Download Ejercicio Físico en HTA

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
concomitantes
HTA
Ejercicio físico en
y patologías
Ejercicio físico en
y patologías
HTA
concomitantes
Hipertrofia ventricular izquierda
Obesidad
Diabetes
Síndrome metabólico
Pilar Martín Escudero
Ejercicio físico en
y patologías
HTA
concomitantes
Hipertrofia ventricular izquierda
Obesidad
Diabetes
Síndrome metabólico
Prof. Dña. Pilar Martín Escudero
Doctor en Medicina y Cirugía
Médico especialista en Medicina de la
Educación Física y el Deporte
Prof. Facultad de Medicina UCM. Madrid
Índice
1. Introducción a conceptos deportivos ........................................................................... 1
2. Definición, clasificación, etiología y determinación de la hipertensión ............... 2
3. Prevalencia de la hipertensión, y patologías concomitantes
en España y en el mundo ................................................................................................ 3
4. Respuesta de la Presión Arterial al ejercicio .............................................................. 4
Idea original, edición y diseño:
YOU & US, S.A. 2010
Ronda de Valdecarrizo, 41 A - 2.ª planta
Tel: 91 804 63 33 - www.youandussa.com
Tres Cantos. 28760 Madrid
Diseño de portada e interiores:
Equipo de Diseño YOU & US, S.A.
ISBN: 978-84-691-xxxx-x
DL:
• Efectos del ejercicio sobre la tensión arterial .................................................... 5
• Efectos del entrenamiento sobre la tensión arterial ........................................ 6
• Valor de la evolución de la tensión arterial en la prueba
de esfuerzo como predictor de hipertensión .................................................... 7
5. Respuesta al ejercicio sobre las enfermedades concomitantes con la HTA ..... 8
• Efectos del ejercicio sobre la hipertrofia ventricular izquierda ..................... 9
• Efectos del ejercicio sobre la Obesidad ........................................................... 10
• Efectos del ejercicio sobre la Diabetes ............................................................ 11
• Efectos del ejercicio sobre el Síndrome Metabólico ..................................... 12
6. Consideraciones generales sobre la prescripción de ejercicio
en la HTA y patologías concomitantes. Reconocimiento médico
deportivo previo a la práctica deportiva .................................................................... 13
7. Nuevas directrices del tratamiento de la HTA. Interacción de los
fármacos con el ejercicio y en el deporte de alta competición ........................... 14
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de
prescripción de ejercicio físico en la HTA. Tipos de ejercicios
y sus características de intensidad, frecuencia y duración .................................. 15
“Esta obra se presenta como un servicio a la profesión médica. El contenido de la misma
refleja las opiniones, criterios, conclusiones y/o hallazgos propios de sus autores, los cuales pueden no coincidir necesariamente con los de---------. Algunas de las referencias
que, en su caso se realicen sobre el uso y/o dispensación de los productos farmacéuticos
pueden no ser acordes en su totalidad con la correspondiente Ficha Técnica aprobada por
las autoridades sanitarias competentes, por lo que aconsejamos su consulta”.
• Entrenamiento de resistencia .............................................................................. 16
• Entrenamiento de fuerza ...................................................................................... 17
• Entrenamiento de flexibilidad .............................................................................. 18
9. Bibliografía ......................................................................................................................... 20
III
1. Introducción a conceptos
deportivos
Se define al deporte como toda actividad física o mental, que está sujeta a reglas o que se hace de
forma planificada, considerándose como uno de los fenómenos sociales más importantes y con mayor
auge del mundo contemporáneo (13, 25)
En el deporte volcamos mucho entusiasmo e ilusiones y hasta alguna frustración, es decir, es una
representación de nuestra forma de vivir, pero en forma de juego. Por lo tanto, podemos considerar
a las actividades físicas y el deporte como manifestaciones culturales presentes en todos los grupos
y sociedades, siendo una parte importante del bagaje socio-cultural del individuo (15, 25, 44, 68).
Durante siglos, la evolución del ejercicio físico y del deporte ha sido lenta, al igual que el desarrollo
tecnológico. Pero en el siglo XX, este avance ha sido espectacular, variando en muy poco tiempo. Esto
ha facilitado el auge de la cultura física y el deporte, aumentando la oferta de actividades relacionadas con el deporte, y convirtiendo al deporte en una institución propia de las sociedades desarrolladas. Este deporte de ocio mantiene relación estrecha con parámetros tales como la ocupación activa
del ocio, la salud y la realización personal (25, 44, 51, 68).
Los dos principales factores que intervienen en el estado de salud de las personas son las características genéticas y el estilo de vida. La mayor parte de las enfermedades tienen una base genética, pero
el estilo de vida del individuo es el factor que determina que la patología se desarrolle en el transcurso de los años. Dado que el ejercicio físico está relacionado con cambios positivos tanto en las personas sanas como enfermas, su práctica deberá ser alentada, promovida y facilitada por las personas
e instituciones responsables como parte del tratamiento y como preventivo de las mismas (51, 77).
Los estudios realizados desde la perspectiva funcionalista para entender por qué la gente se introduce en el mundo de la práctica deportiva nos indican que son las habilidades y características de la
gente, la influencia de la familia y amigos, la existencia de oportunidades, experimentar éxito y divertirnos, es lo que nos incita a la práctica deportiva. Pero sin duda, el valor sobreañadido o asociado de
la práctica deportiva con el de salud o buena forma física, como un bien u objetivo a perseguir, para
afrontar mejor nuestro trabajo o actividad cotidiana, es lo que está en la base de la indicación o prescripción de ejercicio físico en personas sanas y con enfermedades crónicas (25, 44, 68).
Cada día más investigaciones redundan sobre los efectos beneficiosos del ejercicio en diferentes sistemas orgánicos, siendo, por tanto, fuente de salud y factor protector contra las enfermedades de la
modernidad, especialmente las de tipo cardiovascular y como coadyudante al tratamiento farmacológico y no farmacológico de otras. La salud que perseguimos no sólo es la física, sino la salud mental,
o la fortaleza para afrontar las situaciones difíciles, resistir la presión y sobreponerse a las dificultades.
Esto se puede conseguir con un deporte bien prescrito y adecuadamente planificado (26, 78).
1. Introducción a conceptos deportivos
1
Es por esto que el concepto de prescripción de ejercicio ha empezado a primar, sobre todo en el
ámbito médico, como un proceso por el cual a una persona, sana o enferma, se le recomienda un régimen de actividad física individualizado y adecuado a sus necesidades, a diferencia del concepto clásico de prescribir o recetar un fármaco, un tratamiento o un procedimiento (68).
En el caso que nos atañe que es el ejercicio físico en hipertensos, se ha visto que en un 20 30% de
los pacientes hipertensos, consiguen un buen control de su tensión arterial, con un simple programa
de ejercicio físico unido a una serie de medidas higiénico dietéticas; esto nos demuestra que el ejercicio físico ocupa un lugar destacado en la prevención primaria de la hipertensión arterial sobre todo
en la de tipo leve o limítrofe (25, 44, 68).
Para poder realizar esta prescripción, en el ámbito de la medicina del deporte, es conveniente conocer los efectos que produce el esfuerzo físico sobre nuestro cuerpo y conocer los diferentes sistemas
por los que el organismo capta energía durante el ejercicio.
1.1. Sistemas energéticos y utilización según el esfuerzo
El organismo está diseñado para moverse y poder realizar todo tipo de actividades con los fines más
diversos, para esto el cuerpo humano es una central de energía sofisticada que produce energía y permite así que sus células funcionen (56).
Durante la realización de ejercicio se desencadenan en el organismo una serie de modificaciones fisiológicas, tanto de forma inmediata como permanente, y también de forma diferente según se trate de
un individuo de vida sedentaria o de una persona entrenada regularmente (9) (54), destinadas a:
• Oxidación de los ácidos grasos: Por medio de este sistema energético, puramente
aeróbico, se oxidan los ácidos grasos que se hallan almacenados en el organismo en forma
de triglicéridos (tres moléculas de ácidos grasos y una de glicerina) (46) (49).
Los substratos energéticos utilizados varían con el esfuerzo físico. No es solamente la sucesión de una
serie de sistemas energéticos que "se encienden" y "se apagan" sino más bien, una mezcla continua
con superposición de cada modo de transferencia energética con predominancia de un tipo de fuente energética (46). Basándonos en la duración del esfuerzo realizado, podemos establecer cuatro diferentes grupos (Fig. 1):
• Ejercicios de menos de treinta segundos. La energía se obtiene predominantemente del
sistema del fosfágeno. Esta fuente energética es mínima en personas de edad avanzada (53).
Aunque todos los deportes requieren de la utilización de los fosfatos de alta energía, muchas
actividades dependen casi exclusivamente de este medio de transferencia tales como el fútbol
americano, la halterofilia, determinadas modalidades del atletismo, el béisbol y el voleibol (46).
• Ejercicios de treinta segundos a minuto y medio. La energía predominante en este caso es la
glicolisis anaerobia (46) (53). Tal es el caso de las carreras de 400 metros o 410 metros vallas.
• Ejercicios de minuto y medio a tres minutos. Donde la predominancia energética de la glicolisis
anaerobia deja paso a la fosforilización oxidativa (46) (53). En este grupo se incluye las pruebas
de 800 metros, 1500 metros e inclusive de 3000 metros.
• Ejercicios de más de tres minutos. Donde prácticamente toda la energía la obtenemos de la
fosforilización oxidativa y de la oxidación de los ácidos grasos (46) (53). Este es el sistema
energético predominantemente utilizado en maratón o pruebas ciclistas de larga duración.
• Disponer de 7-12 kilocalorías de energía necesaria para la contracción muscular (54).
• Ofrecer más oxígeno al músculo que realiza el esfuerzo, actuando a su vez sobre la recogida
de oxígeno de los alveolos del aire inspirado y su posterior transporte por la sangre a los tejidos
(3,40,74).
La principal fuente de energía para la contracción del músculo es el ATP. Esta molécula de ATP a través de transformaciones energéticas se convierte en energía cinética. La energía se obtiene cuando
el ATP es hidrolizado en ADP y fosfato inorgánico y se utiliza en las proteínas miofibrilares en el complejo actina-miosina a través de cuatro sistemas energéticos (7,14,70,71).
• Sistema del fosfágeno: Una de las fuentes inmediatas de obtención de energía mediado por
la enzima creatin kinasa y el sistema de la adenil ciclasa (7) (54) (53) (71).
• Glicólisis anaerobia: Siendo la glucosa el substrato, la formación neta de ATP se limita a
dos moléculas de ATP por cada molécula de glucosa; la utilización de 180 gr de glucógeno,
en ausencia de oxígeno, nos va a permitir disponer de 3 ATP de manera inmediata. Las
reservas de glucógeno se acumulan principalmente en dos sitios: hígado y músculo (7)
(10) (49) (54) (53) (66).
• Fosforilación oxidativa: A través de esta vía, la más generosa energéticamente de las tres,
se obtienen 39 ATP en presencia de oxígeno útil (3 ATP por la glucogenolisis y 36 de la propia
oxidación aeróbica de las mitocondrias) para la oxidación de 180 gr. de glucógeno (7) (10)
(38) (54) (53).
ENERGÍA
Sistema del
fosfágeno
Glicólisis
anaeróbica
Fosforilización
oxidativa
Oxidación de
ácidos grasos
10 segundos
30 seg a 1 minuto y medio
Minuto y medio a tres minutos
Más de tres minutos
METABOLISMO ANAERÓBICO
METABOLISMO AERÓBICO
Figura 1. Consumo de energía en función del tiempo.
2
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
1. Introducción a conceptos deportivos
3
1.2. CONCEPTOS DE ENTRENAMIENTO
Todas las actividades que realiza el organismo sirven de estímulo para el mantenimiento o mejora del
funcionamiento de sus células, de tal forma que cuantas más actividades realiza, mayor grado de funcionamiento adquiere en la etapa de crecimiento y menor grado de declinación se produce en la etapa
de involución o envejecimiento. Hipócrates de Cos ya lo indicaba en su Corpus Hippocraticum, “Todas
aquellas partes del cuerpo que tienen una función, si se usan con moderación y se ejercitan en el trabajo para el que están hechas, se conservan sanas, bien desarrolladas y envejecen lentamente, pero
si no se usan y se dejan holgazanear, se convierten en enfermizas, defectuosas en su crecimiento y
envejecen antes de hora” (68).
En la actualidad sabemos que los efectos de la actividad física son múltiples y abarcan tanto al individuo en general como a diferentes sistemas tanto cardiovasculares como musculares, metabólicos, etc.
Uno de los efectos de la actividad es la mejora de las cualidades físicas (56).
Las cualidades físicas básicas son el conjunto de aptitudes de la persona que la posibilitan fisiológica
y mecánicamente para la realización de cualquier actividad física. Estas cualidades sufren modificaciones con la edad, tal como indicamos en la figura 2.
% Como
máximo
individual
Resistencia
Velocidad
Fuerza
Flexibilidad
100
90
80
70
60
50
40
30
20
De forma general se consideran cuatro las cualidades físicas básicas: la resistencia, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad (45,61).
A) La resistencia: es la capacidad psicofísica de una persona para resistir la fatiga.
B) La fuerza: es la capacidad de superar o contrarrestar fuerzas mediante la actividad muscular.
C) La flexibilidad: es la cualidad física básica que, con base en la movilidad articular, extensibilidad
y elasticidad muscular, permite el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones diversas,
permitiendo al individuo realizar acciones motoras con la mayor agilidad y destreza posibles.
D) La velocidad: es la capacidad motriz para realizar actividades motoras en condiciones dadas
en el tiempo mínimo.
En ninguna actividad física estas cualidades físicas aparecen de forma pura y aislada, sino más bien
interrelacionadas entre sí. Cada vez que se realiza un ejercicio se precisa siempre de una fuerza, se
ejecuta con una velocidad determinada, con una amplitud (flexibilidad) dada y en un tiempo (resistencia) también determinado (45,61).
La evolución y desarrollo de las mismas van a conformar, en principio, la condición física general de la
persona, para evolucionar y progresar con posterioridad, hacia la condición física específica, dentro
del marco de un proceso de entrenamiento a largo plazo (45,61).
El entrenamiento se define como un proceso planificado y complejo, que en el caso del ejercicio consiste en organizar la cantidad y la intensidad del ejercicio para que las cargas progresivas estimulen
los procesos fisiológicos de supercompensación del organismo, favorezcan el desarrollo de las diferentes capacidades y así promover y consolidar el rendimiento deportivo. Es decir, entrenamiento es
igual a adaptación biológica (21).
Esta adaptación biológica, fruto del entrenamiento, va a ejercer unos efectos en el organismo humano tanto de forma inmediata (variaciones bioquímicas y morfofuncionales después de la ejecución del
ejercicio) como de forma permanente o como efectos acumulativos (variaciones que aparecen después de un largo periodo de entrenamiento) (21,32,33).
4
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
10
10
20
30
40
50
60
70
80
Años
Figura 2. Las cualidades físicas básicas y su modificación con la edad en un individuo sano sedentario.
La teoría y metodología de entrenamiento tiene sus propios principios basados en las ciencias biológicas, psicológicas y pedagógicas. Estas guías y reglas que sistemáticamente dirigen el proceso global de entrenamiento se conocen como Principios de Entrenamiento. Todos ellos se relacionan entre
sí y garantizan la aplicación correcta de todo el proceso de entrenamiento, aunque son variables para
cada autor (45). Dentro de estos principios hay dos aspectos, unos de carácter pedagógico como la
participación activa, evidencia, accesibilidad y sistemática, y otros de carácter biológico tales como:
1. Que el nivel de estimulación de la carga sea adecuado. Éste tiene que superar el umbral de
movilización o umbral crítico de entrenamiento del deportista, de lo contrario no tendría
efecto el entrenamiento.
2. Que sea tenida en cuenta la relación entre la estimulación y el periodo de descanso
posterior. Es necesario un cierto tiempo de recuperación tras una estimulación eficaz con el
fin de poder soportar de nuevo una carga parecida.
3. Que exista una variedad de cargas así como repetitividad y continuidad, sin olvidarnos de la
periodización, individualidad, alternancia, modelación y regeneración (21,32,33,45,61).
1.3. PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO
Se entiende como componentes del entrenamiento las magnitudes que determinan o dosifican el propio entrenamiento y que van a constituir las parcelas fundamentales de toda prescripción de ejercicio, y
dentro de ellas debemos distinguir tipo, sesión, volumen, frecuencia e intensidad de ejercicio (21,56).
1. Introducción a conceptos deportivos
5
I.3.a. Tipo de ejercicio
Tabla II. Clasificación de tipos de deporte en función del grado de destreza (11)
Los tipos de deportes pueden ser clasificados según muy diferentes variables pero desde el punto de
vista de prescripción de ejercicio resulta más práctico clasificarlos en función de la intensidad o consumo máximo de oxígeno consumido (VO2 max) y el tipo de trabajo muscular realizado (MVC) (tabla
I) (47) (67) (68).
