Download FILOSOFÍA Y RELIGIÓN: 3ª PARTE
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5 AGUSTÍN DE HIPONA: EL INNATISMO Y TEORÍA DE LA ILUMINACIÓN 1. CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO. Aurelio Agustín nació en Tagaste, (en la provincia romana de Numidia: hoy Souk Ahras, Argelia), en el año 353, de padre pagano y madre cristiana. Allí realizó sus estudios que tuvieron una importante laguna: nunca llegó a dominar el griego, por lo que solo pudo conocer a los grandes filósofos a través de traducciones al latín. En Cartago estudió retórica y descubrió la filosofía mediante la lectura del Hortensio de Cicerón. Decidió entonces “buscar la sabiduría” y la buscó primero en el cristianismo, pero la lectura de la Biblia le decepcionó. Entonces ingresó como oyente en el grupo maniqueo de Cartago, que ya existía desde hacía unos cincuenta años antes. El maniqueísmo ofrecía indudables atractivos. Tenía el aspecto de una doctrina más culta, unía elementos cristianos y paganos, ofrecía una “iluminación” del alma e identificaba el bien con la luz. Además, a un espíritu como el suyo, atormentado por la lucha moral, le ofrecía una respuesta clara y contundente al problema del mal: no somos nosotros quienes pecamos, sino que somos obligados a ello por la oscuridad primigenia. Agustín continuó como oyente del maniqueísmo durante nueve años, pero se desilusionó relativamente pronto. Era una doctrina simplista, que predicaba la “impotencia” y la pasividad del Bien sobre el Mal y en la que no se podía hacer progreso alguno. FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona En el 383, Agustín marchó a Roma como profesor de retórica y al año siguiente a Milán, donde había sido nombrado para el mismo cargo. Allí volvió a Cicerón y, a través suyo, al escepticismo. Milán, situada estratégicamente en el cruce de caminos que pasaban por los Alpes- era la residencia de la corte imperial y un centro de cultura brillante donde se conocía bien a Platón y al neoplatonismo. La figura más influyente era el obispo Ambrosio, cuyos sermones fascinaron a Agustín. Ambrosio, que conocía bien a Plotino, Filón y Orígenes, practicaba una interpretación alegórica de la Biblia. Por ejemplo, en el relato de la caída la serpiente, la mujer y el hombre eran considerados respectivamente como figuras del deleite, la sensualidad y el entendimiento que se deja arrastrar por los sentidos. De este modo, La apasionada mente de Agustín pudo aceptar los escritos bíblicos y ver los aspectos espirituales de las doctrinas bíblicas. Además conoció los escritos de Plotino a través de traducciones latinas y en ellos descubrió algo nuevo: la concepción de Dios y el alma como realidades inmateriales. Casi todos los filósofos griegos habían sido materialistas con la excepción de Platón y los neoplatónicos. La “conversión” filosófica de Agustín al neoplatonismo introduce definitivamente el inmaterialismo es decir, la negación de que la materia tuviera algún tipo de realidad, siendo real sólo lo espiritual. Finalmente Agustín descubrió en S. Pablo la afirmación de que solo la gracia de Cristo puede salvar al hombre. Esta doctrina sobre la que volverá continuamente, será uno de los pilares de su pensamiento y determinará su alejamiento definitivo del maniqueismo y su conversión al cristianismo. En 386, poco después de su conversión religiosa, se retira a Casiciaco, cerca de Milán, con un grupo de amigos. De las conversaciones de entonces proceden sus primeras obras filosóficas: Contra los Académicos, Sobre la Vida Feliz, Sobre el orden y los Soliloquios. En el 387 es bautizado en Milán y escribe Sobre la Inmortalidad del Alma. Y en Roma, en 388, Sobre la cantidad del alma. Ese mismo año regresa a África. 