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Aportes
C e le
l eb r ac i ó n
p ar a l a
Homilía y guión para la Santa Misa
5º domingo de Cuaresma
Ciclo C. Color: Morado
13 de marzo de 2016
Año XX - Nº 1128
Aportes para la homilía
Quien no tenga pecado,
arroje la primera piedra.
Is 43, 16-21; Sal 125, 1-6;
Flp 3, 8-14; Jn 8,1-11
En nuestro caminar, el Señor siempre
nos anima siempre a mirar hacia adelante, como cuando declara ahora todo
lo hago nuevo, como que la vida es un
permanente subir escalones sin volver
atrás, un impulso que, según la ciencia,
comenzó con un big-bang y concluirá
cuando Dios sea todo en todos, sin mezcla de mal alguno.
Lo importante será, además, mirar
bien por donde vamos, teniendo en cuenta a Jesús que nos muestra con su vida
el verdadero camino: Nadie llega al Padre
sino por mí y, particularmente cuando en
Cuaresma, nos señala la ruta de vuelta
al bien y a la verdad, el amor y la paz,
camino que no termina en el fondo de un
sepulcro sino que, venciendo el pecado
y la muerte, salta resucitado a una vida
en plenitud: Es el camino de la Pascua de
Cristo, la resurrección: el paso del hombre
a la vida de Dios.
El próximo Domingo de Ramos nos
abre un camino alfombrado de mantos
y palmas, laureles y flores por donde
Jesús pasa entre cantos y bendiciones
invitándonos a avanzar con él sin mirar
para atrás, ilusionados por la vida que
nos espera, más allá del pecado y de la
muerte. ¿Estamos en eso o por el mo-
mento vivimos demasiado ocupados por
lo material y temporal, pensando que ya
habrá tiempo para lo espiritual?
Y yendo al evangelio de hoy, qué
fastidio provocaba a Jesús al reprochar
la hipocresía de sus detractores. Ellos,
llenos de ingenio, para ponerlo a prueba
pensaban que si aprobaba que apedreen
a la adúltera, lo desacreditarían ante el
pueblo, porque era una ley en desuso y ya
ni se pensaba en ello, aunque haya servido en los tiempos de Moisés. Si Jesús
decía que no la apedrearan, lo acusarían
de ¡ir contra de la ley!, y tendrían suficiente argumento como para acusarlo ante las
autoridades judías. ¿Fidelidad a Dios?
¿Celo por la ley? ¿Rechazo al pecado en
bien de la moral pública? Nada de eso.
Ante la insistencia, y porque quiere
salvar también a sus acusadores, Jesús
los sacude con firmeza: Quien no tenga
pecado, que le tire la primera piedra,
invitándolos a sincerarse, arrepentirse
y perdonar, como dirá en otra ocasión:
No juzguen ni condenen, porque serán
medidos con la misma vara con que
ustedes midan a los demás. Cualquiera
entiende que no puede decirle al prójimo:
Hermano, déjame sacarte la pajita del ojo,
cuando uno tiene un tronco en el propio.
Pero, aunque es evidente lo antedicho,
es bueno profundizar el tema sobre todo
en vísperas de Semana Santa, cuando
celebramos el amor infinito de Jesús que,
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa
1) Introducción
4) Liturgia de la palabra
Hermanos y hermanas: Cercanos
a la vivencia de la Semana Santa,
el llamado del Señor a la conversión continua y la invitación a la
reconciliación se hacen cada vez más
fuertes. Hoy nos reunimos para agradecer
y celebrar, pedir perdón y recomenzar:
El Señor ha hecho grandes cosas por
nosotros. Cantemos…
Primera lectura (Is 43, 16-21):
Por boca del profeta se anuncia
un tiempo nuevo, esperanza para
los antiguos y muy actual para los
creyentes de hoy.
Salmo responsorial (Sal 125, 1-6):
La acción de gracias al Dios clemente y
compasivo brota de un corazón amado y
perdonado. Aclamemos junto al salmista
la antífona: R. El Señor ha estado grande
con nosotros, y estamos alegres.
Segunda lectura (Flp 3, 8-14): La
experiencia de Cristo que tiene el Apóstol
lo impulsa a ver su vida con nuevos ojos.
Hoy nosotros, como san Pablo, queremos encontrarnos con Cristo, nuestra
alegría.
Lectura del Evangelio (Jn 8,1-11):
El conocido pasaje evangélico que se
nos anuncia nos describe actitudes, nos
expresa sentimientos. ¿Quién de los
personajes narrados queremos ser de
camino a la Pascua?