Este tipo de clasificaciones a veces son insuficientes y conviene recalificar los deportes según el grado
de destreza necesario para su realización (tabla II) (11).
Grupo
Destreza
Ejemplos
1
De nivel bajo e intensidad constante
Caminar, correr, pedalear
2
De nivel medio e intensidad medianamente constante
Nadar, esquiar, remar, patinar
3
De nivel alto e intensidad altamente variable
Baloncesto, fútbol, deportes de
raqueta
I.3.b. Sesión de ejercicio
Toda sesión de ejercicio debe ser estructurada en tres segmentos indispensables para la realización
de un ejercicio con las mejores garantías y con el fin de evitar efectos adversos. Estos segmentos son:
a) el calentamiento (donde el organismo se prepara progresivamente para el trabajo a realizar); b)
parte principal del ejercicio (con unas características que posteriormente se van a desarrollar), y c)
vuelta a la calma o periodo de enfriamiento (11, 29).
Tabla I. Clasificación de los deportes, basado en el Consumo máximo de oxígeno (VO2 max) y
la contracción muscular voluntaria (MVC) ejercida por el deportista. Mitchell,JH et al. Task
Force 8: Classification of sports. J. Am. Coll. Cardiol. 2005;45;1364-1367 (47)
Elevado
(>50%MVC)
Moderado
Incremento (2050%MVC)
del
componente
estático
Bajo
(<20MVC)
Bobsleigh/ Luge
Eventos al aire libre
(lanzamientos),
Gimnasia, artes
marciales, Vela,
escalada, ski acuático,
halterofilia, windsurfing
Body building, ski
alpino, skate,
skateboar,
Lucha libre
ameriacana
Arco, carreras de
coches, buceo,
deportes ecuestres,
motociclismo
Fútbol americano,
eventos al aire libre
(saltos), patinaje
sobre hielo artístico,
Rodeo, rugby, carrera
(sprint) surfing,
natación sincronizada.
Baloncesto, hockey sobre
hielo, sky de fondo (tecnica
de skate que es patinaje en
carretera con bastones de
ski).
Lacrosse, carrera (media
distancia), natación,
balonmano
Softball (béisbol
femenino). esgrima,
ping pong, volleyball.
Bádminton, sky de fondo
(técnica clásica), hockey
sobre hierba, orientación,
marcha atlética,
racquetball/squash, carrera
larga distancia, futbol, tenis.
Cricket, curling, golf,
tiro con carabina
tumbado.
Bajo
(<40%VO2 max)
Incremento del componente dinámico
6
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Boxeo, canoa, kayak,
ciclismo, decatlón, remo
Patinaje sobre hielo
velocidad, Triatlón.
I.3.c) Volumen del ejercicio
Es el componente cuantitativo de la planificación deportiva. La noción de volumen implica la cantidad
total de actividad ejecutada en el entrenamiento. Son partes integrantes del volumen de entrenamiento tanto el tiempo y duración del ejercicio como la distancia recorrida, la carga indicada y el número
de repeticiones de un ejercicio (29).
Es muy importante que sea lo suficientemente adecuada como para producir un gasto calórico de
unos 1.200 kilojulios. Esto se puede conseguir:
• Con ejercicios cortos de 5-10 minutos a intensidades mayores del 90% del VO2 máx. (este tipo
de ejercicio conlleva a mayores riesgos).
• Con esfuerzos a intensidades más bajas pero con una duración de 20 a 60 minutos (11). En
este caso se debe empezar realizando sesiones de 12-15 minutos hasta llegar a los 20
minutos. En las personas muy desentrenadas se pueden iniciar pausas de descanso para
posteriormente irlas reduciendo a medida que mejora el estado de forma física (11).
I.3.d) Frecuencia del ejercicio
Medio
(40-70%VO2 max)
Alto
(>70%VO2 max)
Con frecuencia del ejercicio nos referimos a las unidades de entrenamiento semanales (29) (tabla III).
Si esto mismo lo referimos en función de los METS (MET= cantidad de oxígeno [(en ml/min/Kg) x
3,5] consumido por sujeto en reposo) que presenta un paciente, podríamos indicar lo siguiente:
• Pacientes con <3 METS deben realizar sesiones múltiples cortas diarias.
• Pacientes con 3-5 METS deben realizar 1 a 2 sesiones a la semana.
• Pacientes con >5 METS sería aconsejable la realización de 3-5 sesiones a la semana (33).
Tabla III. Pautas genéricas de sesiones de entrenamiento semanales
Sesiones
Nivel
4/5 sesiones
Principiantes
6/8 sesiones
Avanzados
8/12 sesiones
Alto nivel
1. Introducción a conceptos deportivos
7
I.3.e) Intensidad del ejercicio
La intensidad es el componente cuantitativo del entrenamiento, pudiéndose considerar también como
la cantidad de trabajo de entrenamiento realizado por unidad de tiempo. Es el componente más difícil de prescribir y de determinar. Los factores que lo delimitan son: nivel de forma física, presencia de
medicación, riesgo de complicaciones, preferencias individuales y objetivos del programa (29).
A través de la frecuencia cardiaca es la mejor forma de determinar la intensidad, ya que guarda relación con el VO2 máx. La frecuencia cardiaca máxima declina con la edad y presenta diferencias individuales. Sus valores los obtenemos de la prueba de esfuerzo o de la fórmula Fc. máx.= 220-edad
(56). El American College Sport Medicine recomienda intensidad basada en la frecuencia cardiaca
basada en el siguiente esquema:
• 60-90% frecuencia cardiaca máxima para nivel de forma física elevada.
• 50-85% del VO2 máx. o frecuencia cardiaca de reserva.
• 40-50% del VO2 máx. con nivel de forma física muy bajo (11, 29, 33, 34).
La intensidad se puede prescribir también, entre un porcentaje mínimo y máximo de la frecuencia cardiaca máxima, utilizando el siguiente algoritmo:
• Límite mínimo: (Fc de reserva x 0,5) + Fc sentado.
• Límite máximo: (Fc de reserva x 0,85) + Fc sentado.
• Fc de reserva= FC máx. – FC sentada (11, 29, 33-35).
Podemos establecer entonces cuatro zonas de intensidad de entrenamiento basadas en la frecuencia
cardiaca (tabla IV) (Fig. 3) (29, 33).
Tabla IV. Indicativa de intensidad de ejercicio en función de la frecuencia cardiaca
Zona
Tipo de intensidad
Frecuencia cardiaca/minuto
1
baja
120-150
2
media
150-170
3
alta
170-185
4
máxima
>185
2. Definición, clasificación,
etiología y determinación
de la hipertensión
Se define la hipertensión, como un aumento desproporcionado de las cifras tensionales en relación
con la edad, y teniendo en cuenta que una variable de distribución continua entre la población hipertensiva y normotensiva (12). Esto ha llevado a requerir un consenso para elegir las cifras que sirven
para calificar a alguien como hipertenso y que se han ido modificando a medida que se ha dispuesto
de información más precisa de los riesgos asociados a su aumento y del conocimiento de medicamentos más eficaces para su control (8, 12).
Los médicos han utilizado, para su asistencia, una definición operativa de hipertensión (HTA) (cifras
140/90 mmHg) para mayores de 18 años según (JNC 7, 2003; ESH-ESC, 2007), como ayuda para
decidir a quién tratar y a quien no, y a pesar de saber la elevada correlación positiva entre las cifras
de tensión arterial y el riesgo cardiovascular. Por ello, la definición de HTA es convencional, es decir,
establecida por acuerdo de expertos (29, 48).
Sin embargo, la toma en consideración de valores de prehipertensión como posible factor de riesgo,
asociados a otros problemas cardiovasculares, podría estar cambiando el paradigma de definición y
manejo de la HTA hacia el concepto de tensión arterial (PA) para tratar (en función de sus cifras y el
riesgo)(29).
En la siguiente tabla (tabla V) se presenta la clasificación de los niveles de PA promulgada por la
ESH-ESC 2003, asumida por la SEH-LELHA. La clasificación del JNC-7 sobre manejo de la HTA,
donde se utiliza el término “prehipertensión” para las categorías de PA con valores de 120-139/80-89
mmHg, con el fin de identificar a aquellos sujetos (mayores de 18 años), en los que la intervención
temprana con medidas de estilo de vida sano, podría reducir la PA y el progreso a HTA con el paso
de los años (29, 48).
Cuando las PAS y PAD de un paciente corresponden a diferentes categorías, deberá aplicarse
la categoría más elevada. También pueden establecerse grados en la HSA (PAS ≥140 y PAD <
90 mmHg) según los valores de la PAS dentro de los valores límites indicados.
Tabla V. Clasificación de los niveles de HTA
Figura 3.
Ejemplo de una sesión
de entrenamiento
ajustado a la
frecuencia cardiaca de
una
persona de 20 años
(36).
8
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
CATEGORIA NORMOTENSIÓN o HTA CONTROLADA
PA
OPTIMA
NORMAL
N-ALTA
HTA
GRADO 1
GRADO 2
GRADO 3
PAS, mm Hg
< 120
PAD, mm Hg < 80
Normal
120-129
130-139
140-159
160-179
≥ 180
80-84
85-89
90-99
100-109
≥ 110
Estadio 1
Estadio 2
Prehipertensión
2. Definición, clasificación, etiología y determinación de la hipertensión
9
El diagnóstico de HTA se establecerá tras la comprobación de los valores de PA en dos o más medidas tomadas en cada una de dos o más ocasiones separadas varias semanas.
Tabla VI. Riesgo cardiovascular de paciente hipertenso (48) (cont.)
Sin embargo, las últimas tendencias establecida por la (ESH-ESC, 2007), indican la consideración
sobreañadida del riesgo cardiovascular en los pacientes HTA y que exponemos en la tabla siguiente
(tabla VI) (48).
Esto ha determinado el desarrollo de una nueva clasificación de la HTA basada en la estratificación del
riesgo cardiovascular, que se exponen en la siguiente tabla (tabla VII).
Tabla VI. Riesgo cardiovascular de paciente hipertenso (48)
Factores de
Riesgo
Cardiovascular
(FRCV)
Deterioro
Orgánico
Subclínico (DO)
Diabetes
10
• Niveles de PAS y PAD
• Presión del pulso (en ancianos)
• Hombres > 55 años
• Mujeres > 65 años
• Tabaquismo
• Dislipemia
• Colesterol Total >190 mg/dl ó
• C-LDL >115 mg/dl ó
• C-HDL en Hombres (H) <40, Mujeres (M) <46 mg/dl ó
• TG >150 mg/dl
• Historia de enfermedad cardiovascular (ECV) prematura en familiar de 1º grado:
• En familiares hombres < 55 años
• En familiares mujeres < 65 años
• Obesidad abdominal (perímetro abdominal):
• En hombres >102 cm.
• En mujeres >88 cm.
• Glucosa basal alterada en ayunas: 102-125 mg/dl
• Prueba de tolerancia a la glucosa alterada
El conjunto de 3 de los 5 factores siguientes indica la presencia de SÍNDROME
METABÓLICO (SM):
• Obesidad abdominal
• Glucemia basal alterada
• PA >130/85 mmHg
• Colesterol-HDL bajo
• Aumento de Triglicéridos
• Hipertrofia ventricular izquierda (ECG o ecocardiograma)
• Engrosamiento de la pared carotídea (espesor íntima-media > 0,9 mm) o placa aterosclerótica
• Velocidad onda de pulso carótida-femoral >12 m/s
• Indice tobillo/brazo <0,9
• Incremento ligero de la creatinina sérica (H:1,3-1,5 mg/dl; M:1,2-1,4 mg/dl)
• Disminución del filtrado glomerular* (<60 mil/min/1,73 m2) o del aclaramiento de creatinina** (<60 ml/min)
• Microalbuminuria (30-300 mg/24 h; albúmina-creatinina: H >22, M >31 mg/g
• Glucosa plasmática basal >126 mg/dl en medidas repetidaso Glucosa plasmática postsobrecarga oral >198 mg/dl
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Enfermedad
Cardiovascular o
Renal
• Enfermedad Cerebrovascular:
• Ictus Isquémico
• Hemorragia cerebral
• Ataque Isquémico Transitorio
• Enfermedad Cardiaca:
• Infarto de Miocardio
• Angina
• Revascularización coronaria
• Insuficiencia cardiaca congestiva
• Enfermedad Renal:
• Nefropatía diabética
• Deterioro renal (creatinina H >1,5; M >1,4 mg/dl)
• Proteinuria (>300 mg/24 h)
• Enfermedad Vascular Periférica
• Retinopatía avanzada:
• Hemorragias o exudados
• Edema de papila
La clasificación de la HTA para niños o menores de 18 años, responde a otros criterios. Desde el
nacimiento hasta la adolescencia la clasificación se realiza por intervalos muy cortos y atendiendo a
las tablas de los percentiles. TA normo-alta (entre percentiles 90-94%), hipertensión significativa
(entre percentiles 95-99%) e hipertensión severa (por encima del percentil 99%). Así, JNC V, define
la HTA en niños como aquella presión sanguínea persistente igual o mayor al percentil 95 de su edad.
HTA grave es aquella hipertensión sanguínea que persistentemente es mayor o igual al percentil 99
de sus edad (36).
Tabla VII. Estratificación del riesgo cardiovascular en la HTA (48)
Presión arterial (mmHg)
Otros
Factores de
Riesgo (F.R.)
Normal
PAS:120-129
PAD: 80-84
Normal-Alta
PAS:130-139
PAD: 85-89
Grado 1
PAS: 140-159
PAD: 90-99
Grado 2
PAS: 160-179
PAD:100-109
Grado 3
PAS ≥ 180
PAD ≥ 110
Sin otros
F.R.
Riesgo basal
Riesgo basal
Riesgo bajo
Riesgo
moderado
Riesgo alto
1-2 F.R.
Riesgo bajo
Riesgo bajo
Riesgo
moderado
Riesgo
moderado
Riesgo muy alto
> 3 F.R.
SM, DO o
Diabetes
Riesgo
moderado
Riesgo alto
Riesgo alto
Riesgo alto
Riesgo muy alto
ENF CV o
RENAL
Riesgo muy alto
Riesgo muy alto
Riesgo muy alto
Riesgo muy alto
Riesgo muy alto
SM: Síndrome Metabólico. DO: Deterioro orgánico subclínico
2. Definición, clasificación, etiología y determinación de la hipertensión
11
Así, para los niños en los tres primeros meses de vida, la TA es de 80/55 mm Hg. Al año presentan
unas cifras de 90/60; a los cuatro de 110/70 y a partir de los diez años 120/75 mm de Hg (36).En el
año 1996, el Ministerio de Sanidad y Consumo del Gobierno de España elaboró una tabla promedio
de la valoración de HTA en niños, que exponemos a continuación (tabla VIII) (48).
Tabla IX. Descripción de algunas causas de hipertensión secundaria (12)
Hipertensión secundaria
Etiología
En cuanto a la etiología de la HTA, podemos subdividirla en:
1. HTA esencial o idiopática: Donde están incluidos el 95% de los casos.
2. HTA secundaria que supone el 5% de los casos. Se define como aquella hipertensión de la
cual conocemos su causa, aunque la misma puede ser debida a múltiples enfermedades
(12, 34, 36, 50).
Renal
Enfermedades parenquimatosas: GLN, nefritis crónica, poliquistosis renal.
Tumores secretores de renina. Alteraciones unilaterales. Alteraciones
vasculorenales. Retención primaria de sodio.
Endocrina
Hiperfunción corticosuprarenal, síndrome de Cusing, hiperaldosteronismo
primario, hiperplasia suprarenal congénita, feocromocitoma y tumores afines,
acromegalia, hipotiroidismo, hiperparatiroidismo y hemangioendotelioma.
Exógena
Anticonceptivos orales, glucocorticoides, mineralocorticoides,
simpaticomiméticos, inhibidores de la MAO, antidepresivos tricíclicos,
ciclosporina.
Alts. Aorta
Coartación de aorta y aortitis
Embarazo
Preeclampsia, alteraciones de la tensión en el embarazo
Neurógena
Aumento brusco de la presión intracraneal, psicógena, isquemia cerebral,
saturnismo, disautomía familiar, porfiria aguda, síndrome de Guillén-barré.
Otros
Policitemia, quemados, síndrome carcinoide, intoxicación por plomo, abuso de
alcohol, hipercalcemia.
Dentro de esta hipertensión secundaria, se englobarían múltiples procesos que se exponen a continuación (12, 36) (tabla IX).
Las dificultades para medir la PA, así como su escasa reproducibilidad, derivan de tres aspectos diferentes. Primero, su gran variabilidad, pues se modifica por múltiples situaciones externas e internas del
paciente. Segundo la inexactitud del observador, debidas a las limitaciones en la precisión de una
medida indirecta. Tercero y más difícil de corregir, la modificación yatrógena de la presión: la mayoría
de los sujetos experimenta una reacción de alerta a la toma de PA, que en algunos casos puede ser
muy importante: el conocido como fenómeno de «bata blanca» (16).