2 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona De 388 a 391 Agustín permanece en Tagaste, donde funda un monasterio. En 391 se traslada a Hipona, también en Numidia, donde será consagrado obispo en 396. Allí morirá en 430, poco antes de que la ciudad fuera tomada e incendiada por los Vándalos. En esta larga etapa, el obispo Agustín demuestra una enorme fecundidad como escritor. El desastre del imperio le sugiere su obra más amplia La Ciudad de Dios (413 – 426). Escribe un tratado sobre la Trinidad (400 – 416), una de las cumbres de la teología cristiana occidental y otras obras de la misma índole. Las Confesiones – obra maestra del análisis autobiográfico- son del año 400 aproximadamente. Además dedicó una actividad continua a la lucha contra las herejías, en la que su espíritu polémico le impide comprender del todo a sus oponentes. El antiguo profesor de retórica despliega una dialéctica brillante, despiadada a veces y, al mismo tiempo desarrolla su propio pensamiento. Escribe así tratados contra los maniqueos, los donatistas y los pelagianos. La filosofía de Agustín de Hipona es una continua búsqueda hacia lo más interior de sí mismo y hacia lo más elevado de la realidad. Su doctrina será una síntesis del cristianismo y el neoplatonismo. Según dirá más tarde Tomás de Aquino, Agustín representa el esfuerzo por “seguir” a los platónicos lo más lejos que permitiera la fe católica. 2. RELACIONES FE – RAZÓN 2.1. Planteamiento del problema. Ante todo no debemos olvidar que el cristianismo es, en primer lugar una religión y, solo posteriormente aparece una filosofía cristiana. En rigor se podría decir, incluso, que no existe una filosofía cristiana, sino un uso cristiano de la filosofía. Esto es así porque el cristianismo no se cuestiona los principios fundamentales de su doctrina, ya que estos vienen dados por la fe. 3 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona Como hemos visto anteriormente, el cristianismo se ve obligado a polemizar con las doctrinas helenísticas utilizando para ello conceptos y temas planteados habitualmente desde el campo de la filosofía. Además para la elaboración y traducción de muchos textos cristianos se van a emplear numerosos términos y expresiones filosóficos. En este encuentro entre la filosofía y el cristianismo plantea de manera muy vívida el problema de las relaciones entre la razón y la fe: puesto que la filosofía es la búsqueda de la verdad mediante la razón y el cristianismo ofrece esa misma verdad que se busca directamente a la consideración de la fe, ¿pudiera ocurrir que ambas, fe y razón, no coincidieran? El problema es evidente, si tenemos dos verdades (la demostrada por la razón o la revelada por la fe), ¿Cuál es la correcta? ¿Cuál debemos seguir? 2.2. Solución agustiniana de las relaciones entre fe y razón. Pese a lo dicho, en Agustín no aparece todavía una demarcación clara entre fe y razón, ni esto parece preocuparle. Cuando menciona este problema lo hace ejemplificado en su experiencia personal. Considera que en un primer momento la razón ayuda al hombre a buscar la fe. Pero una vez que encuentra su objetivo, la autentica verdad de la revelación la razón solo interviene como auxilio, apoyo para entender esta verdad. La razón, pues, acaba subordinada a la fe (como lo estará la filosofía a la teología durante toda la Edad media), pero en una relación de colaboración que se expresará en la siguiente frase: Intellige ut credas, crede ut intelligas (Entiende para creer, cree para entender). 4 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona 3. LA BÚSQUEDA INTERIOR Y LA VERDAD No hay en Agustín una filosofía al margen de su teología y de su búsqueda de la fe. Hay que tener en cuenta que la reflexión de Agustín se mueve enteramente dentro de la experiencia religiosa y está por completo orientada a la búsqueda de la felicidad (“beatitude”). Su filosofía es un camino espiritual, un peregrinaje del alma a Dios, busca trascenderse hacia Dios. Es un camino de trascendencia del alma que al igual que en Platón ha de ser recorrido por la inteligencia, pero (y esto es un la aportación cristiano – agustiniana a la teoría de la trascendencia platónica), sobre todo por la voluntad 3.1. Autotrascendimiento del hombre en el conocimiento. Los dos polos de la filosofía de Agustín son Dios y el alma: “Deseo conocer a Dios y al alma. ¿Nada más? Nada en absoluto” (de la obra “Soliloquios”). El punto de partida de la búsqueda de la sabiduría está en lo que tenemos más cerca, es decir, el alma:”No salgas fuera. En el interior del hombre habita la verdad”. Es una búsqueda interior expresión o consecuencia de la desvalorización del mundo (y de la naturaleza) realizada por el espíritu religioso cristiano. Sólo el alma y Dios tienen autentica realidad, el