demás está sometido a la lógica impersonal de la eficacia económica que demandan el sistema económico y político, pero la sociedad en su conjunto está plenamente satisfecha gracias a ese consumo material. Esto provoca la reducción de lo verdaderamente humano a un ámbito únicamente privado, sin posibilidad de realización a nivel comunitario y acallando toda crítica eficaz contra las posibles injusticias del sistema. La antigua represión estatal se hace ahora innecesaria porque el sistema ha conseguido la sumisión incondicional de un individuo satisfecho, y la filosofía como saber crítico perdería su lugar en la cultura humana. b) El poder estatal. Tras la II Guerra Mundial, los estados se han convertido en enormes máquinas burocráticas y tecnocracias5 que manejan grandes recursos económicos, y que regulan buena parte de la vida privada de los individuos de la sociedad occidental en nombre de una racionalidad colectiva y un interés común. Esto los convierte, como había ocurrido con el marxismo, en enormes sistemas autoritarios: bajo la apariencia de una democracia, hasta los más pequeños detalles de la vida cotidiana (como por ejemplo, fumar en un bar) son controlados en aras de un mayor bienestar (la salud pública). Evidentemente puede haber una buena razón, (abstracta, general, dirá Adorno), para no permitir fumar en lugares públicos, pero su aplicación se hace a costa de la libertad de los individuos (un individuo puede considerar, por ejemplo, que quiere correr el riesgo de morir envenenado por el tabaco). Esta crítica aparece implícita en el texto de Horkheimer, y también en muchas intervenciones del conocido teórico social Jorge Vázquez a lo largo del curso6. c) La crisis del estado del bienestar. 4 MARCUSE, H. El Hombre unidimensional (1964). Una tecnocracia es literalmente, gobierno de técnicos, supuestamente neutral y apolítico. 6 Es llamativo que esta crítica al poder estatal sea común entre economistas libertarios y conservadores como F. Hayek o M. Friedman y el ala más progresista de la escuela de Frankfurt. 5 8 Tema 18: la escuela de Frankfurt A partir de los años setenta, las crisis económicas tienden a afectar nuevamente a amplios sectores de la sociedad occidental con un creciente desempleo. Eso empuja a una tensión entre el sistema económico y el político, que hasta ese momento habían convivido armónicamente a través del estado del bienestar. Según Habermas y Offe7, el sistema económico capitalista neoliberal cuestiona las regulaciones del sistema estatal, por ser demasiado costosas e ineficientes. Al mismo tiempo, el estado empieza a perder legitimidad ante la población y la sociedad civil, porque ya no puede seguir prestando los mismos servicios sociales básicos ni asumir el pleno empleo si no es a costa de déficit público o de subidas de impuestos impopulares. La consecuencia de esto es el paulatino deterioro del estado del bienestar y el empobrecimiento de los grupos más vulnerables de la sociedad. Esta tiende otra vez a polarizarse entre ricos y pobres o excluidos, y la conflictividad social se recrudece. AUGE Y CAÍDA DEL ESTADO: ANTES Y DESPUÉS DE 1973 (O DE 2010) Sistema económico (mercados, empresas) El estado regula el sistema económico para evitar crisis cíclicas y repartir la riqueza. (Keynesianismo) Sistema económico (mercados, empresas) El sistema económico obliga al estado a destruir las regulaciones por ser “ineficientes” en términos económicos. (neoliberalismo) d) Sistema político (clase política, burocracia) Los enormes costos de la burocracia son legitimados ante la sociedad por los bienes públicos que ofrece (estado del bienestar). Sistema político (clase política, burocracia) El sistema político es cuestionado por ineficiente y derrochador. El estado se endeuda para intentar mantener derechos básicos, al tiempo que pierde control sobre el sistema económico. Sistema social (sociedad civil, votantes) El estado regula la sociedad a cambio de ofrecer derechos socioeconómicos básicos y consumo privado. Paz social Sistema social (sociedad civil, votantes) La sociedad cuestiona al estado porque es incapaz de garantizar derechos básicos (pleno empleo, educación, sanidad). Conflicto creciente. Los problemas de la globalización y la sociedad del riesgo. A todo esto hay que añadirle, a partir