Para la determinación de la tensión arterial, el esfingomanómetro de mercurio es el más exacto y recomendable para el uso general, similar al que aparece en la figura 3. (12, 36). Sin embargo, y en relación con su toxicidad, la normativa de la Unión Europea preconiza la paulatina retirada de los mismos.
El esfigmomanómetro aneroide y los aparatos automáticos son sus herederos naturales. Aunque el
uso de estos últimos no está suficientemente evaluado (16).
Enfermedades
En referencia al número de mediciones, se
recomienda que se hagan al menos dos, separadas por un minuto, debiendo repetir una tercera si se detecta una diferencia de presión
entre ambas mayor de 5 mmHg. El diagnóstico
de HTA se basa en una media de dos o más
determinaciones de la PA obtenidas de manera
adecuada en cada una de al menos dos visitas
efectuadas en la consulta (16, 48).
En cuanto a la técnica y pese a sus múltiples limitaciones, la descrita hace ya 100 años por Korotkoff
y realizada en la consulta por el médico o la enfermera sigue siendo el patrón de oro de los diferentes métodos de determinación de la PA. (16).
Con respecto al manguito, la longitud de la funda será la suficiente para envolver el brazo y cerrarse
con facilidad, mientras que la longitud de la cámara debe alcanzar el 80% del perímetro braquial (16).
Tabla VIII. Cifras promedio del percentil 95 de PA (en mmHg) en los niños españoles (48)
(Ministerio de sanidad y consumo, 1996)
Grupo de edad
12
Hombres
Mujeres
PAS
PAD
PAS
< 2 Años
110
66
110
66
3-5 Años
114
70
114
68
6-9 Años
124
78
124
76
10-12 Años
128
80
130
80
13-15 Años
136
82
132
80
16-18 Años
142
84
134
80
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
PAD
Figura 4. Tensiómetro con columna de mercurio
Para ayudar a establecer el diagnóstico existen
otras técnicas complementarias, como es la
Automedida de la Presión Arterial (AMPA)
efectuada en el domicilio del paciente o la
Monitorización Ambulatoria de la Presión
Arterial (MAPA). La técnica más precisa es la
MAPA, que tiene una excelente correlación
pronóstica y permite descartar la HTA aislada
en la consulta. El coste de esta exploración limita su uso indiscriminado. Una alternativa aceptable es la AMPA, aunque deben controlarse la
calidad del aparato utilizado y la técnica del
paciente (48).
2. Definición, clasificación, etiología y determinación de la hipertensión
13
3. Prevalencia de la hipertensión,
y patologías concomitantes en
el mundo y en España
La hipertensión arterial (HTA) constituye uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y el
“iceberg” de un gran problema se salud pública, cuya alta prevalencia y la posibilidad de ser modificado mediante la intervención terapéutica, la convierte en un problema de gran interés sanitario y
socioeconómico (29, 75).
reagrupamiento familiar para la hipertensión entre los familiares de los hipertensos. Sobre el rol de los
factores ambientales se ha sugerido múltiples veces que el estrés es un factor importante en la aparición de la HTA, curiosamente se observa una mayor prevalencia de la hipertensión en las poblaciones rurales (8, 12).
La prevalencia de la hipertensión (HTA) en España, a pesar de las discrepancias de los estudios, se
cree que está cercana a un 35% en la población adulta mayor de 18 años, llegando al 40% en edades medias, y al 68% en los mayores de 60 años, y afectando en conjunto a unos 10 millones de sujetos adultos, si consideramos dentro de ellos los pacientes con valores limítrofes de PA (16) (29) (8,
12, 36).
Aunque la relación de la tensión arterial con la ingesta de cloruro sódico es más que dudosa, se objetiva una relación entre el sobrepeso y la presión arterial, siendo más intensa en individuos jóvenes y
adultos de mediana edad y más en mujeres que en varones (12).
La HTA supone en España el 6% de todas las consultas médicas y el 18% de las consultas por afecciones crónicas, siendo el motivo de consulta más frecuente en Atención Primaria. Los costes sanitarios directos debidos a HTA representaron en España entre un 2,6 y un 3,9% del gasto sanitario global (75).
En Estados Unidos la prevalencia se cifra en cincuenta millones de personas (casi una cuarta parte de
la población adulta), siendo mucho más alta para las personas de color, no hispanos, tomando como
límite de referencia las cifras de 140 y 90 mm Hg o superiores y los individuos que están en tratamiento. Observándose este fenómeno para ambos sexos y en todos los grupos de edad (8, 12).
En cuanto a la prevalencia de HTA en función de la edad, se observa que en la franja de edad comprendida entre los 25 a 55 a, la prevalencia de la HTA es de un 20%, utilizando el criterio de 160/95
mmHg, mientras que dicha prevalencia, si se utiliza como corte (criterios actuales) 140/90 mmHg se
sitúa en torno al 35% (29)
La Hipertensión Arterial (HTA) es uno de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y renal
mejor conocido (16). En cuanto a su relación con la enfermedad cerebrovascular (ACV), es responsable en los países industrializados de un 10-12% de todas las muertes, ocurriendo el 88% de ellas
en mayores de 65 años. La mayoría de los estudios realizados señalan a la HTA como el principal, factor de riesgo asociado a esta patología, sobre todo en los grupos de edad más avanzada (75).
Su nivel predictivo está actualmente bien establecido para el infarto de miocardio, el ictus, la insuficiencia cardiaca, la insuficiencia renal y enfermedad vascular periférica. Aunque tradicionalmente han
sido la hipertensión diastólica y sistólica las principalmente valoradas como indicadores de riesgo, en
la década de los noventa ha quedado bien claro que el riesgo de accidentes cardio y cerebrovasculares asociado a la hipertensión sistólica aislada (HSA), la forma más frecuente de hipertensión en el
anciano, así como el beneficio de su tratamiento, es similar e inclusive mayor al de la HTA diastólica o
sisto-diastólica (75).
El estudio más actual, y probablemente el mejor diseñado, es el realizado entre 1989 y 1990 sobre
una muestra de 2.021 sujetos de edades comprendidas entre los 35 y 64 años (18). La prevalencia
de HTA, en este estudio, se estimó en 45,1%, incrementándose con la edad y siendo mayor en hombres que en mujeres y en el medio rural que en el urbano. Esta prevalencia tan alta es consecuencia
de la estrecha franja de edad de la muestra estudiada, ya que la mayoría de los estudios previos comprendían individuos entre 18 y 35 años, donde la prevalencia de HTA es claramente inferior (75).
Los estudios epidemiológicos hablan de que tanto la tensión sistólica como diastólica aumenta con la
edad en ambos sexos pero con ligero predominio entre el sexo masculino para poblaciones inferiores
a 50 años, dato que cambia en mayores de esta edad (12). Igualmente se observa el fenómeno de
14
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
3. Prevalencia de la hipertensión, y patologías concomitantes en el mundo y en España
15
4. Respuesta de la Presión Arterial
(PA) al ejercicio
La práctica de ejercicio físico es altamente recomendable en hipertensos, pues no sólo se produce
una reducción de las presiones arteriales, sino que también tiene un efecto beneficioso sobre otros
factores de riesgo cardiovascular tales como la obesidad, diabetes, colesterol alto, etc..
Pero para poder prescribir el ejercicio, es necesario conocer cuáles son los efectos del ejercicio y del
entrenamiento sobre la tensión arterial.
4.1. Efectos del ejercicio sobre la tensión arterial
Los mecanismos implicados en la variación de la tensión arterial al ejercicio parecen ser de dos tipos:
hemodinámicos y humorales. Este efecto, sea debido a disminución del gasto cardiaco, y de la actividad simpática que afecta al endotelio, a modificaciones en el sistema renina-angitensina-aldosterona (reducción del volumen plasmático y aumento en la excreción de sodio) y a aumentos en la prostaglandina E (22, 68).
La disminución de la tensión arterial, tras el ejercicio, es un hecho observado tanto en normotensos
como en hipertensos. Sin embargo, para algunos investigadores, este efecto parece ser pequeño, en
lo que se refiere al descenso de la tensión diastólica, cuando esta se mide en reposo (3-15 mm Hg).
Otros investigadores han observado que el efecto del ejercicio sobre la tensión arterial sistólica (TAS)
es más acusado entre individuos de 41 a 60 años, mientras que el efecto de la reducción de la tensión arterial diastólica (TAD) se produce independiente de la edad del paciente (68, 78).
Además, algunos investigadores preconizan que el ejercicio coadyuda al tratamiento de la HTA en
hemodializados por transplante renal y diabéticos. En el caso de los ancianos hipertensos se observa
una elevación de TAS durante el ejercicio, con menor variación de la TAD, manteniendose las diferencias que se hallaban presentes en reposo (22, 52).
Esto ha permitido que la actividad física haya sido incluida en el tratamiento de la HTA como agente
preventivo, antes de su aparición, así como tratamiento no farmacológico de la HTA ligera. Sin embargo, es necesario conocer los niveles más apropiados de ejercicio físico en función del tipo de esfuerzo físico y del grado de severidad de la HTA (68, 78).
Parece ser que la reacción aguda de la tensión arterial al ejercicio depende del tipo, intensidad y duración del mismo. Los ejercicios, aunque rara vez se realizan de forma pura, pueden ser clasificados de
forma genérica en:
• Dinámicos: Contracturas repetidas de grandes grupos musculares con cambios en la longitud de las fibras, y cambios mínimos sobre la tensión muscular dentro de un
metabolismo muscular aeróbico.
16
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
• Estáticos: Contracturas mantenidas sin modificación de la longitud dentro de un metabolismo muscular anaeróbico (22).
Durante la realización de ejercicio dinámico en pacientes normotensos, se produce un aumento del
gasto cardiaco en base a un incremento en la presión sistólica y la frecuencia cardiaca. Esto produce
que la TAS ascienda, mientras que la TAD se mantiene o disminuye. La resistencia periférica total calculada cae progresivamente y en proporción al aumento del consumo máximo de oxígeno y presión
arterial (22). De esta manera, durante el ejercicio aeróbico, el gasto cardiaco aumenta, la resistencia
periférica disminuye por la vasodilatación y la presión arterial media aumenta moderadamente. A
medida que el número de músculos empleados en el ejercicio disminuye, la respuesta tensional se
asemeja a un patrón de ejercicio estático (60, 68).
En hipertensos que realizan ejercicio dinámico, el 70% de los grupos muestran una disminución significativa de la TAS siendo la reducción media del orden de 10,5 mm de Hg con cifras iniciales de 154
mm Hg. Sobre la TAS la reducción media es de 8,6 mm Hg con unos valores iniciales de 98 mm Hg.
Con dicho ejercicio la respuesta tensional durante el ejercicio máximo puede ser de ± 10 mm de Hg
para ambas tensiones arteriales (sistólica y diastólica) (27, 60, 72).
En los sujetos hipertensos no medicados, una sola sesión de ejercicio dinámico suele producir un
aumento normal de la TAS, siendo el valor absoluto, durante el ejercicio, más alto que en los sujetos
normotensos. Con el ejercicio, la TAD del hipertenso no cambia o aumenta muy poco, debido probablemente a una alteración en la respuesta vasodilatadora (27, 72).
Con el ejercicio isométrico, aunque no existe un consenso tan asentado como para el ejercicio dinámico (11), parece ser que se produce en un primer momento un aumento de la presión sanguínea
diastólica (PAD) junto con un aumento brusco de la frecuencia cardiaca, esto se cree que es debido
a un incremento en las resistencias periféricas asociado a un aumento del gasto cardiaco (22). Estas
elevación de las cifras tensionales parecen ser algo más elevadas que las que se producen durante el
paseo o con el trote suave, permaneciendo dentro de los límites tolerables, según han demostrado las
investigaciones de Kelemen y colaboradores (42). En todo caso debe mantenerse la contracción de
los grupos musculares al menos por encima del 20% de la fuerza máxima posible, y durante el tiempo máximo posible. La presión arterial tiende a aumentar, tanto la sistólica como la diastólica, con
escasa tendencia a estabilizarse, dadas las características de deporte realizado (corta duración y elevada intensidad) (11).
Sin embargo, para cargas bajas de peso, no se encuentran diferencias en la respuesta tensional entre
normotensos e hipertensos límite. En general, se puede afirmar que, los resultados sobre la tensión
arterial basal, son similares a los hallados con la utilización de ejercicio aeróbico. Sin embargo, algunos autores no recomiendan su realización con tensiones arteriales en grado 2 y 3 (42). De acuerdo
con un trabajo desarrollado por Hans y Holley, en los hipertensos con presión sistólica entre 140 y 100
mm de Hg y diastólica entre 90 y 95 mm de Hg, el trabajo con circuito de pesas de muchas repeticiones y poca carga, no se producen en ningún caso elevaciones superiores a los 190 mm de Hg para
la sistólica y de 106 mm de Hg para la diastólica (42).
Respecto a la intensidad del ejercicio realizado, se ha visto que el ejercicio con una intensidad cercana al umbral del lactato, se observa un aumento marcado de la liberación de renina y de catecolaminas. Por el contrario, un ejercicio de baja intensidad y larga duración pueden reducir la presión sistólica y mejorar el tono cardiovascular sin evocar una respuesta vasoconstrictora (72). Este dato se
encuentra avalado tras los estudios de Steffen y colaboradores, los cuales observaron que, cuando se
realiza ejercicio con alto nivel de estrés y a alta intensidad aumenta la tensión arterial, dato que no se
observa con ejercicios realizados a baja intensidad y con niveles bajos de estrés medioambiental (73).
4. Respuesta de la Presión Arterial (PA) al ejercicio
17
4.2. Efectos del entrenamiento sobre la tensión arterial
Respecto a los efectos del entrenamiento sobre la tensión arterial hay que resaltar que el ejercicio físico se relaciona con una disminución de la morbimortalidad cardiovascular. Un factor implicado en este
fenómeno podría ser el descenso de la tensión arterial (TA) que lleva aparejado la realización de ejercicio. Sin embargo, los estudios que pretenden demostrar una relación entre el descenso de la TA y
el ejercicio físico mantenido son escasos y de metodología discutible (22).
Tal y como indican más de quince artículos de la literatura inglesa, el entrenamiento parece ser que
tiene un efecto hipotensor tanto en hipertensos como en normotensos. Este efecto hipotensor, del
ejercicio aeróbico con la hipertensión ligera, a pesar de que se produce en el 75% de los pacientes
con HTA, es independiente de factores como el peso, masa corporal y frecuencia cardiaca entre otros
(22, 31). El efecto del entrenamiento físico y su respuesta hipotensora parece estimarse en una bajada de 4 mm de Hg tanto para la TAS como la TAD en los normotensos y de 11 para la TAS y 6-8 en
la TAD en los hipertensos (22, 27, 31).
Esta bajada de la tensión arterial parece que se hace menos evidente para los hombres comparado con
las mujeres y si lo analizamos en obesos, estos obtienen un descenso menor al deseado en lo que se
refiere a la presión sistólica (22). Si comparamos el efecto con la edad se observa que las personas de
edad media obtienen mejores resultados que en los adolescentes y en las personas mayores (31).
Relativo a la raza, los estudios ponen de manifiesto que el ejercicio en las personas de raza asiática y
de las Islas del Pacífico obtienen mayores descensos de la TAS y de manera mayor y más constante
que los obtenidos para personas de raza caucasiana (31).
Analizando la respuesta de la TA durante la recuperación, diversos estudios han encontrado que, tanto
la tensión arterial sistólica como la diastólica, es significativamente inferior entre 4 y 6 mm de Hg respectivamente, desde el momento que se finaliza el ejercicio hasta 5 horas postesfuerzo (31).
La mayoría de los estudios indican que el entrenamiento con ejercicio isométrico (anaeróbico) no conlleva cambios persistentes en la TA. Esto hace pensar que el entrenamiento de fuerza no altera significativamente la TA en normotensos y que el descenso de la TA en el hipertenso límite, es similar a la
que ocurre en los normotensos. Estos resultados también se han objetivado en varones adolescentes
hipertensos tras dos meses de un programa de levantamiento de pesas (42).
En resumen, algunos estudios han encontrado descensos limitados de la TA con el entrenamiento de
fuerza, aunque con efecto levemente inferior al que se consigue con el ejercicio dinámico. Sin embargo, no se han llevado a cabo estudios que comparen directamente ambos tipos de entrenamiento.
Tampoco hay evidencia demostrada de que la realización de entrenamiento de fuerza pueda elevar la
TA ni que esté asociado a un aumento de la morbimortalidad cardiovascular. Es más, se ha visto que
el entrenamiento de pesas en hipertensos leves ayudan a disminuir la presión basal, mejorando la
composición corporal, el consumo máximo de oxígeno y la fuerza (42).
Referente a la duración del entrenamiento en semanas, se ha visto que las bajadas de la TA se obtienen rápidamente entre 1 a 10 semanas de entrenamiento sostenido. Sin embargo, en relación a la
bajada de la presión sistólica, esta continua su descenso si el entrenamiento se mantiene durante 11
a 20 semanas y este efecto se mantiene si el entrenamiento dura otras 20 semanas (31). Por otra
parte, la TAS no parece que presente un descenso en el futuro con el mantenimiento del entrenamiento (31).