mundo y la naturaleza son desvalorizados, son sólo los medios que Dios emplea para que el alma alcance la auténtica realidad divina. Pues bien, en el alma encontramos verdades eternas, inmutables. Son las verdades morales, metafísicas, matemáticas, que constituyen un “tesoro interior”. Esas verdades son inmutables o absolutas (hay que tener en cuenta aquí que la verdad para Agustín posee - de acuerdo con la exigencia socrático-platónica- el carácter de inmutabilidad) ¿De dónde proceden? No pueden proceder de los sentidos, que no nos dan más que testimonios mudadizos. Siendo el alma mudable, las verdades inmutables no pueden proceder de ella. ¿Entonces, si no proceden de los sentidos ni del alma misma? Sólo pueden explicarse por una iluminación divina: estas verdades han sido 5 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona depositadas de alguna manera por Dios en la mente humana1. De este modo, la búsqueda en el interior encuentra por las verdades eternas algo que trasciende al alma hacia Dios. Si Dios es la verdad y el conocimiento humano es posible por iluminación divina, se comprende que para Agustín no haya colisión entre fe y razón (que será más tarde un problema candente de la filosofía cristiana), sino perfecta armonía... La fe es la guía más segura: “Si no creéis, no llegaréis a comprender”, pero también la razón puede asistir a la fe: “comprender para creer, cree para comprender”. La fe no se opone a la razón como algo irracional (Tertuliano), sino que busca la inteligencia. La fe orienta e ilumina a la razón, y ésta a su vez aclara los contenidos de la fe. Esto último es congruente con la filosofía neoplatónica, para la que el entendimiento puede conocer la realidad divina y las otras realidades inmateriales. Para Platón y para el neoplatonismo, son precisamente éstas el objeto más adecuado para el entendimiento humano. 3.2. Autotrascendimiento del hombre en la voluntad. La búsqueda de Dios no es sólo un camino intelectual; el hombre se trasciende hacia Dios también en la voluntad (en el querer y desear). El hombre busca además de la verdad (y aun en la verdad) la felicidad, y esa felicidad no la puede encontrar en sí mismo:”La criatura racional ha sido hecha de tal modo que no puede ser ella misma el bien que la haga feliz”. El hombre se trasciende en el amor ya que sólo puede hacer feliz al hombre algo que sea más que el hombre mismo, es decir, Dios. A la felicidad se llegará por amor de Dios y consistirá en la visión beatífica de Dios, reservada a los elegidos. 1 La ”iluminación” tiene alguna relación con la idea platónica del bien como sol de lo inteligible, y también con la afirmación del evangelio de San Juan: “El verbo es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”. 6 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona En el amor culmina el movimiento del alma iniciado en el conocimiento. El amor sobrepasa incluso al conocimiento (y esto es una característica del agustinismo medieval: la primacía del amor sobre el conocimiento). De Agustín es la frase:”Ama y haz lo que quieras”. Dios es amor y todo amor se halla dentro del horizonte de Dios. “Yo soy, yo conozco, yo quiero. Soy en cuanto sé y quiero; sé que soy y quiero. Quiero ser y saber” 4. ANTROPOLOGÍA. En el tema del hombre Agustín es impreciso. Fiel, por un lado a la tradición bíblica, considera al hombre como la unidad de cuerpo y alma. Pero cuando, por otro lado, aborda la cuestión desde un punto de vista filosófico adopta el dualismo platónico: “El hombre es un alma que se sirve de un cuerpo mortal y terreno” Pero rechaza la preexistencia del alma, la pluralidad de almas en el hombre y que la unión con el cuerpo sea consecuencia de un pecado anterior. En cuanto al origen del alma, circulaban en la época dos teorías cristianas: el traducianismo (el alma es engendrada o transmitida por los padres), puesta en circulación por Tertuliano, y el creacionismo de San Jerónimo (que sostiene que el alma viene directamente de 7 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona Dios). Como este último parece chocar contra la existencia del pecado original, Agustín se inclina por el traducianismo (que tiene tal vez relación con el emanatismo neoplatónico):”El alma se transmite de padres a hijos como se enciende una antorcha a partir de otra antorcha”. 