2) Saludo de bienvenida
Celebrar la misericordia del Padre
es reconocer que hemos sido
perdonados y que el hermano
también. Es por ello que es impostergable
renovar mente, voluntad y corazón para
amar como Dios ama.
De parte de Dios Padre y de Jesucristo, que nos amó y nos purificó
de nuestros pecados con su sangre,
gracia y paz para todos ustedes.
3) Acto penitencial

Conocedores de nuestra debilidad
y de nuestra experiencia de peca- 5) Oraciones de los fieles
do, seamos también conscientes
Hermanos, el corazón misericorde la sobreabundancia de la gracia divina
dioso de Cristo nos ha reflejado
que nos perdona.
hoy la compasión del Padre hacia
sus
hijos,
que muchas veces nos ale– Tú, que perdonaste a la mujer
señalada por su pecado: Señor jamos de él. Elevemos con fe nuestra
oración diciendo:
ten piedad.

– Tú, que te compadeces de tus
hermanos y los invitas a la conversión: Cristo ten piedad.
– Tú, que camino a Jerusalén pasaste
haciendo el bien: Señor ten piedad.

Escúchanos y renuévanos, Señor.
4 Por nuestra Iglesia; para que
impulsada por el Espíritu de amor,
cuide a todos, especialmente a los más
alejados, y así proclame con ejemplos
concretos la maravilla de la misericordia divina. Oremos.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la 4 Por nuestros pueblos, en los que los
vida eterna. Amén.
conflictos y ambiciones de poder se
Aportes - 2
hacen cada vez más comunes; para 6) Presentación de las ofrendas
que, renovado el compromiso por
Con las ofrendas llevadas al altar,
la vida humana, se apueste por el
acerquemos también nuestras vibien común y un verdadero progreso.
das, los trabajos diarios y nuestra
Oremos.
acción de gracias por los dones
4 Por los encarcelados; para que, lejos recibidos. Cantemos…
de perder la fe en la vida y encasillarse
en el odio, puedan renovar sus ideales 7) Comunión
El encuentro con Cristo en la code vida e insertarse en la sociedad de
munión reafirma el compromiso
la mejor manera. Oremos.
de fraternidad y compasión hacia
4 Por los hermanos que, por vivir lejos
los demás. Acerquémonos con
de Dios, son juzgados por la sociedad;
confianza. Cantemos…
para que puedan confiar sus vidas a
Cristo y aceptar la propuesta de amor 8) Despedida y bendición final
que él viene a traernos. Oremos.
Monición: Nadie nos condena,