18
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
4.3. Valor de la evolución de la tensión arterial en la prueba de esfuerzo como
predictor de hipertensión
La prueba de esfuerzo nos va a mostrar una serie de reacciones o respuestas tanto en personas normotensas como en hipertensivas, y de cuyo análisis obtendremos la información para prescribir el
esfuerzo máximo más adecuado para el paciente. Con cierta frecuencia se observan reacciones hipertensivas en individuos que presentan cifras normales en reposo. Por el contrario, pacientes con HTA
en reposo, presentan un aplanamiento de la curva de la tensión arterial durante el esfuerzo (68).
Durante la realización de una prueba de esfuerzo con carga incremental, la presión arterial sistólica
(PAS) normalmente, tras un pequeño pico inicial transitorio, sube hasta alcanzar una cifra ligeramente
superior a la situación de reposo previa o al nivel de ejercicio previo, quedando estabilizada aproximadamente a los 3 a 5 min, al alcanzarse el estado estable. En ocasiones la presión arterial baja levemente tras alcanzar su nueva cota con el esfuerzo antes de estabilizarse, se dice que sobreestabiliza (11) .
Elevando la carga de esfuerzo, se eleva también progresivamente la PAS en sucesivos escalones. Las
cifras de presión arterial máximas a las que se puede llegar sin que se consideren patológicas son
220/110 mmHg si el esfuerzo pico es menor de 16 MET, o hasta 250 mmHg de PAS para cargas superiores. Estas cifras son válidas para trabajo aeróbico mientras que para esfuerzos predominantemente isométricos se registran valores superiores (11).
Es por esto que la evolución de la TA durante la realización de una prueba de esfuerzo con carga progresiva, se viene utilizando como un predictor de hipertensión. Es más, las respuestas hipertensivas
como tales parece ser que guardan una relación importante con la probabilidad de padecer en un
futuro HTA, en el caso de jóvenes tiene un valor predictivo de hasta un 38-39% (22, 50).
En sujetos con alta prevalencia de cardiopatía isquémica, la falta de aumento de más de 10 mm de Hg
o no superar los 140 mm de Hg en la tensión sistólica o la caída de 20 o más mm de Hg de la tensión
arterial sistólica, durante la realización de una prueba de esfuerzo, es un dato de mal pronóstico asociado a mayor extensión de enfermedad coronaria y disfunción ventricular izquierda. Otras condiciones asociadas al no incremento de la tensión arterial con el ejercicio o a su disminución, son la cardiomiopatía, arrítmias, reacciones vasovagales, obstrucción del tracto de salida ventricular izquierda,
toma de determinadas drogas antihipertensivas, hipovolemia y ejercicio físico vigoroso prolongado
asociado a sobreentrenamiento (12, 27).
En pacientes normotensos, cuando tras el test de esfuerzo, la PAS máxima es inferior a 200 mm de
Hg, nos encontramos frente a una respuesta normotensiva y el riesgo de hipertensión en el futuro es
muy reducido. Si la PAS máxima es superior a 220-230 mm Hg, tras la prueba de esfuerzo, (según
autores) hablaremos de respuesta hipertensiva y el riesgo de padecer HTA futura es de 2,06 a 3,39
más alta que si la respuesta es normotensiva. Además, un 10 a un 25 % de los pacientes con HTA
limítrofe progresan a HTA mantenida (50).
La cifra de presión arterial diastólica (PAD) puede elevarse ligeramente, aunque lo habitual es que se
mantenga o descienda, en ocasiones hasta presiones de 40-50 mmHg.(11). También se puede observar, con el test de esfuerzo, que la respuesta sea invariable en relación a la PAD basal, hablando
entonces de pendiente horizontal; o que la PAD máxima sea menor a la presión sistólica basal o pendiente negativa (12, 27).
En los sujetos normotensos el aumento de la intensidad del ejercicio produce un aumento progresivo
de la TAS y un mantenimiento o disminución de la TAD. El aumento de la TAD con el ejercicio parece
asociarse a una mayor prevalencia de coronariopatía (68).
4. Respuesta de la Presión Arterial (PA) al ejercicio
19
Durante la realización de una prueba de esfuerzo en pacientes hipertensos, la TA variará y podremos
encontrarnos con diferentes situaciones. Con respecto a la TAS máxima las respuestas puedan ser
iguales a las que presentan los normotensos, es decir, respuestas normotensivas e hipertensivas, que
la TAD máxima respecto a la basal, presente una pendiente horizontal, pendiente negativa y una pendiente positiva con aumentos de presión de al menos 10 mm Hg en relación a la PAD basal (50, 68).
Del análisis de estos parámetros podemos esbozar una prescripción de ejercicio físico como tratamiento complementario de la HTA, en pacientes hipertensos con HTA ligera (tipo I) e incluso moderada (tipo II), y siempre que la prueba de esfuerzo tenga una respuesta normotensiva para la PAS y
una pendiente horizontal o negativa para la PAD (50).
5. Respuesta al ejercicio sobre las
enfermedades concomitantes
con la HTA
Del mismo modo, los pacientes con HTA que muestren una respuesta hipertensiva para la TAS y una
pendiente positiva para la TAD, sería indicado el empleo del ejercicio físico muy pautado como arma
terapéutica y hasta conseguir un control de la tensión arterial (50).
5.1. Efectos del ejercicio sobre la hipertrofia ventricular izquierda
En la recuperación, cuando el ejercicio se detiene, la presión arterial tiende a bajar a sus niveles basales en menos de 5 min, dependiendo de las cifras alcanzadas en ejercicio. La reducción de la presión
arterial también tiene frecuentemente un valle antes de estabilizarse. A ese sobrecontrol se atribuye
parte del efecto beneficioso del ejercicio sobre la HTA. Puede llegar a durar 25 min en la PAD, y hasta
45 min en la PAS (11).
El ejercicio físico produce unas modificaciones en nuestro organismo fruto de la adaptación cardiovascular del organismo al esfuerzo. El corazón es probablemente el órgano que soporta una mayor
sobrecarga durante la práctica de ejercicio físico, sufriendo notables modificaciones por dicha práctica (11).
Aparte de este comportamiento normal se observan otros perfiles: el hipotensivo y el hipertensivo, con
tres posibles variantes:
Respuesta cardiovascular al ejercicio
1. Hipertenso patológico
a) Hipertenso puro: es el que supera 220/110 mmHg a esfuerzo pico menor de 16 MET, o
250 mmHg de PAS para cargas superiores. El esfuerzo pico debe aproximarse a la capacidad
funcional aeróbica máxima, en todo caso la frecuencia cardíaca sobrepasar la llamada submáxima (85% de la frecuencia cardíaca máxima calculada como 220 – [edad en años]). Cifras
superiores corresponderían o a hipertensos, personas con hipertensión de mayor o menor
grado en reposo que hacen elevaciones patológicas en ejercicio, o bien a hipertensión leve o
en el límite, que desarrollan claramente HTA con el ejercicio.
b) Hipertenso hiperdinámico: corresponde a normotensos que presentan HTA durante el
ejercicio. El riesgo de los que hacen reacciones hipertensivas al ejercicio desarrollen una HTA
con el paso de los años es significativo: hasta 2,17 para los varones y 3,3 para las mujeres, con
respecto a los que no hacen (11).
2. Hipertenso emotivo
Se caracterizan por cifras elevadas de presión arterial al inicio del ejercicio, que se acercan a
las cifras esperables (es decir normalizadas) a cargas altas. No existe demostración de que
estas personas desarrollen HTA en el futuro (11).
3. Recuperación hipertensiva o lenta
Es una reacción muy inhabitual. La presión arterial a pico de esfuerzo puede estar elevada o
normal, y el retorno a la presión arterial de reposo es excesivamente lenta: no ha vuelto en 5
min de reposo a la presión arterial basal ± 10%, y prolonga las cifras elevadas por encima de
los 10 min. Tampoco se produce el valle de sobrecontrol fisiológico de la presión arterial. No
hay demostración probada de que desarrollen HTA con el paso del tiempo, pero conviene vigilar su nivel de hidratación (11)
20
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
El ejercicio físico aumenta el gasto cardíaco del individuo, llegando en sujetos entrenados a valores de
35-40 l/m durante el máximo esfuerzo. Las principales adaptaciones que ocurren son el aumento del
gasto cardíaco y del consumo de O2, el incremento del retorno venoso, el aumento de la contractilidad del miocardio y la disminución de las resistencias periféricas. El incremento del gasto cardíaco
durante el ejercicio es siempre superior a la disminución de las resistencias periféricas, por lo que se
produce un aumento de la presión arterial durante la realización de ejercicio físico (11).
Los efectos sobre el sistema cardiovascular, que se aceptan con el entrenamiento, son la bradicardia
en reposo, la menor frecuencia cardíaca para un esfuerzo submáximo y el aumento del tamaño de las
cavidades cardíacas (11).
La actividad física como generador de riesgo cardíaco
La respuesta aguda al ejercicio produce un aumento en las necesidades de O2 y de la actividad simpática que puede originar la aparición de espasmo coronario. Por esto, es necesario conocer el estado de salud de los enfermos con cardiopatías antes de prescribir ejercicio físico (11).
Fisiopatología de la actividad física en las cardiopatías
La patología cardíaca en cualquiera de sus cuatro formas básicas (coronaria, valvular, miocárdica o
congénita) es capaz de alterar el intercambio de O2 y CO2 durante la actividad física. En la mayoría
de las cardiopatías originan una disminución de la capacidad funcional que es debida básicamente a
una disminución del gasto cardíaco en reposo que no se incrementa adecuadamente durante la actividad física por diversas causas (insuficiencia cronotropa relativa, disminución de la contractilidad,
etc.) (11).
En el caso del paciente isquémico el grado de afectación depende de la función sistólica y diastólica;
en la hipertensión arterial, como entidad nosológica, en ausencia de hipertrofia ventricular importante, no se modifica sustancialmente el gasto cardíaco durante el esfuerzo, aunque las resistencias periféricas se mantienen altas. En caso de hipertrofia ventricular izquierda durante el ejercicio se produce
una disminución del gasto sistólico y un aumento de las presiones de llenado ventricular izquierdo
(11).
5.3. Efecto del ejercicio físico sobre la diabetes
Está ampliamente reconocido el papel beneficioso del ejercicio sobre la diabetes (ver tabla 6), siendo
considerado junto con la medicación y la dieta parte del tratamiento tanto en la diabetes tipo 1 como
la de tipo 2 y por esta razón se debe prescribir y fomentar como se realiza en la población general
(28) (59).
Tabla X. Ventajas y beneficios del ejercicio aeróbico sobre la diabetes (2, 20, 28)
Miocardiopatía hipertrófica
Es una enfermedad primaria del músculo cardíaco que origina un aumento en el espesor de las paredes, fundamentalmente del ventrículo izquierdo, sin dilatación de la cavidad. La causa de esta anomalía parece deberse a alteraciones genéticas en la formación de la betamiosina, troponina T y la alfatropomiosina del músculo cardíaco, que se transmiten de forma autosómica dominante y cuya expresión
clínica y morfológica adquiere formas diversas con historia natural diferente (11).
La importancia de esta enfermedad, que tiene una incidencia en la población general no muy alta (0,1
a 0,2%), radica en que es la mayor causa de muerte súbita en personas jóvenes, incluidos deportistas, sin antecedentes de ningún tipo de síntomas. La tasa de muerte súbita en sujetos con miocardiopatía hipertrófica se sitúa entre el 3 y el 6% por año, apareciendo con más frecuencia entre los 14 y
35 años de edad, incluso como primera manifestación en pacientes previamente asintomáticos, además el mecanismo final de la muerte no es del todo conocido (11).
Entre los factores de riesgo para sufrir una muerte súbita dentro de la miocardiopatía hipertrófica está
la historia familiar de muerte de dos familiares de primer grado, máxime si han ocurrido por debajo de
los 40 años, la edad entre 14 y 35 años, antecedentes de síncope de esfuerzo, la aparición de arritmias tanto en el ECG de reposo como en el registro de Holter, o la detección de zonas mal irrigadas
en los estudios de perfusión con isótopos (11).
Después de esto, está mayoritariamente aceptado que en deportistas jóvenes, en los que el diagnóstico de miocardiopatía hipertrófica está bien establecido, hay contraindicación para la práctica de los
deportes de competición, a excepción quizá de los de muy baja intensidad. En deportistas de más
edad (> 30 años) si no está presente ninguno de los marcadores de riesgo, debe considerarse la indicación de la actividad física de forma individualizada según las características particulares de la enfermedad. La prueba de esfuerzo tiene poco valor en el diagnóstico o en el estudio pronóstico de la miocardiopatía hipertrófica, dadas las alteraciones que suele presentar el ECG basal, y únicamente la presentación de arritmias o la aparición de hipotensión con el esfuerzo podría ser marcador de mal pronóstico (11).
5.2. Efectos del ejercicio sobre la Obesidad
Hacer ejercicio físico, al contrario de lo que ocurre en las personas delgadas, no produce un aumento del apetito, además, aparece un discreto rechazo por los alimentos grasos. Cuando junto a la dieta
se hace ejercicio, la pérdida de masa magra se reduce al mínimo, modificando favorablemente la composición corporal a través de aumento de la masa muscular y descenso de la masa grasa. El ejercicio
de fuerza suele incrementar el peso de forma moderada por el incremento de masa muscular a expensas del componente graso.
22
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Ventajas y beneficios del ejercicio aeróbico sobre la diabetes
• El ejercicio físico regular ayuda a lograr un mejor control metabólico a largo plazo.
• El entrenamiento físico disminuye las concentraciones basales y postpandriales de insulina
y mejora la permeabilidad de la membrana.
• Aumenta la sensibilidad de la insulina.
• Ayuda al control y reducción de peso.
• Reduce los factores de riesgo cardiovascular. Mejora el perfil de lípidos y reduce la tensión
arterial por descenso de las resistencias periféricas.
• Mejora la función cardiovascular con aumento del consumo máximo de oxígeno y
descenso de la frecuencia cardiaca para el mismo nivel de esfuerzo físico.
• Mejora la sensación de bienestar y la calidad de vida del paciente diabético.
El resultado de estos efectos van a depender tanto del tipo de diabetes, como tipo y dosis de insulina o fármaco administrado, niveles de glucemia previos al ejercicio, presencia de complicaciones y la
intensidad, duración y tipo de ejercicio (2).
La actividad física es el fenómeno más interesante que pone a prueba el equilibrio del metabolismo
energético en el ser humano, ya que con el ejercicio el consumo de oxígeno total y las necesidades
de glucosa pueden incrementarse hasta 10 veces. Sin embargo, a pesar de estos cambios, los niveles de glucosa en sangre permanecen estables durante horas gracias al uso del glucógeno almacenado en hígado y músculo y a una precisa coordinación de los cambios metabólicos y hormonales
(58).
En una persona no diabética, cuando realiza ejercicio, los niveles circulantes de glucosa en sangre
descienden ligeramente. Esta respuesta incluye una descarga inmediata simpática, una elevación de
los niveles de glucagón plasmático y un descenso de la insulina plasmática (58, 59). El efecto de la
producción simpática y de la liberación de glucagón, es el aumento de los niveles de glucosa en sangre por la rotura del glucógeno hepático, que unido al efecto del glucagón que estimula la gluconeogénesis, facilita la liberación de glucosa de forma inmediata. A esto se une una disminución de la liberación de insulina, que sirve para mantener unos niveles adecuados de glucosa en sangre (46).
De los estudios efectuados hasta la actualidad, se observa que, como consecuencia de un entrenamiento de resistencia los niveles de insulina y glucagón se mantienen más cerca del nivel de reposo
como respuesta al ejercicio. De esto se deduce, que el individuo entrenado requiere menos insulina
en cualquier etapa desde el reposo y durante el ejercicio ligero hasta el moderado, y se requiere una
mayor producción de insulina para eliminar cualquier exceso de glucosa de la circulación. Esto es
5. Respuesta al ejercicio sobre las enfermedades concomitantes con la HTA
23
característico de la mayor eficacia de la insulina con el entrenamiento. Esta mejora de la sensibilidad
a la insulina con el entrenamiento físico es una buena terapia que puede redundar en una necesidad
menor de insulina en aquellas personas con diabetes tipo 1 (46).
En los enfermos que padecen diabetes mellitus tipo 2 y que realizan ejercicio, se observa una mejoría
en el control de la glucemia a largo plazo, disminución de la resistencia a la insulina y reducción del
peso corporal cuando el diabético lleva a cabo un programa de ejercicio sin riesgo (2, 59).
En los pacientes con diabetes mellitus no insulindependiente tratados únicamente con dieta, la respuesta al ejercicio es similar a la de los individuos no diabéticos, acompañándose de una disminución
de los niveles de hemoglobina glicosidada, disminución de los niveles de glucosa en ayunas y disminución de los niveles de insulina (58, 59).