de los noventa, los problemas de la globalización. La lógica interna del neocapitalismo había supuesto que su crecimiento podía ser continuo y sin límites naturales, y que estaba libre de riesgos no previstos. Ulrich Beck propone la existencia de la sociedad del riesgo8: existen riesgos globales no deseados ni previstos en los inicios de la sociedad industrial y tecnológica que pueden afectar el desarrollo de la humanidad en su conjunto: el riesgo ecológico (un cambio climático irreversible), el riesgo tecnológico (una biotecnología que se escapa de las manos, accidentes nucleares), el riesgo económico (una economía capitalista cada vez más injusta por la globalización…). Frente a estos riesgos, los estados nacionales tradicionales (por 7 OFFE, C., Contradicciones en el estado del bienestar (1990) HABERMAS, J., legitimación en el capitalismo tardío (1986). 8 BECK, Ulrich La sociedad del riesgo, 1986 Problemas de 9 Tema 18: la escuela de Frankfurt ejemplo Francia, EEUU o incluso China) son impotentes: se hace necesaria una creciente cooperación internacional a escala planetaria. 7. LA PROPUESTA ALTERNATIVA: LA ÉTICA DEL DISCURSO DE HABERMAS. La actitud crítica de la escuela de Frankfurt exige una respuesta ante los desafíos de esta sociedad dominada por la razón instrumental. La reivindicación fundamental es un renovado interés por la racionalidad práctica o emancipativa (encargada de los fines) que sea capaz de dirigir esa otra racionalidad ciega y acrítica de la técnica (los medios). Pero esto nos separa del campo de la ciencia y nos lleva al ámbito de la moral y la política, y la problemática estriba en cómo poder establecer un acuerdo colectivo que sea válido y aceptado por todo el mundo. Desde los comienzos de la escuela, se lanzaron propuestas muy dispares para resolver este problema: Herbert Marcuse, por ejemplo, apelaban a la capacidad del psicoanálisis de Freud como forma para resolver las neurosis colectivas del capitalismo: el estudio de nuestra parte inconsciente o irracional nos ayudaría a resolver las represiones ocultas que impone el sistema político y nos ayudaría a reencontrarnos con el elemento individual, creativo, original (las fuerzas de eros) que ha permanecido oculto o acallado bajo el alienante consumo de masas. La propuesta que se mantiene con más fuerza en nuestros días parte de lo que se conoce como la ética del discurso o ética comunicativa, defendida por autores como Habermas y ampliamente extendida en nuestro propio país. La ética del discurso propone generar unas condiciones óptimas de comunicación para que el diálogo entre los distintos individuos integrantes de una sociedad permita alcanzar un acuerdo o un consenso entre todas las partes implicadas. Necesariamente, Habermas confía en el carácter racional de estas partes en diálogo que permite su predisposición hacia un acuerdo intersubjetivo, así como la inexistencia de intereses ocultos que han sido puestos previamente al descubierto por la crítica filosófica. En el fondo, Habermas reivindica una ética kantiana del deber, basada en el principio de universalidad (vamos a defender algo que pueda ser aceptable por todos, poniéndome yo en la piel de los demás) y el imperativo categórico, y que se aplica a la toma de decisiones en conjunto. Esta teoría tiene hoy en día tal fuerza que hoy se ve como una de las principales legitimaciones teóricas de la democracia liberal y en parte, justifica la presencia de asignaturas como Valores, EpC, o Ética en el panorama educativo europeo. La escuela de Frankfurt y el profesor Doofenshmirtz. Uno de los temores más fundados de esta escuela parte de considerar el doble filo de la tecnología: progreso humano al mismo tiempo que amenazas para la humanidad. ¿Qué ocurre si la tecnología cae en malas manos, como un científico loco o un terrorista? ¿O cuando provoca accidentes no intencionados, como el del tsunami que provocó la crisis de Fukushima? Esta es la preocupación fundamental que mantiene en vilo a la última generación de la Escuela en nuestros días y que viene a explicarse dentro de lo que se entiende como “consecuencias no deseadas de la modernidad”: es decir, aquellas situaciones no previstas por científicos, políticos y teóricos sociales en el desarrollo de una sociedad ultratecnológica como la nuestra. 