4.1. La libertad y el pecado. El intelectualismo moral, en el que coincidían más o menos las teorías morales griegas, había soslayado el problema de la libertad. El cristianismo, en cambio, al tomar la existencia como un drama ético cuyo protagonista es la redención cristiana, trae a primer plano la libertad individual como posibilidad de elección entre el bien y el mal. La acción mala no se funda en la ignorancia (como había sostenido Sócrates), sino en el libre albedrío, es decir, en la posibilidad de elegir dada por Dios al hombre. Ahora bien, dentro del cristianismo ha habido posturas contrapuestas en cuanto al grado de esa libertad. Las discusiones giraban en torno a la cuestión de la gracia y de la predestinación: se trataba de la contradicción virtual entre la libertad del hombre y la gracia y la omnipotencia de Dios. Con este propósito, una de las primeras polémicas es la que Agustín mantiene con el pelagianismo en torno a la interpretación del pecado original. El punto de vista de Pelagio (monje inglés contemporáneo de Agustín) consistía en negar que la culpa de Adán hubiese debilitado radicalmente la libertad y la inocencia adánicas del hombre y, por consiguiente, su capacidad de obrar el bien. El pecado de Adán es sólo un mal ejemplo. Para Pelagio, el hombre, tanto después como antes del pecado de Adán, es capaz de obrar virtuosamente sin necesidad del socorro extraordinario de la gracia. Esta doctrina conducía a tener por inútil la obra redentora de Cristo: si el pecado de Adán no ha puesto al hombre en la imposibilidad de salvarse con sus solas fuerzas, el hombre no tiene, obviamente, necesidad de la ayuda de Cristo, y mucho menos hacía necesaria la guía de la 8 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona Iglesia. Para Pelagio, cuando los hombres son virtuosos es por su propio esfuerzo moral. Si obran bien, van al cielo como merecida recompensa. Agustín reacciona enérgicamente contra esta doctrina: “En Adán ha pecado toda la humanidad”. El género humano es una “masa dañada” (condenada), ningún miembro de la cual puede sustraerse a la pena debida, si no es por la misericordia de Dios. Adán, antes de la caída, tenía libre voluntad y podía haberse abstenido del pecado. Pero como él y Eva comieron la manzana (desobedecieron a Dios), entró la corrupción en ellos y se transmitió a toda su descendencia (de ahí que Agustín abrace el traducianismo), así que nadie puede sustraerse al pecado. Tras la caída, sólo la gracia de Dios puede hacer virtuoso al hombre. Puesto que todos heredamos el pecado de Adán, todos merecemos la condenación eterna. Si Dios fuera sólo justo, condenaría a todos; pero es también gracioso: por la libre gracia de Dios, algunos son elegidos para ir al cielo. No hay ninguna razón del hecho de que unos se salvan y otros se condenan. La iniciativa de la salvación es toda de Dios; el hombre no puede hacer valer méritos propios. Salvarse o condenarse, eso está predestinado. Cuando el hombre elige mal, entonces es responsable (porque en Adán hemos pecado todos los hombres: lo que quiere decir que el hombre es inevitablemente malo, pues la idea de Adán no es otra cosa que la de la propia naturaleza humana). Pero cuando elige bien no tiene mérito, pues lo hace por gracia divina. En otras palabras, el hombre se condena por su culpa, y Dios es justo cuando lo condena; pero se salva, por muchos méritos que acumule, por un don de Dios, y Dios es misericorde cuando lo salva. Toda esta polémica y la solución dada por Agustín tiene finalmente una enseñanza moral: cuando hagáis el mal, arrepentíos; cuando hagáis el bien, no os enorgullezcáis. 