La respuesta es diferente cuando son tratados con sulfonilureas, ya que el efecto de éstas sobre la
secreción de insulina no es eliminado por el ejercicio, persistiendo el hiperinsulinismo y por tanto el
riesgo de hipoglicemia en el curso de ejercicios prolongados e intensos. Cuando el tratamiento incluye insulina, los beneficios y riesgos son similares a los de los pacientes con diabetes tipo 1 (59).
6. Consideraciones generales sobre la
prescripción de ejercicio en la HTA y
patologías concomitantes.
Reconocimiento médico deportivo previo
a la práctica deportiva.
Normas genéricas de prescripción
de ejercicio físico en la HTA
5.4. Efectos del ejercicio sobre el Síndrome Metabólico
La definición de Síndrome Metabólico, aunque está en discusión, aglomera en si mismo varios
Factores de Riesgo como circunferencia de cintura, niveles de Triglicéridos, valores de HDL-Ch, presión arterial y glucemia en ayuno.
Tal como hemos visto con anterioridad, tanto la diabetes, como los valores de glucemia basales, como
la tensión arterial, la obesidad y el perfil lipídico van a mejorar en sus valores con la práctica de ejercicio físico regular, de intensidad media y de más de 30 minutos de duración. Es por lo tanto que el
efecto acumulativo del ejercicio físico sobre estos factores de riesgo va a ser más que evidente.
En relación a las consideraciones generales sobre la prescripción de ejercicio en la HTA y patologías
concomitantes, y dentro de tratamiento no farmacológico de HTA, existen varias normas o medidas,
dirigidas a cambiar el estilo de vida del HTA y a su vez a ayudar al descenso en los valores de HTA,
así como a actuar contra los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular (tabla XI) y cuyo propósito es reducir la PA y prevenir el desarrollo de la enfermedad cardiovascular (ECV) (1, 4, 30).
Tabla XI. Cambios en el estilo de vida que reducen la PA y la enfermedad
cardiovascular (ECV) (1, 4, 30, 57, 68, 69, 73)
Cambios en el estilo de vida que reducen la PA
1. Evitar el estrés emocional y ambiental.
2. Reducción de peso y mantener un peso ideal.
3. Restricción moderada de sal.
4. Limitar la ingesta de alcohol.
5. Aumento del consumo de frutas y verduras.
6. Reducción de consumo de grasa total y saturada
7. No consumir determinadas sustancias como: esteroides anabolizantes, anticonceptivos orales,
algunos antiinflamatorios no esteroideos, algunos descongestionantes nasales.
8. Realizar ejercicio físico regular moderado, mejor de carácter dinámico que isométrico.
Cambios en el estilo de vida que reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular
1. Abandono del tabaco.
2. Dieta baja en grasas e inclusive dieta hipocalórica
3. Aumento del consumo de frutas y verduras.
4. Realizar ejercicio físico regular moderado, mejor de carácter dinámico que isométrico.
24
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Son pocos y difusos los estudios que demuestran los efectos que conllevan los cambios en el estilo
de vida y sobre la PA, sin embargo a modo de resumen exponemos en la tabla siguiente (tabla XII) la
reducción estimada de la PAS por los cambios en el estilo de vida (30).
Tabla XII. Efecto estimado sobre la PA de los cambios en el estilo de vida (30, 73)
CAMBIO
REDUCCION ESTIMADA
DE PAS
RECOMENDACION
Reducción de Peso
Peso (IMC 20-25)
5-20 mm de HG por cada 10
kgs perdidos
Restricción de Sal
< 100 mmol/día
2-8 mm de Hg
Reducción del alcohol
< 30 gr/día en hombre
< 20 gr/día en mujer
2-4 mm de Hg
Dieta mediterránea
Dieta rica en frutas, verduras y lácteos
desnatados
8-14 mm de Hg
Ejercicio físico
Ejercicio moderado
30-35 minutos/día
5 días a la semana
4-9 mm de Hg
Reconocimiento médico deportivo previo a la práctica deportiva
En la relación HTA-ejercicio pueden darse dos circunstancias:
1. La hipertensión del deportista que presenta un doble aspecto: la valoración de la aptitud
para la práctica deportiva, y como factor de riesgo de accidentes o incidentes durante el
deporte.
2. El paciente hipertenso y el deporte: la hipertensión como limitante de la actividad física; y la
prescripción del ejercicio físico o actividad deportiva como tratamiento de la HTA (11).
Atendiéndonos a las normativas elaboradas por la FIMS y el Colegio Americano de Medicina del
Deporte, antes de realizar una prescripción de ejercicio en un individuo hipertenso, sea cual sea su
edad, se ha de definir la severidad de la misma mediante la realización de una anamnesis, exploración
física con toma de tensión arterial basal, analítica de sangre y orina incluyendo parámetros bioquímicos, un ECG de 12 derivaciones y una prueba de esfuerzo en cicloergómetro con monitorización cardiaca y control de la tensión arterial cada dos minutos o coincidiendo con el cambio de escalón de
esfuerzo, por eso tal vez sea más recomendable el realizarla en cicloergómetro (figura 5) (1, 39). Por
dificultades técnicas y de disponibilidad se tiende a hacer la valoración de la variación dinámica de la
presión arterial mediante esfigmomanometría braquial convencional durante ergometría en el tapiz
rodante o cinta sin fin (TR), bajo un protocolo habitual para la valoración de la capacidad funcional
aeróbica máxima (11).
No está de más que en determinados casos se complete el estudio con un ecocardiograma (1, 39).
Estas pruebas deben repetirse cada 2 años en personas de más de 35 años con factores de riesgo
acompañantes.
El comportamiento de la tensión arterial, tanto en esfuerzo como en recuperación, durante la realización de una prueba de esfuerzo, nos va a permitir el evaluar la reacción de la tensión arterial al esfuer26
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Figura 5. Prueba de esfuerzo en cicloergómetro con control de la tensión arterial y monitorización cardiaca.
zo y el diseñar un programa de ejercicio objetivo y adaptado tanto a la frecuencia cardiaca como al
estado físico del paciente (27). En la cuando en la prueba de esfuerzo realizada bajo tratamiento antihipertensivo adecuado, la presión arterial no debe sobrepasa los 230/115 mmHg (240/120 mmHg o
más), es necesario en ese momento detener la prueba de esfuerzo (11).
La HTA puede imponer ciertas limitaciones o riesgos a la práctica deportiva, por lo que es objeto de
valoración para la determinación de la aptitud. Es preciso sentar una serie de hechos como base antes
de realizar cualquier valoración del hallazgo de una HTA en un deportista (11):
a. Aunque la HTA presenta un mayor riesgo de arritmia ventricular maligna y de muerte súbita,
no existen datos en la actualidad que relacionen las muertes súbitas conocidas de atletas
jóvenes y la presencia previa de HTA.
b. La presencia de HTA hace asumir al deportista, al igual que en la población general, un
mayor riesgo de presentar las lesiones que son propias de la enfermedad, o, eventualmente,
de su etiología si no fuera una HTA esencial.
c. Existe la evidencia de que el ejercicio físico continuado, ya sea dinámico, estático o
combinado, tiene un efecto normalizador de la presión arterial en los hipertensos. Sin embargo,
se observan elevaciones instantáneas de la presión arterial durante la práctica de ejercicio
físico, especialmente cuando el esfuerzo presenta un mayor componente estático (isométrico).
d. La existencia de una HTA comporta una reducción de la capacidad aeróbica.
e. En la evaluación de la presión arterial de un deportista, en especial si es joven y más si se
va a practicar deporte de competición, es necesario descartar la existencia de un componente
emotivo o ansioso que cree una hipertensión «de bata blanca».
6. Consideraciones generales sobre la prescripción de ejercicio en la HTA y patologías concomitantes.
Reconocimiento médico deportivo previo a la práctica deportiva.
Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA
27
7. Nuevas directrices del tratamiento
de la HTA. Interacción de los fármacos
con el ejercicio y en el deporte de alta
competición
Nuevas directrices del tratamiento de la HTA
Las cifras de PA a conseguir para considerar bien controlada la HTA son las siguientes (48):
1. Población general: <140/90 mm Hg. En pacientes menores de 55 años es aconsejable
reducir la PA hasta valores inferiores, si es posible cercanos a la PA óptima (120/80 mm Hg),
siempre que el tratamiento sea bien tolerado.
2. Diabetes: <130/80 mm Hg.
3. Accidente cerebrovascular: <130/80 mm Hg.
4. Enfermedad coronaria: <130/80 mm Hg.
5. Insuficiencia Renal con proteinuria < 1g./d: <130/80 mm Hg.
6. Insuficiencia Renal con proteinuria > 1g./d: <125/75 mm Hg.
A parte del tratamiento farmacológico y como primer escalón terapéutico para todos los hipertensos,
se incluyen las modificaciones del estilo de vida y de las que hemos hablado con anterioridad, tales
como (48):
1. Descenso de peso.
2. Disminución del consumo de alcohol: menos de 30 g. al día en hombres y de 20 g. en
mujeres.
3. Reducción de la ingesta de sodio (menos de 6 g. de sal común al día). Ejercicio físico moderado aeróbico e isotónico (andar, correr, nadar, bailar, aerobic, ciclismo...) practicado de
forma regular y gradual, durante 30-45 minutos al día, la mayoría de los días de la semana.
4. Dieta rica en frutas y vegetales, con disminución de la ingesta total de grasas y de la proporción de grasas saturadas.
5. Supresión del consumo de tabaco.
El esquema terapéutico actual del inicio del tratamiento antihipertensivo, es el que describimos en la
siguiente tabla (tabla XIII)(48):
Según el Documento de consenso para la evaluación y tratamiento de la hipertensión arterial en
España, en los pacientes con HTA de grado 1 podrían ser tiempos de espera límite aceptables antes
28
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Tabla XIII. Inicio del tratamiento antihipertensivo (48)
Presión arterial (mmHg)
Otros
Factores de
Riesgo (F.R.)
Normal
PAS:120-129
PAD: 80-84
Normal-Alta
PAS:130-139
PAD: 85-89
Grado 1
PAS: 140-159
PAD: 90-99
Grado 2
PAS: 160-179
PAD:100-109
Grado 3
PAS ≥ 180
PAD ≥ 110
Sin otros
F.R.
No
intervención
No
intervención
CEV varios meses*
+ Fármacos si PA
elevada
CEV +
Fármacos
CEV +
Fármacos
CEV varias
semanas** +
Fármacos si PA
elevada
CEV +
Fármacos
CEV +
Fármacos
CEV + Fármacos
CEV +
Fármacos
CEV +
Fármacos
CEV + Fármacos
CEV +
Fármacos
CEV +
Fármacos
1-2 F.R
CEV
CEV
> 3 F.R.
SM, DO o
Diabetes
CEV
CEV +
Considerar
Fármacos
ENF CV o
RENAL
CEV
CEV +
Fármacos
CEV +
Fármacos
CEV +
Fármacos
CEV: cambios en el estilo de vida
de iniciar el tratamiento farmacológico * 6 meses (si no tienen otros factores de riesgo cardiovascular) y ** 6 semanas (si tienen 1-2 factores de riesgo cardiovascular asociados) siempre y cuando realicen cambios en su estilo de vida.
Las estrategias del tratamiento farmacológico en el paciente HTA, las resumimos en la figura 6.
Interacción de los fármacos con el ejercicio
La elección del tratamiento hipotensor por el médico, se basará en la simplicidad, tolerancia, predilección individual y los efectos secundarios del medicamento recetado. En el deportista hipertenso, es
necesario conocer cómo interactúan estos medicamentos conjuntamente con el ejercicio físico habitual (27).
La combinación de fármacos con el ejercicio físico regular y cambios en el estilo de vida, consigue
descensos importantes de la tensión arterial e incluso en algunos casos consigue disminuir la dosis
del agente farmacológico que se trate (30).
Hay muchos medicamentos antihipertensivos útiles para bajar la tensión arterial, pero no todos son
inocuos y presentan efectos secundarios (tabla XIV). Además es muy aconsejable que los deportistas intenten usar fármacos sin asociaciones para no tener problemas con las prohibiciones de las normativas antidopaje.
7. Nuevas directrices del tratamiento de la HTA.
Interacción de los fármacos con el ejercicio y en el deporte de alta competición
29
1. Los betabloqueantes están incluidos en la lista de sustancias dopantes y prohibidos en
competiciones oficiales. Reducen la frecuencia cardiaca frenando la taquicardia de esfuerzo y
están desaconsejados en ejercicios intensos y de competición, así como en deportistas que
presentan bradicardia en reposo como adaptación cardiaca al ejercicio físico. Sin embargo, no se
prohibe en las actividades deportivas de ocio realizadas de manera submáxima (4, 27, 41, 76).
Los betabloqueantes condicionan una menor elevación del débito cardiaco, descenso en la eyección cardiaca, aumento de las resistencias periféricas y descenso del flujo muscular vascular, lo que
facilita la aparición de fatiga muscular y descenso en la forma física. También aumentan la disnea
secundaria a una obstrucción bronquial, con lo que deben ser prescritos con cautela en pacientes
con antecedentes alérgicos (4, 27, 41, 76).
Referente al metabolismo, pueden producir hipoglucemia relacionada con una alteración de la gluconeogénesis, así como una alteración del perfil lipídico por aumento de las VLDL. Para los deportistas es mejor utilizar betabloqueantes cardioselectivos con una actividad simpaticomimética intrínseca. En los deportistas que toman betabloqueantes, la prescripción de ejercicio debe ajustarse a
la frecuencia cardiaca conseguida durante la realización de una prueba de esfuerzo. El betaxolol,
según algunas investigaciones, parece ser que administrado una vez al día es más efectivo y bien
tolerado que el atenolol en el tratamiento de la hipertensión leve y moderada y no altera la capacidad para realizar ejercicio (4, 27, 41, 76).
2. Los diuréticos, aparte de encontrarse incluidos dentro de la lista de sustancias prohibidas,
pueden provocar anomalías electrolíticas como hipopotasemia, dando lugar a fatiga y calambres
musculares así como afectar a la contracción muscular. También parecen facilitar la aparición de un
golpe de calor y colapso al provocar una deplección del volumen intravascular por la deshidratación
que conllevan. En tratamientos prolongados se habla incluso de que son capaces de aumentar la
tensión arterial y facilitar la aparición de arrítmias inducidas por el ejercicio (4, 27, 41).
Figura 6. Estrategias de monoterapia y de terapia de combinación en el tratamiento de la HTA (48)
3. Los inhibidores de los nervios simpáticos previenen la vasoconstricción de las arterias, pero
interactúan en la reacción hemodinámica provocada por el ejercicio al igual que los
vasodilatadores que presentan el riesgo de producir respuesta hipotensiva al esfuerzo (4, 22).
Tabla XIV. Beneficios y efectos secundarios del uso de fármacos en deportistas (Anders SL.
Sound Treatment Strategies for Active Hypertensives. The Pphysician and Sportsmedicine 1992; 20: 117) (4)
Fármacos
Beneficios
Efectos secundarios
Descenso de la actividad
simpática
Descenso de la tolerancia al ejercicio
Exacervación del broncoespasmo
Aumento de las resistencias periféricas
Diuréticos
Descenso de la TA por descenso
de las resistencias vasculares
Inhibidores α Ad
Alteraciones de los electrolitos
Alteración del volumen plasmático
Alteración de la glucosa y colesterol
Aumento de la HDL-Ch
Tendencia al síncope
Inhibidores de la ECA
No afecta lípidos ni glucosa
Es menos efectivo en raza negra
Tos
Potenciación del potasio
Bloqueadores del calcio
-
Congestión
Betabloqueantes
30
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
4. Los bloqueadores de los canales del calcio, que producen relajación en pequeños músculos
y en la pared de las arterias con una posible acción inotrópica negativa, así como los inhibidores
de la enzima conversora de la angiotensina (IECA), que alteran la producción de la misma
y la constricción de las arteriolas, bloqueadores alfa adrenérgico y agonistas de acción central,
provocan menos alteración en la reacción hemodinámica al ejercicio (4, 22).
En resumen:
1. en los hipertensos que realizan entrenamiento de fuerza y están en tratamiento con betabloqueantes o inhibidores del calcio, dicho entrenamiento eleva la presión arterial algo más que
cuando trotan o andan, pero los resultados son perfectamente comparables en ambos tipos de
ejercicio y no existe motivo para contraindicar este tipo de ejercicio en hipertensos limítrofes.
Los fármacos mejor tolerados son los inhibidores del calcio (4, 22, 34).
2. Se consiguen mayores descensos de la presión sistólica con los betabloqueantes que con los
calcio-antagonistas y de la presión diastólica con los calcio-antagonistas seguidos de los betabloqueantes y diuréticos. El consumo máximo de oxígeno y la duración de los test de ejercicio
aumenta más con los calcio-antagonistas que con los betabloqueantes, de esto se deduce que
los calcio-antagonistas tiene mejor indicación en los sujetos con buena forma física (4, 22, 34).