4 Por nosotros aquí reunidos; para que
hermanos, porque el Señor nos ha
se destierre de nuestros corazones
perdonado y nos pide apartarnos
cualquier tipo de juicio hacia el otro del pecado, especialmente del rencor, la
y sepamos abrirnos a la experiencia envidia, los juicios temerarios y las hamisericordiosa de Dios. Oremos.
bladurías. Somos perdonados, seamos
testigos de tanto amor.
Atiende, Padre, la oración de tus
Bendición final
hijos y reaviva en nosotros la fraEnvío: Que la esperanza en Cristo
ternidad y el seguimiento fiel de tu
Hijo amado Jesucristo. Él, que vive y crucificado nos impulse a una mayor
reina por los siglos de los siglos. Amén. entrega. Vayamos en paz.
Para acercarte al sacramento del perdón
La confesión, sacramento
de la misericordia
Viví con un corazón reconciliado
El perdón de corazón clave
de la paz
Gustavo E. Jamut
Pontificio Consejo para
la Promoción de la Nueva
Evangelización
En este libro se proponen algunas reflexiones para comprender
mejor el sacramento de la
Reconciliación, sacramento
de aquellos que en Cristo experimentan el amor
misericordioso de Dios.
La reconciliación
Paz con Dios y con los hombres
Héctor Muñoz y Luis Alessio
Estas páginas sirven para que, al
leerlas, podamos vivir la conversión cotidiana, que se realzará
cada vez que nos confesemos
pecadores delante de Dios.
Este libro, te hará comprender
la necesidad de perdonarte a
ti mismo, a tu prójimo y a los
acontecimientos que te hayan
podido lastimar, para experimentar, así cada día de tu vida,
una plena paz interior.
Amor que reconcilia
Mateo Bautista
El autor nos invita a meditar juntos el relato de la pecadora donde,
tal vez, podamos identificarnos
con aquella mujer o con aquel
fariseo, pero, sobre todo, podamos
configurarnos con Jesús que es el
Amor que reconcilia.
Aportes - 3
(Viene de la p. 1).
obediente al Padre y sin haber cometido
pecado alguno, entrega su vida para
salvarnos precisamente del pecado y de
la muerte.
El relato de hoy concluye con un misericordioso: Mujer, yo no te condeno,
vete en paz, pero no peques más. Es un
perdón que levanta el ánimo y alienta a
seguir a Jesús con más entusiasmo y
fidelidad y esto nos ayuda a nosotros a
celebrar el sacramento del perdón y animar a otros a acercarse al confesionario,
confiados también en la Madre de Jesús
al rezar: ruega por nosotros pecadores.
Que nuestro apostolado cuaresmal,
avalado por nuestro ejemplo, sea animar
a algún familiar, pariente o amigo a dar
ese paso adelante. Quizá sea oportuno
exhortarlo diciendo: “Hermano, ¿qué tal
si vamos juntos a confesarnos para así
celebrar de verdad la Pascua de Cristo?,
porque si él resucitó, ¡resucitaremos nosotros con él!
¡Señor Jesús!, Palabra de Dios en
acción redentora, tú quieres que todos alcancemos salvación: los fariseos y letrados
que buscaban perderte, la adúltera, Judas
y los verdugos que te flagelaron y clavaron,
Pilato que se lavó las manos y te condenó
a muerte, los ladrones crucificados a cada
lado, Longinos que te atravesó el corazón,
porque, al hermanarte con nosotros, nos
hiciste a todos hijos de tu Padre…
Te pedimos que los días de Semana
Santa sean para nuestra familia y comunidad de reencuentro y comunión contigo y
con los hermanos. Danos ánimo, ingenio y
palabras para acercarnos a cuantos viven
lejos de ti. Que viendo nuestro esfuerzo
por convertirnos en mejores cristianos se
animen a dar pasos adelante, y gozar de
la paz y felicidad que produce ese cambio.
Tú que reinas junto al Padre intercediendo
por todos. Amén.
Dios nunca se cansa de perdonar
En este quinto domingo de Cuaresma, el evangelio nos presenta el episodio de la mujer adúltera
(cf. Jn 8, 1-11), que Jesús salva de la condena a muerte. Conmueve la actitud de Jesús: no
oímos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino solamente palabras
de amor, de misericordia, que invitan a la conversión: “Tampoco yo te condeno. Anda, y
en adelante no peques más” (v. 11). Y, hermanos y hermanas, el rostro de Dios es el de un
padre misericordioso, que siempre tiene paciencia. ¿Han pensado en la paciencia de Dios, la
paciencia que tiene con cada uno de nosotros? Esa es su misericordia. Siempre tiene paciencia,
paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos si sabemos
volver a él con el corazón contrito. “Grande es la misericordia del Señor”, dice el Salmo.
[…] No olvidemos esta palabra: Dios nunca se cansa de perdonar. Nunca. “Y, padre, ¿cuál
es el problema?”. El problema es que nosotros nos cansamos, no queremos, nos cansamos
de pedir perdón. Él jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de
pedir perdón. No nos cansemos nunca, no nos cansemos nunca. Él es Padre amoroso que
siempre perdona, que tiene ese corazón misericordioso con todos nosotros. Y aprendamos
también nosotros a ser misericordiosos con todos.
Papa Francisco (Angelus, 4/2/2015).
Aportes para la Celebración es un subsidio litúrgico preparado por el equipo de redacción de El Domingo, periódico religioso de
la editorial SAN PABLO, propiedad de SOCIEDAD DE SAN PABLO (PAULINOS). Riobamba 230, C1025ABF Buenos Aires, Argentina.
Teléfono: (011) 5555-2416/17/21/24. Fax: (011) 5555-2439. E-mail: [email protected] - www.sanpablo.com.ar Impreso por G. S. Gráfica s.r.l., Cnel. Charlone 958, B1868DZF Piñeyro, Avellaneda (Bs. As.), Argentina.
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