4.2. El problema del mal.Este es un problema de primer orden para toda filosofía cristiana. Si el mundo es creado y el creador es omnipotente y bueno, ¿cómo puede darse el mal? 9 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona A todas luces, la realidad del mal contradice la bondad y omnipotencia divinas, por lo que no queda otra solución, dentro de la filosofía cristiana, que negar la realidad del mal. Y tal es la solución que da Agustín: no puede admitir que Dios haya creado el mal, ni tampoco que haya ningún otro poder capaz de socavar el poder de Dios. El mal no es una sustancia, sino una privación; no es ser sino no-ser; no tiene causa eficiente, sino causa deficiente. Por ejemplo, tomemos un mal físico: la ceguera. Dios ha creado la vista; la ceguera no es un mal real sino la ausencia o el defecto de ese bien. El mal moral consiste también en una deficiencia: la de la voluntad, que renuncia al verdadero ser y se entrega a lo que apenas lo tiene. El mal moral es privación: no elección, no decisión, como el libre albedrío es no libertad comparado con la verdadera libertad. Todo mal moral consiste en la privación o ausencia de Dios. La condenación eterna como sumo mal no es otra cosa que la total ausencia de Dios. 5. DIOS Y LA CREACIÓN Dios es el ser perfecto e inmutable, que crea el mundo ex nihilo, de la nada, permaneciendo trascendente a él, en un solo instante, creando en ese instante el tiempo. Agustín desecha con esto algunas ideas platónicas, que todavía coleaban: no hay un demiurgo distinto de Dios, no hay una materia eterna (la materia también es creada, y por tanto no es mala ni defectuosa), no hay un mundo de las ideas. Dios crea de acuerdo con las razones inmutables de las cosas que se hallan en su mente, ideas que son como las razones seminales de las cosas y como arquetipos (en sentido platónico). El orden del mundo está configurado por estas ideas divinas (esta tesis, presente a lo largo de la Edad Media, se conoce con el nombre de ”ejemplarismo”) o razones seminales (idea tomada de los estoicos) que determinan que cada cosa aparezca en su momento oportuno. Agustín niega la creación ”ab aeterno “, existencia por y para toda la eternidad que habían defendido algunos padres de la Iglesia, como Orígenes; Orígenes sostenía que la creación era eterna, puesto que no podía suponerse un 10 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona cambio en la voluntad divina. El problema era: ¿qué hacía Dios antes de la creación? Para Agustín carece de sentido esta pregunta: antes de crear el mundo no había tiempo; no había, por consiguiente, un ”antes”. En Dios nada es pasado ni nada es futuro, porque su ser es inmutable y la inmutabilidad es un eterno presente, en el que nada “pasa”. 6. LA CIUDAD DE DIOS En la obra “La Ciudad de Dios” se encuentra lo que se ha visto como la primera gran filosofía de la historia. Antes la historia (o historiografía) apenas había sido otra cosa que el acopio de hechos, sin que estos se vieran interpretados de manera global de acuerdo con una visión general del sentido de la historia. Esta visión había de darse dentro del cristianismo, de acuerdo con ese rasgo de la mentalidad judeocristiana (que vimos al comienzo en este tema) de la concepción histórica del tiempo. La obra de Agustín fue escrita como una apología del cristianismo frente a las ataques de los paganos que acusaban a éste del debilitamiento político de Roma (el ascenso del cristianismo coincidía con el declive de Roma). Además de esto, Agustín intenta infundir ánimos a los cristianos que temían que la ruina de Roma acarrease la de la Iglesia (siendo Roma oficialmente cristiana, algunos cristianos identificaban a la Iglesia con el Imperio). Para Agustín, una “ciudad” es una sociedad, un pueblo, un conjunto de hombres unidos en la prosecución de un mismo fin o bien. Existen pueblos terrenales o temporales, unidos para conseguir un bien terrenal o temporal. Y hay también un pueblo cristiano unido en el amor a Dios. Los hombres que aman a Dios están dentro del territorio místico de la Ciudad de Dios- En la historia la ciudad terrena y la de Dios (es decir, el pueblo terrenal y el pueblo de Dios) están mezcladas, pero al final de la historia, en el último juicio, serán separadas. El sentido de toda la historia universal está en la construcción de esta Ciudad de Dios. (Ciudad de Dios y ciudad terrena existen desde siempre, desde Caín y Abel, y no pueden identificarse con la Iglesia y con Roma. La caída de Roma no puede 11 FILOSOFÍA 2 Tema 7: Agustín de Hipona identificarse con la llegada del fin y de los tiempos). En este mundo, el ciudadano de la ciudad terrena parece ser el que domina, mientras que el de la Ciudad de Dios está errante como un apátrida; pero, al final de los tiempos el primero se condenará y el último será salvado. 12