7. Nuevas directrices del tratamiento de la HTA.
Interacción de los fármacos con el ejercicio y en el deporte de alta competición
31
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas
genéricas de prescripción de ejercicio
físico en la HTA. Tipos de ejercicios y
sus características de intensidad,
frecuencia y duración
El Colegio Americano de Medicina del Deporte ha adoptado las siguientes normas para la prescripción de ejercicio. Los pacientes deben de comenzar el ejercicio al menos tres días a la semana y con
una duración de quince minutos al día. Por lo tanto, la frecuencia ideal recomendada es de 3-5 sesiones/semana (1)
Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA. Tipos de ejercicios y
sus características de intensidad, frecuencia y duración
Con respecto a la duración sesiones de 45-60 minutos/sesión son adecuadas en estos pacientes. En
muchas ocasiones, se puede comenzar el programa de ejercicio aeróbico con sesiones cortas de unos
pocos minutos e intercalando descansos de unos pocos minutos entre las series. Progresivamente se
irán haciendo menos tiempo de descanso y más tiempo total de ejercicio(1, 27).
Una vez decidida la utilización del ejercicio como terapia no farmacológica, debemos tener en cuenta
algunas premisas en su prescripción, tales como:
La recomendación de actividad física ha de extenderse al mayor número de pacientes posible, explicando los efectos que ejerce sobre la regulación de la TA. La unión del ejercicio físico con el descenso de los factores de riesgo tales como restricción de sal, supresión de grasas, medicación y relajación psíquica, constituyen los pilares en el tratamiento de la enfermedad. La actividad física puede
contribuir a regular las cifras de TA sin tratamiento farmacológico o, por lo menos, a disminuir la cantidad y/o dosis de fármacos necesarios (30).
Con el fin de disminuir el estrés del individuo, el ejercicio además de mejorar la capacidad cardiorespiratoria, ayudará a mejorar la sensación de bienestar global. Este logro psicoterápico se verá incrementado si el ejercicio es programado técnicamente, adecuado a cada persona y bien controlado, con
lo que el riesgo de provocar lesiones se ve descendido (27).
Sin embargo, la aplicación de un programa de ejercicio físico en población joven, como niños y adolescentes, va a obtener una mayor eficacia a largo plazo, ya que es la edad más adecuada para cambiar de estilo de vida y de introducirse en la rutina del ejercicio físico. Además se obtienen mejores
efectos dado que no existe todavía repercusión de la HTA sobre el sistema cardiovascular (1, 72). En
los niños hipertensos el aumento de la presión sistólica con el ejercicio puede ser excesivo, por lo que
en general se recomienda en el niño o adolescente hipertenso evitar ejercicios con una elevada carga
estática, y practicar ejercicios de tipo dinámico. (11)
Por el contrario, la prescripción de ejercicio físico en ancianos hipertensos va a estar más sujeta a un
seguimiento defectuoso, si no se realiza dentro de un marco de prescripción con supervisión médica,
similar al que se realiza con la rehabilitación cardiaca (1, 72).
Pero la calidad y cantidad del ejercicio físico recomendado, así como sus pautas de prescripción, va
a depender de los efectos que conlleva sobre el sistema circulatorio arterial y de su hemodinámica (27).
32
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Para los pacientes pertenecientes al estadio 1, el ejercicio físico debería formar parte de su vida cotidiana. Tres sesiones a la semana, es suficiente para mantener un estado adecuado de salud. Por lo
tanto la frecuencia a prescribir comprende desde 4 a 5 días/semana y dependerá del tiempo y forma
física del individuo. Para comenzar se debería comenzar con dos sesiones semanales en días no consecutivos las dos primeras semanas, para después ir aumentándolas con combinación de la intensidad y la frecuencia (1, 27).
La frecuencia de ejercicio físico para los pacientes que se engloban en el estadio 2, bien podría ser
de 3 sesiones por semana como mínimo, con revisión cada 3 meses aproximadamente para la pertinente adecuación del ejercicio al estado actual del paciente(1, 27).
El mejor tipo de esfuerzo a realizar es el ejercicio isotónico o dinámico que movilice los segmentos articulares, de carácter aeróbico y donde se contemple una relación adecuada entre esfuerzo físico y recuperación. Las actividades que producen un mayor condicionamiento aeróbico son las siguientes: andar,
carrera, trote, ciclismo, esquí, natación, patinaje, remo, salto con cuerda y subir escaleras (11, 19, 27).
La definición de la intensidad al que debemos realizar el esfuerzo físico, es uno de los parámetros
más difíciles de valorar para establecer la prescripción de ejercicio en HTA y que se realizará en función de la frecuencia cardiaca. Gran parte del éxito o fracaso del tratamiento no farmacológico va a
depender en establecer una intensidad de ejercicio adecuada para evitar que la terapia se convierta
en iatrogenia. La frecuencia cardiaca óptima oscilará entre un 60-80% de la frecuencia cardiaca máxima, o si se quiere ser más preciso, hasta la frecuencia cardiaca máxima alcanzada y correlacionada
con la tensión arterial obtenida en la prueba de esfuerzo y así obtener la frecuencia cardiaca máxima
del paciente. En estos casos se considera prueba de esfuerzo máxima con frecuencia cardiaca máxima a la frecuencia en la que el paciente acaba la prueba de esfuerzo por agotamiento o la que se suspende por ser la prueba por presentar una presión sistólica mayor de 250 mm Hg y diastólica mayor
de 115 mm Hg.(11, 19, 27, 37, 41, 43).
La intensidad del ejercicio a realizar estará en relación con la clasificación de la HTA promulgada por
la ESH-ESC 2003, asumida por la SEH-LELHA o clasificación del JNC-7 sobre manejo de la HTA
(tabla XV) (29, 48).
Otra forma de calcular la intensidad del ejercicio es por la escala de Borg o clasificación del esfuerzo
percibido o el método de hablar, cantar y jadear. Sin embargo presenta dificultades para su concordancia con la frecuencia cardiaca en los pacientes que toman betabloqueantes. En general, las normas de prescripción de ejercicio en pacientes que toman bloqueadores beta son las mismas que para
aquellos que no toman estos fármacos. Pero el factor más discutido es como calcular la intensidad del
ejercicio del paciente. Karnoven y colaboradores han establecido una fórmula para calcular la frecuencia cardiaca en función de la frecuencia cardiaca máxima. Sin embargo para nosotros resulta más
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
33
Tabla XV. Prescripción de intensidad de ejercicio físico en función de los valores de TA según
la clasificación de la JNC 1997
CATEGORIA
PAS (mm Hg)
PAD (mm Hg)
INTENSIDAD
Normal
<120
<80
Sin límite
Pre hipertensión Normal
<130
<85
Sin límite
Pre hipertensión
Normo-alta (límite)
130-139
85-89
60-85% +pesas (50-60%)
HTA
Estadio 1 (ligera)
Estadio 2 (moderada)
Estadio 3 (severa)
140-159
160-179
≥ 180
90-99
100-109
≥ 110
60-75% +pesas (25-30%)
55-65% no pesas
Control farmacológico
práctico el adaptar la intensidad del ejercicio en función de la frecuencia cardiaca máxima alcanzada
a tensiones de 250-240 mm de Hg para la sistólica y 110-115 para la diastólica obtenidas en un cicloergómetros. La frecuencia cardiaca obtenida en ese momento se considerará frecuencia cardiaca
máxima (27, 37, 41).
Otros autores aconsejan ajustar la intensidad de la frecuencia cardiaca, en los pacientes hipertensos
que toman betabloqueantes, aplicando una fórmula correctora de más 30 latidos/minuto sobre la frecuencia cardiaca obtenida (41). Nosotros consideramos que el mejor sistema es a través de obtener
la frecuencia cardiaca durante una prueba de esfuerzo con monitorización de la tensión arterial.
Tomamos como frecuencia máxima la obtenida por agotamiento en la prueba o cuando se alcanza TAS
de 250 mm de Hg y/o TAD de 115 mm de Hg.
Respecto a la intensidad adoptada para un entrenamiento de pesas, se debería ajustar mas al porcentaje de carga máxima levantada, la cual sería adecuada para el estadio 1 en un 25-30% de la fuerza
máxima y un 50-60% para los pacientes con HTA límite (43).
El ejercicio físico, para que ejerza su función terapéutica, debe ser continuado. Se necesitan al menos 3-6
meses de ejercicio físico para que su efecto beneficioso sea valorable. La frecuencia de práctica debe ser
al menos de tres veces por semana, siendo recomendables más sesiones cuanto menor sea la intensidad
del ejercicio. Deberá restringirse o prohibirse la actividad competitiva si comporta emotividad (11, 27).
El ejercicio se realizará con un calentamiento previo finalizando con una fase de enfriamiento y de vuelta a la calma con el fin de minimizar los riesgos asociados sobre otros sistemas como lesiones y molestias articulares (27).
Las recomendaciones de prescripción de ejercicio físico, no son únicas para todos los autores y unidades de HTA, si se deben tener en cuenta la clasificación de HTA del paciente, las características del
deporte a realizar, las experiencias previas en estudios y el sentido común y que resumimos a continuación en la siguiente tabla (tabla XVI) (11) (19).
Es especialmente importante el control durante las primeras sesiones de tratamiento. El ejercicio físico controlado y pautado correctamente puede lograr una disminución significativa de la tensión arterial, tanto sistólica como diastólica, sin efectos colaterales adversos (11, 27).
34
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Tabla XVI. Recomendaciones de prescripción de ejercicio para pacientes HTA (11, 27)
Tipos de HTA
RECOMENDACIONES DE PRESCRIPCIÓN
HTA secundaria
• La limitación es más estricta que en pacientes con HTA esencial.
• Realizaran actividad física, en especial de tipo aeróbico, y limitando la
intensidad a «baja» o con carácter lúdico.
• Tiene especial interés, realizar ejercicios aeróbicos, con intensidad baja, en
la hipertensión nefrovascular.
HTA esencial
• La indicación se hará en relación a las cifras de presión arterial en reposo y
ejercicio.
• Se tendrá también en cuenta si existe organicidad significativa por razón de
la HTA
HTA ligera o moderada y
ausencia de repercusión
orgánica
(TAS 160-179 mm HG y TAD
100-109 mm HG)
• Se permite hacer cualquier tipo de ejercicio físico y deporte, excluyéndose
los estrictamente estáticos si son los únicos a practicar.
• La actividad física de predominio dinámico es la más favorable.
• La intensidad no está limitada.
HTA moderada o superior
tratada y controlada sin
cardiopatía subyacente
• Se permite toda práctica deportiva con la única restricción de los deportes
con carga estática importante o exclusiva.
HTA moderada o superior no
controlable con tratamiento
médico
• Sólo se deberá aconsejar realizar deportes de baja intensidad o con
carácter lúdico.
• Deben evitar la actividad física de tipo isométrico o de fuerza.
HTA grave/maligna no
estrictamente controlada.
• No se debería probablemente permitir la actividad deportiva.
• Cuando la hipertensión coexista con otra cardiopatía las recomendaciones
se basarán también de acuerdo con las propias de ese proceso.
Las recomendaciones en cuanto a la realización de ejercicio físico para un deportista hipertenso son
distintas de las del paciente con HTA y que usa el deporte como arma terapéutica, y se pueden resumir en la siguiente tabla (tabla XVII) (11).
8.1. Entrenamiento de resistencia
La resistencia es la capacidad psicofísica de la persona para resistir la fatiga. Puede considerarse igualmente como la capacidad que el cuerpo posee para soportar esfuerzos originados por la actividad
prolongada. Existen muchos parámetros objetivos que demuestran que la resistencia es buena para
mejorar el estado físico de los pacientes asmáticos (18) (24) (42) (77) .
La bicicleta estática, el remoergómetro, la natación, la carrera a pie y andar son buenos sistemas para
realizar un entrenamiento físico regular, pautado y de carácter aeróbico, siempre que se realicen con
las precauciones ya descritas con anterioridad (18) (34) (64).
Respecto a los tipos de ejercicios que mejoran la resistencia cardiovascular y de más fácil aplicación en
el paciente asmático, la carrera a pie es el más solicitado y extendido, por no necesitar de grandes equi8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
35
Tabla XVII. Resumen de indicación de realización de ejercicio físico para
los deportistas con HTA (11)
Tipos de HTA
RECOMENDACIONES DE PRESCRIPCIÓN
HTA de ligera a moderada
• En ausencia de organicidad detectable: no hay limitación para la práctica
deportiva.
• En presencia de organicidad (enfermedad cardíaca, renal, impronta
retiniana, etc.) o de patología causal de la HTA: la limitación a la actividad
física estará en función de la «segunda enfermedad».
Hipertensión moderada
• No hay recomendación especial en relación con los deportes
predominantemente dinámicos o estáticos.
• La práctica de ejercicio isométrico a elevada carga o duración puede estar
no recomendada por las elevaciones transitorias de la presión arterial
durante los mismos.
• Control cada 3 a 6 meses.
• La medicación antihipertensiva, que suele iniciarse en HTA moderada, no
es obstáculo para la práctica deportiva.
Tabla XVIII. Clasificación de distintos deportes que ayudan a mejorar la resistencia
cardiorespiratoria
GRUPO
MODALIDAD
UTILIDAD
EJEMPLOS
1
Actividades que se pueden
mantener fácilmente a una
intensidad constante y de
gasto energético bajo.
Deseables para un control
más preciso de la intensidad
del esfuerzo
Caminar
Correr
Bolos
Tiro con arco
Bicicleta estática
Remoergómetro
2
Actividades en las que la tasa
de gasto energético está
altamente relacionada con la
destreza, pero pueden
proporcionar una intensidad
constante para el paciente
También en la etapa inicial del
entrenamiento físico teniendo
en cuenta el nivel de destreza
Ciclismo
Esqui de fondo
Golf
Patinar
Gimnasia suave
Baile
3
Actividades en las que la
destreza y la intensidad del
esfuerzo son altamente
variables
Proporciona interacción de
grupo y variedad en el
ejercicio
Baloncesto
Fútbol
Deportes de raqueta
Hockey hierba
HTA grave y maligna
• Se deberán evitar deportes con elevada carga estática.
• Si la HTA está bien controlada con medicación y dieta, se revaluará la
prohibición de práctica de deportes estáticos en relación con las cifras de
presión arterial que haya alcanzado el sujeto en ese momento.
• Si existe organicidad significativa, se mantendrá la contraindicación de
deportes estáticos aun cuando la HTA esté controlada médicamente.
• Si el deportista participa de forma habitual en competiciones, las
recomendaciones anteriores cobran una especial importancia, dada la
carga emotiva que conllevan las mismas.
• Se utilizará cualquier tipo de ejercicio en el que se pongan en acción grandes masas musculares:
caminar, caminar rápido, trotar, trotar-correr, correr, bicicleta, natación, excursionismo, etc., lógicamente la intensidad y duración de estas actividades estarán adaptadas a la edad y del nivel aeróbico del paciente asmático.
La HTA concurrente con
otras enfermedades
cardiocirculatorias
• La aptitud vendrá marcada por la «segunda enfermedad », si la HTA es leve
o moderada.
• Si la HTA es grave o maligna la aptitud depende de las limitaciones
combinadas de la HTA y la segunda enfermedad.
• Se controlarán periódicamente las pulsaciones, las cuales conformarán con exactitud el índice de
esfuerzo que se está realizando. Progresivamente se irá comprobando cómo la frecuencia cardiaca
no aumenta y sin embargo se realiza la misma cantidad de ejercicio, esto es un síntoma de adaptación cardiovascular al esfuerzo.
paciones, sin rivales, no necesitar del conocimiento de técnicas especiales y la intensidad y duración
pueden graduarse con facilidad. El realizarlo con música mejora el nivel de coordinación y el mantenimiento de un ritmo constante y para ciertos autores un tratamiento coadyudante más (18,34,64,68).
Otras modalidades de ejercicio con una buena relación coste/beneficio son el ciclismo, la natación y
la marcha. El aerobic es una modalidad de ejercicio por las que las mujeres adultas sienten más atracción y debe ser tenida en cuenta dentro de las prescripciones, pero no llegando a la extenuación y
con ritmos suaves de baile. El baile de salón también puede ser una buena alternativa (42) (64) (68).
Pero no todos los deportes se pueden realizar a una intensidad constante, por esto adjuntamos un
cuadro indicativo de distintos deportes que son útiles para mejorar la resistencia cardiovascular pero
clasificados en función de una serie de variables de intensidad y nivel de destreza (tabla XVIII).
Para entrenar la resistencia aeróbica es necesario tener en cuenta unas guías básicas para evitar lesiones, para que el trabajo no sea extenuante y evite abandonar su práctica (18) (24, 35) (42).
36
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
• Deberán evitarse todos aquellos esfuerzos mantenidos que eleven la frecuencia cardiaca por encima de las
160 pulsaciones/min o en función de la frecuencia cardiaca máxima menos la edad. Esto se tendrá que tener
especialmente en cuenta en las personas que se inician en la realización de cualquier tipo de deporte.