10 Tema 18: la escuela de Frankfurt TEXTO DE HORKHEIMER HORKHEIMER, M., Sociedad en Transición. Estudios de filosofía social,, M. Horkheimer, Barcelona, 1986, pp.58-59 Evolución de la escuela Críticas al marxismo Errores en las predicciones de Marx: neocapitalismo. Importancia del estado Como regulador de las crisis económicas. Oposición entre justicia (igualdad) y libertad. Estado neocapitalista Importancia del Estado y su Racionalidad Instrumental: regulación de la vida cotidiana. Ahora debo describirles a ustedes cómo se llegó de la teoría crítica de entonces a la teoría crítica de hoy. Aquí, el primer motivo lo constituye la idea de que Marx estuvo equivocado en muchos puntos. Sólo mencionaré unos pocos: Marx afirmó que la revolución seria un resultado de las crisis económicas, cada vez más agudas, unidas a la progresiva miseria de la clase trabajadora en todos los países capitalistas. Esto induciría finalmente al proletariado a poner fin a este estado y a crear una sociedad justa. Empezamos a darnos cuenta de que esta teoría era falsa, porque a la clase trabajadora le va ahora mucho mejor que en tiempos de Marx. Muchos trabajadores se convierten de simples obreros manuales en empleados con una categoría social más elevada y con mejor tenor de vida. Además, el número de empleados aumenta constantemente con respecto al de los obreros. En segundo lugar, es evidente que las crisis económicas graves son cada vez menos frecuentes. En gran parte pueden impedirse mediante intervenciones de tipo económico-político. En tercer lugar, lo que Marx esperaba en definitiva de la sociedad correcta es probablemente falso por el mero hecho de que (y este principio es importante para la teoría crítica) libertad y justicia están tan unidas como que constituyen cosas opuestas; a mayor justicia, menos libertad. Para que las cosas se efectúen con justicia, se les deben prohibir a las personas muchas cosas, sobre todo el no imponerse a los demás. Pero cuanta más libertad hay, tanto más aquel que desarrolla sus fuerzas y es más listo que el otro podrá al final someter al otro, y por consiguiente, habrá menos justicia. El camino de la sociedad que por entonces comenzamos a vislumbrar y que ahora juzgamos, es completamente diferente. Hemos llegado a la convicción de que la sociedad se desarrollará hacia un mundo administrado totalitariamente. Que todo será regulado, ¡todo! 11 Tema 18: la escuela de Frankfurt Amenazas del Totalitarismo. Guerra Fría Conclusiones: Compromiso con el Ideal emancipativo de la Ilustración (Kant) Precisamente cuando se haya llegado al punto de que los hombres dominen a la naturaleza, y todos tengan suficiente comida y nadie necesite vivir peor o mejor que el otro, porque cada cual podrá vivir de un modo bueno y agradable, entonces tampoco significará ya nada que uno sea ministro y el otro simplemente secretario, entonces acabará siendo todo igual. Entonces podrá regularse todo automáticamente, tanto si se trata de la administración del Estado, como de la regulación del tráfico o de la regulación del consumo. Esta es una tendencia inmanente en el desarrollo de la humanidad, tendencia que, sin embargo, puede ser interrumpida por catástrofes. Estas catástrofes pueden ser de naturaleza terrorista. Hitler y Stalin son síntomas de ello. En cierto modo, quisieron realizar la unificación demasiado deprisa y exterminaron a los que no se ajustaban a ella. Tales catástrofes pueden ser ocasionadas por la competencia, la cual ha pasado de los individuos a los Estados y finalmente a los bloques, y conduce a guerras que interrumpen por completo todo el desarrollo. Piensen ustedes en la bomba de hidrógeno y todo lo demás, por ejemplo, bombas capaces de infectar con bacterias a países enteros. Así, nuestra teoría crítica más moderna ya no defiende la revolución, porque, después de la caída del nacionalsocialismo, en los países del Occidente, la revolución se convertiría de nuevo en un terrorismo, en una nueva situación terrible. Se trata más bien de conservar aquello que es positivo, como, por ejemplo, la autonomía de la persona individual, la importancia del individuo, su psicología diferenciada, ciertos factores de la cultura, sin poner obstáculos al progreso. Y con esto y un bizcocho… ¡La filosofía al hoyo! 12