• Si la actividad elegida para la mejora de la resistencia es la marcha o carrera, habrá que vigilar que
el terreno por donde se practica para que no sea excesivamente duro y que el calzado que se utiliza sea el adecuado. Esto evitará problemas musculares en las pantorrillas, fenómeno bastante frecuente en las mujeres. Las ropas deberán ser amplias y a ser posible de algodón.
• Hay un determinado número de personas que a pesar de seguir todos los consejos y normas que
se dan para la realización correcta de una actividad física, no logran progresar con el ritmo que ellos
quisieran. Las causas más comunes son peso corporal elevado y la falta de coordinación.
• Es conveniente realizar un calentamiento de unos 15 minutos, previo al inicio de una sesión de
entrenamiento siendo más intenso en los meses fríos del año. El objetivo del calentamiento es preparar al organismo para obtener mejor la energía de nuestras reservas por los músculos y evitar
lesiones. Este puede consistir en algunos ejercicios gimnásticas de los músculos que vamos a utilizar junto con un pequeño paseo o trote suave de unos 10 minutos.
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
37
• Los ejercicios de estiramiento se realizarán al finalizar el ejercicio y procurando empezar desde la
cabeza a los pies.
Tabla XIX. Ejemplo de programa de prescripción de ejercicio en función de la intensidad
ETAPA
Duración
Se recomienda una duración de 30 minutos para la carrera y la natación y de 60 minutos para el ciclismo o el “aerobic” suave. En las etapas iniciales, se puede comenzar con periodos de ejercicio de 10
minutos, intercalando pausas de recuperación hasta que la mejoría del estado físico pueda permitir
realizar un ejercicio de 30 minutos de duración, sin llegar al agotamiento ni a producir síntomas asmáticos (18) (34)
Frecuencia
Tres sesiones a la semana son suficientes para mantener un estado adecuado de salud. A medida que
mejore la forma física del individuo, en función del tiempo que disponga, se podrá incrementar la frecuencia hasta seis días por semana dejando uno para descanso.
Se debería comenzar con dos sesiones semanales en días no consecutivos en las dos primeras semanas, para después ir aumentando progresivamente en combinación con la intensidad y la frecuencia
(18) (34).
Intensidad
La intensidad a la que se realiza un ejercicio físico viene definido normalmente por el porcentaje de
frecuencia cardiaca sobre la frecuencia cardiaca máxima del paciente a la que se debe realizar el ejercicio físico (220-edad), o del nivel aeróbico del paciente asmático o sobre la frecuencia cardíaca máxima que es capaz de tolerar sin que se desencadenen síntomas de asma como disnea y ansiedad. Los
pacientes con una limitación funcional conocida no deben superar un incremento del 30 % sobre la
frecuencia cardiaca de reposo en el ejercicio mantenido (35).
En las etapas iniciales no se debe sobrepasar el 60% de la frecuencia cardiaca máxima., para que en
las etapas de mejora llegar al 75 % de la frecuencia cardiaca máxima del paciente. A continuación
exponemos a modo de cuadro (tabla XIX), un ejemplo de programa de prescripción de ejercicio en
función de la intensidad.
Ejemplos de ejercicios para aumentar la resistencia
Existen muchos tipos de deportes que nos pueden ayudar a mejorar la resistencia, vamos a hablar de
algunos de ellos. Es conveniente, sin embargo, saber que todo tipo de ejercicio o deporte mejorará
una cualidad física principal pero también tendrá efectos otras cualidades físicas.
SEMANA
VECES/SEM
INTENSIDAD
(% Fr. C. máxima)
DURACIÓN
(minutos)
Inicial
1
2
3
4
5
2
2
3
3
3
40-50
45-55
45-55
50-60
50-60
10
12
15
15
20
Mejora
6-7
8-9
10-12
13-15
16-18
>3
>3
>3
>3
>3
55-65
55-65
60-70
60-70
60-75
20
25
25
30
30
Mantenimiento
> 18
>3
>60
>30
1. Es conveniente realizar estiramientos antes y después de andar, especialmente de la parte inferior de las piernas. Esto es importante porque al andar tensamos la zona de las pantorrillas.
2. Hay que empezar paulatinamente y tranquilo.
3. Es fundamental mantener una buena postura. Es mejor no llevar bolso en un hombro, si tenemos que llevar algo, mejor es llevarlo en los bolsillos o una mochila anclada en ambos hombros,
así podremos balancear los brazos. Mantenga la cabeza centrada sobre los hombros y estos a
su vez alineados sobre las caderas. Hay que andar recto, sin doblarnos hacia delante, con
pecho alto, hombros relajados y los abdominales activados.
4. Se pone primero el talón y luego el resto del pie. El pie tiene que moverse naturalmente. Para
esto obviamente ayuda el usar zapatos adecuados para andar (de suela flexible, con buen
amortiguamiento, con soporte arqueado apropiado y que sean traspirables), es decir cómodos
aunque no sean estéticamente los más bonitos.
5. Mientras va andando puede ir hablando, inclusive le sirve de distracción y puede también ayudar a mantener una cita con un amigo, en vez de ir a una cafetería. Si va solo, póngase unos
cascos y escuche su música favorita, o la radio. Esto le servirá para llevar el ritmo mejor y además le relajará y animará más su actividad deportiva.
ANDAR (6)
En los últimos años, andar se ha vuelto la forma más popular de hacer ejercicio, por ser una manera
sencilla de realizar ejercicio aeróbico. Además de ser fácil de realizar, todos lo sabemos hacer, no
necesitamos un equipo especializado (solo usar zapatos adecuados) y no es caro. Además pocas
veces aporta lesiones sobreañadidas.
Cada persona tiene un estilo de andar. Pero es conveniente que guardemos unas cuidados para que
este ejercicio sea más satisfactorio:
38
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
39
A continuación exponemos programas para andar (tabla XX):
Tabla XX. Programa de andar para nivel moderado-elevado
Nivel
Sexo
Estiramientos
Distancia
Tiempo
Mujer
10 minutos antes y 5
después
3200 m/día
30 minutos
Hombre
10 minutos antes y 5
después
3200 m/día
27 minutos
Mujer
10 minutos antes y 5
después
3200 m/día
30 minutos
Hombre
10 minutos antes y 5
después
4000 m/día
38 minutos
Moderado
Elevado
3. A mayor intensidad mayor riesgo de lesión. Hacer footing o correr puede añadir tensiones en
caderas, piernas y pies, pero esto se minimiza si usamos unas zapatillas adecuadas y no cualquier zapatilla que encontramos en casa (cómodas, traspirables, con puntera amplia y adelgazamiento de la suela de la zapatilla en la parte anterior del pie).
4. Algunos corredores cuando están lesionados corren en el agua, para recuperarse antes de sus
lesiones y no perder forma física. Esto se puede hacer con un flotador especial, pero para nosotros tiene más una aplicación rehabilitadora y necesita de una instalación específica. Últimamente también se ha popularizado el correr con pesas en las manos o en los pies. Estos sistemas de entrenamiento creemos que son más adecuados para deportistas de alto nivel y son
fuente de mayor número de lesiones en miembros inferiores en personas con baja o moderada
forma física.
A continuación exponemos programas para correr para quienes se inician (tabla XXI).
Tabla XXI. Ejemplo de programa de prescripción de ejercicio en función de la intensidad
“FOOTING” Y CORRER (6)
Correr o andar son tan sólo extensiones de andar y añadirán intensidad a nuestro programa. Correr
emplea menos tiempo, aumenta el metabolismo aeróbico y aumenta el consumo de calorías. El correr
también es beneficioso porque la presión del salto repetido hace que los huesos sean de mineralización más fuerte y ayuda a luchar contra la osteoporosis aunque por el contrario aumenta la estadística de lesiones si no se hace correctamente con el equipo adecuado.
ETAPA
SEMANA
VECES/SEM
INTENSIDAD
(% Fr. C. máxima)
DURACIÓN
(minutos)
Inicial
1
2
3
4
5
3
3
3-4
3-4
3-4
40-50
45-55
45-55
50-60
50-60
12
15
20
20
20
Mejora
6-7
8-9
10-12
13-15
16-18
3-4
3-4
4
4
4
55-65
55-65
60-70
60-70
60-75
25
30
30
35
35
Mantenimiento
> 18
>4
>65
>40
CICLISMO (6)
El ciclismo es otra actividad que también ha sufrido un auge en estos últimos años y lo pueden practicar personas de todas la edades. El único inconveniente es que hay que saber montar en bicicleta.
Hacer carrera continua o “footing” no necesita de un equipo especial, ni de una instalación concreta.
Además es más fácil de perfeccionar que otros deportes donde se solicita una destreza especial. Para
que este deporte sea más agradable, es conveniente que guarde unas normas:
1. Antes de correr empiece a andar, siga andando más rápido hasta que el paso le pida correr. Al
principio empiece con paseos de 20-30 minutos y corra entre medias distancias de 100 m,
hasta que vaya sustituyendo cada vez más el tiempo de andar por el de correr.
2. Hay que elegir el ritmo más cómodo, para que pueda ir respirando rápido pero sin jadear. Un
buen sistema es poder hablar un poco sin afectar a la respiración, pero no poder cantar. Si va
solo, póngase unos cascos y escuche música. Esto le servirá para llevar el ritmo mejor y además le relajará y animará más su actividad deportiva. Si quiere ir más rápido escuche música
disco, si va más despacio, música latina o clásica.
40
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
41
Tiene un gran efecto cardiovascular y produce poca tensión en las articulaciones. Además permite ver
disfrutar del paisaje y ponerse en contacto con la naturaleza. Como en todos los deportes hay que tener
en cuenta unos pequeños consejos para que su práctica sea agradable y no sea fuente de lesiones:
1. Lo importante de la bicicleta que vayamos a comprar no está en el precio sino en el manillar
(que debe estar a nuestra altura), en el cuadro (metálico ligero), las ruedas (de aleación) y las
velocidades (muchas veces con 6 tenemos suficiente). Si vamos a realizar bicicleta de montaña los neumáticos van a ser más anchos y el manillar recto y pueden tener más velocidades.
2. Cuando compramos una bicicleta no tiene porque ser cara y debe ser acorde con nuestra talla.
Debemos fijarnos en la medida del cuadro, que debe de quedar a unos 5-7 cm por debajo de
la entrepierna. El sillín cuando nos sentemos debe a estar a la altura que permita tener la pierna casi recta en el pedal o levemente flexionada. El manillar debe tener una anchura similar a la
de nuestros hombros.
3. Siempre que vaya en bicicleta use casco. Si va por la carretera debe ser cuidadoso y sentirse
como un elemento más del flujo circulatorio, no dar volantazos y frenar suavemente. Nunca use
cascos con música con la bicicleta porque es muy peligroso.
4. Cuando empiece a pedalear acostúmbrese a llevar un ritmo de pedaleo constante y que sea el
adecuado para Vd. Puede ir entre 50 a 70 revoluciones por minuto. Si no sabe cómo, tararee
una canción y siga el ritmo. Cuando encuentre una cuesta o una bajada acostúmbrese a cambiar de marcha.
5. La bicicleta estática ofrece los mismos beneficios aeróbicos que realizar ciclismo al aire libre.
Muchas veces es un sistema más cómodo para personas que disponen de poco tiempo y pueden hacerlo en casa o en el gimnasio, incluso mientras ven la televisión o escuchan música. En
estos casos la potencia se puede ir incrementando siguiendo el esquema de la figura XXII.
NATACIÓN (6)
La natación es probablemente unos de los ejercicios más completos, porque nos permite mover todos
los músculos del cuerpo, siempre y cuando se combinen todos los estilos (braza, crawl y espalda) la
mariposa, sin embargo, puede ser fuente de lesiones en la zona lumbar si no se conoce la técnica.
Nadar es bueno para las personas obesas porque no hace daño a las articulaciones y son de los
deportes que más calorías gasta. También es una alternativa en los meses de verano ya que resulta
muy refrescante ante el calor. Para practicarlo es necesario saber nadar y tener la instalación cerca.
42
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Tabla XXII. Programa de ejercicio de mejora de resistencia para bicicleta estática (W=watios)
Inicio
Calentamiento de tipo aeróbico durante 10 minutos más 5 minutos de estiramientos
Intensidad
60-75% de la Frecuencia cardiaca máxima.
Frecuencia
4 sesiones/semana
Progresión
Escalones de incremento y de descenso de 25W a 60 revoluciones por minuto
1ª semana
50W 5´-75W 5¨-100W 10´ y bajar hasta 50W con los mismos escalones (30 minutos)
2ª semana
50W 5´-75W 5¨-100W 10´ y bajar hasta 50W con los mismos escalones (30 minutos)
3ª semana
50W 5´-75W 5´-100W 5´-125W 5´ y bajar hasta 50W con los mismos escalones (35 minutos)
4ª semana
50W 5´-75W 5´-100W 5´-125W 5´ y bajar hasta 50 W con los mismos escalones (35 minutos)
5ª semana
50W 5´-75W 5´-100W 5´-125W 5´-150W 2´ y bajar hasta 50 W con los mismos escalones
(42 minutos)
6ª semana
50W 5´-75W 5´-100W 5´-125W 5´-150W 2´ y bajar hasta 50 W con los mismos escalones
(42 minutos)
7ª semana
50W 5´-75W 5´-100W 5´-125W 5´-150W 5´-175 W 2´ y bajar hasta 50 W con los
mismos escalones (52 minutos)
8ª semana
50W 5´-75W 5´-100W 5´-125W 5´-150W 5´-175 W 2´ y bajar hasta 50 W con los
mismos escalones (52 minutos)
Terminación
Tras acabar el ejercicio se realizarán 5 minutos de estiramientos
Otras modalidades dentro de los juegos de agua está el Aquarobic (hacer ejercicios de gimnasia en
el agua), Andar en el agua, Voleibol en el agua y waterpolo. Estos deportes son muy divertidos y nos
permiten relacionarnos con otras personas.
OTROS DEPORTES (6)
Existen otros muchos deportes que nos pueden ayudar a mejorar nuestro estado de forma física de
resistencia aeróbica, conllevando beneficios excelentes para nuestra salud. Los deportes de equipo
ayudan a niños y adultos a desarrollarse, relacionarse y trabajar en equipo y atenerse a unas normas.
También son divertidos. Algunos de ellos son el tenis, padel, el golf, baloncesto, bolos, esquí, etc., y porque no, el mejor de todos. baile de salón donde se combina el ejercicio, la cocordinación y la música.
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
43
8.2. Entrenamiento de fuerza
El entrenamiento para aumentar la fuerza ha experimentado un notable incremento en su popularidad
durante la pasada década. Los atletas de elite ya la habían empleado para mejorar su fuerza y tamaño muscular y ahora los deportistas aficionados lo usan para mejorar su condición física (23, 24, 42,
43, 62, 65).
un gran número de series así como de repeticiones y de manera lenta. Desde el punto de vista
cardiorespiratorio es mejor la fuerza resistencia.
A continuación exponemos algunas figuras con ejemplos de ejercicios de fuerza:
EJERCICIOS ISOMETRICOS
Los parámetros usuales del ejercicio aeróbico (intensidad, duración y frecuencia) se emplean también
cuando se realiza un programa de ejercicios para el desarrollo de la fuerza y resistencia muscular (65).
Existe una amplia gama de programas de métodos, equipamiento, metodología y ejercicios para
aumentar la fuerza. Los sistemas de entrenamiento de la fuerza se pueden clasificar en isométricos
(sin movimiento), isotónicos (con movimiento), isocinéticos (con aparatos específicos) y formas de
ejercicio pasivo (electroestimulación eléctrica) (65).
Hay una variedad de métodos y equipamientos para el ejercicio isotónico: 1) pesas, 2) resistencias
fijas, 3) utilización de cables y poleas, 4) balones medicinales, 5) máquinas de resistencia constante y
variable, 6) aparatos que emplean una resistencia elástica, hidráulica o robótica (65) .
El tipo de entrenamiento de fuerza debe se de resistencia muscular dinámica, con componente concéntrico y excéntrico, con un rango de movimiento completo, a una velocidad media-baja y adecuando el esfuerzo a la respiración.
Todos estos ejercicios de fuerza independientemente del tipo y del método utilizado se deben realizar
guardando unas normas generales para que no produzca prejuicio en la salud del paciente o deportista y tales como física (34) (42) (43) (65).:
EJERCICIOS ISOCINÉTICOS CON BANDAS
1. Realizar al principio más entrenamiento general y de los músculos más grandes y luego los más
pequeños.
2. Realizar calentamiento previo de cada zona que se vaya a ejercitar.
3. Al finalizar el ejercicio y entre series realizar ejercicios de estiramientos de los músculos que
hemos trabajado.
4. Empezar siempre por ejercicios que ejerciten los grandes grupos musculares y con cargas
pequeñas progresando en carga en forma de sistema de pirámide azteca, es decir:
* Cargas muy pequeñas (10% del peso máximo levantado).
* Cargas pequeñas (25% del peso máximo levantado).
* Cargas medianas (50% del peso máximo levantado).
* Cargas submáximas (75% del peso máximo levantado).
* Cargas máximas (100% del peso máximo levantado).
Y luego descender al contrario hasta llegar a las cargas pequeñas.
5. Hay que trabajar siempre los músculos agonistas y antagonistas.
6. El número de repeticiones de cada ejercicio serán contrarios al peso levantado, cuanto más
carga menos repeticiones y cuando son cargas pequeñas se pueden hacer más repeticiones
de cada ejercicio.En los principiantes se aconseja solo un movimiento de cada.
7. Tener en cuenta el objetivo que se persigue. Los mejores son los ejercicios de fuerza-resistencia: Ejercicios con cargas pequeñas (no superiores al 55% del peso máximo levantado) y hacer
44
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
45
EJERCICIOS ISOCINETICOS CON O SIN APARATOS
8.3. Entrenamiento de flexibilidad
Muchos fisioterapeutas, entrenadores de atletismo y médicos deportivos, consideran la flexibilidad
como uno de los objetivos primordiales de los programas de acondicionamiento de los atletas y de
todo tipo de paciente que realiza un programa de acondicionamiento físico regular (34).
La flexibilidad puede definirse como el arco de movimiento de una articulación o de una serie de articulaciones y depende de los músculos, los tendones, los ligamentos y las estructuras óseas (55, 62).
Existen tres métodos para estirar los músculos y tejidos blandos, que limitan la flexibilidad:
1) el estiramiento balístico (rebote) consiste en un movimiento rápido y espasmódico, en el cual
una parte del cuerpo se pone en movimiento y con el impulso alcanza el límite de extensión de
los músculos. Es la técnica de estiramiento más peligrosa y que conlleva mayor riesgo de lesiones (55, 62).
2) el estiramiento estático consiste en llevar al músculo hasta su mayor longitud posible y mantenerlo en dicha posición un mínimo de 15 a 30 segundos. Los órganos tendinosos de Golgi
sirven para inhibir la contracción del músculo estirado. Este fenómeno de relajación no aparece cuando el músculo se estira con rapidez. Este es el método más beneficioso de estiramiento, al no necesitar de un seguimiento íntimo con profesionales y es el que menos daño produce (55, 62).
3) Facilitación propioceptiva (PNF): que consiste en realizar el estiramiento ayudado de otra persona. Este tipo hay que efectuarlo con sumo cuidado y está contraindicado en cardiopatías e
hipertensión (55, 62).
El estiramiento estático es el preferido, por ser el más simple, fácil de aprender y de llevar a cabo (55,
62). Hay que tener en cuenta:
1) el estiramiento no es un concurso, cada uno debe de llegar a su nivel.
2) el mejor método es la sensación producida por el estiramiento mantenido.
3) cuando se realiza un estiramiento se tiene sensación de tirantez. Se debe de realizar del
siguiente modo: se mantiene la postura hasta que disminuye el dolor entonces es cuando se
vuelve a estirar y se mantiene otros segundos (15-30). Si tenemos sensación de tirantez excesiva entonces no lo estamos haciendo bien.
4) es muy importante mantener relajado el resto del cuerpo.
5) la respiración debe de ser lenta, profunda y rítmica.
6) no hay que sufrir con el estiramiento para mejorar.
7) si se hace entrenamiento de fuerza, el estiramiento se debe intercalar entre series.
8) si es posible, acompañar el estiramiento con música ambiente suave, ya que facilita la relajación
y mejora la realización de los ejercicios.
A continuación mostramos tablas de estiramientos generales (5), empezando por los estiramientos
de espalda (Fig. 7); es conveniente realizar los estiramientos de espalda en el suelo y siempre sin forzar ni llegar al dolor.
El siguiente cuadro muestra los estiramientos de rodillas y tobillos (Fig. 8 y 9), es aconsejable no
forzar nunca en aquellos estiramientos que requieran doblar la rodilla lateralmente, y realizarlos siempre en el suelo, para o apoyar nunca el peso del cuerpo sobre una rodilla doblada lateralmente o un
ligamento de la pierna en estado de torsión.
46
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
47
Estos son los estiramientos de la parte inferior de la espalda, cadera, ingle y parte posterior del
muslo (Fig. 10) que consideramos más fáciles de realizar. Son ideales para aquellas personas que
realizan actividades en las que pasan varias horas seguidas sentados, pues tonifican el nervio ciático,
que es uno de los motivos por baja laboral reales más extendidos y evitables.
Estos ejercicios muestran cómo estirar la zona medio, tronco inferior cadera piernas (Fig. 11)
superior, complementando perfectamente los estiramientos anteriores.
En el siguiente cuadro mostramos los estiramientos de la zona superior de la espalda, hombros y
brazo (Fig. 12); este tipo de estiramientos es recomendable realizarlos de pié o con ayuda de alguna
espaldera para tener buen equilibrio.
A continuación estiramientos del tronco superior (Fig. 13) que podemos realizar de pie.
Para finalizar mostramos unos estiramientos progresivos de piernas (Fig. 14) que pueden ir muy
bien después de realizar sesiones largas de carrera continua u otros deportes pesados para las piernas, como ciclismo o senderismo.
Figura 7
Figura 10
Figura 8
Figura 9
48
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
Figura 11
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
49
Figura 14
9. Bibliografía
Figura 12
Figura 13
50
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes
1. ACSM’S. Guidelines for exercise testing and prescription. American College of Sports Medicine. 5ª ed. USA: Willians &
Wilkins 1994.
2. Albright L. ACSM’S. Exercise management for persons with chronic diseases and disabilities. Human Kinetics ed. USA, 1997.
3. Álvarez Sala Walther JL EPD. El transporte de gases respiratorios por la sangre. Medicine 1986;26:52 72.
4. Anders D. Sound treatment strategies for active hypertensives. The physician and sports medicine 20: 108-118, 1992.
5. Anderson B. Estirándose: guía completa de estiramientos para tonificar, flexibilizar y relajar el cuerpo. RBA Libros ed.
Barcelona 2005.
6. Anderson B BE, Pearl B Estar en forma. El programa de ejercicios más eficaz para ganar fuerza, flexibilidad y resistencia. 5º
ed. Barcelona: Integral 2003.
7. Åstrand P O RK. Fisiología del trabajo físico. Ed Médica Panamericana ed. Buenos Aires 1986; 7-477.
8. Balaguer Vintró I. Epidemiología de la Hipertensión y de la cardiopatía hipertensiva en Cardiopatía hipertensiva de Iriarte
Ezkurdia MM. Hacourt Brace SA ed. Barcelona 1997.
9. Barbany i Cairó JR. Fisiología del ejercicio físico y el entrenamiento. Paidotribo ed. Barcelona 2002;1-192.
10. Bongbele J GSA. Bases bioquímicas de la fatiga muscular durante esfuerzos máximos anaeróbicos lácticos y aeróbicos (y
II). Arch Med Deporte 1990;7:49-56.
11. Boraita A, Baño Rodrigo A, Berrazueta Fernández J, Lamiel Alcaine R, Luengo Fernández E, Manonelles Marqueta P, Pons
I de Beristain C. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología sobre la actividad física en el cardiópata.
Rev Esp Cardiol 2000;53:684-726.
12. Botey Puig A, Revert Torrellas L. Hipertensión arterial en Farreras-Rozman. Mosby Doyma Libros SA ed. Madrid, 1995.
13. Cagigal JM. El deporte en la sociedad actual Madrid: Ed Magisterio Español y Ed Prensa Española 1975.
14. Casaburi R. Physiologic responses to training. Clin Chest Med 1994;15:215-228.
15. Cayuela Maldonado MJ. Los efectos sociales del deporte: ocio, integración, socialización, violencia y educación [artículo en
línea. Barcelona: Centre d’Estudis Olímpics UAB 1997;1-21.
16. Coca A y cols. Automedida de la presión arterial. Documento de Consenso Español 2007. Nefrología 2007;27 (2):139-153.
17. Colberg-Sheri R. Diabetes y ejercicio físico. 1º ed. Madrid: Tutor SA, 2003.
18. Cox MH. Programa de entrenamiento y adaptación cardiorespiratoria. Clínicas de Medicina Deportiva 1991;1: 235-238.
19. Cruz JC, Cueto B, Fernández A, García L. Prescripción Médica de Ejercicio Físico en la Hipertensión Arterial. Revista
Motricidad 1997;3:45-65.
20. Chacón Borrego F. Repercusiones del ejercicio en la Diabetes Mellitus Insulin dependiente. Archivos de Medicina del
Deporte XV 1998;(66):313-319.
21. Durán-Piqueras J. Teoría y metodología del entrenamiento deportivo. In: Master en alto rendimiento deportivo (mayo 1994),
1994.
22. Egocheaga Cabello I, Martell Claros N. Hipertensión y ejercicio. Hipertensión 1994;11(6):226-234.
23. García Calzado M, Millán Núñez-Cortés J. Envejecimiento, metabolismo y deporte. Bases Médicas de actividad físicodeportiva. Servicio de Deportes. Diputación Provincial de Cádiz ed. Cádiz, 1992.
24. García Calzado MC MN-CJ. Envejecimiento, metabolismo y deporte. In: Bases Médicas de actividad físico-deportiva, 1992.
25. García Ferrando M. Aspectos sociales del deporte. Una reflexión sociológica. Alianza Editorial S.A ed. Madrid: Alianza
Editorial S.A, 1990.
26. Gómez-Huelgas R. El ejercicio físico. Su utilidad terapéutica y profiláctica. Medicina Integral 1993;22 (8):363-368.
27. Gordon N. Hipertensión. ACSM’S. Exercise management for persons with chronic diseases and disabilities. Human Kinetics
ed. USA, 1997.
28. Grupo de Diabetes SyC. Diabetes. SAMF y C ed. Granada: Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria, 1997.
29. Guía Española de Hipertensión Arterial. Hipertensión Arterial. Definición. Epidemiología. Hipertensión 2005;22 supl 2:3-8.
30. Guía Española de Hipertensión Arterial. Tratamiento no farmacológico de la hipertensión arterial. Hipertensión 2005;22 (supl
2):44-46.
31. Hagberg J et al. The role of exercise training in the treatmente of hypertension. Sports Med 2000;30 (3):193-206.
32. Harre D. Teoría del entrenamiento deportivo. Científico-Técnica ed. Ciudad de la Habana 1993.
8. Prescripción de ejercicio en HTA. Normas genéricas de prescripción de ejercicio físico en la HTA.
Tipos de ejercicios y sus características de intensidad, frecuencia y duración
51
33. Hegedüs Jd. La ciencia del entrenamiento deportivo Stadium ed. Buenos Aires 1988;1-520.
34. Heyward V. Advanced fitness assessment exercise prescription. USA: Human Kinetics, 1997.
35. Jardim JR, Mayer AF, Camelier A. Músculos respiratorios y rehabilitación pulmonar en asmáticos. Arch Bronconeumol
2002;38(4):181-188.
36. Jarillo Ibáñez M, Álvarez-Mon Soto M. Concepto de hipertensión arterial. Clasificación etiológica. Medicine
1997;7(69):3211-3214.
37. Kokkinos P. Exercise as hypertension therapy. Cardiol Clin 2001;19:507-516.
38. Layzer RB. Muscle metabolism during fatigue and work. Bailliere's Clin Endocrinol Metab 1990;4:441-459.
39. Lejido Arce J, Segovia Martinez J, López-Silvarrey F. Manual de valoración funcional. Eurobook SL ed. Madrid, 1986.
40. López A J, JA. Transcutaneous monitoring and response to hangrip exercise. Chest 1989;96:1218.
41. Lowenthal D y cols. Interacciones del bloqueo beta y el ejercicio: Implicaciones y aplicaciones para el anciano.
Cardiovascular 1993;430-440.
42. Marcos-Becerro J. Ejercicio, forma física y salud. Madrid: Eurobook SL, 1994.
43. Marcos-Becerro J. El entrenamiento de fuerza para todos. Madrid: Impresos Izquierdo, 2000.
44. Marcos-Becerro J. El niño y el deporte. 1º ed. Madrid: Impresión SA, 1989.
45. Matveev L. Fundamentos del entrenamiento deportivo. Raduga ed. Moscú, p. 1-169, 1977.
46. Mc Ardle WD KF, Katch VL. Fisiología del ejercicio. Energía, nutrición y rendimiento humano. Alianza Editorial SA. 1986; ed.
Madrid, 119-137.
47. Mitchell J, Haskell W, Snell P, Van Camp S. Task Force 8: Classification of Sports. Journal of American College of Cardiology
2005;45:1364-1367.
48. Moliner de la Puente JR, y cols. Hipertension Arterial. Guías Clínicas 2009;9(26).
49. Monod H FR. Manual de fisiología del deporte. Bases fisiológicas de las actividades físicas y deportivas. Masson ed.
Barcelona, 1986.
50. Mora Amérigo E. Ejercicio e hipertensión arterial. Geriátrika 1994;10(7):335-340.
51. Morilla-Cabezas M. Beneficios psicológicos de la actividad física y el deporte Lecturas: EF y Deportes 2001; Vol. 7 (43).
52. Moros García M, y c. Modificaciones de las cifras tensionales en diferentes grupos de riesgo tras un programa de ejercicio
físico. Rehabilitación 1994;7:24-29.
53. Moya-Mir M. Ejercicio físico en personas de edad avanzada. Rev Med Geriatr 1991;4:120-124.
54. Moya-Mir. M. Fisiología del ejercicio físico. Bases para el entrenamiento. Dolor Inflam 1989;2:21-26.
55. Norris C. La flexibilidad. Principios y práctica. Barcelona: Paidotribo, 1984.
56. Ortega-Sánchez-Pinilla R P-AP. Estilos de vida saludable: Actividad física. Ergon S.A ed. Madrid, 1997.
57. Ortega-Sánchez-Pinilla R, Pujot-Amat P. Estilos de vida saludable: Actividad física. Ergon S.A ed. Madrid, 1997.
58. Ortega Sánchez-Pinilla R. Diabetes y ejercicio físico Díaz de Santos ed. Madrid: Medicina del Ejercicio Físico y del deporte
para la atención a la salud, 1997.
59. Pérez Pérez A, Rigla Cros M. Ejercicio físico en diversos trastornos metabólicos: diabetes, dislipemia y obesidad en Serra
Grima JR. Prescripción de ejercicio físico para la salud. Paidotribo, S.A. ed. Barcelona: Fitness, 1999.
60. Pescatello L y cols. The aftereffects of dynamic exercise on ambulatory blood pressure. Med Sci Sports Exerc
2001;33(11):1855-1861.
61. Platonov V. El entrenamiento deportivo: teoría y metodología. Paidotribo ed. Barcelona, 1988.
62. Pozo-Municio C MA, Martín-Escudero MP. Normas básicas para el entrenamiento de flexoelasticidad en el deportista de
base (desde el punto de vista médico deportivo) REEF y D 3: 14-17, 1998.
63. Rodríguez FA. Prescripción de ejercicio y actividad física en personas sanas (I). Principios generales. Atención primaria
1995;15:190-194.
64. Rodríguez FA. Prescripción de ejercicio y actividad física en personas sanas (III). Resistencia cardiorespiratoria (y II).
Atención primaria 1995;15:313-318.
65. Ruiz-Alonso J. Sistemas de entrenamiento. Fuerza y musculación. Lleida: Deportiva Agonos, 1994.
66. Saltin B. La capacidad aeróbica y anaeróbica en el ser humano. Med Deporte 1991;2:6-34.
67. Serra-Grima J. Actividad física y protección cardiovascular. Revista Latina de Cardiología 1992;13:287-293.
68. Serra-Grima J. Prescripción de ejercicio físico para la salud. Paidotribo S.A ed. Barcelona, 1999.
69. Serra Grima JR. Actividad física y protección cardiovascular. Revista Latina de Cardiología 1992;13(6):287-293.
70. Shephard R. Exercise physiology and perfomance of sport. Sport Sci Rev 1992;1:1-12.
71. Sjödin B. Anaerobic function. Sport Sci Rev 1992;1:13-27.
72. Sonneblick EH. El ejercicio en el paciente hipertenso. Cardiovascular Reviews&Reports 1990;11(10):566-570.
73. Steffen PR, y cols. Effects of exercise and weight loss on blood pressure during daily life. Med Sci sports Exercise 2001;33
(10):1635-1640.
74. Strauss R. The respiratory system. Saunders CO ed. Philadelphia, 1984.
75. Suarez C, Gabriel R. Epidemiología de la hipertensión en España. Cardiovascular Risk Factors 2000;9 (4):239-246.
76. Tonkon M, Collins H. Comparative effects of betaxolol and atenolol on heart-rate control, blood-pressure, and exercise
capacity. Cardiovascular Reviews&Reports 1991;12(11):52-62.
77. Van Amersfoort YePdefplSdSGJR. Prescripción de ejercicio físico y salud mental. Ed. Paidotribo ed. Barcelona, 1999;269-307.
78. Vilella S, Colaboradores. y. Actividad física y salud (I). Medicina Integral 1992;20(8):418-423.
52
Ejercicio físico en HTA y patología concomitantes